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XXXII

Pasamos un rato en esa posición, los besos eran solo el roce de nuestros labios, pero para mi era suficiente para poder volver a respirar con tranquilidad, para sentir como los espasmos de las nauseas se iban, sentía una paz que no sabría describir porque sabia que me quedaría corto.

Nuestras frentes estaban en contacto en todo momento, nuestros ojos cerrados, no nos importaba nada a nuestro alrededor, solo el compás de nuestra respiración volviéndose una.

Las caricias eran suaves y delicadas, no podía dejar de delinear su rostro, porque aún sin verlo podía volver a sentirlo cerca de mi, a sentirlo más real.

Con un suspiro por parte de ambos nuestras manos cayeron a los lados, nuestros ojos se abrieron dejando nuestras miradas encontrarse y con una sonrisa nos separamos poco a poco.

- Vamos a la habitación -susurró al momento de separarnos, no era este el mejor lugar para quedarnos- vamos a recostarnos

- Sí -suspiré.

Nuestros rostros estaban manchados de lágrimas, pero tenían una pequeña sonrisa que hacía ya mucho tiempo no teníamos.

Él se levantó primero y me ofreció su mano, al verlo ahí de pie frente a mi con la mano estirada a mi dirección me hizo sonreír, pero también pude sentir una lagrima rodar por mi mejilla y los crecientes sollozos.

Su mirada cambió, ya no estaba esa diminuta sonrisa de hace un rato, ahora sus labios pintaban una linea recta y su mirada reflejaba preocupación.

- Alexander -su mano comenzó a descender- ¿estás bien?

- Sí -sonreí y me apresuré a tomar su mano antes de que se bajara completamente- estoy bien

Al momento en que nuestras manos volvieron a tener contacto volví a sentir un alivio recorrerme.

Lentamente me levanté quedando completamente frente a él, nuestras miradas no se dejaron en ningún momento y otra lagrima brotó.

- ¿Qué tienes mi Ángel? -su mano acaricio mi mejilla y me permití cerrar los ojos para sentir 100% su tacto, no pude evitar la sonrisa creciente en mis labios, como tampoco una nueva lagrima.

- Te tengo nuevamente -susurré y volví a abrir los ojos- estas a mi lado 

- Nunca más -limpió mis lagrimas- no te volveré a dejar solo, nunca más

- Yo tendría que ser el que te diga cosas bonitas -tomé la mano que se encontraba en mi mejilla y le sonreí.

- Pero también puedo decirlas yo -besó mi frente- vamos, este no es un buen lugar para nosotros

No pude evitar reír y asentir, eso fue suficiente para que Magnus tomara mi mano y entrelazara nuestros dedos para guiarme fuera del baño en camino a la habitación.

- Espera -se detuvo abrupta mente- lo siento 

- ¿Qué pasa? -su mirada me recorría buscando el problema.

- Antes debemos comer -una sonrisa se instaló en sus labios y comenzó a negar divertido.

- Tienes razón -sonrió y comenzó a caminar- a la cocina será

Llegamos a la cocina y sin preguntar nada comenzamos a movernos para realizar la comida, solo en ese momento nos separamos, pero nuestras miradas y sonrisas se conectaban de vez en vez.

Hacía tiempo que esto no pasaba, se sentía tan irreal, pero lo disfrutaba a cada segundo.

Cada que cortabamos algo le dábamos una prueba en la boca al otro, nunca me creí que esto llegara a pasar, siempre lo imaginé, pero no creí que llegara a ser posible, al inicio por mi y mi pena, después por lo que pasó.

La comida pasó en silencio, pero era el silencio más cómodo que habíamos pasado, de vez en cuando sentía mis mejillas enrojecer, pero ya no bajaba la mirada, no tenía porque.

Solo fue cuestión de levantar la mesa y lavar los platos para irnos a la habitación, no podía negarlo, se sentía extraño, un tanto incómodo.

- ¿Estás bien? -presionó mi mano mientras su mirada me estudiaba.

- Sí -pero su mirada me decía que no me creía- solo, -suspiré- me siento raro

- Te entiendo -su rostro se volvió serio con un rastro de tristeza.

- ¡Hey! -me giré para quedar frente a él- ahora estamos juntos -tomé su rostro entre mis manos- eso es lo que importa

Me incliné solo un poco para tocar sus labios con los míos y al separarnos esa sonrisa estaba de vuelta en su lugar.

POV Magnus

En algún punto de la tarde terminamos recostados uno frente al otro, no podía parar de delinear su rostro porque había extrañado tanto tenerlo a mi lado, el poder tocarlo, aferrarme a él y si era necesario podía derrumbarme porque él estaría ahí para mí.

Sus hermosos ojos tenían esa vida que tanto amaba y tenía esa sonrisa dibujada en su rostro que me hacía sonreír de la misma manera, su mano no paraba de hacer caricias en mi cabello, rozando de vez en cuando mis mejillas, todo si decir nada, solo hacer estos pequeños mimos y los choques de miradas que terminaban en sonrisas más amplias.

- Ya es tarde -susurró, ambos sabíamos que no era necesario porque solo estábamos nosotros, pero de cierta manera queríamos conservar estos momentos de silencios cómodos- debemos dormir

- No quiero -susurré de vuelta, una parte de mi no quería dormir porque necesitaba seguir viendo al maravilloso ser que estaba enfrente y la otra más oscura era que no quería dormir por el hecho de volver a soñar con lo mismo y hacerle daño a Alec.

- Debemos descansar -me sonrió.

No quería dormir y que entre sueños lo pudiera lastimar más, no quería enfrentarme a esos sueños solo.

- ¡Hey! -sentí su mano en mi pómulo- ¿por qué lloras amor?

Su rostro ya no tenía esa sonrisa, solo una expresión de preocupación. No sabía en qué momento mis lágrimas comenzaron a brotar.

- Nada -sonreí, pero su mirada se volvió seria.

- Por favor -no era una simple petición, era una súplica- por favor no me ocultes nada

- Yo... -un sollozo se me escapó y él se acercó más a mi-no quiero

- Amor, -esa palabra me hizo temblar- por favor,, háblame

- No quiero dormir -negué- no puedo

- ¿Aún tienes esos sueños? -su voz era suave y sus caricias delicadas.

- Ya no como antes -admití- pero... -un sollozo se me escapó- tengo miedo

- ¿Miedo de que? -una mano limpiaba mis mejillas mientras la otra trazaba caricias en mi brazo.

- De volver a pasar por eso -de solo pensarlo mi cuerpo tembló- de volver a ese callejón -llevé una mano a mi boca para callar el sollozo que amenazaba con salir- de volver a estar solo con él

- Shh... -volteé a verlo y pude notar como una lagrima salía- estoy aquí ¿de acuerdo? -besó mi frente- no volverás a pasar por eso solo  

- No me dejes -perdí el control de mis lagrimas- por favor, -mi mano tembló hasta que llegó a su rostro- puedo soportar todo -mi visión era borrosa por las lagrimas- menos perderte

- No me vas a perder nunca -sonrió, era una sonrisa triste- siempre voy a estar a tu lado, en las buenas y en las malas -su mano seguía retirando mis lagrimas- no puedo estar en otro lado que no sea contigo

- ¿Después... de todo? -mi voz era cortada, tenía miedo de su respuesta.

- Por todo -sus ojos se volvieron acuosos- porque a la mala entendí que cada segundo vale -su voz se rompió- entendí que los miedos no tienen lugar en mi vida, -sollozó- no contigo a mi lado -sus caricias eran suaves- te amo y no creo que este amor se acabe algún día

- Alexander....

- Así que duerme mi amor -susurró- aquí voy a estar

- ¿Puedo pedirte algo?

- Lo que sea -sonrió.

- ¿Puedes abrazarme? -susurré- solo hasta que me duerma 

Me apresuré a decir porque sentía tan extraño ser tan indefenso y pedir muestras de cariño cuando normalmente era yo quien lo abrazaba cada noche.

No obtuve ninguna respuesta, simplemente sentí el calor de su cuerpo envolver el mío, mi rostro quedó en su pecho mientras él se abrazaba a mi trazando caricias en mi brazo y espalda.

Sus brazos eran como un refugio seguro y cálido para mi.
No necesitamos palabras solo sabíamos lo que el otro necesitaba, era extraño, pero cierto, nuestro amor era tan grande que sin importar que, eramos conscientes de los sentimientos contrarios.

Había tanta paz, tanta protección y tranquilidad a nuestro alrededor que mis parpados comenzaron a pesar, me removí solo un poco para estar más cerca de él.

- Te amo -fue solo un susurro de su parte, pero eran las palabras que necesitaba para poder caer en los brazos de morfeo.











****************

¡Hola!

Lo lamento, dejé esta historia muy abandonada, es que, bueno pasaron algunos problemas, ya saben lo típico en mi vida jaja

¿Qué tal el capítulo?

Miren que no he ido a dormir porque no podía dejarl@s sin el capítulo.
Tanto así que pasé por algo vergonzoso, estaba escribiendo y pues ya saben que soy de lagrima fácil y pues mi tía entró en pleno llanto, fue lo más vergonzoso, ella JAMÁS me había visto llorar jaja

Solo espero que el capítulo valga la pena jaja

¡Hasta la próxima!


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