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III

POV Alec

Llevaba cinco minutos caminando, pregunté a todos en el lugar y todos contestaron lo mismo Magnus ya se había ido, sentía que algo no iba bien.

Magnus no tomó un taxi, regresó caminando, seguí el camino que me indicaron pero o había señales de nadie; hacía frío, mucho a decir verdad, saque mi celular y no había llamadas ni nada en el, el reloj marcaban las 11:20, sentía desesperación y no sabía porque, necesitaba verlo y saber que estaba bien.

Seguí caminando y llamándolo pero nada, estaba temblando y no era por el frío; dos calles más y un sonido que reconocí llegó a mis oídos.

-Su celular -mi respiración era irregular, corrí hasta donde el sonido estaba, me detuve frente a un callejón, esto no era normal, la poca tranquilidad que tenía desapareció- ¿Magnus?

Nada se escuchaba por lo que decidí entrar, estaba vacío, caminé más y vi algo en el suelo.

-¡MAGNUS! -no podía creerlo, esto no era cierto- Magnus, amor -caí de rodillas a sus espaldas, recorrí con mi mirada su cuerpo y pude ver que no tenía toda su ropa- No, -sollocé- no, no, no, Magnus no -mis lágrimas comenzaron a salir sin piedad, me quité el abrigo y se lo puse encima y vi como se tensó- amor -susurré y coloqué mi mano en su hombro.

-¡DÉJAME! -gritó desgarradoramente- ¡NO ME TOQUES! -se apartó de mi llorando- ya no más por favor

Sus gritos y su suplicas me partieron el alma, esto no podía ser cierto.

-Magnus -susurre- amor... soy... yo -mi voz se rompió- ¿qué te han hecho mi vida? -mis lágrimas siguieron recorriendo mi rostro, quería abrazarlo, que me sintiera.

-Ya no más -sollozó- ya no más

Saqué mi celular y marqué a emergencias, quería que lo revisaran, que me dijeran que estaba bien.

-Si, Hospital central

Señorita! -grité- mi novio -no podía decirlo- mi novio está herido

-Tranquilo señor, déme la dirección y mando paramédicos urgentes

Con mi vista fija en Magnus hablé, quería cerrar los ojos y descubrir que era una pesadilla y que cuando despierte voy a ver a mi Magnus abrazado a mi diciéndome que no pasa nada.

-Ya viene la ayuda amor -me acerque un poco, me parecía estúpido e ilógico decirle amor tan fácilmente ahora ¿por qué no antes?- Maggs veme -susurre- soy yo, Alec

Su mirada estaba fija en la pared, no hablaba, no era mi Magnus, no era él; hubiera jurado que estaba inconciente si no fuera por su respiración rápida y sus parpadeos.

-Amor, -necesitaba que me viera- cariño, soy yo, mírame

No hubo cambio, sentía un vacío, desesperación e impotencia, no se en que momento comencé a sollozar tan fuerte, en que momento mis manos llegaron al suelo chocando con los puños cerrados.

De un momento a otro sentí un movimiento, su cuerpo comenzó a temblar y su cabeza a girar hacia mi dirección, esperé paciente, quería ver esos ojos llenos de vida que tanto amaba y que me hacían sonrojar, pero esos ojos nunca me vieron.

En cambio unos ojos apagados me veían ahora, no pude mantener su mirada fría así que la aparté viendo su rostro, un sollozo se escapó de mi garganta al ver su cara llena de golpes y sangre.

-¿Qué te hicieron mi amor? -solloce- ¡¿Qué diablos te hicieron?! -mis manos estaban temblando, sentí ira, furia, odio, tanto a esas personas como a mi, si hubiera llegado antes, si no me hubiera esperado esos malditos quince minutos.

Su mirada aún estaba puesta en mi y no sabía que hacer, que decir, nada de lo que diga puede hacerlo ver mejor y eso me rompía el alma.

-Ya viene la ayuda -susurre- aquí estoy, aquí estoy

No sé cuanto tiempo pasamos así, él viéndome y yo viendo el suelo.

-¿Está bien? -escuché una voz a mis espaldas que me hizo voltear de inmediato- ¿señor? ¿podemos proceder?

No me atreví a decir nada, solo asentí a los paramédicos y ellos se acercaron a Magnus quién seguía igual.

-¡NO! -su grito me hizo levantar la vista- ¡NOO DÉJAME! -comenzó a patalear- ya no más -mi corazón se partió al escuchar sus palabras, así debió gritar y nadie lo escuchó, mis lágrimas comenzaron a brotar.

-Tranquilo -solloce- tranquilo amor

-NO! POR FAVOR, YA NO MÁS -sus manos y todo su cuerpo se agitaban tratando de zafarse de los paramédicos, los cuales hacían un gran esfuerzo por sujetarlo con el mayor cuidado posible.

-Magnus -mi voz salía solo en susurros, no tenía fuerzas- aquí estoy, tranquilo

Pero el esfuerzo de ninguno hizo que él se tranquilizarla.

-No queda de otra -le anunció un paramédico al otro- trae el tranquilizante

-¡No! -me levanté de inmediato- ¿qué le van a hacer?

-Tranquilo señor -habló uno- solo es para calmarlo, él no está bien y así no nos permitirá llevarlo

-¡NO! -Magnus seguía rogando- ¡SUÉLTAME!

-Está bien -mis lágrimas no dejaban de salir- pero no lo lastimen

El hombre asintió y volteó a ver a su compañero quién ya tenía la jeringa lista.

-Adelante -le informó y así lo hizo, se acercó a mi Magnus y le enterró la ahuja en el brazo.

-¡POR FAVOR! -las lágrimas corrían por su rostro- ¡SUÉLTAME! ¡DÉJAME! -pataleo hasta que la jeringa quedó vacía.

Conforme pasaban los segundos sus fuerzas ya no eran las mismas, sus gritos se volvieron palabras y estas en susurros.

-Vas a estar bien -susurre más para mi que para él, pero lo que dijo me dejó sin palabras.

-Alec, por favor -sus ojos se comenzaron a cerrar- ayúdame

*****

 Sus últimas palabras me destruyeron por dentro, y es que no fui capaz de estar ahí para él.

Pude haber hecho algo pero no hice nada, lo amo y no fui capaz de salvarlo; él no quería ir y yo le dije que fuera, yo lo empuje a esto.

El camino al hospital fue en cierta parte traquilo, no podía despegar mi vista de él, se veía tan cansado, tan indefenso, tan vulnerable.

De un momento a otro la ambulancia se detuvo.

-Señor debe bajar -me habló uno de ellos.

No esperé más y bajé seguido de ellos con la camilla, uno anunciaba algo por su radio mientras nos dirigíamos dentro del hospital por la sala de emergencias; la situación parecía tan irreal, ellos corriendo frente a mi, las enfermeras y doctores volteando a vernos, no sé como es que corría a sus espaldas hasta que llegamos a unas puertas grandes, mi vista estaba en mi Magnus y no lo pensaba dejar solo, no otra vez.

-Usted debe esperar aquí -el agarre en mi brazo me hizo detenerme al instante.

-Debo estar con él -susurre- ¡Suélteme! -reacciono en el momento en que ellos cruzan las puertas impidiéndome verlos.

-Señor, por favor -habló bajo el hombre haciendo más fuerte su agarre.

-¡Suélteme! -jale bruscamente mi brazo, quería correr hasta donde Magnus se encontraba pero su agarre era fuerte- por favor -supliqué- solo quiero estar con él

-Lo entiendo -sonrió- pero ahora debemos ver que fue lo que le pasó, después podrá estar con él todo el tiempo que quiera

-Es mi novio -susurre viendo la puerta- es mi novio -dije volteando a verlo, siempre me sonrojaba al decirlo por lo cual yo nunca lo decía frente a los demás.

-De acuerdo señor...

-Alec Lightwood -respondi rápidamente.

-Bien señor Lightwood -suspiró- solo pido que espere un rato y ya regreso para informarle lo que pasó -su agarre se volvió menos fuerte pero era reconfortante- si tiene que llamar a alguien puede usar nuestros teléfonos

-Gracias -algo en la voz y la mirada del doctor me hizo sentir como si todo estuviera bien.

-No tiene que agradecer -con una última sonrisa me dejó y atravesó esas puertas.




*****
Hola!
Ahora si comienza lo nuevo 😅

Espero les haya gustado.

¿Qué tal el capítulo?

¡Hasta el próximo capítulo!

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