Tocan el timbre indicando el fin de clases, como chico egocéntrico y popular que es Martín al pasar por los pasillos cuando ve a una chica linda le dice un cumplido o le sonríe pícaramente, llega a su salón, busca su bolso y sale de allí. Al llegar a su casa busca en su mochila su celular el cual está sonando pero se da cuenta de que hay un sobre blanco, lo saca y lo deja en la mesa. Contesta la llamada.

- Hola hijo, te llamo para avisarte que hoy no voy a ir a comer, tengo una reunión con mis jefes. Así que debes pedir un domicilio.

-Otra vez con lo mismo

-Hijo no te pongas así, tratare de llegar temprano.

-Está bien, haz lo que quieras.

Al terminar la llamada, Martín ve el sobre y lo abre encontrándose con una carta que dice:

Querido Martin

Te escribo para confesarte que desde hace mucho tiempo siento cosas por ti, desde que te veo siento que mi mundo se pierde en tus ojos, cuando te hablo no encuentro las palabras para expresar lo que siento, me pareces una persona muy interesante, pero sé que no soy el tipo de chica en el que tú te fijarías, suelo ser muy tímida en estos aspectos del amor y espero que si descubres quien soy, no me juzgues por mis sentimientos hacia ti.

Anónima.

Al terminar de leerla, Martin queda muy sorprendido y piensa dentro de sí.

-¿Cómo voy a saber que chica está enamorada de mí? además todas están locas por mí, no puedo quejarme soy muy sexy e irresistible. Bueno debo admitir que nadie me ha había mandado una carta como esta, tan profunda y llena de sentimiento, con buena caligrafía y ortografía. Se siente raro al recibir una de estas. ¿Sera que conozco a esa chica? Me va a tocar averiguarlo por mis propios méritos. Iré a dormir tantas preguntas y juicios apresurados me van a volver loco, dejare este asunto a un lado.

Por la mañana Martín llega a su escuela, al caminar por los pasillos recuerda aquella carta que leyó el día anterior la cual lo puso a pensar toda la noche, no pudo pegar el ojo. En su menteno se pudo sacar aquellas palabras expresadas en ella. No tiene ni la menor idea quien se la pudo haber mandado. Ve a todas las chicas pero ellas solo le sonríen y él solo les corresponde a su petición. Al entrar a su salón observa y analiza a cada chica, se da cuenta que las más tímidas guardan algo de belleza en sí, que las que más llaman la atención dicen cosas sin sentido y también descubre que muchas chicas a cada instante lo están observando de pies a cabeza. Al observa a una chica de pelo café hasta la cintura, con unos ojos oscuros como su cabello, con una linda sonrisa que hace fuego con sus ojos. Martin queda muy sorprendido de su belleza, pero nota que ella es algo tímida, al no recordar su nombre le pregunta a un compañero por este y le dice que se llama Gabriela Giraldo. Así pasaron varios días, Martín solo la observaba y quedando fascinado de su belleza, siempre la piensa todas las noches, sacando la conclusión de que ella es su admiradora secreta. Pero él no se quería enamorar sabía que eso era para problemas, así como la separación de sus padres. Recordó cuando su padre en varias ocasiones le contaba que su madre solo le interesaba el dinero pero su madre le decía lo contrario, le decía que ella no estaba interesada en eso y que la separación era consecuencia de las infidelidades de su padre. Martín no sabía que pensar ni que hacer en esos momentos de desolación, por eso se prometió así mismo nunca enamorarse para evitar lo sucedido con sus padres y que solo pasaría aventuras con las chicas lindas que se le atravesaran.

Días después decide acercársele a Gabriela la que le quitaba el sueño y le produce mucho deseo, ella es única porque nadie había le había producido tanto deseo como lo hace ella. Sale al descanso y la ve sola sentada en una banca de la cafetería, decide ir donde ella y se sienta al lado.

-Hola, guapa ¿Cómo estás?

Muy sorprendida al verlo, lo mira a los ojos y le dice

-Hola, lindo bien gracias

-¿Tú debes ser Gabriela Giraldo, verdad?

-Sí, esa soy yo

Martín se le acerca al oído y le susurra

-Eres muy guapa ¿Te gustaría salir conmigo?

Ella sonríe, lo mira pícaramente, se muerde el labio inferior y le dice

-Me encantaría salir contigo

Martín saca un lapicero, una pequeña hoja y escribe su número de teléfono.

- Me puedes llamar cuando quieras linda

Le pica el ojo, le dedica una sonrisa y sale de allí.

Martin y Gabriela empezaron a salir varias veces juntos, las miradas y sonrisas eran las respuestas efímeras de aquellas palabras coquetas que no podían faltar en sus conversaciones, los pensamientos guardaban los grandes deseos de pasión que brotaban de sus poros al tenerse cerca. Las innumerables travesuras entre ellos se iban volando como las horas que pasaban juntos.

En la escuela se tornaba un ambiente muy normal nadie sospechaba de lo que pasaba entre ellos. Martin y Gabriela disfrutaban de los encuentros ocurrentes que tenían, se mandaban notas diciéndose lo mucho que se deseaban, se miraban cuando nadie se daba cuenta. Martín se encontraba sentado en la cafetería disfrutando de un rico milo que se había comprado, decide buscar a Gabriela para invitarla a ver películas en su casa. Al verla pasar la sigue, y sin que nadie se dé cuenta la coge de la mano, se la lleva a un lugar oscuro la empieza a besar por el cuello y le susurra al oído:

-¿Quieres ir a ver películas a mi casa?

Gabriela se muerde el labio inferior

-Me encantaría

-Nos vemos a las 6:30 de la tarde en mi casa allá te estaré esperando.

-Allá estaré no lo dudes.

Martin le roba un beso apasionado y sale de allí.

Antes de las 6:30 de la tarde, Gabriela se estaba alistando para ir donde Martín, se echaba los mejores perfumes, se maquillaba muy sutilmente y se puso la mejor ropa. Pensaba dentro de sí que en poco tiempo consiguió lo que tanto deseaba algo que su amiga Tamara no ha hecho en varios años. Mientras tanto Martín estaba organizando la casa para la llegada de Gabriela algo que nunca hace, su madre al notarlo le pregunta

-¿Y porque estas organizando tanto, es que viene alguien a hacerte la vista?

-Si madre, viene una compañera para explicarme unos temas de matemáticas.

-¿Y porque viene tan tarde?

-Ella mantiene muy ocupada y deja de hacer tantas preguntas.

-Está bien hijo, te aviso que no llegare esta noche, me voy a un viaje de negocios, mi vuelo sale a las 7:00 de la noche.

Suena el timbre.

-Ve y abre hijo debe ser tu invitada.

Al abrir la puerta Martín se encuentra con Gabriela la cual traía un vestido rojo con un escote que le realzaba sus pechos y que le llegaba hasta las rodillas, tenía el pelo aplanchado y su maquillaje la hacía ver muy hermosa.

-Bienvenida Gabriela sigue.

-Muchas gracias, Martín.

Gabriela entra y detalla todos los objetos lujosos que adornaban aquella casa.

-Buenas noches señorita, soy la madre de Martín y me imagino que usted es la que le va a dictar las clases de matemáticas a mi hijo.

-Buenas noches, señora gusto en conocerla, así es yo soy Gabriela compañera de su hijo y yo le ayudare en matemáticas.

-Bueno entonces espero que aprendan mucho, un gusto en conocerte Gabriela y los dejo antes de que me deje el vuelo. Hijo y por último pórtate bien, no hagas travesuras.

-Hasta luego dijeron los dos al unísono al salir la madre de Martín.

-Tu madre es muy bonita

-¿Y tú de donde crees que saque esta belleza?

-Tienes razón y dime... ¿Cómo es eso de que te voy a enseñar matemáticas?

-Bueno, es que le tenía que decir una mentira piadosa, porque si le digo que vamos a ver películas empieza con un cuestionamiento y su sermón diario. Además tienes carita de ser buena en matemáticas.

-Cómo crees, yo apesto en matemáticas, yo solo paso porque una amiga que ama las matemáticas me ayuda a pasar los exámenes.

-Ama las matemáticas, ¿Enserio?, esa chica debe estar loca.

-La verdad sí, es muy rara.

-Sabes tenemos la casa para nosotros solo y estas muy bella esta noche.

-Tú también estas muy apuesto, y ¿tu madre no viene a dormir?

-No, se fue a un viaje de negocios y quien sabe cuándo vuelva. Mejor aprovechemos la noche y dejemos de hablar tanto.

Se sientan en la cama, Martín se le acerca al cuello y la empieza a besar suavemente, Gabriela busca su mirada como si se tratase de un tesoro, lo toma del cuello, y se acerca lentamente a su rostro. Sus respiraciones se mezclaban con el aire de la noche, sus latidos se sincronizan como tambores en una cumbia. Sus ojos se encuentran y juegan como palabras, descifrando melodías. Las fragancias seductoras que habitan en cada ser, despiertan los sentidos de la pasión que recorre los besos que callan, en el silencio que fue testigo de los dos amantes.

A la mañana siguiente Gabriela se despierta dandose cuenta que no amaneció en su casa, se da media vuelta, encontrandose a Martín dormido, ve como los rayos del sol se reflejan en su rostro, él se empieza a despertar y mira a Gabriela a los ojos.

- La noche de ayer fue la mejor. Me encantas.

-Tú también me encantas Martín.

-Gabriela prométeme algo.

-¿Qué cosa?

-Que lo de nosotros solo va a ser aventuras y nada de romances.

-Te lo prometo, solo aventuras.

Los dos se acercan y se besan calurosamente como la mañana.

-Quisiera tenerte todo el tiempo y hacerte mía, quédate conmigo y no vallamos a la escuela.

-Como quieras quiero.

Mientras tanto a Tamara se le hizo muy raro no ver a su amiga en el colegio, la llamo y le escribió mensajes de textos pero ella no respondió.

Al otro día la ve en el colegio y le pregunta

-Hola Gaby, ¿Te pasa algo?

-Hola Tamara, ¿Por qué lo dices?

-Ayer no viniste a estudiar, te envié mensajes, te llame y no los respondiste.

-Estaba muy enferma tenía mucha fiebre y gripa, pero ya estoy mejor.

-Me alegra que estés mejor, pero me molesta que no me avisaras.

Nota: Espero les guste las historia y gracias por leerla.

Diosa de la palabra.

A.L.R.R