Fiesta
Gabriela y Martín disfrutan de los rayos del sol que se envuelve en el aire que oculta la mañana
-¿Gabriela que tienes porque estas tan pensativa?
Gabriela lo mira a los ojos
-Tenemos que planear lo de la fiesta del viernes
-¿La fiesta de Felipe?
-Si esa fiesta
-¿Y qué tienes planeado?
-Quiero que tu noviecita viva la mejor noche de su vida al lado de su príncipe azul y que nunca se le olvide
-¿Quieres que yo este con ella?
-Sí, primero la emborrachamos y después haces tú parte
-¿Vas ir a la fiesta? Martín la mira con cara de extrañado
-Pues obvio es la fiesta de uno de los chicos más populares de la escuela, tú crees que me la voy a perder baby, no puedo faltar y más con la sorpresa para Támara.
-Me encantan tus planes chiquita, sabes cómo hacerme sonreír, allá nos vemos
Gabriela coge a Martín del cuello y lo empieza a besar, él disfruta de ello y la besa con más pasión, cogiéndola de las caderas y susurrándole al oído
-Me encantas
Ella sonríe y lo mira pícaramente
-Tú también me encantas.
Al otro día Martín llama a Támara
-Hola princesa, ¿Cómo estás?
-Hola, amor muy bien y tú?
-Bien, princesa, acá pensándote mucho. Te llamaba para saber cómo estabas y para recordarte la fiesta que tenemos el viernes, paso por ti a las 8, ponte bien bonita.
-Claro que sí, me pondré hermosa, pero sabes que me debes enseñar a bailar, acuérdate del trato que hicimos
-Como tú digas, seré tu profesor de baile toda la noche para ti solita
Viernes por la noche
Támara busca entre sus vestidos favoritos el que se pondría esta noche, estaba entre uno azul oscuro con piedras plateadas y uno rojo largo que siempre usaba para los eventos elegantes. Ella esta algo nerviosa y ansiosa ya que nunca ha ido a una fiesta como esa, además no sabía bailar muy bien y tampoco le gusta beber. En muchas ocasiones prefería quedarse en su habitación leyendo historias en wattpad que ir a fiestas como esas, sabía que en ellas había muchas personas borrachas que ni recordaran su nombre y personas besándose como si no hubiera un mañana. Pero ella iba porque su novio la había invitado y sabría que él la haría sentir muy bien esta noche. Mientras tanto Martín se organizaba escogiendo sus mejores prendas, y echándoselos mejores perfumes porque sabía que hoy era su noche, la de lucirse con un achica que después ni se acordase de su nombre, como siempre hacia en las fiestas antes de que apareciera Támara en su vida.
Martín enciende su carro y se dirige a la casa de Támara, toca la puerta, ella sale y la ve con un hermoso vestido azul con piedras plateadas que hacen juego con sus ojos, la mirada de arriba para abajo hasta que sus ojos se encuentran y le sonríe pícaramente
-Te ves preciosa
-Gracias ella sonríe y agacha la cabeza
Él la abraza robándole un beso y ella se pierde en el perfume al sentirlo cerca.
Se suben al auto, durante el camino se veían de rojo y sonreían, Támara se imagina cómo será la noche al lado de su novio y Martín pensando en la gran noche que tendrá. Al llegar al lugar estacionan el carro frente a una casa de dos pisos que está llena de gente, entran y ven a varios chicos bailando en la pista de baile con movimientos muy sensuales hacia su pareja con el ritmo de la música, perciben el olor a trago, drogas y perfumes que inundan el lugar.
-Vamos a bailar, yo te enseño
Martín coge a Támara de las manos y se la lleva hasta la mitad de la pista de repente aparece Gabriela
-Hola Gaby, ¿Qué haces aquí?
-Vengo para disfrutar esta noche
-¿Quieren tomar algo? Dice Martín
-Si yo quiero una cerveza
-¿Y tú Támara que quieres?
-Yo nada, gracias
-Ven tomate algo, te traeré una cerveza
-Pero yo no tomo
-No te preocupes, amiga eso sabe rico y no va a pasar nada
-Bueno, está bien, solo un poquito y nada más.
Martín y Gabriela le daban mucha cerveza a Támara, le decían que sabía rico y que no pasaría nada que así bailaría mejor. Ella les seguía la corriente a los dos hasta se llego a tomar cinco cervezas. Martín la saco a bailar y ella se sentía en las nubes, se sentía la mejor bailarina de toda Colombia con los pasos que hacia, los cuales eran ridículos haciéndola pasar el oso, mientras tanto Gabriela y Martín solo se reían y Támara los imitaba.
-Ven conmigo preciosa, Martin coge de la mano a Támara y suben unas escaleras hasta que llegan a un cuarto, él la mira pícaramente y ella le sonríe inocentemente.
Martin empieza a besar a Támara por el cuello, la coge de la cintura y la tira a la cama, le empieza a quitar la ropa y ella lo interrumpe
-Martín espera, yo no estoy segura de esto, yo nunca lo he hecho
-No te preocupes, déjate llevar
Como dos amantes apasionados se dejan llevar por el deseo y la pasión, sus almas juegan con sus cuerpos sintiendo el aire de la noche. En el tren de las emociones los besos recorren cada parte de sus cuerpos descubriendo nuevas estaciones. Los rayos de la luna despiertan a Martin, se empieza a vestir. Támara abre los ojos se le acerca a Martin y lo empieza a besar seduciéndolo lujuriosamente.
-¿A dónde vas mi amor?
-A donde a ti no te importa
-¿Qué te pasa, porque me hablas así?
-Porque esto se acabo
-¿Cómo así que se acabó, de que me hablas?
-Lo nuestro solo era un juego, eres una de las chicas más de mi lista con las que he estado, eres una aventura más
-Porque me dices eso si yo te amo, eres mi vida
-Entiéndelo de una vez niña, nunca te quise, eres un juego
-Támara empieza a llorar, se viste rápidamente y sale corriendo de la habitación.
Por las noches Támara recuerda como su cuerpo al sentir las caricias de Martín aquella noche, la hacían sentir cosas inigualables. De sus poros las palabras se desnudaban como sus almas con los reflejos de la luna al tenerse cerca. Pero al saber que todo fue una farsa, un mar de lágrimas derramaba, sus sentimientos como fichas de ajedrez fueron jugados para obtener una buena partida. Esa noche nunca se le olvidaría, sabía que siempre la iba a seguir a donde fuera.
Al entrar a clases Támara observa que todos sus compañeros cuando la veian empezaban a rumorear y reirse, ella para evitar problemas no les pregunta. En los descansos los más populares la observan de arriba abajo como si fuera un bicho raro, los demás chicos de la escuela también andan rumoreando como si el mundo solo se tratase de ella. Támara se siente muy confundida por ello, esta semana ha sido muy agotadora, sospecha que algo anda mal en los pasillos del colegio.
La semana siguiente ella se la pasa con sueños todas las horas, debido a los desvelos que siempre tiene de tanto pensar en lo sucedido con Martín. Ya no le gusta entrar a clases los compañeros aparte de que la miran mal, se burlan porque se duerme y los profesores frecuentemente la sacan de clase. Al estar sola por los rincones menos habitados del colegio se pone a llorar recordando lo que le paso, se siente pésima porque sabe que su vida se ha derrumbado, se siente una estúpida y se repudia al verse al espejo. Los profesores notan su bajo rendimiento académico, saben que algo malo le está pasando, ella es una excelente estudiante. Los problemas de matemáticas se le dificultan en los exámenes y talleres, ya no es participativa, es muy distraída y dormilona, por ende varios profesores se lo han hecho saber y ella dice que no le pasa nada, que últimamente se ha quedado leyendo hasta altas horas de la noche, por eso tiene sus repentinos sueños en clase.
En el colegio todavía andan rumorando a sus espaldas, Támara se acerca a la gente para saber qué sucede pero estos se empiezan a reír y se alejan de ella señalándola de arriba abajo, ella confundida por lo que está pasando revisa su celular para ver sus redes sociales y se da cuenta que hay varias fotos de ella desnuda. Con mucha rabia busca por los pasillos a Martín sabe que solo él pudo haber hecho algo así, se detiene al escuchar ruidos que provenían de un cuarto oscuro, se acerca para ver lo que pasa, al abrir la puerta, encuentra a Gabriela encima de Martín besándosen sensualmente.
-¿Qué significa esto? Dice Támara
-Támara yo te lo puedo explicar no es lo que parece
-Deja que se valla
-Ustedes como son capaces de hacerme esto, ustedes fueron los que subieron esas fotos mías a las redes sociales, y tu Gaby que eras mi mejor amiga, ¿cómo pudiste?, son unos imbéciles, no los quiero volver a ver en mi vida nunca jamás.
-Te lo merecías eres una niña estúpida e ilusa, y nunca me gusto ser tu amiga
-Si es una ilusa, como pudo creer que yo me fijaría en una idiota como ella. Te mereces lo de las fotos y yo las subí con ayuda de tu amiga Gabriela
Támara sale corriendo y llorando de allí. Las amigas y los novios no son gente de confiar.
Nota: Se que me demore mucho en actualizar, pero aquí esta su vagón de las emociones. Por cierto le cambie el titulo a la historia y pronto le cambiare la portada. Muchas gracias por esos votos y comentarios, cada día me dan ganas de escribir y escribir mas. Amé este capitulo al escribirlo. Comenten y voten como les pareció.
Diosa de la palabra.
A.L.R.R
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