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Capítulo II: Las cosas no son lo que parecen

Otro día llegaba a Royal Woods, otra tarde para practicar con los amigos, pero para cierta castaña rockera, lo único que habían logrado progresar era apenas un 10%, ni siquiera tenían las canciones listas o los instrumentos que terminaran de tocar lo que necesitaba. Para Luna, quien se hallaba con los hombros recostados contra la mesa suya solo podía significar una cosa, algo que se estaba desarrollando en su cabeza y que llevaba a mirar a sus amigos uno por uno, los cuales se la pasaban hablando todo el tiempo.

- "¿Qué mierda hice para conocer a estos tarados?. Antes eran cool, ahora son una manga de tarados, no sé por qué tengo que estar aquí todas las tardes si no hacemos nada. Ah, claro, porque sino cerraban este estúpido Club de Música, hubiera preferido eso antes que estar aquí, muriéndome del aburrimiento. Dios, ¿qué les pasó a ustedes?. Tabby, tú eras la más rockera de nosotros y mírate, te pareces a esas cantantes que cuentan su vida en los programas de televisión porque ya nadie las recuerdan".- Pensaba la chica, quien tomaba su guitarra y comenzaba a tocar un rato.

- Wow, wow, Luna, ¿qué haces?.- Preguntó George a su amiga.

- ¿Qué crees que hago?. Practicar, algo que deberían estar haciendo todos ustedes.- Respondió la castaña, cansada y molesta por oír semejante pregunta tan tonta.

- ¿Y no piensas en los demás?.- Le cuestionó su amigo pero eso fue más que suficiente.

- ¿Saben qué?. Me voy, se acabó: Cierro el "Club de Música" por tiempo indeterminado.- Respondió la joven, cansada, harta de semejante ignorancia y falta de empeño para dedicarse a lo que ellos supuestamente hacían. Tomó su guitarra y ante la vista de sus amigos, procedió con guardarla en el estuche, cerrarlo y colgarse la misma a la espalda.- 

- ¿No puedes estar hablando en serio?.- Le detuvo Sam pero ella la miró con furia.

- Desde que volviste de Inglaterra, te volviste una completa inútil, lo mismo el idiota de George y tú, Tabby, esperaba mucho más de ti pero veo que solo fue un engaño más. Yo me voy y no me vengan a fastidiar "Luna, vuelve a abrir el Club". Antes de eso, preferiría tirarme al Vacío, no saben nada más que hablar y hablar, cuando yo les pido un pequeño de empeño, aunque fuera solo un 5% no pueden hacerlo.- Respondió la muchacha, tirando todas esas "bombas" sobre sus amigos, los cuales la miraron con frialdad.

- ¡Oye, no le hables así a mi novia!.- Defendió George a la rubia-celeste.

- Ohhh, salió el "Perrito Faldero". Sigue así y terminarás como Sid Vicious, suicidándote y con una novia muerta por sobredosis, total, es lo único que piensan: Ir a Inglaterra, beber y drogarse. No sé qué les pasó pero esto se terminó hoy, ahora, ya mismo. Punto final.- Redobló Luna su ofensiva, salió por la puerta del "Club de Música", no sin antes dejar la llave sobre el escritorio.- Ah y no se olviden de cerrar la puerta, de seguro se olvidan, ya la última vez tuve que aguantar los reproches del Director Huggins.- Finalizó y dejó el sitio enfadada por todo.

Entre los murmullos de sus amigos, la decepción que ella sentía y la furia que le carcomía por dentro, Luna salió de la escuela, mirando su reloj, siendo casi las 16 hs, así que apretó el paso para llegar a la Estación de Trenes y tomarlo antes de que se hiciera tarde, de lo contrario, tendría que escuchar a sus padres por el tema de no llegar al Anochecer a casa. Por el camino, mientras que corría, en su mente se dibujaban una serie de cuestionamientos, pensamientos que tanto la hacían enojar. Se acordaba de cuando sus amigos y ella tocaban buena música, pero, con el paso del tiempo y otros "incidentes", éstos comenzaron a volverse aburridos, las canciones que componían no tenían sentido y el noviazgo que tenían tanto George y Tabby, por su parte, había sido el quiebre final para la banda, sumando la vuelta de Sam de Europa, provocando que las cosas se hundieran hasta tocar el fondo. Las veces que se reunían en el "Club de Música", apenas terminaban con una o dos partituras, cuando antes eran todo lo contrario, ahora se convertía en una especie de "reservorio" para contar historias y anécdotas del viaje que aquella rubia-celeste había tenido y eso significó el final de toda esperanza. 

Llegó a la Estación del Tren, el Sol calentaba la superficie, hacía calor, los primeros de aquel mes que daban a entender que la Primavera iba a llegar. Se sentó en aquel banco de concreto, dejando descansar sus brazos y la rabia que le invadía en su interior.

- Par de idiotas, el único que nos apoyaba era Chunk y ahora él no quiere saber nada de esos tarados; solo habla conmigo.- Resopló Luna, mientras que se llevaba su mano a la frente y cerraba los ojos, masajeando la misma y tratando de encontrar una forma de que las cosas se solucionaran. Nah, no sirve de nada hacerlos entrar en razón, tienen aire en el cerebro.- Se lamentó y justo escuchó el tren que estaba llegando hacia la estación, lo que provocó a que se levantara, tomara su estuche con la guitarra e ingresara en el vagón Central.

Caminó por el interior y vio que habían asientos libres, se sentó frente a la ventana y cerró los ojos para descansar un rato, sin embargo, cuando los abrió para mirar a su alrededor, la castaña se llevó una gran sorpresa: Allí, a unos metros alejado de ella, se encontraba aquel mismo chico que había visto hacía poco tiempo, vestido formalmente y hablando por celular o tal vez mandaba un mensaje, ya que no podía ver bien lo que estaba haciendo. Todo eso la intrigó, ¿quién era? ¿qué hacía allí? ¿qué buscaba?. No lo entendía. Se quedó mirándolo con los ojos abiertos y cuando éste guardó el celular, se giró para ver, sintiendo que alguien lo estaba observando y eso llevó a que ella se ocultara para no ser descubierta.

Se protegió con el asiento, podía sentir como su respiración se aceleraba y el sudor perlaba su frente, llevando a que tomara un pañuelo y se secara el líquido. 

- ¿Me habrá visto?.- Quiso saber ella y volvió la mirada para verlo y no, no era así.- Ufff, de la que me salvé.

Sí, se había salvado de ser detectada por aquel joven, quien estaba ocupado con su celular y un mensaje o llamado muy importante. Para ella, una parte suya decía que, tal vez, se trataba de una coincidencia, de alguien que estaba volviendo a casa del trabajo pero ese chico era muy raro de verlo a esas horas allí y más de que era de su edad. ¿Acaso venía de alguna escuela religiosa y debía vestir bien?. No lo sabía.

Fue entonces que aquel joven siguió enfocado en su tarea, Luna vio que estaba llegando a su parada y se bajó allí, poniendo los pies en el andén y salió corriendo de allí con rumbo a su casa. Corrió a más no poder y cuando puso la llave sobre la cerradura, casi se le quebraba por la fuerza que impulsó. Sentía miedo, angustia, esa persona era la segunda vez que la veía y ahora parecía una especie de "Loop". ¿Mañana sería lo mismo?.

Abrió la puerta y la cerró de un portazo, llamando la atención del resto de sus hermanas y hermano menor, quienes se acercaron para verla.

- Luna, ¿se puede saber por qué el portazo?.- Quiso saber Lori, llevándose la mano a la frente ante aquel suceso.

- No...No...No es nada, Hermana.- Respondió ella con la voz temblorosa.


- Pues ten un poco más de cuidado, casi nos dejas al aire libre.- Le recomendó la rubia y ésta se fue para la Sala de Estar con su celular.


- Y dicen que la furia llega después del trabajo, jajajaja, ¿entienden?.- Bromeó Luan pero ésta fue detenida por obra de Luna, quien la miró de cerca.


- ¿Acaso no viste lo que me ocurrió?.- Preguntó con seriedad.- 


- Emmmm, no.- Fue la respuesta silbante que dio Luan.


- Nah, olvídalo. Me iré a descansar.- Se resignó la castaña rockera, tomó su guitarra y fue para arriba.


- Oye, Luna, ¿qué tal estuvo la práctica de guitarra?.- Quiso saber Leni a ella.


- Una mierda y más con los amigos tarados que me tocaron.- Respondió ésta y se fue para la planta alta.


Mientras tanto, en el tren, aquel castaño vio que se acercaba al objetivo, ya que estaba manteniendo comunicación con la "Central" sobre el papel que debía ejercer aquel día. En sus manos portaba un mapa, en el cual marcaba con una fibra roja la dirección asignada por ellos desde el otro lado de la línea telefónica.

- E Wilson Road.- Dio a conocer el castaño la posición señalada por sus Superiores.


- Sí, la Jefa ha dicho que vayas a la casa de un antiguo Soldado de la Segunda Guerra Mundial. Los vecinos hablan de actividad paranormal en ese lugar, así que ve con cuidado. Uso de la fuerza letal autorizado.- Le dijo uno de sus compañeros.


- Recibido, Dante. Por cierto, ¿qué sabemos de Cassedy Miller?.- Preguntó el muchacho de cabellos castaños.


- Esa mierda esperará el juicio suyo en la Prisión de Máxima de Seguridad en Lasing, Capital del Estado de Michigan. Tengo un Agente que dice que pueden darle a Miller cadena perpetua y sin libertad condicional.- Alegó Dante y el joven vio que estaba llegando a su destino.


- Estoy llegando al lugar indicado: La Estación "4 de Julio", luego informaré del resto de la misión.- Finalizó Dimitri y colgó la llamada. Acto seguido, tomó sus pertenencias que consistía en un maletín junto a la funda donde tenía resguardada una katana y procedió a bajar en el andén de la estación.

El camino que tomó lo llevó por el Centro de la Ciudad de Royal Woods, moviéndose con cuidado por las calles que estaban atestadas de gente. El castaño miraba por donde dejaba atrás a las personas, no sabía a lo que se enfrentaba, pero según sus fuentes, ese sitio se trataba de una vieja casona de los años 30-40, una que decía estar bajo el poder de algún espíritu maligno, ya que nadie quería comprarla. No tardó en llegar a la calle mencionada y echó una ojeada a la fachada: Ésta estaba bien cuidada, no tenía grietas ni musgo o pastos que crecían por fuera, la puerta con toques en dorado junto al picaporte invitaban a ingresar allí pero el chico tomó su distancia, no sabía a lo que podía enfrentarse, así que extendió su mano derecha y tanteó por las paredes, buscando algo que pudiera "conectarlo" con la situación a la que debía enfrentarse.

Tanteó la fachada, evitando que la gente que pasaba por allí lo viera y pensaran que estaba loco o intentaba ingresar al lugar y así llamarían a la Policía. Sin embargo, en esos momentos, el castaño alzó la vista y sintió como una fuerte oleada de energía color azul gélido se desplazaba de arriba para abajo, provocando que diera unos pasos hacia atrás, oyéndose los mismos contra el pavimento y casi se trastabillara contra un árbol que tenía sus raíces destruyendo las baldosas.

- "Mierda, parece que estás queriendo defender el "Fuerte", Mi Amigo".- Pensó el extranjero tuvo que rodear la cuadra para ver si podía encontrar algún acceso secundario o alterno, ya que por la puerta principal iba a ser sumamente complicado con los transeúntes que pasaban por allí. Fue entonces que, tras girar por el sitio, se encontró con terreno baldío y al cruzarlo examinó que éste se conectaba al patio de la casa abandonada, por lo que saltó la cerca de madera y puso los pies en el sitio. 

Una vez que cruzó hacia el patio, pudo notar el estado en el que se encontraba: El césped estaba crecido de forma muy abrupta, el árbol de naranjas era muy frondoso y el suelo estaba regado con esa fruta, muchas de ellas ya en un avanzado estado de descomposición. Se arrodilló y apoyó su mano derecha enguantada contra el piso, sintiendo aquellas "Líneas Fantasmales" que llevaban al interior de la casa abandona, por lo que sacó una ganzúa y abrió la puerta secundaria, emitiendo un chirrido a metal y madera hinchada por las innumerables lluvias y  humedad que había tenido que soportar. 

https://youtu.be/hj7wzG-yIGY

Ni más bien puso los pies en el interior del inmueble, el joven sintió la presencia de un fuerte olor a polvo, abandono y humedad combinados que impregnaron sus fosas nasales, sin embargo, el sitio permanecía intacto, nada había sido vandalizado, tirado, destruido o incluso robado. Era extraño, los muebles no habían sufrido ningún daño, el techo seguía pintado y podía sentir el aroma a la pintura fresca, mientras que las ventanas se hallaban limpias y sin ninguna mancha a su alrededor. Pronto, el castaño caminó por el lugar, buscando alguna pista que pudiera indicarle dónde estaba el alma en pena o quien sea que estuviera rondando por esa casa. 

En una de las paredes podían verse fotos del que anterior habitó en el domicilio, siendo un hombre de cabello rubio, el clásico corte militar, vistiendo su uniforme de Oficial y hallándose con sus Compañeros de Armas, mientras que en la otra estaba llevando un casco y su rifle, desempeñando su papel durante la Segunda Guerra Mundial. Grabado en dorado yacía el nombre del personaje: "Horatio Andrew McCollins, Coronel del IV Batallón de Infantes de Marina EEUU (1900-1998)".

- Ufff, sí que vivió demasiado tiempo este hombre.- Sostuvo Dimitri por lo bajo y se giró hacia donde estaba una biblioteca repleta de libros interesantes.- Wow, se nota que, a pesar de todo, era una persona muy culta. Mira esto: "Rebelión en la Granja", "1984", "Estudio en Escarlata", "Los Miserables", "El Lazarillo de Tornes", no estaría mal si me los llevara pero...- Dedujo el castaño, perdiéndose en sus pensamientos hasta que volvió en sí.- No, nada de tonterías, tengo una misión que cumplir.- Volvió a recordarse el papel que tenía que ejercer y pasó a llevar a cabo la tarea asignada.

Mientras que examinaba la sala de estar, allí no encontró nada y pasó a la cocina, tal vez allí notaría alguna presencia fantasmal.

A su vez, en la Casa Loud, Luna se encontraba en un dilema sobre si debía seguir a ese joven castaño y bien vestido, quizás ocultaba algo, podía ser verdad, sin embargo, sus padres fueron los primeros en imponer el límite a su hija rockera.

- No, Luna, no puedes seguir a alguien que no conoces.- Le advirtió el Señor Lynn muy seriamente.


- ¡¿Qué?! ¡Vamos, papa, yo puedo hacerlo tranquilamente!.- Exclamó ella, desafiando las órdenes de sus padres.


- Jovencita, si algo llegara a pasarte, todos nosotros estaríamos pasando un mal momento, además, ya bastante has estado insistiendo con tu "Club de Música" para que no lo cerraran. Hoy me llamó George diciendo que ordenaste el cierre del mismo, ¿qué es lo que pasa contigo, Luna?.- Preguntó Rita con suma preocupación al ver que su hija estaba muy "cambiada".


- No me mencionen a esos tarados.- Pidió muy seriamente.


- Luna, ellos son tus amigos, ¿qué ocurrió?.- Preguntó su padre.


- "Eran" mis amigos, papa, tiempo Pasado.- Objetó la castaña al dirigirse hacia esas personas.- Y el "Club" es una mierda, no sirve para nada, solo se la pasan hablando y perdiendo el tiempo, ya no quieren ni tocar la guitarra.


- Perdón, ¿escuché mal? Pero, ¿dijiste que ya no usarás tu "Club de Música"?.- Ingresó Luan a la Sala de Estar.


- No es asunto tuyo, hermana.- Recriminó Luna a ella.


- ¿No?. Para tu información, "Señorita Rock Star"?. Mi "Club de Comedia" cerró porque no podían mantenernos a todos, los ingresos iban al tuyo y ahora lo cierras, genial, felicitaciones, pero el mío no me lo devuelve nadie.- Apuntó la castaña pálida a la joven, quien no le prestó atención.


- Ese no es el punto, lo que yo quiero es saber sobre esa persona, sé que oculta algo, puede ser extraño pero ¿acaso no lo vieron?. Miren.- Mostró ella unas fotos que ponía la gente en Royal Woods sobre el joven que iba bien vestido por las calles y que incluso parecía llevar una especie de "bastón" de color gris niebla con mango dorado en forma de Águila. Sus padres observaron las fotos pero decidieron tomar algo al respecto.


- No, Luna y punto final, además, mira si esta persona te presenta una denuncia por hostigamiento y acoso. ¿Qué pasará luego?.- Mencionó Rita y dio por finalizado el asunto.- No se habla más.


- Pero, mama, papa...- Iba a decir la castaña rockera una vez pero se tuvo que contener. Nada servía con hacerlos entrar en razón y solo una persona podría ayudarla.- "Linky".

Dejó la Sala de Estar y subió por las escaleras hacia donde estaba su hermano albino, quien estaba ocupado leyendo cómics o algo por el estilo, quién sabía. Llegó hasta la habitación del chico y llamó a la puerta.

- Pasen.- Escuchó la voz del albino y la chica ingresó en la habitación. Allí estaba, recostado en su cama, leyendo unos cómics que traía consigo y prestando atención a la lectura.


- Hola, Hermanito, ¿cómo has estado?.- Saludó Luna, intentando ganarse su confianza.


- ¿Qué quieres, Luna?.- Preguntó el joven, yendo al punto.


- Oye, tranquilo. Solo quería hablar contigo, ya que eres el "Hombre del Plan" y puedes ser de gran ayuda, hay un chico en la Ciudad y...- Comenzó a hablarle pero con ese tono de voz nervioso llevó a que Lincoln la mirara fríamente.


Al oír esas palabras, el albino se levantó de la cama, dejó recostado el cómic y fue hasta Luna, haciendo un gesto con sus manos.


- "¿Puedes ser de gran ayuda?". Perdón, ¿escuché bien? ¿Desde cuándo te importa mi ayuda?. Ya que las últimas veces en las que yo les dí mi apoyo, ¿qué recibí de tu parte?. Nada y me dejaste muy mal parado con tu "Club de Música". Si no tienes cómo solucionar un tema, hazlo tú misma.- Le advirtió el chico y éste se cruzó de brazos.


- Vamos, Linky, no seas así.- Intentó ella con poner paños fríos.


- No: Esa es mi respuesta. Y si te llega a pasar algo, adivina quiénes serán los que tengan que salir a buscarte: Nosotros.- Sentenció el chico y volvió a su lectura.- Gracias, pero no pienso hacerlo.- Finalizó y eso llevó a que la chica bajara la cabeza, derrotada, llevando a que abandonara la habitación de su hermano.

Pero, en un cierto sentido, él tenía razón sobre lo que había dado a entender, no iba a arriesgarse en eso ni tampoco la dejaría ir para ver a alguien que apenas vio en el tren de regreso a casa. No le dijo nada al respecto de lo ocurrido con su "Club de Música", estaba sumamente callada sobre ese tema y no quería arrojar más leña al fuego, así que debió irse de allí y partir a su habitación.

La decisión estaba tomada y su familia había dicho que no, debía respetarse. 

Mientras tanto, de vuelta en aquella casona abandonada, Dimitri examinaba cada rincón del inmueble, topándose con la calma absoluta que se erguía dentro, el silencio, el polvo pero el impecable estado en el que todo se encontraba, era sumamente llamativo. Pasó su mano por el barandal de las escaleras y éste yacía limpio. Raro, ¿cómo podía estarlo si el resto de los muebles permanecía cubierto por una fina capa de polvo?. Se giró, creyó oír algo o alguien que caminaba por la planta alta, así que subió para cerciorarse de que todo estuviera en orden, por lo que desenfundó su katana y ésta emitió una Luz Celeste Gélido, haciendo brillar unas runas japonesas y de ahí la puso en ristre. 

El suelo crujía bajo sus pies, la madera podía salirse de su sitio, hundirse y terminar cayendo hacia la planta baja, no le importaba, tenía que cumplir con la misión. Todo iba muy callado cuando sintió una misteriosa ráfaga que levantó el polvo de los muebles y una voz tenebrosa inundó el sitio.

- ¿Qué haces aquí? ¿Acaso quieres morir?. Vete y no regreses a este lugar.- Habló aquel misterioso personaje desde las sombras, oculto y lanzando esa amenaza al extranjero, quien levantó el arma en posición de defensa. El acento que tenía era de EEUU, proveniente de algún Estado del Sur y que se mudó al Norte antes de partir a la guerra, sin embargo, cuando iba a hablar, un mueble salió disparado, dándole en el estómago, tirándolo contra el piso.- ¡Lárgate, nadie va a quitarme de mi hogar!.

- Mi nombre es Dimitri Sasha Ginovaef-Yoshikage, Agente de la "CAPC", "Central de Asuntos Paranormales y Conspiraciones". Fui enviado para que pueda hallar la Paz Eterna, Coronel McCollins.- Se presentó el castaño y en aquellos momentos, una risa burlona surcó por toda la casa, haciendo temblar las paredes y provocando que muchos muebles cayeran al piso.

- ¿Coronel McCollins?. Jajajajaja, vaya tonto, no me esperaba que creyeras que era ese viejo. No, yo no soy un alma en pena. ¿Acaso no puedes sentir el poder que irradio?.- Habló la voz, pero esta vez más cercano y amenazante.

Abrió los ojos y ante aquel suceso, el castaño notó la diferencia.


- ¡Un Demonio!.- Bramó el chico castaño.


- ¡Jajajajaja, felicitaciones, joven, has pasado el examen, pero no nuestra batalla!.- Le "felicitó" el enemigo y éste hizo su aparición. Era uno de piel rojo pálido, ojos amarillos y que parecían estar repletos de energía demoníaca, unos enormes cuernos adornaban su cabeza junto a dos colmillos bien afilados y brillantes. Vestía una Armadura negra con detalles en negro y dorado, como si fueran arcos y en sus manos podían apreciarse unas garras muy aterradoras.- Yo soy Abaddon El Destructor, "El Demonio del Abismo" y seré tu peor pesadilla.- Hizo su presentación con gala y educación, una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro y de ahí extendió su mano izquierda, en la cual comenzó a refulgir de una poderosa energía que creó y formó una bola de color verde pálido.- ¡Veamos si tus reflejos son rápidos, "Agente"!.- Se burló y lanzó su ataque contra Dimitri, el cual tuvo escasos segundos para evadirla y ésta destruyó su posición, además de producir una quemadura en su pierna derecha, llevando a que apretara los dientes.

- Muy bien, amigo, ya te divertiste mucho, ahora te ha llegado la hora.- Advirtió el joven y desenfundó su katana.

- No me hagas reír, chico. ¡Tú no estás a la altura de los Demonios como nosotros!.- Se burló Abaddon, quien pegó un salto y con sus garras se preparó para atravesar a Dimitri, quien alzó la katana y trazó un arco que llegó a cortarle la mejilla derecha.

- Ahora estamos a mano.- Le devolvió la burla a su enemigo, éste posó su mano por su herida y sintió como la sangre le hervía, llevando a que se enfureciera.-

- ¡MALDITO MORTAL!.- Exclamó de la furia y una poderosa fuerza comenzó a aplastar todo en su interior.

El villano comenzó con arrojarle más bolas de energía vil, Dimitri podía esquivarlas pero recibió algunos de los "disparos", otros produjeron quemaduras en su piel pero se mantuvo en pie hasta que llegó a refugiarse tras una pared.

- ¡Jajajaja, ¿qué pasa, niño?! ¿Miedo?.- Preguntó Abaddon, amenazante y triunfal.- Ohhh, no me respondes, bien. ¡Te enviaré al Infierno!.- Exclamó y un poderoso golpe llegó a destruir la pared, regando con polvo y escombros el piso pero Dimitri no estaba allí.- ¿Eh? ¿Dónde...Dónde se ha metido?.

- ¿Me buscabas?.- Reapareció el castaño debajo de una mesa y desarmó al oponente, quien quedó petrificado y sintiendo el filo de la katana que le quemaba su piel.

- ¡AHHHH! ¡¿QUÉ...?!.- Gritó del dolor el oponente.

- Esta katana fue forjada en el Templo de Kumano, Japón y está bendecida por la Diosa del Sol, Amaterasu. Te ha llegado la hora, Abaddon El Destructor, pagarás muy caro por haber profonado esta casa y tomado la forma de su dueño.- Le presentó su arma al rival y éste pidió clemencia.

- ¡Por favor, ten piedad en mí, ¿no osarías en matarme?!.- Preguntó, intentando ganarse su confianza pero el chico hundió la katana en el pecho del Demonio y terminó por matarlo.

- Mi trabajo no es perdonar a los Demonios; sino devolverlos al Plano de donde deberían estar y allí deben quedarse.- Sentenció el joven con seriedad y determinación, mientras que Abaddon El Destructor comenzaba a desaparecer, convirtiéndose en cenizas hasta que no quedó nada más que polvo y éste fue llevado por los vientos.

Pronto, la casa del Coronel McCollins quedó purificada, el castaño desplegó unos "Talismanes" de Japón con los que quedaba protegida la propiedad por el poder del Sintoismo y de la Diosa Amaterasu. Tomó su sombrero de bombín, guardó la katana y procedió con llamar a la Central: Misión terminada con éxito.

El joven se apoyó contra la escalera y sintió como las heridas se iban marcando en su cuerpo, sangrando y en especial por la zona donde se quemó por el Fuego Vil del villano. La sangre caía al piso, provocando varios ecos y éstos se perdían por la casa. Cayó por el cansancio contra el mismo y tomó un kit médico que traía en su maletín, aplicándose alcohol sobre las heridas cortantes y llegó a quitarse un fragmento de las garras de Abaddon, la cual consideró un "Trofeo de Guerra". El contacto del alcohol con su piel herida le llevaba a que apretara los dientes con fuerza, casi provocando un chirrido y de ahí se sintió mejor. Tomó su celular y llamó a aquel número.

- Objetivo cumplido.- Anunció el castaño, mientras que el sangrado paraba.-

- Bien hecho, "Agente Oriente". Nombre del enemigo destruido.- Pidió la Central desde el otro lado tras felicitarlo.

- Abaddon El Destructor, el "Agente Terra" lo había persiguiendo hasta caer en combate poco antes de mi graduación. He cumplido su objetivo, ahora puede descansar en paz.- Respondió el muchacho, poniéndose de pie.

- Sí, es verdad, ahora que Abaddon está muerto, puedes retirarte, la Policía no tardará en llegar ya que los vecinos los han llamado. Escapa de allí rápidamente.- Le encomendó la Jefa y éste asintió con la cabeza.

Tuvo que agacharse y gatear hasta llegar hacia la puerta de la cocina por donde había entrado, ya que podía ver y oír las sirenas de las patrullas que llegaban hasta allí, sumando a los policías que se bajaban y estaban por tirar abajo la puerta. Una vez que entraron, Dimitri pudo escapar justo a tiempo.

- Revisen el patio.- Pidió uno de los agentes y sus compañero inspeccionaron el lugar pero no hallaron a nadie.

Dos calles más al Este, el castaño logró fugarse justo a tiempo, sin dejar pistas y poder volver a su "Refugio" que tenía en el Centro de Royal Woods para descansar, hoy sí que había sido un día largo y lleno de trabajo.

[Nuevo capítulo y otra vez Luna se ha topado con el castaño de Rusia y Japón, sin embargo, no cuenta con el apoyo de su familia y si preguntan por qué, la respuesta es porque esto ocurre después de los eventos del capítulo de TLH donde amenazaban con cerrar el "Club de Música", así que lo torné un poco "alterno" y ahora la castaña no tiene apoyo para salir e investigar a esa persona, ni siquiera contar con sus, ahora, ex-amigos.

Sumado a ello, Dimitri logró eliminar a un Demonio, el cual tiene unas referencias al "Warcraft", sobre todo por el uso de la Magia Vil pero esto es solo el comienzo de los próximos casos que investigará. También hay guiños a la Mitología Japonesa, sobre todo en la katana que porta el castaño, además de que veremos a otros seres de la misma, sobre todo Youkais, Almas en Pena, Conspiraciones, entre otros asuntos más.

Mando saludos y agradecimientos para Raginhard, El Caballero de las Antorchas, LeoneEpsilon, LucasAbad0, AnonimousReader98, Sitx20 y los demás por seguir esta historia.

Próximo capítulo:  "Asesinato en la Calle John Edgar Hoover (Parte I)"

Nos estamos viendo, amigos y...

¡Feliz Sábado de Gloria para todos ustedes!.].

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