And together we'll float like angels
Together, together we will float like angels

Higher than the heavens the clouds part ways
Promise me to never look down
And we'll stay like this forever

Después de los percances con la banda de psychobilly y el festival gótico, Fernanda junto a Michael ayudaron a Mandy y Dana a grabar su primer sencillo.

Todo estaba en orden en sus vidas, tanto la pareja de músicos, como la bajista y dibujante, quienes había entablaron una gran amistad entre las cuatro ahora que vivián bajo el mismo techo.

La vocalista y la guitarrista les ayudaban en todo lo posible, desde recoger, hacer el aseo, lavar y demás. Incluso ellas con su sueldo hacían la despensa para toda la casa, algo que había hecho a la emperatriz reprenderlas por ello, ya que sabían que no estaban muy estables económicamente por los trabajos y ambas estaban ahorrando para poder ir a rentar un departamento juntas.

Fernanda les ofreció ayudarlas, pero se negaron de manera rotunda.

Sin embargo, la gótica siempre tenía comida para todas en la casa sin aceptar un no como respuesta por parte de las jóvenes.

Ya que no solo ayudaban de gran manera, sino que cuidaban a Annie siempre, ellas llegaban a pasar por la pequeña a la escuela cuando no podía hacerlo alguien, jugaban con la infanta e incluso le compraron cosas, desde dulces y juguetes, lo cual tenía muy contenta a Annie siendo consentida por muchos lados, por sus madres, sus tíos y sus nuevas tías que la querían mucho, se sentía en la gloría la pequeña.

Por su parte Mandy y Dana, estaban en la hermosa etapa del enamoramiento, si bien Dana era muy coqueta, cuando estaba con su novia se mostraba muy inocente, parecía una niña pequeña, quien veía con ojos de amor a la guitarrista la cual de igual manera se mostró embelesada por la vocalista.

Ella no había conocido esta faceta de ella donde podía ser una chica cariñosa y tímida, había incluso dejó de coquetear con todo mundo como antes lo hacía y se la pasaba señalando que su pareja, era la mejor de todas, estaban muy enamoradas la una de la otra.

Sin embargo, ahora lo que concernía a Fer y Astrid era la adopción de Annie, lo cual las tenía muy emocionadas.

Estaban en el registro civil con Annie a su lado un viernes por la tarde, habían sido acompañadas por Jenny ya que intentarían hacer los trámites para que Fernanda pudiera adoptar a la pequeña pelinegra como su madre.

Habían estudiado de arriba para abajo todas las leyes de Boston habiendo una que estaba un poco problemática siendo que por la edad de Fernanda no podría adoptar, hasta que ella tuviera veinticinco años de edad,

Sin embargo, la otaku se había movido por cielo, mar y tierra e incluso acudido con uno de sus profesores de la facultada que estaba bien posicionado en las esferas altas de las leyes de dicha ciudad, siendo que había congeniado muy bien con la pareja de Erick considerándola su más brillante alumna.

—Ok señorita Quezada, me dices que su clienta Fernanda quiere adoptar a la hija de su pareja —mencionó el juez en la audiencia quien las veía de manera analítica en aquellos momentos.

—Eso es correcto su señoría, como bien recibió la carta del profesor Johanson de Harvard, solo tenemos un pequeño inconveniente con la edad de mi clienta, la señorita Lancaster —señaló la abogada viendo directamente al hombre.

—Comprendo, ¿por lo que sé tienen todos los documentos en orden? —observó los papeles enfrente de él incluso la constancia de relación entre Astrid y Fernanda que la habían sacado de último minuto con ayuda de la abogada.

—Si, los documentos están ahí cada uno de ellos y como logrará observar la señorita Lancaster es una persona bien posicionada, siendo ella a su joven edad jefa de una región completa en "Sony Music" ganando más que suficiente para poderle dar a la pequeña una vida digna junto a su madre biológica, la señorita Lowllet —señaló con esperanzas la abogada.

El juez tomó los papeles en sus manos, analizando cada detalle con detenimiento, pasó hoja por hoja de los documentos, incluso sonriendo en algunos. Jamás había visto una chica de esa edad tan exitosa en ningún sentido, más teniendo el tipo de enfermedades que acongojaban a la pelinegra, la esquizofrenia controlada, la depresión y la ansiedad.

Sin embargo, en el reporte psiquiátrico, se señaló que la mujer era estable y que sobre llevaba todo eso, incluso notando que dichos padecimientos jamás la habían frenado en ningún aspecto.

También estaba muy conforme con la educación y el tipo de salario que manejaba la bajista, alzó su mirada negra hacia la pareja, la niña y la abogada analizó las cosas sonriendo de vez en cuando, pero era sacado de su monólogo por la voz angelical de la pequeña.

—Señor, mi mami Fernanda es una persona muy buena. Le gusta cuidarme mucho y cuando los malos nos quisieron hacer algo ella me defendió, es como Supergirl ¿Si la conoce? Es la prima de Superman, es una heroína, aunque me da tristeza que ahora tenga que usar bastón por que la lastimaron —dijo la niña.

El juez vio maravillado a la pequeña pelinegra con una amplia sonrisa ante su valentía.

—Entonces ¿Tú quieres a tú mamá? —preguntó lleno de fascinación el señor.

—Amo a mi mami Fernanda y aunque no quiera nadie ella será siempre mi mamá, aunque a las personas no les guste —se cruzó de brazos la pequeña, pero sin quitarle la vista de encima al juez frente a ellas.

Esto sin duda había hecho que tanto la abogada como la pareja abrieran los ojos preocupados.

Si bien sabían que Annie era una niña que no se callaba lo que sentía no estaban esperando este tipo de reacción por parte de ella y menos en estos momentos, donde era crucial mostrar todo lo bueno que tenían como familia.

Pero a pesar de ello Fernanda sintió su corazón latir mucho, las palabras de Annie habían causado que la emperatriz de la escena se le humedecieran los ojos.

La pequeña niña la presumía como lo mejor de este mundo junto con su madre y no podía más que sentirse amada en esos momentos.

Era como si toda la pesades del mundo se disipara, la sonrisa y decisión de la diminuta pelinegra le mostró a la bajista cuanto la amaba, como la veía como una madre, era como si las dos Lowllet estuvieran hechas para amar a Lancaster, eran hechas a la medida.

Su familia perfecta, aquella que siempre iba a estar ahí para su persona, sin miedo al futuro y agarradas de la mano para jamás separarse. Era una unión sólida, estaban saliendo adelante y Astrid no estaba más que agradecida por todo.

El juez sacó su bolígrafo para tomar un papel que estaba a su lado, viendo a las cuatro femeninas enfrente de él.

—Amo lo que han hecho ambas con la niña, mucha gente aún tiene un gran prejuicio en cuanto a las parejas del mismo género, más las personas de mi edad. Sin embargo, si algo he aprendido, el amor no tiene barreras, jamás lo tendrá, lo aprendí un poco tarde, pero hoy en día puedo decir que estoy feliz con mi esposo Albert—dijo el juez, ganándose una sonrisa por parte de las tres, era también parte de la comunidad —. Me costó mucho aceptarme, mis hijos afortunadamente me apoyaron también y entable una relación muy hermosa de amistad con mi exesposa, quien adora a mi nueva pareja.

—¡Debe ser una persona muy afortunada su pareja! —sonrió Fer

El juez sonrió y asintió.

—Hoy en día veo a los jóvenes como ustedes que no tienen miedo de mostrar lo que sienten y mi esperanza hacia las familias diversas, sea hombres y un niño, mujeres y un niño y demás hace que mi corazón lata y tenga esperanza en que el mundo se está abriendo para aceptarnos.

El juez terminó de firmar el oficio con una gran sonrisa en los labios.

—Felicidades señorita Lancaster, es oficialmente la madre de Annie —con ello le dio el documento a la abogada donde decía ya el nombre de la pequeña como Annie Fernanda Lowllet-Lancaster.

—¡Mil gracias! —exclamó Astrid sin poderse contener.

—No hay nada que agradecer señorita —sonrió de manera fraternal el juez viendo cómo la gótica abrazó a su pareja y cargo a su hija.

Fernanda tomó a la pequeño azabache en sus brazos y la apretó contra ella sonriendo y Astrid se unió al desplante.

—Lo logramos —murmuró Fernanda sin dejar de abrazar a su ahora hija legal.

Se despegó un poco de ella y viendo a Astrid sonrieron de manera amplia y bañaron a la infanta en pequeños besos llenos de amor.

Al salir del registro civil se tomaron varias fotos, pero ponían una donde salían las tres sonriendo con Jenny a lado, con una leyenda que decía "Una familia oficialmente, gracias a la mejor abogada del mundo"

Esto sin duda había ocasionado que Jenny sonriera y se le saliera una lagrima, al ver como todas las personas que seguían a la pareja, las felicitaron por su gran trabajo y observaba como su página de cosplay y su personal iba creciendo en "views" y seguidores.

La felicitaron por el gran trabajo que hizo, lo cual la llenó de regocijo al ver lo amada que se había vuelto.

Había podido contribuir con un granito de arena para el para siempre de Astrid y Fer y era algo que jamás olvidarían.