Trazo #32: Leave's Eyes -Into Your Light
I've taken this step
And we're intimate now and I am
I am joining your world
A formation of love and you shine
Through me
Dos meses después.
Astrid, Sayumi y Emily estaban sentadas en un parque cercano a la casa de la gótica. Con ellas se encontraban Annie, Kiba y la pequeña Leila, la hija de Robert y la escultora.
Los niños más grandes se encontraban jugando en los juegos del lugar mientras que sus madres hablaban.
Habían quedado de reunirse todos ahí, los chicos llegarían un poco más tarde mientras que Jenny y Amanda ya iban en camino.
La pareja de Fer y la guitarrista ya se veía más a menudo ya que Astrid ya llevaba tiempo trabajando en la disquera, le estaba yendo muy bien y ella se sentía muy a gusto, más al poder ver a todos sus amigos de Beyond casi a diario, más aparte a su amada pareja.
—¿Cómo te has sentido Emily? —preguntó Astrid.
La gótica tenía a su hija en sus brazos mientras que con una manta se cubría ya que la estaba alimentando.
—Me siento, bien para ser sincera, pero un poco cansada —sonrió de lado.
—Si, eso es normal, después de todo lo que pasaste —comentó Sayumi —, pero dime que no valió la pena.
Movió su cabeza hacia el pequeño bulto en los brazos de Emily.
—¡Cada bendito segundo! Ver la felicidad en la cara de Robert no tuvo precio y más al escuchar todo lo hermoso que nos dijo —sonrió.
—Ese Robert es una gran persona maravillosa, de verdad que lo quiero mucho como mi cuñado —puntualizó Astrid.
—¡Es difícil no hacerlo! Se hace fácil de querer —dijo Ishtar.
En ese momento escucharon dos pares de pisadas caminando hacia ellas, volteando a ver qué eran Amanda y Jennifer, ambas de traje sastre recién salidas de trabajar.
—¡Hola chicas! —exclamó Jenny.
Amanda las saludo mandándoles un beso.
—¿Cómo les fue en el trabajo? ¿Muy tedioso? —preguntó Isthar.
Amanda trabajaba en una firma de arquitectos y actualmente estaba en el proyecto que les había contado a sus amigas hace unos meses del centro comercial, la tenía muy emocionada eso.
Por su parte Jenny estaba en un buffet de abogados, donde llevaba litigando casos de corte familiar, algo que le apasionaba mucho a ella.
—Pues lo del mall está saliendo bien, los permisos ya fueron liberados para la expansión que solicitó de último momento el cliente —comentó Amanda con un poco de cansancio.
—¿Qué tan rápido te los liberaron? —preguntó Astrid.
—Casi de manera inmediata, gracias a que Jenny —le sonrió a su amiga —. Me paso el contacto de un magistrado y me brindó la ayuda a cambio de yo hacerle unos planos para la expansión de su casa, fue un trato justo.
—Menos mal, esos trámites se escuchan muy tediosos —comentó Emily mientras que se estaba tapando ya que Leila había acabado de comer.
—¡Ay si! Cómo no tienen idea.
—¿Tú que tal Jenny? —preguntó Sayumi.
La cosplayer dejó salir un suspiro y rodó los ojos.
—Estoy en un caso muy feo —mencionó —, un padre de familia golpeado por su esposa al ser invalido y que esta misma abusó físicamente a su hijo con golpes.
Las chicas fruncieron el ceño, sabían que cualquier tipo de caso que involucre menores de edad ponía muy triste a Jenny.
—¿Qué te ha pedido el cliente? —cuestionó Sayumi.
—Sólo el divorcio, pero con toda la evidencia que tenemos le puedo dar unos buenos quince años detrás de las rejas.
—Déjame adivinar, él no quiere hacerlo —dijo Emily.
—Básicamente, no sé qué tipo de juego psicológico jugo esta mujer con el pobre señor que sólo se quiere alejar junto con su hijo lo más lejos de ella.
—¿Hay marcas? —preguntó Astrid refiriéndose a las agresiones.
—Si, bastantes, tanto del padre cómo del hijo, estoy intentando que el jovencito diga algo, para con eso llevar más arriba el caso —dijo Jenny.
—Estás haciendo lo correcto Jenny —dijo Isthar.
—Pero suficiente de tristezas, ¿Qué tal van ustedes en Sony? —Amanda se sentó a lado de Emily.
La gótica le dio a la pequeña Leila a su tía arquitecta quien la empezó a arrullar.
—Pues de lado de portadas todo tranquilo, hice otra la semana pasada, la posteé en mi Insta —dijo Astrid.
—¡Si la vimos! Te quedó genial —exclamó Emily.
—Si igual a mí me gustó como quedo, y es para una banda de darkwave así que eso me hizo mucho más feliz —comentó Astrid.
—¿Y la banda? —preguntó Emily.
—Pues ahí la llevamos, Fer nos está ayudando mucho con todo y aparte de que nos contrató a los cuatro como ingenieros de sonido, estamos no sólo con la grabación sino también ayudando a las demás bandas con el sonido y todo eso —sonrió Sayumi.
—¿El EP ya casi está listo? —preguntó Amanda.
—Nos falta afinar unas cuantas partes y checar los tempos, pero prevemos que estén listas para dentro de unas cuantas semanas más.
—¡Muero por escucharlos de manera profesional! —exclamó Emily.
—Lo que llevan se escucha muy bien, a mí me gustó —dijo Astrid sonriendo.
—¡Qué envidia! Yo ya quiero escucharlos —se cruzó de brazos Jenny.
En ese momento se escuchó un carrito de helados, a lo cual Kiba y Annie salieron corriendo a donde sus mamás.
—¡Mamá! ¿Nos dan para unas paletas? —preguntó Kiba.
Astrid sacó de su monedero un billete de veinte dólares y se lo dio a Kiba.
—¿Quieren algo? —cuestionó la gótica viendo a sus amigas.
Todas negaron.
—Compren de ahí para los dos —dijo Astrid sonriendo.
Los chiquillos agradecieron y salieron disparados para detener el camión desde la acera, el cual se acercó.
Las chicas continuaron hablando entre ellas, pero Emily no le quitó la vista de encima a los niños, tenía un mal presentimiento.
Kiba traía el dinero en la mano y cuando el heladero abrió para atenderlos el color se le drenó de la cara a la gótica.
—¡Jacobson! —señaló Emily.
Esto captó la atención de todas las chicas y voltearon a ver a donde señaló la mujer.
Vieron al hombre, ya no tenía el cuerpo de antes, se veía bofo, pero la estatura seguía ahí, era aún muy imponente.
Sin perder tiempo las cinco se levantaron y apresuraron su andar hacia los pequeños siendo las primeras en llegar Amanda y Sayumi.
—¿Y qué hacen solos niños? —alcanzaron a escuchar la voz del tipo.
—¡No lo están! —la voz de Amanda era firme.
Tomó las paletas de los niños y las dejo en el mostrador, mientras que Sayumi y ya con Astrid ahí tomaron a los pequeños para alejarlos de ahí.
Jacobson las reconoció casi enseguida.
—¡Ustedes! —su enojó era palpable y fue cuando alcanzó a percibir Jenny un aroma a alcohol y marihuana proveniente de él.
—No está en sus facultades —comentó mientras señaló a los ojos del sujeto.
—¡Me las van a pagar! —se escuchó al tipo decir.
Cerró el mostrador y salió del camión, dando la vuelta para encararlas.
—¡Aléjate animal! —dijo Astrid intentando parecer valiente.
Por mala suerte, en el parque sólo estaban ellos, dejándolas vulnerables, y siendo Amanda la más alta se puso enfrente de sus amigas.
—¡Vete de aquí Jeremy! No queremos problemas —dijo intentando sonar valiente.
—¡Ustedes me jodieron la vida! Sobre todo, esa zorra gótica y su perra Fernanda—exclamó —. ¡Ahora me las pagaran por ellos putas!
Sus ojos estaban desorbitados mientras avanzaba hacia ellas.
—Por favor envíen una patrulla al parque memorial, un sujeto nos está amedrentando, parece intoxicado —se escuchó decir a Emily.
La chica había marcado a la policía, actuó de manera rápida quería evitar cualquier problema.
—¡Ya vete! Los policías vienen —dijo Astrid aún asustada.
—Me da tiempo perfecto para...—intentó avanzar hacia ellas.
Las chicas se juntaron para estar más protegidas dejando a los asustados niños en medio junto con Emily.
—¿Chicas?
Era una voz que todas agradecían escuchar, la de Fer.
Voltearon a ver, eran sus parejas sacadas de onda.
Sin meditarlo todas se movieron detrás de ellos y fue Jenny quien señaló al tipo.
—¡Es Jacobson!
Esto alertó a los chicos quienes encararon al tipo.
—No le hagan nada, ya viene para acá la policía —dijo Amanda.
—Vete de aquí Jeremy —dijo de manera fría Fer —, te juro que si no lo haces haré que te arrepientas.
La furia de la bajista era muy palpable, y no estaba injustificada, siendo que él había querido abusar de ella en la universidad.
Se escucharon las sirenas a lo cual reaccionó el exjugador de Lacrosse, quien intentó huir, pero fue detenido por los chicos hasta que llegaron los elementos de seguridad.
Tomaron las declaraciones y se llevaron al sujeto en una patrulla, mientras el grupo de amigos se sentó en el parque a calmarse del evento.
Por fortuna todo había salido bien, sin ningún problema.
—¿Estás bien amor? —preguntó Fer estando un poco alejadas del grupo.
—Si cariño, sólo un poco asustada por lo que pasó —dijo la gótica —, menos mal alcanzaron a llegar tu y los chicos, tenía miedo.
—Lamento haberme tardado tanto, no volverá a pasar —susurró Fer.
—No fue tu culpa princesita, afortunadamente todo está bien, no te atormentes —la jaló hacia ella y la beso.
Fer se relajó bajo su toque.
—Siempre te cuidaré princesa de la noche.
—Lo sé princesita, créeme que lo sé.
Fer tenía un presentimiento que no era la última vez que verían a Jacobson.
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