Trazo #21: Blessthefall - Open Water
Capítulo dedicado a la persona mas especial en mi vida y compañera escritora
If your love is like a dream, don't wake me up
It's hard enough to face the world alone
If this love is just a dream, don't wake me up
It's hard enough to face the world alone
Astrid estaba en la cocina, iba a preparar una gran comida para Fernanda, dando gracias de todo lo que había hecho por ella y por Annie, después de cuatro años tan duros ahora estaba relajada, su corazón no le dolía. A pesar de no haber formalizado aún con ella, la gótica sentía que cada vez podría estar más cerca de ello.
Hamburguesas es lo que iba hacer para Fernanda, sabía que eran de sus alimentos favoritos y más las caseras, siendo que ellas siempre se preparaban unas cuando salían en la universidad.
Tenía ya picado los diferentes ingredientes de verdura, jitomate, cebolla, pepinillos, lechuga entre otros, mientras se estaban friendo las carnes con el queso arriba, quería que todo saliera perfecto para esto, sentía que era lo mínimo que podría hacer por aquella cica que tanto amaba.
Annie estaba haciendo su tarea, por fortuna Fer había encontrado una escuela de paga y la inscribieron ahí, corriendo la azabache con los gastos del colegio, algo que se intentó oponer la gótica pero nuevamente cedió ante la gran energía dominante que emanaba ya hoy en día Fernanda.
Le costaba mucho mantenerle la mirada, y eso le gustaba, sentía muchas mariposas en su estómago, esta nueva chica la tenía babeando incluso más que cuando estaban en la universidad, de sólo estar cerca de ella quería meterse en sus imponente brazos y ser cobijada por ella.
Lo imponente que se veía Fernanda después de su regreso hizo pensar muchas cosas a Astrid, desde cómo la pasó lejos de todos ellos, cómo mejoró como persona e incluso que tanto sufrió por su culpa.
Ella seguía teniendo dificultad en perdonarse, sabía que lo que ella hizo en el pasado no tenía una excusa y mucho menos una manera de ser olvidada de manera fácil, pero parecía que Fer ya lo había logrado, eso la hacía admirarla incluso más.
Continuó cocinando, mientras que las hamburguesas estaban listas, se puso a freír las papas a la francesa que le fascinaban a la bajista, quien siempre le había aplaudido cómo las hacia ella, con ese toque de sal y una pizca de pimienta que quedaban perfectas, le fascinaba que a Fer le gustara lo que ella hacía.
Checo el reloj, eran las cinco para las seis, Lancaster llegaría en veinte minutos a lo mucho, y por fortuna ya casi había acabado.
Empezó a recoger las cosas que había usado y guardo la mayonesa, mostaza en el refrigerador, dejando en el lavatrastos lo que había usado de sartenes e instrumentos de cocina.
Llevó todo al comedor y con una sonrisa en sus labios empezó a acomodar la mesa para que pudieran comer, mientras prendió la tele y puso las noticias, ya que la bajista siempre llegaba a verlas, le gustaba estar informada.
Dejó los refrescos en medió junto con las cosas para preparar cada quien su hamburguesa, sin embargo, notó algo en la tele que llamó su atención.
"Hoy se cumple una semana de la brutal golpiza y tortura que recibió el maestro que fue destituido de una de las escuelas públicas de la ciudad"
Pasaron la foto de Ryan, con los ojos morados, la nariz de lado y muchas cortadas en la cara y cuello, que parecían quemaduras, esto sorprendió a la gótica.
"Se encontró al profesor que impartía quinto grado en la escuela primaria P.S. 234, amarrado, con heridas de golpes, quemaduras y la nariz rota, mientras que algo que se resaltó mucho fue el pentagrama invertido dibujado en su pecho con lo que parecían agujas al rojo vivo, comentó la policía, por el tipo de laceración que presentaba"
Astrid subió un poco más el volumen sin dejar de poner atención.
"Se encontró de igual manera una nota donde se le señala que acosó a alguien que no debía, de igual manera de que insultó a una niña e incluso que intento abusar de alguien. Junto a él se encontró una memoria USB que contenía grabaciones de su computadora profesional donde se le encontró videos Snuff, y de abuso infantil"
—Se lo merecía, se metió con alguien que no debía —dijo una voz detrás de Astrid.
La gótica se sobresaltó, dejando caer el control en el sillón por el susto, volteó de manera rápida y observó que Fernanda estaba parada atrás de ella con su mochila del trabajo y con una pequeña sonrisa en sus labios.
—¿A qué te refieres Fer? —cuestionó la gótica.
—Sabía que él no iba a recibir su merecido, la escuela lo estaba protegiendo a costa de cualquier cosa, así que decidí tomar la justicia en mis manos.
Astrid no estaba captando mucho lo que decía Fernanda, sabía que hablaba de Ryan, pero no comprendía a que iba.
—No entiendo princesita, ¿A qué te refieres?
Fernanda camino hacia donde estaba Astrid y dejó su mochila en el suelo.
—Yo fui la que le hizo todo eso —soltó la bomba.
Astrid muy dentro de su ser sabía que algo había tenido que ver esta Fernanda, la conocía muy bien, entendía que cuando ella le dijo todo lo que pasó el día que la corrieron de la escuela y humillaron a Annie, todo eso iba a tener consecuencias para Ryan y parte de ella quería que así fuera.
—¿Por qué lo hiciste?
—Creo que es bastante obvia la pregunta, lastimo a la persona que más amo en este mundo, hizo sentir menos a su pequeña hija y aparte intentó abusar de esa maravillosa mujer que tiene mi corazón, ¿Crees que me iba a quedar sin hacer nada? —alzó la ceja la azabache.
El corazón de Astrid se estaba por desbordar, acaba de escuchar lo que tanto había añorado, entendió por primera vez desde que había regresado la bajista que Fernanda seguía enamorada de ella, no sabía por qué, si podría tener mejores mujeres.
—Yo no soy una persona buena Astrid, si no lo fui en la universidad, créeme que menos en la vida adulta. Y si un hijo de puta lastima a una mujer o la acosa, para mi es motivo suficiente para lastimarlo, sin embargo, se atrevió a hacerte eso a ti y no sólo eso, sino a lastimar sentimentalmente a Annie. No lo podía dejar sin que sufriera las consecuencias.
Astrid escucho cada palabra dicha por Fernanda y no pudo más que sentir amor por ella, siendo que demostró que en verdad la amaba, que buscaba crear una vida a su lado, o al menos eso le estaba dando a entender.
Se movió hacia adelante y acarició el rostro de la músico con una sonrisa.
—No sabes cuanto te amo Fernanda, en serio que, me gustaría poder mostrarte todo lo que mi corazón siente por ti cada vez que te veo, en cada momento que te siento cerca. —dijo Astrid, sus ojos cristalizados —. Se que no merezco nada, y mucho menos lo que me has dado a mi o a mi hija, no eres una persona mala, eres un ángel en nuestras vidas.
Fernanda vio a los ojos a Astrid, aquellos orbes grises que tanto amaba ella, que no tenía manera de decirles que no, que siempre habían estado en su mente incluso después de que se fue de Boston hace cuatro años.
Ahora estaban aquí, la una con la otra, mostrando sus sentimientos, enseñando cómo estaban enamoradas aún.
—Sólo hago lo correcto para la mujer que es el amor de mi vida, quiero que entiendas eso, yo deje todo atrás y decidí amarte con todo lo que eso conlleva, incluyendo a tu hija a la cual amo cómo si fuera mía. Pero para muchas personas no soy un buen ser humano, No quiero que te señalen por eso —Lancaster puso un mechón del cabello de Astrid detrás de su oreja haciéndola sonrojar.
—Prefiero caminar mil infiernos tomada de tu mano que tener la vida eterna sin ti a mi lado.
Sin meditarlo ni pensarlo Astrid tomó la playera de Fernanda y la jaló hacia ella, rozando sus labios a los de ella.
—Señorita Lowllet ¿Me está seduciendo? —rió un poco Fernanda.
—Claro que sí señorita Lancaster.
Y sin esperar más, la gótica capturó sus labios a los de la bajista comenzando a besarlos de manera lenta primero, saboreando cada roce que tenían la una con la otra, mientras que Fer la aprisionó al sillón con cada uno de sus brazos a lado.
Astrid acarició el rostro de la músico con cada pequeño beso que se daban. Sintió cómo su mundo se iba construyendo de nuevo, tener a Fernanda de esa manera tan cerca de ella la hacía sentirse bien, feliz cómo hace mucho no se había sentido.
Por su parte, el corazón de la bajista estaba danzando de manera desbordada, volver a sentir los labios de Astrid de esa manera la tenía muy feliz, no podía creer que de nueva cuenta estaba tan cerca de ella.
—¿Quieres que lo volvamos a intentar princesita? —susurró entre besos Astrid.
—Creo que eso es más que obvio, princesa e la noche.
Se separaron para tomar un poco de aire, no dejaban de verse, sentían que si lo hacían la otra desaparecería.
En ese momento escucharon los pequeños pasos de Annie caminar hacia ellas, no se molestaron en quitarse sólo la voltearon a ver, se mantuvieron abrazadas.
—¿Ya podré decirle a Fer mamá? —preguntó de manera inocente.
Las dos se le quedaron viendo con una sonrisa en sus labios.
—¿Eso es lo que quieres pequeña? —cuestionó la bajista.
Ella de manera inocente asintió.
—Entonces si tu mami está de acuerdo yo estoy lista para ser tu mami —sonrió Fernanda.
La chiquilla volteó a ver a Astrid quien sólo asintió.
Con ello corrió hacia ellas y la dos la recibieron con un gran abrazo.
Las tres por fin estaban en casa.
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