Hail the night, and reject the sun
The raging fire blazing all mankind undone
I declare you the soon to be departed
Unspeakable atrocities shall come to light
You are all servants to ideals and stigmata
A curse most grim, the siren's hymn

—Señorita Lancaster, los reels que nos pidió hacer para las bandas, BloodyFest y EvilStar han llegado a las veinte mil reproducciones cada uno —dijo Arthur mostrándole su computadora a Fernanda.

La jefa de región checo los números sonriendo, su plan había servido de gran manera, tenían que poder aumentar a fama de las nuevas bandas que firmaron ese mes con ellos, más que nada por el festival que se acercaba en unos meses.

—Perfecto, ¿y la reproducción en Spotify cómo aumentaron?

—Bien, el primer EP de BloodyFest fue muy bien recibido por la audiencia, alcanzó las treinta mil reproducciones en una semana y media, mientras que EvilStar al ser DownTempo, logró llegar a las veinte mil reproducciones —comentó el community manager.

—Excelente, eso quiere decir que cuando anunciemos el festival en un mes la gente estará feliz de que esas dos bandas estén en el cartel —señaló Fernanda.

Bebió un poco de su jugo de naranja, todo estaba saliendo bien con este proyecto.

—Pues acorde a la recepción en redes sociales, la manera en que se ha distribuido en Spotify más las quinientas ordenes de sus singles y EPs que tuvimos fuera de los de las tiendas de discos, creo que si jefa —dijo Arthur.

Fernanda sonrió y vio el marco que estaba en su escritorio, era Astrid abrazando a Annie, les había tomado esa fotografía hace dos semanas, la imprimió y la enmarcó, adoraba poder verlas incluso en su horario laboral, eso la motivaba mucho.

—Hemos hecho un gran trabajo —comentó Lancaster.

En ese momento tocaron la puerta de su oficina.

—Pase.

Eran Alina y Alastor, la chica con unos documentos y el joven se veía que estaba en el teléfono en una llamada.

—¿Todo bien chicos? —preguntó Fer.

—En lo que cabe si jefa, pero a Alastor lo está molestando el señor Fischer con lo de Beyond The Light, ya que no ha habido ningún avance con eso —señaló Alina.

—¡Por Belial! Si acabamos de tener la junta el martes, apenas es viernes les dije que el lunes que viene les tendría una respuesta —rodó los ojos la bajista.

Sacó de su cajón sus pastillas, al momento que escuchó que su alarma sonaba y esta Alina se apresuró a darle un vaso con agua, la azabache era muy estricta con la hora de sus medicamentos, no quería tener una recaída jamás. Necesitaba mantenerse bien.

Se tomó la clozapina junto a la doxepina, que eran las que más controlaban su esquizofrenia y depresión.

Alina siempre estaba muy al pendiente de esto, más después de aquel aciago día donde esta Fer tuvo una decaída dura y fue hospitalizada cuando aún estaban en Los Ángeles.

Vieron que Alastor colgó el celular y se veía muy frustrado.

—No sé cómo puede trabajar con ese tipo jefa, es un grano en el culo —se notó la frustración en la voz del chico.

Fernanda soltó una risita.

—Te llegas a acostumbrar Alastor, créeme que yo no soy muy fan del señor Fischer, pero de verdad prefiero que él nos esté jodiendo a que lo haga Bennedict, es tipo si que es nefasto —comentó Lancaster.

—Si he escuchado unas cosas turbias de él, pero también que usted es de las pocas personas que ese hombre teme dentro de la disquera —dijo Arthur.

Fer se rió de manera nerviosa.

—No tan así, solamente que lo puse en su lugar cuando quiso pasarse de manolarga conmigo —comentó la azabache.

Esto tomó por sorpresa a sus tres subordinados.

—¿Cómo que se sobrepasó con ustedes? —los ojos de Alina mostraron mucha sorpresa.

—Si, cuando apenas era una secretaria intento meterme mano, pero lo golpeé, pensé que me iba a correr, sin embargo, el señor Mcallister no lo hizo y sólo se burló de él —señaló Fer.

—¿Y por qué no lo corrió el patrón? —Alastor alzó la ceja.

—Por lo que sé, Fischer es pariente de Mcallister por parte de una prima del CEO, así que no quiso ocasionar problemas en su familia —comentó Fernanda —, pero si le quito mucho poder en la empresa, incluso parte de sus acciones.

—Pero lo que hizo fue acosó, no por qué sea familia él jefe Mcallister va a permitir eso, ¿O sí?

—Lo hizo también para que a mí no me demandara por la golpiza que le metí, ¿por qué creen que tiene el tabique chueco?

Una sonrisa maquiavélica se dibujó en el rostro de Fernanda y sus subordinados se comenzaron a reír.

—Vaya, no sabía que eso había sido cortesía de usted —se sorprendió Alina.

—Le enseñé que a las mujeres no se les toca contra su voluntad, así que básicamente, el señor Mcallister me cuido cómo siempre lo hace —sonrió.

—¿Su relación con él es muy estrecha verdad? —la vio este Alastor.

—Demasiado, es cómo mi abuelito.

En la disquera se sabía que Fernanda era la protegida de Mcallister, y que cualquier cosa que le quisieran hacer a ella se encontrarían con el CEO de la empresa, algo que nadie quería, pero no sólo eso. La chica demostró con creces que era una mujer muy inteligente con gran visión para los negocios, pero aparte una erudita en la música; el apoyo que le daba Mcallister no era de gratis.

Los chicos continuaron platicando otro rato, donde su jefa les llegó a contar una que otra anécdota de ella cuando apenas era una secretaria, los tenía muertos de risa.

—¿Entonces ustedes hicieron que esa banda firmara y después cediera los derechos de su música? —preguntó Alina.

—En pocas palabras sí, pero no fue en mala onda, sino que sabía que su vocal les quería jugar chueco, hoy en día tienen un cantante nuevo que es super buena onda y no les quiere robar nada.

Checó su celular la jefa y vio que eran las dos con treinta, se vería con los chicos de Beyond en media hora en un restaurante, les comentaría de la idea de regresar.

—Chicos, les aviso cómo me fue con mis amigos, no se vayan tan tarde, es viernes.

—Con cuidado jefa —dijeron los tres al unísono.

La chica se fue a su carro y manejo al restaurante en el que habían quedado, The Dubliner, un pub irlandés.

Ella estaba muy emocionada de que Beyond tuviera esta nueva oportunidad, sabía que iba a ser un camino muy costoso para todos, más en el punto de que debían ensayar de nuevo y tener la misma sinergia de antes.

Se bajó de su auto y se lo dio al valet parking, recibiendo el boleto y entró al establecimiento.

Vio que ya estaban ahí Robert e Ishtar, los saludo de lejos y ellos le sonrieron.

—¡Hola chicos! ¿Cómo están? —preguntó Fer.

Se sentó en la cabeza de la mesa.

—Todo bien ardillita, ¿Tu cómo vas? —contestó Sayumi.

—Excelente Fersita —sonrió el guitarrista rítmico.

Empezaron a platicar entre ellos de cosas triviales mientras que Robert pidió una cerveza y Sayumi sólo un refresco.

Después de unos diez minutos llegó Michael con Erick quienes venían de sus trabajos.

Michael estaba en una escuela cómo maestro de música, mientras que Erick estaba en una estación de radio como locutor.

Robert por su parte daba clases particulares de guitarra mientras que Ishtar se encontraba laborando en una tienda de discos.

—¡Hermanita! —dijo Michael mientras Fer se levantó y se abrazaron.

Para todos habían sido muy largos los años que la azabache estuvo lejos de ellos, aún tenían miedo de que todo fuera una ilusión y que su mejor amiga se esfumará del lado de cada uno de ellos sin previo aviso.

—¿Cómo has estado pequeña? —preguntó Erick mientras le dio un beso en la frente.

—Todo bien amigos, un poco atareada con el trabajo.

Pidieron de comer, mientras continuaron hablando.

—¿Cómo esta Astrid y la niña? No hemos sabido de ella en una semana, sólo lo que contesta en el chat grupal —preguntó Robert.

—Todo bien, sólo que ha estado muy atareada con algo del plan de estudios de donde trabaja. La intentó ayudar, pero no le entiendo muchas veces, así que mejor le hecho la mano con Annie y su tarea.

Todos sonrieron, sabían que eventualmente ella y la gótica estarían de nuevo juntas, pero todo a su debido tiempo.

Les trajeron de comer y disfrutaron de sus alimentos, bromeando entre ellos, contando anécdotas y demás.

Cuando terminaron, Fer les pidió una ronda de cerveza a todos ellos, y a ella un jugo de naranja.

—Bueno, iré al grano, los convoqué aquí porque se nos ofreció que Beyond The Light se vuelva a formar —les soltó la bomba.

Todos se mostraron muy sorprendidos, pero a la vez con mucha felicidad pintando su rostro.

—¿Es en serio Fersita? —preguntó Robert.

—Si, un inversionista vio un video nuestro de hace cuatro años —comenzó a decir y los rostros de todos se volvieron sombríos —le gustó cómo nos desenvolvimos en esa presentación y quiere que nos juntemos de nuevo.

—Eso suena cómo algo bueno, digo tendríamos que practicar, tener de nuevo la sinergia de antes y acoplarnos, pero no lo veo cómo algo imposible —dijo Michael.

—Si, lo mismo creo, aparte, tenemos tiempo, cómo unos seis meses, que será un festival de puras bandas nuevas y quieren que nos presentemos ahí —sonrió de manera tímida Fer.

Esto sorprendió a los chicos.

—¿Lo podremos lograr? —los vio Erick a cada uno —, sé que somos excelentes en los que hacemos, ¿es tiempo suficiente?

—Si creo que, si podemos, digo por algo fuimos los mejores hace cuatro años, y esta oportunidad que nos está dando Fer, no podemos dejarla pasar —dijo de manera firme Isthar.

—Apoyo a Sayumi en esto, sé que lo lograremos —sonrió Robert.

—Entonces no se diga más, lo haremos, podemos ensayar en...

—La guarida sigue en pie, Robert ya no vive ahí obviamente, y estamos ahí Jenny y yo, pero tengo todos los instrumentos y demás cosas de antes aún en el garaje —señaló Erick.

—¿No se molestará? —preguntó Fernanda.

—No creo.

Todos se le quedaron viendo.

—Tengo una mejor idea —comentó Lancaster.

Les contó de una casa que recientemente había comprado, que estaba aditando para ella, Astrid y Annie, pero aparte de que tenía unas consolas nuevas de grabación y estudio de música construido en el sótano, todo aditado para ensayar.

—¡Perfecto! Entonces eso resuelve las cosas —dijo Ishtar.

—¿Cuándo empezamos? —preguntó Michael.

—La próxima semana ¿Cómo ven? ¿lunes, miércoles y viernes? —lo vio Fernanda.

Todos asintieron.

—Eso es todo, de nuevo Beyond podrá demostrar porque siempre fuimos los mejores —sonrió Robert.

Los cinco chicos sonrieron y se notó la felicidad en ellos, sus sueños se estaban haciendo realidad.