Lienzo Completo: Alesana -As you Wish
One day lovers will dream of this undying kiss
Not of Romeo or Juliet
Stories told of our love will never die
El vuelo hacia Santorini había sido tranquilo para las chicas.
Eligieron ese lugar para su luna de miel, siendo que a Fer le fascinaba la cultura griega, o mejor dicho todas las culturas antiguas, sobre todo esa, la egipcia y la Mesopotamia, decía que tenían cierto misticismo que la inspiraba para la música.
Llegaron a las ocho de la noche del día siguiente, habiendo tenido que hacer escala en España y de ahí ya un vuelo directo a su paradisiaco destino.
Fernanda agendó una habitación en lo que sería el hotel "Santolia Art Suites" uno de los mejores, donde pidió la mejor habitación que tuvieran.
Le dieron una que daba directo al mar Egeo, con una piscina en el balcón más aparte una como pequeña palapa donde podrían disfrutar de la vista, en la cual planeaban estar mucho tiempo las dos chicas.
La habitación era hermosa con una cama grande junto a un escritorio y diversos adornos de la cultura griega, de igual manera el ambiente era excelente y el clima exquisito, muy templado.
Cuando arribaron a la habitación el botones dejó sus maletas donde le indicaron y Astrid le dio veinte dolares.
Quedaron maravilladas con la vista nocturna de la isla, era hermosa, con las estrellas titilando en el vasto mar que adornaba aquella oscura franja.
—¡Es hermoso aquí! —susurró Astrid mientras movió su neceser al lado izquierda de la cama.
—Vaya que si lo es amor mío —comentó Fernanda quien dejó la otra maleta en el closet y la mochila de viaje en una de las sillas del escritorio.
La chica gótica salió a donde estaba el barandal observando el cielo estrellado encima de ella. Estaba maravillada con lo que veían sus ojos, era como un sueño hecho realidad, estaba disfrutando su luna de miel, a lado de la mujer más hermosa y perfecta del mundo.
Fernanda no podía dejar de ver a su ahora esposa, tan hermosa y divina.
Recordando como se había visto con su vestido de novia la volvía loca, aquella imagen se le hacía muy erótica, que la hizo saborearse con sus labios, al observarla ahora.
Aquella playera negra de tirantes que resaltaba su busto, mientras que su trasero lo abrazaba a la perfección aquellos shorts cortos, mientras que sus piernas portaban unas sandalias tipo griego.
Era todo lo que pudo haber deseado.
Se acercó a ella abrazándola de la cintura con una amplia sonrisa en sus labios, mientras besó su cuello, ocasionando que la gótica suspirara bajo su toque. Sintió la vibración de su esposa, sabía lo que ocasionaba en ella y eso le fascinaba.
—¿Te gusta preciosa? —cuestionó Lancaster dándole pequeñas mordidas en su cuello.
Esto hizo que Astrid comenzara a suspirar, sintiendo lo húmeda que se había puesto sus piernas.
—Sabes que con solo tocarme me vuelves loca Fer...—gimió su nombre.
Sintió como las manos de su esposa bajaron hacia su cadera, pero se enfocó en la playera para meter su mano en la misma acariciando su vientre mandando descargas eléctricas sobre la piel de ambas.
—Tú me tienes igual preciosa —susurró la bajista mientras la volteó y le dio una pequeña mordida en el lóbulo de su oído.
Le quitó su playera de manera sensual para dejarla en su bra negro, continuó besándola por su cuello mientras deshizo los ganchos de su ropa íntima despojándola de ella.
Astrid se sintió en las nubes con las acciones que tenía Fer, más al notar cómo la bajista bajo hacia su short y desabrochó el botón, introduciendo su mano en el y haciendo a un lado su hilo dental.
Los dedos de la bajista comenzaron a moverse en sus pliegues, introduciendo sólo uno en ella a lo cual la dibujante dejó salir un ligero suspiro.
—¿Te gusta princesa de la noche? —preguntó Fer.
Aumentó la velocidad sobre el monte venus de la gótica haciéndola que arqueara su espalda gimiendo el nombre de la músico.
—Sigue Fer...sigue —gimió mientras sintió cómo su esposa introdujo otro dedo en ella.
Los movimientos de la bajista eran rápidos a rato pero lentos en otros, hasta que se detuvo y empujo a Astrid hacia la cama, donde ella se hincó con un ayuda de su bastón, dejando a Astrid en el filo de la cama, con sus piernas abiertas.
Se acercó a ella y la saboreó.
—¡Te ves deliciosa!
Comenzó a lamer su centro, deleitándose con aquel manjar que era Astrid, esa dulce cueva erógena, que volvía loca a Fernanda, con solo sentir su sabor sobre sus labios y lengua, dándole pequeñas lamidas y sopló sobre el clítoris de su amada quien arqueó la espalda, al sentirse muy sensible en esos momentos.
La gótica susurró su nombre una y otra vez mientras que sintió como miles de descargas surcaron su cuerpo, respirando de manera pesada hasta que un nudo se formó en su estómago.
La lengua de Fer no se detuvo y aumentó la velocidad sobre el sexo de su pareja, sus dedos eran muy veloces mientras que los gemidos de Astrid la impulsaron a ir más rápido.
—¡Fer!
Él grito de Astrid fue el anunció de cómo sintió el orgasmo de su esposa en su boca Fernanda, saboreándola como si fuera la misma ambrosía de los dioses.
La gótica se alzó un poco y la vio a los ojos.
—¡Eres la mejor! —le sonrió.
—Prepárate para disfrutar el primer día de nuestro para siempre —la voz de Fernanda estaba llena de lujuria...y Astrid lo iba a disfrutar.
Dos meses después.
El viaje fue de ensueño, habían quedado maravilladas con todas las cosas que aprendieron de la cultura griega en su luna de miel, cada lugar que vieron y sitió que visitaron las había dejado añorando por más.
Ya estaban de regreso en la empresa Sony, donde en cuanto llegó Fer tomó su puesto como nueva integrante de la mesa directiva, y vivían en una de las partes más acomodadas de Nueva York siendo que todos sus amigos se habían mudado a dicha ciudad para poder seguir tocando juntos, viviendo relativamente cerca.
Era un día común en Sony, donde Astrid estaba sentada a lado de Fernanda mientras que la dibujante analizaba unos bocetos, la pelinegra estaba checando unos videos en internet de una banda
. No eran el género que acostumbraban, sin embargo, los chicos, de apenas unos veintidós años tocaban muy bien, siendo punk rock o happy punk lo que interpretaban.
—Ya los había visto tocar comentó Fernanda ganándose la atención de su amada esposa.
—¿De qué hablas amor? —preguntó la gótica
La bajista le enseñó el video donde se vio el talento de los chicos, tocando algo muy ligero para el gusto de la jefa de Sony, pero sabía su esposa que algo captó la atención de ella.
—¿Quiénes son? —cuestionaba la gótica.
—Se llaman Sk8 & Dreams, creo han sido teloneros nuestros, pero nunca habían captado mi atención hasta ahorita.
Astrid se puso a investigar, consiguiendo información sobre ellos.
—Su manager se llama Rebecca Dawson, mientras que su vocalista es Christopher Mackenze, su bajista es Ashton O'Ryan, tecladista es Fabian Sanders y su baterista, Alexander Miller, son de California —le dijo la gótica.
—Eso me ayudará preciosa, gracias —sonrió la jefa mientras se levantó acercándose a su amada para besarla tiernamente.
—Feliz segundo mes de esposas —susurró la bajista contra los labios de la chica.
—Feliz segundo mes de nuestro para siempre...—respondió la dibujante.
Se hundió en sus ojos sonriendo, sus luceros grises se apoderaron de la mirada avellana de su único amor, aquella mujer que había sido la razón de su existencia, de la cual estaba enamorada muy enamorada.
Estaban bien, todo salió como querían, tenían la vida soñada y nada se iba a interponer entre ellas y su felicidad, esto era su destino, lo sabían mejor que nadie.
Al final de todo, el trazo imperfecto pudo dibujar la nota perfecta.
Nota de autor:
¡Hola amigos!
Hemos llegado al final de la primera parte de la saga de Entre Melodías y Sentimientos, mil gracias por estar aquí.
Hare lo mismo que hice con este libro con la partirura hacia ti, la editaré y subiré los capítulos en cuanto acabe la escaleta que tengo pensada.
Espero siguan leyendola :D
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