3. Reencuentro.
—Chicas, ahí está Ashton. Entren con él mientras yo estaciono el auto.
Ashton es ex de Dan, pero ahora son amigos o algo así.
—¡Hola preciosas! Esto es increíble, adentro hay demasiados famosos.
—¿Famosos?
—Es la presentación de nuevos talentos de la agencia Star Music —dice mientras nos toma de las manos y nos guía dentro.
Esto está repleto, hay demasiada gente. Apenas entramos nos dan unas copas con champagne.
Recorro el lugar y en algún momento pierdo de vista a Diane y Ashton.
De fondo se escucha muy bajito Lie To Me de 5 Seconds of Summer, dándole ambiente al lugar. Tarareo la canción mientras doy una vuelta por el lugar. En las paredes hay colgadas algunas fotos y biografías de los artistas de la disquera.
La mayoría de nombres ya los he escuchado o leído antes, y visto, mis ojos no pueden evitar pasar por el lugar y reconocer a algunos de los presentes.
—Se me hace muy raro que no pongan una canción de las estrellas de la firma —dice una voz muy masculina a mi lado.
Volteo el rostro curiosa y me encuentro con un hombre alto, más alto que yo, rubio y delgado.
Sonrío amable.
—Quizás las de esta firma no son tan buenas como para que las pongan de fondo musical.
Suelta una carcajada y me mira.
—¿Cómo te llamas?
—Lyvie.
—Un gusto Lyvie —extiende su mano hacia mi y la acepto un poco dudosa—. Soy Zed.
—¿Eres cantante? —pregunto mientras suelto su mano al darme cuenta que él no da señal de soltarla.
Niega.
—Ñe, soy algo mucho mejor... —al notar que lo miro sin señal de preguntar algo más, sigue hablando— Soy compositor.
—Oh —extiendo un poco mi sonrisa, haré lo mismo que él entonces—. Creo que seremos compañeros entonces —medio murmuro, esperando que no escuche en realidad.
—¿Trabajas aquí?
Niego.
—Trabajaré, creo.
—¿Crees?
—Es que me han contratado para apoyar en la creación de letra de una canción.
—¿Letrista?
—Siii... —digo confundida— supongo que eso.
—¿No sabes de qué trabajarás? Que profesional... —suspira.
Estoy por contestar de manera grosera por la forma en la que lo dice, pero una voz dulce y particular me hace fruncir el ceño, olvidarme del hombre de mi lado y girar inmediatamente.
—¿Lyvie?
Giro mi rostro al escuchar una dulce voz a mis espaldas. No veo nada, pero mi rostro va bajando poco a poco revelando a una ya no tan pequeña castaña con el cabello hasta la cintura junto a esas ondas características en él.
—Oh por Dios ¡Millie!
—¡Lyvie!
—Castaña linda —me acerco antes de ponerme de rodillas y abrazarla, soy muy sentimental, así que inmediatamente siento como mis ojos se llenan de lágrimas.
—Te extrañe mucho —su tierna voz hace que me separe viéndola con cariño.
—Y yo a ti, te extrañe mucho —mi voz se quiebra acariciando su largo cabello con cariño— ¿Qué haces aquí? —pregunto extrañada ya que es un evento privado en donde solo he visto a gente mayor.
—¿Regresaste con Mason?
—¿Qué? —La confusión es clara en mi voz.
En su rostro se extiende una linda sonrisa.
—¿Has venido a ver a Mason? —pregunta emocionada.
—No, no... Millie no entiendo a qué te refieres.
—Mason trabaja aquí, pensé... pensé que habías venido a ver a mi hermano.
Al escucharla decir que él trabaja aquí mis sentidos se disparan hasta convertirse en completo pánico.
Intento tranquilizarme para que ella no note mi desesperación.
—Castaña lo lamento, pero no... no vine a ver a Mason, yo... yo vine con... —tartamudeo nerviosa.
—Entonces no voltees —apenas dice eso mis labios se separan con sorpresa.
—¿Qué?
—Mason viene detrás de ti.
—Mierda —mascullo antes de mirar a la pequeña— Mira me tengo que ir, te extrañé, te extrañé demasiado pequeña y te quiero mucho ¿Está bien? Espero que nos volvamos a ver... por-por favor saluda a Jane ¿Si? Cuídate mucho —mientras digo todo eso me voy levantando de mi lugar y ella asiente con sus ojos llorosos— No llores por favor, yo también lloraré.
—Es que te extrañe mucho y ahora te vas de nuevo.
—Mira que te parece si le dices a tu mamá...
—Yo sé el número de mi mami, puedes hablarme ahí.
—Bien, apunta aquí el número —le extiendo mi móvil sonriendo mientras intento limpiar las lágrimas que caen por mis mejillas.
La veo apuntar el número antes de extenderlo para que yo lo guarde.
—Listo, me tienes que llamar, que sea una promesa.
—Es una promesa que jamás romperé.
—Te quiero Lyvie —sonrió al escuchar a la pequeña decir eso.
—Yo también pequeña —digo rápidamente a punto de salir corriendo, pero la voz a mi espalda hace que de un respingo moviendo mi cabello a los lados de mi rostro para que no se vean mis facciones, miro a Millie con desesperación mientras ella me da una mirada de pánico.
—Millie.
—Hermanito...
—¿Hola? —Sé que se está tratando de dirigir a mi así que apretó los puños intentando buscar alguna solución y que no me vea.
—Millie me tengo que ir...
—Está bien Lyvie... —se da cuenta tarde de que ha dicho mi nombre—. Ay —hace una mueca cuando ve que mis facciones se descontrolan y se marcan con terror absoluto.
—Me tengo que ir castaña, recuerda saludar a Jane y un día de estos te llamaré para ir a comer un helado, cuando quieras.
—¿Lyvie?
Volteo mi rostro, ya no tiene sentido ocultarse, me sorprendo al ver a un Mason completamente cambiado, varios tatuajes adornan su brazo izquierdo mientras en su otro brazo hay algunos que son más pequeños, lleva una guitarra colgada en su hombro y se ve diferente, no sé de qué manera, solo se ve diferente.
—Buenas noches —mascullo antes de girarme a Millie nuevamente.
—Cuídate mucho y recuerda que te quiero y que también te extrañe muchísimo.
—No olvides llamarme.
—Bien, pues me voy —muevo mi mano en su dirección antes de despeinar un poco su cabello de manera graciosa haciendo que ría. Paso por su lado mirando a todos lados hasta que ubico a Ashton y casi corro hacia él, quien está de espaldas hablando con no sé quién.
—¡Lyvie! —la voz de Mason me llama, pero lo ignoro apretando mis labios y caminando más rápido— ¡Joder! Espera.
Llego hacia donde está Ashton y lo tomo del brazo haciendo que se gire hacia mí.
—Me quiero ir —digo.
—Pero...Lyvie, aún falta que...
—Me quiero ir. Por favor.
—Lyvie —Mason aparece a mi lado agitando su mano enfrente de mi rostro.
—¿Dónde está el cuarto de baño? —pregunto a Ashton y me señala las puertas del final del local sin prestarme siquiera atención.
—Bien —asiento caminando hacia allá.
Escucho pasos siguiendo y me detengo abruptamente antes de girarme.
—¡No me sigas!
—¿Qué haces aquí?
—No te preocupes que ya me iré y no volveré a aparecer, no te preocupes que me largaré y no parecerá que me has visto.
Vuelvo a girarme y entro al cuarto de baño dando un portazo. Cuando al fin pienso que lo he perdido oigo como la puerta se abre y pasos apresurados se acercan.
—Ay mierda ¡Sal de aquí ahora mismo!
—¡No! Quiero hablar contigo.
—No hay nada que hablar.
—¡Si la hay!
—¡¿Qué demonios quieres saber?!
—¿Desde cuándo estás aquí?
—Hace al menos una hora.
—Me refiero a la ciudad.
—Hace dos años —mascullo intentando pasar por su lado.
—No te vayas Lyvie, tenemos que hablar.
—Mira Mason, de verdad no tengo tiempo para hablar y menos contigo, mejor dicho, no quiero hablar contigo. Estoy muy centrada en otras cosas más importantes.
—¿El chico de ahí era tu novio?
DIOS MIO ESTE ES UN IDIOTA.
—¡No te importa! Ahora sí adiós nuevamente, espero no volver a verte.
Paso por su lado y tomo su brazo quitándolo de enfrente mío antes de que él intente detenerme.
—Ni siquiera intentes tocarme —mascullo dándole una mirada moribunda y saliendo del lugar mientras arreglo los mechones rubios y rebeldes que se han desordenado.
En mi movil busco el número de Diane, quién no tarda ni un segundo en contestarme.
—Lyvie ¿Por qué no te veo?
—Estaba en el baño ¿Dónde estás?
—Tomando vino, con unos amigos de Dan, ven ven ven.
—Creo que iré al apartamento Diane, me comenzó un dolor horrible de cabeza.
—¿Queeé? Estás loca ¿Dónde estás Lyvie?
—Yendo a casa.
—Dios mío, ahí voy a buscar...
—Ni se te ocurra Diane, quédate y diviértete.
—No Lyvie...
—Hazme caso, me tienes que contar todo lo que pase con detalles.
—Lyvie...
—Diane, me enojaré mucho si te regresas temprano ¿Entiendes? Tomaré un taxi y regresaré a casa a ver películas, una noche aburrida.
—Vaaale, solo porque tu me lo dices ¿Ok?
Rio y cuelgo la llamada, camino pero no doy ni cinco pasos cuando un auto se estaciona frente a mi.
Me asustó, pero cuando la luna se baja suspiro aliviada.
—¿Te llevo?
—Deberías disfrutar la fiesta —digo negando.
—¿Crees que así puedo disfrutar? —señala su rostro y caigo en cuenta que está todo golpeado.
—¿Te peleaste?
—Un idiota intentó desquitar su furia conmigo.
—Intentó no creo, lo logró.
—Venga, sube Lyvie.
—Ya que insistes...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro