—Juro que es más fácil de explicar de lo que parece.

Miro atento a Dan quien está sentado alrededor de muchos documentos en el medio de mi sala de estar.

—Pues espero una explicación rápida.

—Son los documentos del contrato para la canción, ya sabes. Mira puedes leerlo todo, y editar algunas partes si así lo deseas. Mi amigo quería venir personalmente pero tuvo que viajar por una situación familiar, por lo tanto, aquí estoy yo, la nueva paloma mensajera por lo visto.

—Tu amigo es confiable ¿No? —pregunto dudosa.

Me mira como diciendo "No seas estúpida" y solo le hago la misma cara.

Leo con detenimiento las cinco hojas que conforman lo que sería el contrato pero se me hace muy raro algo, de hecho me resuena mucho hasta que termino de leer el contrato.

—Oye Dan.

—Ujum —dice medio dormido.

—¡Dan!

—¡¿Qué?!

—No te duermas.

—Lees demasiado lento, déjame decirte.

—El contrato no tiene el nombre de tu amigo, bueno, de la otra parte del contrato. Solo tiene el nombre de la disquera.

—El contrato es con la disquera que lo representa, no con él directamente.

—Pero...

—Por eso ganarás ese dineral.

—Dan, creo que es mucho...

—Por Dios Lyvie, es una increíble oportunidad ¿Por qué la desaprovecharías?

—La universidad me toma mucho tiempo.

—Y es por eso que esto no tiene horarios, los fines de semana podrán trabajar en lo necesario, luego no tiene porque interferir con tu vida universitaria y personal.

—Yo no lo sé Dan, es mucho.

—Mira Lyvie, te seré directo y frío. Entiendo muy bien que lo que pasaste te hizo aislarte de todo, que no solo fue una situación, fueron dos, tres y que te la pasaste mal en su tiempo, que te alejaste de todos, pero déjame decirte con todo el amor del mundo que debes madurar, no te digo que eso se supera de un día a otro, pero ya he sido espectador de cuántas veces rechazas cosas importantes o que te harían feliz solo por miedo al fracaso. Es difícil vivir con eso, no te diré que no, pero tú misma te estancas por miedo, miedo a conocer, miedo a vivir, miedo a lo que pueda pasar ¿Pero de qué sirve? La vida se trata de las experiencias, de lo que aprendes de cada situación sea buena o mala y junto a eso viene el sufrimiento, el dolor, el progreso. Si no vives esas etapas, no existe un progreso. Y eso es lo que no entiendes ¿Tú crees que yo hago esto por mi? Leí eso, y es increíble, merece ser escuchado, visto y conocido, es una muy buena oportunidad, pero ya no seré yo quien te esté insistiendo. Piénsalo y si es lo que deseas, lo firmas, si no no habrá problema Lyvie. Es completamente tu decisión.

Lo miro con los labios medio abiertos, por la seriedad con lo que lo dice. Jamás en el tiempo en el que conozco a Dan lo había visto hablar con taaanta seriedad.

Aprieto mis labios y asiento lentamente. En realidad él tiene razón, me he abstenido de tantas cosas por miedo y no sería justo para mi hacerlo nuevamente, y peor aún con esta gran oportunidad.

—Tienes razón —digo mientras tomo el lapicero y comienzo a firmar cada una de las hojas con información.

—¡Genial! Juro que estaba a punto de estampar tu cabeza contra la pared.

Me río mientras mis manos tiemblan un poco, supongo que es por la adrenalina de lo nuevo. Le ofrezco una pequeña sonrisa y le extiendo los papeles de nuevo en el sobre.

—Gracias Lyvie, iré a entregarle esto y te comento cómo harán para contactar contigo.

Dan siempre va alborotado y a toda velocidad, ni siquiera reacciono cuando ya está dándome un beso en la mejilla, saltando el sofá y saliendo del apartamento casi que volando.

Llevo mis manos a mi cara y me dejo caer en el sillón.

—¿Qué se supone que estoy haciendo? —mascullo para mi misma.

Una parte de mi definitivamente está alegre por esto, es un gran paso y puede ser una gran oportunidad, pero hace mucho no escribo. Desde que pasó lo de... Bueno, desde que pasó todo. Lo mío es la fotografía ¿Qué haré en un estudio, escribiendo junto a un cantante que seguro es un apático como todos los que he conocido?

Suspiro y tomo mi móvil para entretenerme en algo más que no sea mi auto sabotaje.

• • • • • •

—Y bueno, me pidieron tu correo, y como te dije, quienes se contactarán contigo para cualquier cosa serán directamente los de la agencia. No me dijeron mucho más.

Estamos fuera de la universidad. Diane y yo escuchamos a Dan mientras cuenta lo que le dijeron y yo no puedo evitar sentir un alivio cuando menciona algo de que por ahora no se podrá trabajar en la letra ya que el músico este está de gira y no llegará hasta dentro de algunos meses. Definitivamente eso me da tiempo para poder asimilar las cosas y prepararme para cuando llegue el momento de conocer al susodicho.

—Ya pero ¿Te lo vas a coger? —pregunta Diane mirándome directamente.

Mis ojos se abren exageradamente y me ahogo con mi propia saliva.

—Diane ¿Qué mierda?

—Perdón —dice roja—, pensé que todo esto era para que recuperes tu vida sexual.

—¿Qué...?

—En parte sí, pero también para que nuestra querida Lyvie, gane mucho dinero e invite las rondas de trago.

—Siempre soy yo quien las invita —lo miro con una ceja enarcada.

—Upsi.

Estoy por responder de manera sumamente amable obviamente, cuando de repente mi móvil vibra y no puedo evitar fijar rápidamente mis ojos al notar que es un correo electrónico.

"Especificaciones contrato asistente creativo Star Music agencia"

Dan me mira expectante y Diane está mirando atentamente a una chica de su clase, Andrea.

—¿Qué? —le pregunto a Dan.

—¿Quién es?

—Quete.

—¿Quién es quete?

—Que te importa...

—No puedo creer que caigas en una burla de niños de primaria.

—Que no tenía ni idea... —está por quejarse pero Diane ríe y se levanta tomando su mochila.

—Me voy, tengo clase y esa preciosa de ahí va conmigo.

—Definitivamente le entras a todo.

—Cierra el pico —lo golpeo viendo como Diane se aleja.

• • • • • •

(2 meses después)

—Oigan, quieren ir a un evento que habrá...

—Sí, lo que sea pero sáquenme de acá —grita Diane saltando de la cama.

—Dan ni siquiera ha terminado de hablar —me río.

—Lo que sea, vayamos.

—Vístanse.

—¿Eh?

—Vamos a salir

—Pero.

—Espera afuera —dice Diane y Dan asiente saliendo de mi habitación.

—¿Eh? —No entiendo.

—¡Que te cambies Lyvie! —grita mi amiga divertida.

Un poco mareada con la situación me levanto de mi cama y camino a mi closet