CAPÍTULO 8: CEREMONIA
—Omega —terminó con la oración que su hermano Kyungsoo había dejado en el aire.
Era increíble.
El chico bonito que había descendido del auto lujoso estaba siendo recibido entre aplausos provenientes de los Alfas que se conglomeraban a su alrededor.
Por su puesto, su padre fue el primero en tenderle una mano amistosa. Suho hasta podría afirmar que el atisbo de una sonrisa se asomó en el rostro del hombre.
La siguiente persona que le saludó fue Sehun. Ellos se dieron un rápido abrazo, como si de viejos amigos se tratase, y Suho podría haberse caído desmayado en ese preciso momento cuando el hombrecillo envolvió los brazos alrededor del cuello de su hermano y unió sus labios en un beso.
Todo sucedió tan deprisa que hasta podría haberlo hecho pasar como una obra de su cansada y aburrida imaginación. Pero no.
Al parpadear y después de oír los gemidos impresionados de sus tres hermanos a su lado, Suho supo que, en efecto, esto no era ninguna tonta ensoñación suya.
Esto realmente estaba pasando.
¿Por qué un completo desconocido estaba besando a su hermano? ¿Eso era algo normal entre Alfas?
Sehun les miró de soslayo pero enseguida volvió su atención al chico bonito que tenía en frente y que comenzaba a parlotear en su dirección.
Suho no podía salir de su estupor. Podría tirar de su cabello hasta arrancarse unos cuantos mechones en este instante porque la idea que comenzaba a formarse en su mente no le estaba gustando ni un poco. "Eso" no podía estar pasando. Sehun no se atrevería...
—¿E-ellos se acaban de besar? —preguntó un aturdido Tao con la vista fija en la pareja, aún sin poder creérselo.
—No, seguramente es un malentendido. Probablemente el ángulo... —comenzó Chanyeol pero fue interrumpido por un enfadado Kyungsoo.
—Sí. Ellos se besaron.
Suho no creyó pertinente agregar nada más. Él mismo siguió con la mirada el camino que su hermano hizo hasta el centro de las mesas, con el resto de Alfas siguiéndole de cerca y tomando asiento en las mesas contiguas, justo después de acercarse e intercambiar una rápida oración con su padre e ir junto al chico de ojos brillantes.
La siguiente vez que Sehun se dignó a mirar en su dirección fue para hacerles una seña de que debían aproximarse pronto.
A regañadientes, ellos obedecieron. Suho fue el primero en llegar hasta una de las mesas que se hallaban al lado de la que su padre y su hermano, junto con otros Alfas, habían tomado para sí.
Por un tiempo solo se dedicó a mirar hasta sus propias manos entrelazadas sobre la mesa. Suho no pasó por alto las miradas que los Alfas les dirigían a él y el resto de sus aún pasmados hermanos.
Al final, suspiró. Por más que odiara admitirlo, él no era tan obvio como Kyungsoo que tenía cara de querer asesinarlos a todos. Aunque ganas no le faltaban.
Él era generalmente más tranquilo y reservado en cuanto a su opinión sobre los Alfas. A diferencia de sus otros hermanos, Suho casi no se había visto envuelto en disputas innecesarias con los de su clase.
Resultaba más fácil de ese modo, por no mencionar que su posición como Omega, sumada a su personalidad seria, tampoco contribuían a ello.
La única vez que Suho realmente había odiado el género que le fue asignado al nacer fue cuando se enteró de que no le dejarían estudiar una carrera. Como un inocente niño, le habían educado teniendo en conocimiento los nuevos derechos que ahora se les concedían. Entre ellos, al estudio y a la elección de sus parejas.
Se supone que antes, muchos años antes, se les estaba vetada la voz y el voto por el simple hecho de considerarlos de un nivel inferior al de los otros dos géneros: Alfas y Betas.
En la actualidad se podían hallar Omegas en la cúspide de grandes empresas, aunque la forma en la que obtenían sus puestos aún siguiera siendo motivo de malos comentarios por parte de la población en general.
Pero aun y con eso, tal parecía que dentro de su familia las antiguas tradiciones prevalecían.
Razón que en un principio le había hecho sentir algo descolocado al ver el buen recibimiento que el chico de lindas facciones había tenido. Eso solo hizo que el mal presentimiento fuera creciendo más en su estómago. Esto le daba muy mala espina.
Solo había una razón por la que un Omega se vería inmiscuido en una reunión de Alfas...
—Hola —anunció la voz de la persona que acababa de tomar asiento a su lado. Suho volvió la mirada solo para encontrarse con el mismísimo chico lindo en persona.
Tuvo que tomar de su vaso de agua debido a que el pedazo de pan que comía distraídamente se le había atascado en la garganta.
—¡Uy, lo siento! No era mi intención asustarte —se disculpó el chico, sonando bastante preocupado al ver como Suho luchaba por pasar el pedazo de pan. Un golpe en la espalda, cortesía de Kyungsoo que se hallaba a su lado, le ayudó a tragar por fin el bocado antes de que llegase a morir.
Al mirar arriba, se topó con sus hermanos mirando desinteresadamente a otros lugares menos a donde él y el chico lindo se hallaban.
Claro, querían que él fuera y hablara por ellos.
—Estoy bien. No te preocupes —dijo con un gesto de la mano para restarle importancia al asunto y trató de darle su mejor sonrisa.
En serio que trató. Es solo que la situación no se lo permitía.
El chico tenía el mismo exacto semblante que la primera vez que lo vio. Una enorme sonrisa embellecía sus facciones a un nivel inhumano.
Suho le miró detenidamente. Como si al hacer aquello mágicamente pudiera leer las respuestas a todas sus preguntas grabadas en su rostro. El chico sintió su mirada penetrante y se giró hasta él, comenzando a hablar.
—Yo no había tenido la oportunidad de conocerlos antes. Entiendo que a lo mejor esto sea complicado de entender. Ya que todo fue muy rápido pero... uhm, en verdad espero que nos podamos llevar bien.
Suho le miró atónito porque él realmente no tenía ni la menor idea de quién demonios el chico podía ser. Él se había acercado con tanta familiaridad a ellos cuando esta era, si su memoria no le fallaba (y su memoria nunca le fallaba), la primera vez que lo veían.
—¿Te conocemos? —preguntó Kyungsoo en ese tono amargo que reservaba para esta clase de ocasiones especiales en las que un extraño les molestaba.
El chico pareció incómodo por la pregunta acompañada del rostro "ve y piérdete por ahí" que su hermano Kyungsoo le dirigía. Él se removió en su lugar al lado de Suho.
—Entiendo que no les caiga del todo bien pero no por eso tienen que fingir que no me conocen de nada, es decir, me casé con Sehun, así que, por lo tanto, considero que eso nos convierte en una especie de familia y entonces...
El sonido de algo estrellándose le cortó en medio de la oración, el chico lindo se detuvo para mirar al origen de la interrupción. Era un cubierto que se había deslizado de las manos de Tao. Ahora eran tres pares de ojos los que miraban en su dirección.
—¿Qué dijiste? —preguntó Chanyeol.
—Que no tienen que fingir...
—No, no. Antes de eso.
—¿Que todo sucedió demasiado rápido? —preguntó con duda.
—No. Antes de eso... es gracioso —continuó Chanyeol riendo sin gracia—. Me pareció entender algo sobre ti casándote o algo así.
—Oh, sobre eso. Sí, Sehun y yo llevamos a cabo la "firma de los votos" la semana pasada pero no había podido venir hasta la fecha de la "ceremonia de unión" acordada... —se detuvo al ver sus rostros perdidos—. ¿Por qué siento como si ustedes no estuvieran enterados de nada...? —se atrevió a preguntar al ver cuán petrificados estaban.
El silencio que precedió a sus palabras y a su pregunta aún sin contestar, fue más allá de incómodo. Suho no culpaba al chico por la incertidumbre que se instaló en su rostro.
Y si los latidos de su pecho no sonaran tan altos en su cabeza, tal vez hubiese escuchado cuando una voz quebrada decía.
—N-no es cierto. Eso no es cierto —clamaba, casi como una súplica, la voz de su hermano rubio. Tao comenzaba a albergar lágrimas en sus ojos—. Sehun no se casaría sin decirnos nada. Él no...
—Corta eso ya, Tao — dijo en voz seca Kyungsoo—. Debí imaginarlo.
Y usando más fuerza de la necesaria, Kyungsoo empujó la silla hacia atrás, levantándose en el proceso. Suho vio como su hermano también arrastraba a un tembloroso Tao fuera de su asiento.
Chanyeol, sentado frente a ellos, abrió y cerró la boca varias veces pero absolutamente nada salió de sus labios. Negando con su cabeza, como si buscara aclarar sus pensamientos, terminó por seguir a sus hermanos.
Suho estaba en la exacta posición en la que podía ver con una dolorosa claridad las expresiones de algunos Alfas sentados cerca de ellos al presenciar la escena montada por sus hermanos. Él tampoco pudo ignorar la mirada afilada que su padre les dirigió o a la angustiada de Sehun. A él, puesto que era el único que quedaba sentado.
No porque quisiera, claro está, sino porque no encontraba las fuerzas necesarias para ponerse de pie, en medio de la impresión que la nueva revelación le produjo.
Escuchando el eco lejano que la voz del chico bonito hacía al hablar, Suho se levantó rápidamente y comenzó a alejarse hasta el interior de la casa, dejándolo con las palabras en la boca.
Un extraño pitido le impidió escuchar lo que sea que el chico le decía.
Incluso cuando se arrastró hasta el baño y cerró la puerta tras de sí, pudo escuchar las voces de Kyungsoo y Chanyeol discutiendo y, en medio de ellos, algunos sollozos incontenibles de Tao.
Abriendo el grifo, Suho llevó un poco de agua hasta su rostro, buscando cualquier medio para salir del trance. Mirándose en el espejo que tenía enfrente, con agua aún escurriendo de sus cabellos, se preguntó qué decía de Sehun el hecho de que se hubiera casado sin decirles una sola palabra.
¿Realmente podía confiar en lo que el chico lindo les había dicho?
Pasos apresurados le obligaron a mirar hasta la puerta. Los gritos se detuvieron en la medida que el llanto de Tao se hacía más fuerte. Entonces la voz grave de Sehun irrumpió en el pasillo.
—Regresen a sus asientos —pidió en voz tensa.
—¡Qué bueno que apareces! —exclamó Kyungsoo con fingida tranquilidad—. ¿Quieres explicarnos la estupidez esa de que te casast...?
—Salgan. He dicho —demandó su hermano por segunda vez.
—¡Pero...!
—¡Ahora!
Silencio.
Y entonces Sehun volvía sobre sus pasos. Estos se detuvieron frente a la puerta del baño. Suho escuchó a Sehun suspirar antes de agregar:
—Tú también. No me hagas "ordenártelo".
Y pese a que Suho no era capaz de verlo a la cara, él percibía la urgencia en el tono casi suplicante que su hermano había empleado. Algo parecido a "Por favor, no me obligues a hacer algo que no quiero". Usar el tono Alfa era algo que tanto Sehun como sus hermanos odiaban en demasía. Así que secándose el rostro con una toalla, Suho salió.
Tuvo que rodear el cuerpo de Sehun para poder avanzar por el pasillo.
—Solo eso faltaba —se lamentó Kyungsoo, ya sin poder ocultar lo herido que se había sentido incluso cuando la amenaza no había estado dirigida a él.
Rebasándolos, Kyungsoo se posicionó frente a Sehun y levantó sus ojos vidriosos hasta posarlos en los de su hermano.
Decepción fue lo que Suho vio grabado en ellos.
Kyungsoo levantó la mano en alto, como si fuera a abofetear a Sehun. Pero al final terminó cerrando el puño en el aire y devolviendo el brazo a un costado. Sonoros pasos dejados detrás cuando se marchó.
Sehun se giró hasta ellos antes de dirigirse a la salida de igual manera.
Suho miró a sus espaldas, encontrándose con un anormalmente serio Chanyeol, acompañado de un Tao que sostenía un trapo entre las manos con el que limpiaba las lágrimas que aún salían de sus ojos.
Y entonces se preguntó si en esos momentos todos pensaban lo mismo que él:
¿Quién era en realidad ese chico al que por tantos años llamaron "hermano"?
Suho no podía reconocerlo.
Ya no más.
* * *
Todo parecía tan irreal ahora que lo veía desde un punto de vista distinto. Chanyeol observó detenidamente hasta la mesa situada justo al lado de la que él compartía con sus hermanos en estos momentos, aquella donde su padre conversaba animadamente en medio de los Alfas que los rodeaban.
Y después estaba Sehun, sonriendo a los invitados mientras sostenía sobre la mesa las manos entrelazadas del chico de facciones suaves. Como si él no hubiera entrado a sacarlos de su casa hecho una furia hace tan solo unas horas.
Y pensar que él se había empeñado a interceder en su nombre cuando Kyungsoo lo acusó de ser un traidor Alfa que al final les había ocultado algo tan importante como el hecho de contraer nupcias con el que para ellos, era un completo desconocido.
Demonios, Chanyeol hasta había llegado al extremo de gritarle al otro Omega por estar comportándose como un maldito paranoico, solo porque no podía creer que su hermano no les hubiese dicho nada en absoluto.
Se sentía tan frustrado ahora, mirando al pequeño Omega ese reír a su lado y charlar animadamente. Como si él no fuera el culpable de todos sus problemas en estos momentos.
Si su hermano realmente se había casado con él, eso quería decir que ahora ese enano era parte de la familia.
Chanyeol bufó, hastiado de todo esto. Ya estaba más que harto de mirar los rostros hipócritas.
Volviendo su atención a los chicos en su mesa, se encontró con nada más que los hombros caídos y las miradas pegadas a los manteles blancos. Un semblante apagado se extendía en cada uno de sus rostros.
Tao ya ni siquiera estaba llorando. Él se había detenido en algún punto de la tarde y ahora, con los ojos hinchados y las ojeras más pronunciadas que de costumbre, solo quedaba el cascarón vacío de lo que una vez fue uno de sus hermanos más hiperactivos.
Suho miraba a su plato medio vacío y Kyungsoo, cruzado de brazos, seguía murmurando maldiciones entre dientes, negándose a voltear hasta la mesa de su padre.
Chanyeol de vez en cuando sentía las miradas desaprobatorias que el hombre les dirigía ante su actitud por demás infantil e inadecuada.
Él sabía que no debían estar haciendo todo este espectáculo por algo como esto, pero la verdad era que a Chanyeol no estaba sufriendo por el matrimonio apenas conocido de su hermano. Tampoco era por el hecho de que ellos ni siquiera tenían idea de cómo o desde cuándo esos dos se conocían.
No, nada de eso. Más bien era un asunto de confianza.
Chanyeol no recordaba que en algún punto Sehun les hubiera mencionado algo sobre un prometido o un novio. Demonios, Sehun ni siquiera tenía amigos.
¿De dónde diablos había salido ese niño bonito?
Respirando hondo para calmar un poco su ansiedad creciente, terminó por dejar a su mirada caer hasta su comida aún intacta. Todo el apetito incontrolable que generalmente tenía se había esfumado junto con los recientes acontecimientos.
Se sentía tan herido pero principalmente, decepcionado. Chanyeol le había pasado su arranque de ira descontrolada esa noche y también le había perdonado, como el buen hermano que era y para no hacerle sentir mal pero, ¿él que hacía?
Él se unía a escondidas.
El Alfa pudo haberles ocultado muchas más cosas a lo largo de sus vidas. Todo porque la mayoría de esas cosas, aun y si sonaba discriminatorio, no eran de su incumbencia. Solo algunos asuntos que su padre y él manejaban para seguir con sus negocios en pie.
Las juntas donde formaban nuevas alianzas con otras familias y todos esos rollos que sinceramente no le interesaban en lo más mínimo.
Lo que sí lo hacía, y por eso le pesaba tanto, era la idea de que Sehun no les tenía confianza.
Incluso su padre no se atrevería a ocultarles ese tipo de información tan relevante para la familia, tomando en cuenta que eso quería decir que así como las riquezas de ese chico, si es que acaso tenía algunas, pasarían a manos de Sehun por ser su legítimo esposo, eso también quería decir, por otro lado, que parte del poder de los Oh, incluyendo las pequeñas proporciones que a ellos como hijos les correspondían, terminarían también en manos de la familia de ese Omega.
Se preguntaba en qué estaba pensando su padre al dejarle hacer algo como eso. Permitir que Sehun se casara cuando aquello solo reduciría sus riquezas.
Dejándolo por la paz y pensando en que eso era lo mejor, Chanyeol dirigió su atención al plato de comida frente a él, tratando de llevar algo a su estómago.
A medida que la noche avanzaba y la celebración seguía en pie, Chanyeol había logrado darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Todo indicaba que, tal y como el chico mismo había mencionado, estaban en medio de una ceremonia de unión.
La ceremonia de unión de su hermano Sehun.
Celebración que tomaba lugar como un acto público de la "marca" que era puesta sobre la pareja que se estuviera desposando. En la escuela les habían enseñado que este acto era, de hecho, bastante representativo de su cultura.
Las parejas que se formaban en la antigüedad lo hacían a través de algo llamado "casamiento" celebrando en su lugar una "boda" y aunque ahora ellos aún usarán esos términos era más característico anunciarlo de esta forma, como un acto que se llevaba a cabo solo dentro de su sociedad.
Desde que los géneros fueron separados, hace muchísimos años atrás, en lo que más tarde se conocería como género Alfa, Beta y Omega, todo lo concerniente a su antigua sociedad se había visto en la obligación de atravesar por una serie de modificaciones trascendentales, todo esto de acuerdo a las nuevas necesidades que se fueran generando con la aparición de esta nueva raza.
Los científicos concordaban en que todo esto se debía a un salto evolutivo que tarde o temprano terminaría por ocurrir. Desde que los humanos "normales" empezaron a adquirir la habilidad de"transformarse".
Solo era cuestión de tiempo hasta que algo más fuera anexado al humano común.
Chanyeol tenía algo de suerte por haber nacido en esta época. Ellos habían sido enseñados que en la antigüedad, cosas realmente desagradables les sucedían a los Omegas. Cuando todo este asunto de las divisiones en el género era algo nuevo y primitivo hasta el punto en que todos se dejaban llevar por sus instintos.
En muchos de los casos las autoridades tuvieron que interceder para poner bajo protección a los Omegas que eran, no solo humillados sin razón, sino atacados bajo la excusa de desprender un "obsceno" aroma.
Pero como siempre, él no lograba entenderlo del todo porque aunque los maestros trataban de enseñarles lo mejor que pudieran, nunca lograban ser más específicos en cuanto a las explicaciones de lo que ese "algo" desagradable que les podrían hacer era o eso otro del "aroma obsceno".
Se sintió algo decepcionado. En su familia no había nadie que pudiera contestar a esas preguntas.
Sus hermanos Omega tenían tan vetado el conocimiento como él mismo y Sehun se negaba rotundamente a hablar de ello. De su padre mejor ni hablaba, ni loco se atrevería a ir y preguntarle algo al hombre.
Chanyeol levantó la mirada ante el sonido de una bocina siendo encendida.
Los Alfas que aún se mantenían de pie y platicaban, dispersos en pequeños grupos a todo lo largo de su residencia, empezaron a esparcirse hasta volver a sus asientos. Desde la mesa de al lado, su padre esperaba pacientemente con un micrófono en las manos.
No fue hasta que el último de los Alfas tomó asiento que su padre comenzó a hablar.
—Antes que nada, me permito agradecer su presencia aquí esta noche, distinguidos invitados —dijo su padre.
Parado y elevándose en toda su altura, vestido en un lujoso traje negro y el cabello de igual color finamente acomodado.
Él realmente tenía el porte, debía admitir.
—Me complace que sean capaces de acompañarnos en esta ceremonia de unión hecha en honor de mi hijo, Sehun.
El mencionado se levantó, acomodando su traje en el proceso, e hizo una reverencia al resto de Alfas. Después tomó asiento de nuevo.
—Este evento, desde luego, me tiene bastante orgulloso —continuó—, debido a que no solo me ha dado la oportunidad de integrar a Luhan como miembro de nuestra familia... —y entonces, al igual que su hermano, el hombre de bonita cara al que su padre llamó Luhan, se levantó e hizo una reverencia al líder de los Oh y, posteriormente, al público que presenciaba todo desde la comodidad de sus asientos— Sino también la de poder, al fin, retirarme. He de dejar en las habilidosas manos de mi hijo, el control absoluto de esta distinguida línea de sangre.
Los aplausos estallaron en cuanto el hombre terminó con su discurso. Entonces cedió el micrófono a Sehun, quien lo sujetó en sus manos al tiempo que se ponía de pie.
Él tampoco se quedaba atrás. Chanyeol siempre había considerado que su hermano tenía unas facciones bastante atractivas. Era tan distinto a él mismo. El cuerpo de Sehun era bastante tonificado sin llegar a ser exagerado, mientras él era una extraña combinación alta y escuálida.
Su hermano comenzó a hablar.
—Muchas gracias a todos por venir. A los que están aquí y también a los que se tomaron las molestias de asistir a la firma de mis votos con Luhan. Aprecio el interés que se han tomado para con mi familia.
Chanyeol ya ni siquiera sabía qué decir para defender a su hermano. A su lado, Kyungsoo apretaba el mantel tan duro que terminó por arrugarlo bajo sus palmas ahora pálidas por la presión usada.
Podría apostar que de no ser porque al final Sehun sí había acabado usando su tono en ellos y les había ordenado no levantarse de sus asientos hasta que el evento viera su final, él se abalanzaría sobre el Alfa hasta sacar toda su ira.
Porque aunque ellos eran su familia, sus hermanos, no habían estado presentes en la dichosa firma de votos. Ni siquiera tenían idea de que se había llevado a cabo tal cosa.
—El día de hoy decidimos llevar a cabo esta ceremonia de unión para hacer pública la nueva situación de Luhan como mi compañero. Él es quien compartirá sus días a mi lado y quien albergará en su vientre al próximo heredero de los Oh.
Eso no lo pudo pasar por alto. Ahora que lo oía de la boca de su hermano, a Chanyeol le parecía más real ese hecho. Era increíble pero se supone que hace mucho tiempo los hombres no tenían la capacidad de concebir.
Al parecer, esa nueva posibilidad formaba parte de los progresos evolutivos logrados por medio de la primera generación de Alfas, Betas y Omegas que se empezaron a estudiar.
—Gracias de nuevo por estar presentes.
Y después de una última reverencia, los Alfas aplaudieron de nuevo en su dirección.
El pequeño Omega a su lado sonreía de la misma exacta forma como lo había estado haciendo durante toda la noche, mientras que Sehun aceptaba de buen gusto los aplausos y las palmadas en la espalda que los Alfas a su alrededor le propinaron, orgullosos de sus palabras.
A su lado, su padre asentía, bastante satisfecho.
Lo siguiente en la noche, según los estándares de una ceremonia de unión, era el baile en honor a la pareja. Era una especie de vals en donde los implicados podrían tener una cercanía más directa. El objetivo de este evento era el de generar un vínculo especial entre la pareja.
Mientras eran ignorados durante toda la noche, además de completamente opacados por su hermano, como si ellos no fueran Oh también, los Alfas se dirigieron al centro del patio en donde había un amplio quiosco especialmente montado para la ocasión.
La música sonaba, tenue y relajante, y tal como la tradición marcaba, Sehun fue quien abrió la pista, llevando a Luhan de la mano hasta el centro. Sehun colocó una de sus manos tras la espalda del chico mientras Luhan posaba la suya en sus amplios hombros.
Con la mano libre, Sehun sostuvo la otra mano de Luhan en alto y así comenzaron a dar precisos pasos acorde a la música baja que estaba siendo interpretada en vivo.
Ellos se deslizaron por toda la superficie de reluciente mármol, ajenos al resto del mundo. Sosteniendo sus miradas con una intensidad tan abrumadora que Chanyeol se obligó a apartar la vista por la vergüenza. Se sentía como algo tan íntimo que no se atrevía a mirar fijamente en su dirección.
Poco después, uno a uno, los Alfas invitados comenzaban a avanzar en parejas que se fueron uniendo al baile.
Desde la distancia, su padre observaba todo con incontenible orgullo. Chanyeol sintió una inexplicable punzada de celos, su padre jamás había mirado en su dirección con esa admiración y felicidad, que pese a su rostro serio, Chanyeol sabía que el hombre sentía.
Suho seguía con la mirada la silueta de su hermano aún prendado de la cintura de Luhan. Tao se había dejado caer sobre la mesa, recargando su cabeza en sus brazos cruzados y ocultando su rostro entre ellas. Probablemente había comenzado a llorar de nuevo.
Chanyeol sentía algo de lástima. Porque aunque él y Sehun parecían tener un vínculo más fuerte entre ellos que con el resto, eso no había evitado que el Alfa le ocultara esto también. Y es que el menor no se sentía mal porque su hermano tuviera a Luhan con él, sino porque Tao confiaba en que Sehun le diría cualquier cosa.
Pero no fue así.
Kyungsoo seguía tragándose su coraje con tanto ahínco que parecía que en cualquier momento explotaría.
Y Chanyeol... Chanyeol continuó con la vista puesta en las parejas bailando. Sin mirar demasiado a su hermano o siquiera prestarle atención a la creciente angustia empezando a formarse en la boca de su estómago.
De acuerdo a las tradiciones, ellos ya habían hecho la recepción correspondiente para la ceremonia. Se había acondicionado el lugar de acuerdo a lo necesario e incluso se puso a la disposición de los invitados todo un buffet para elegir qué comer, además de los vinos más finos que se pudieran ofrecer.
En otras palabras, lo único que faltaba era la "consumación" de esta unión.
Y es que tal y como si los pensamientos de Chanyeol pudieran ser escuchados, su padre se levantó de nuevo y, haciendo uso del micrófono en el que momentos antes algunos Alfas habían expresado sus bendiciones a la nueva pareja, anunció a través del altavoz que pronto se llevaría a cabo el acto principal del evento.
La luna se alzaba majestuosa sobre el manto estrellado, presumiendo de su belleza y esplendor natural concedido pocas veces al año. Era una de esas noches endemoniadamente tranquilas en las que, en contraposición con el ambiente pesado instalado sobre su mesa, el cielo se hallaba limpio y claro.
El aire fresco que soplaba con parsimonia le causaba algunos escalofríos involuntarios al entrar en contacto con su cuerpo, así que, siguiendo sus instintos, Chanyeol envolvió sus propios brazos sobre sí mismo para proporcionarse algo de calor.
El vals había terminado y ahora, con todos los Alfas de vuelta a sus asientos, solo una pareja seguía en pie a la mitad del gran quiosco.
Sehun y Luhan continuaban como el centro de la completa atención de los invitados.
En ese momento, algunos de los Alfas que estaban al control del equipo de sonido les entregaron a Sehun y a su prometido dos micrófonos.
Sehun tomó el suyo y respirando hondo, comenzó a recitar lo que Chanyeol pensaba que era el decreto de unión. Una oración dicha por el hombre o mujer a desposar y que posteriormente, de forma modificada, sería repetida por el desposado.
—Yo, Sehun, líder del clan de los Oh, te tomo a ti, Luhan, como mi único y preciado compañero. A ti, el Omega que he elegido bajo propia voluntad, te prometo la fidelidad y el amor que tú mereces de mí. Es a través de esta unión creada, vínculo irrompible hasta la muerte, que me uno a ti como un compañero incondicional para todos los días de mi vida. Con todo el amor que te profeso, te pido que me aceptes.
Esta era la primera vez que Chanyeol presenciaba una ceremonia de unión. A pesar de ser todo tan desconocido y nuevo, por alguna extraña razón que no alcanzaba a comprender, la proclamación de Sehun le causó escalofríos.
Esas palabras pronunciadas eran, de algún modo, demasiado fuertes. Algo que seguramente uno tendría que pensar dos veces antes de aceptar. A sus oídos sonaba como una especie de contrato del cual no había forma posible de escapar.
Y aunque el decreto de unión estuviese ideado para ser algo representativo de la pureza de los sentimientos, que reflejase el amor y la devoción que dos seres se profesaban, ni por asomo dejaba de ser impactante.
Pero diferente a sus pensamientos en duelo, Luhan comenzó a recitar su parte.
—Yo, Luhan, primogénito del clan de los...
—¡Uhm! Es increíble —bufó Kyungsoo a su lado, mientras aporreaba la servilleta en su plato vacío—. Ahora resulta que ellos se aman hasta el fin del mundo. Yo ni siquiera sabía de la existencia de su amor hasta esta misma tarde.
Chanyeol vio cómo su hermano renegaba, sin tratar de ocultar aunque sea un poco su disconformidad.
El chico de pelo negro cruzaba sus brazos sobre el pecho al tiempo que se giraba, dándole la espalda a la escena que se llevaba a cabo a unos cuantos metros de ellos.
—... Y con todo el amor que te profeso, te acepto.
Luhan terminó de recitar su parte del decreto previo a la consumación de la ceremonia. En ese instante, los Alfas que se congregaban para presenciar este evento, rompían en altos aplausos llenos de euforia.
Chanyeol se acomodó mejor en su asiento.
Sehun devolvió los micrófonos que se les habían sido prestados y posteriormente recibió una toalla de parte de algún otro miembro.
Con cuidado, Sehun se aproximó al chico más bajo y este se giró en su lugar, dándole la espalda.
El Alfa le ayudó a deshacerse del saco y el collar mientras que Luhan comenzaba a desabrochar, uno a uno, los botones de su propia camisa, dejándola deslizarse y caer solo un poco más allá de sus hombros. Solo lo suficiente como para dejar expuesta una mínima parte de su blanca piel.
Chanyeol no era quien estaba siendo desnudado en público pero se sintió arder de la vergüenza. Y del frío.
Incluso a la distancia, era capaz de apreciar los leves y casi imperceptibles espasmos que el cuerpo de Luhan presentaba al entrar en contacto directo con las ráfagas nocturnas.
Con sumo cuidado, Sehun colocó la toalla en torno al cuello de Luhan y prosiguió, inclinándose levemente sobre él.
Chanyeol contuvo el aliento. El cuerpo de Luhan se estremeció cuando Sehun posó sus labios en la base de su cuello, dejando un tierno beso en él.
Después, Luhan se tensaba ante la "marca" que Sehun ponía en él.
Chanyeol sintió su corazón latir desbocado porque la escena, lejos de ser alentadora, parecía dolorosa. Y aunque el leve entrecejo fruncido de Luhan no dejaba mucho que ver, eso no quería decir que no le doliera.
Sehun se separó, limpiando con el dorso de su mano los restos de sangre de su Omega mientras Luhan presionaba la toalla sobre su marca.
Lo siguiente en ocurrir, era que ellos se dirigían dentro de la casa. Presumiblemente para curar la herida de Luhan, antes de que esta se infecte.
Sehun y el Omega caminaban en medio de una nueva tanda de aplausos descontrolados por parte de los espectadores. La excitación de los Alfas no se podía ocultar. Su padre se mantenía en su sitio, impasible como siempre pero indiscutiblemente contento.
Chanyeol suspiró. Ya estaba hecho. Su hermano se había unido a Luhan de una forma... irreversible.
* * *
Miró aturdido cuando uno de los hombres del equipo de limpieza le preguntó si quería que dejara esa mesa montada para él.
Kyungsoo negó y levantó su entumecido trasero de la silla en la que se había mantenido pegado por lo que le pareció una eternidad.
Se encaminó entonces hasta el interior de su casa.
Era ya muy tarde por la noche, probablemente de madrugada, cuando la ceremonia vio su fin. Sus hermanos se habían retirado hace poco pero él había estado tan ensimismado en su propia miseria y su enojo que no lo notó.
Después de que su hermano marcara al Omega de cara linda y ellos se fueran a curar la herida, volvieron apenas unos minutos más tarde con el chico estrenando un patético vendaje para continuar por algunas horas más con la celebración. Entre comida, vinos y carcajadas de Alfas que le mareaban a niveles inhumanos.
De no haber sido por el estúpido de Sehun y su maldita "orden" de quedarse en sus asientos hasta que la fiesta terminase, Kyungsoo estaría ahora mismo acostado en su cama.
Es lo único que faltaba. Que el muy bastardo tuviera el descaro de obligarlos a presenciar su ceremonia de unión cuando obviamente no los había querido presentes en la firma de sus votos.
—Estúpido —murmuró, molesto consigo mismo—. Fuiste un estúpido, Kyungsoo.
Él había creído. Había confiado tanto en su hermano que nunca llegó a siquiera pensar en la posibilidad de que él les estuviera ocultando cosas. Por muchos años había creído firmemente en que Sehun estaba de su lado.
Ahora se sentía, más que engañado, traicionado.
Por su propio hermano.
Ya estaba a los pies de la escalera cuando un par de voces captaron su atención.
—Suho, escúchame... —decía Sehun al tiempo que trataba de tomar el brazo de su hermano. Este se liberó con una sacudida.
—¡De ti no tengo absolutamente nada que escuchar! —dijo, señalándole con el dedo índice—. No quiero oírte decir nada. Todo lo que sale de tu boca son puras mentiras y no pienso volver a ser el idiota que cree ciegamente en ti.
—Suho, no es lo que ustedes creen. Sabes que yo...
—¡No importa el motivo, Sehun! ¿Es que no te das cuenta? ¡Por Dios, somos hermanos! ¡Le ocultaste de tu unión a tus propios hermanos! ¿Cómo esperas que me quede de brazos cruzados cuando llegas al extremo de ni siquiera informarnos? Lo entendería si dijeras que no querías que estemos presentes en tu firma de votos o que simplemente no te daba la gana presentarnos a tu prometido. Pero esto... ¡explícame, porque no entiendo tus malditos motivos, en serio que no lo hago! —gritó, claramente alterado.
Todo indicaba a que esto había terminado con la aparente calma eterna que Suho parecía tener. La paciencia del Omega había conocido su límite.
—Suho... yo no...
—¿Sabías que Tao no ha dejado de llorar porque cree que ya te has convertido en padre? ¡Empezando a ocultarnos cosas cuando somos una familia!
—Suho... —dijo en un hilo de voz quebrada.
—¿Y sabes qué? —interrogó, acercándose y golpeando el pecho de Sehun con el dedo que antes lo había señalado. Su voz cayendo varias notas a la vez que pronunciaba las últimas palabras—. Yo también lo creo.
Suho miró a Kyungsoo, quien permanecía aún pasmado a un escalón de ellos y después de suspirar pesadamente, se encaminó hasta su habitación.
Sehun también notó su presencia.
—Kyungsoo...
Pero él ya se encontraba dando la vuelta, yendo de regreso al patio.
Una mirada sobre sus hombros le hizo saber que Sehun no le había seguido. Una sabia decisión ya que en estos momentos Kyungsoo estaba con el humor suficiente como para iniciar una pelea. Así el contrincante fuera su hermano que encima era un Alfa.
Dejándose caer al pie de un árbol algo apartado de casa, donde el alumbrado artificial casi no llegaba, Kyungsoo miró sobre su cabeza. La luna grande y amarilla le confería un aura tan tranquila a la noche. Tan distinta al disturbio que se suscitaba en su corazón y su ahora, rota familia.
—Sí, gracias por preguntar... Uhm sí, lo entiendo. No te preocupes. No me importa, de veras.
Kyungsoo prestó atención a la voz suave que venía desde el otro lado del árbol.
—No, él no... uno de ellos. Sí, claro, lo que sea... está bien...
Él esperó en la línea por un rato antes de agregar:
—Yo también te quiero. Adiós.
Tratando de no hacer ruido, Kyungsoo rodeó el árbol y acechó al dueño de la voz. Efectivamente, ahí se hallaba Luhan, el compañero de su hermano, sosteniendo un teléfono celular entre sus manos.
Distinto a la voz alegre que creyó escuchar, el chico poseía un semblante triste.
De acuerdo a lo que había entendido, quien hablaba con él momentos antes, no era otro que su hermano. Era algo intrigante ahora que lo pensaba porque nadie de su familia había asistido. Ningún padre o madre, algún hermano o hermana.
Nadie. Absolutamente nadie había venido a lo que socialmente se le conocía como "el evento más importante en tu vida".
Luhan mantenía la mirada fija en la pantalla brillante del aparato. En él tenía abierta la foto de alguien, pero por la oscuridad y la brillante pantalla, Kyungsoo no fue capaz de distinguir el rostro.
El Omega aproximó la pantalla hasta su pecho y se aferró con fuerza. Kyungsoo vio algunas lágrimas comenzar a deslizarse por el rostro del chico. La escena era tan triste que él se vio conmovido. Luhan debía sentirse tan solo.
¿Cómo es que había sido tan egoísta para pensar solo en él?
Ese pobre chico había sido arrancado de su hogar para venir a formar parte de una familia que obviamente no era la suya. Kyungsoo de alguna forma entendió.
Así que dándole algo de privacidad en su dolor, comenzó a caminar de reversa, con cuidado de no tropezar, hasta conseguir alejarse de ahí.
Estaba por decidir si entrar a casa era una buena idea o no, cuando un extraño estremecimiento le puso los vellos de la nuca en punta. Volviéndose hasta la mala vibra, captó una alta figura ingresando por la reja trasera que aún permanecía abierta desde que los trabajadores todavía estaban terminando de desmontar el quiosco, las sillas y mesas, entre otras cosas.
—Justo la cara que menos quería ver —bufó sin dudar.
La estruendosa carcajada de Kai llenando el ambiente.
—Yo también me alegro de verte, pequeño Soo. ¿Me extrañaste mucho?
—Ja. ¿Quién en su sano juicio podría extrañarte? Eres tan insoportable.
Otra carcajada más. Obviamente Kyungsoo no había estado pensando en él. Se dijo miles de veces que solo era una intriga normal ante un habitual de su padre.
—Está bien, ya entendí, Soo.
—¡Jongin! —exclamó una voz chillona detrás de él.
De las sombras de la noche salía Luhan corriendo en dirección al mencionado. Ya no había más lágrimas cayendo por sus mejillas.
Kyungsoo se cruzó de brazos, ignorando la punzada que sintió en el pecho cuando Luhan saltó a los brazos extendidos de Kai.
—¿Qué hay ahí, chico? ¡Solo mírate, luces sensacional!
Halagó el moreno, dejando en libertad el cuerpo del chico para poder apreciar su elegante traje gris.
Kyungsoo resistió el impulso de... bueno, de molestarse. Porque no había razones para estarlo, ¿verdad?
—Recibí tu invitación. Siento no haber podido venir. Tenía algunos asuntos pendientes.
—No te preocupes. Mi hermano tampoco pudo venir.
—¿El hijo pródigo tiene mucho trabajo?
—Algo así. Ya sabes, últimamente ese grupo que ha estado metiendo cizañas entre los demás líderes para poner trabas en el negocio.
—Sí. He estado lidiando con un poco de ello también.
Kyungsoo miró atento sin poder evitarlo. Se sentía algo enfadado porque Kai le estuviera prestando tanta atención a ese chico. Es decir, Kai generalmente siempre estaba ahí para fastidiarle a él. No es como si Kyungsoo estuviera extrañando su atención o algo. Antes de poder continuar con sus absurdos pensamientos, una nueva voz cortaba el aire.
—Luhan.
Esta vez era su hermano Sehun quien se asomaba por el umbral. Todo su cuerpo dominante envuelto en una asfixiante aura de enojo.
—Ve dentro, ¿quieres?
Acatando la orden, el Omega se separó en seguida de Kai y, tras disculparse en silencio con el moreno, comenzó a caminar en dirección a su Alfa.
No pasó desapercibida para Kyungsoo la tensión latente que emanaba de los músculos de su hermano mientras el Omega se aproximaba a él.
Luhan levantó el rostro y posó su mirada de gacela en los furiosos ojos de su hermano. Después siguió su camino hasta la habitación del mismo. Sus pasos ligeros y pausados. La forma en la que se movía se veía algo extraña, pero Kyungsoo no podía decir por qué.
Sehun se giró hasta ellos y, después de alternar la mirada entre Kyungsoo y Kai, se dirigió a este último.
—Bienvenido.
Sehun asintió levemente con su cabeza. Aunque sus brazos formaban puños a los lados y su cuerpo vibraba amenazante.
Eso era probablemente porque ahora Sehun estaba unido a Luhan como su compañero. Esto le generaba una posesividad que solo se podía entender entre ellos dos. Sehun nunca antes había tenido ese tipo de actitud tan notablemente arisca para con Kai. Esto hizo reír al moreno quien levantó sus manos en señal de paz.
Sehun se dio la vuelta, dispuesto a marcharse, pero Kai le detuvo a medio camino.
—Felicidades por tu unión, Sehun.
El Alfa se quedó inmóvil y, por sobre el hombro, contestó:
—Gracias.
—Ese Omega es una buena adquisición. Es decir, con una belleza así de exquisita...
Kyungsoo saltó en su lugar al ver la rapidez con la que Sehun se había desplazado desde su posición en el pasillo hasta los pies de las escaleras, donde tomó a Kai de las solapas y lo alzó hasta su altura.
—Cuida mucho la forma en la que te diriges a mi compañero —amenazó con voz mortalmente baja—. No me busques Kai porque te juro que me vas a encontrar.
El aludido elevó una mano hasta posarla sobre la que Sehun usaba para mantenerlo prendado en su lugar. Kai enseñó sus colmillos, gruñendo, y Sehun también lo hizo. El moreno apretó duro sobre la muñeca de su hermano y poco a poco Sehun fue aflojando el agarre.
Liberando por fin al otro Alfa, Sehun se encaminó hasta su habitación, cerrando de un fuerte portazo.
—Wow, creí que me arrancaría la cabeza —susurró el moreno, sin aliento, mientras se sobaba el lugar donde la camisa le había marcado.
—¿Qué esperabas? Con lo mucho que te gusta bailar con la muerte.
Siguiendo el origen de la nueva voz, Kyungsoo se encontró con un nuevo invitado no deseado. La diferencia es que este le era completamente desconocido.
Continuará...
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