Capítulo XXIII
Recibió un pequeño empujón de un chico de Gryffindor, este se giró y le grito una disculpa sin detener su andar, Yuuri solo se limitó a sonreír, todo el mundo parecía salir de la rutina cuando tocaba un partido de Quidditch, esta no era la excepción.
Ravenclaw y Slytherin se enfrentarían para decidir quién competiría contra Gryffindor por la copa de Quidditch, Yuuri tenía mucha curiosidad por saber quién sería el ganador, por un lado tenia a los inteligentes y estrategas Ravenclaw, el otro a los astutos y veloces Slytherin, cualquiera podía ganar.
―Cuando te pones modo obseso con el Quidditch me das miedo ―las palabras de Pitchit lo sacaron de su ensoñación, se giró a ver a su mejor amigo, este solo enarcó una ceja en su dirección.
―Nunca me pongo así.
―Mentiroso, siempre es lo mismo, te pierdes en tu mente pensando posibles estrategias que usaran los equipos o sobre cómo deben jugar ―Pitchit le sonrió divertido ―tú, junto a Yuko son unos frikis del Quidditch.
―Cosa que tenemos en común ―dio un respingo al sentir un brazo sobre sus hombros, no tardo en percatarse que se trataba del famoso James Sirius Potter.
―¿No deberías estar ya en el campo apoyando a tu hermano? ―la pregunta escapo de sus labios, el chico sonrió.
―Albus sabe jugar sin mi ayuda ―este encogió los hombros.
―En ese caso, ¿Qué hace el bromista por excelencia de nuestra casa con nosotros? ―tener un amigo sincero y sin una pisca de vergüenza a la hora de sacar a relucir dudas era lo mejor que le pudo pasar a Yuuri.
―Conocerlos ―luego frunció el ceño disgustado de sus propias palabras ―corrección, tratarlos. Los conozco desde que entraron, en especial a ti Katsuki, eres el buscador de nuestro equipo después de todo, sé que te he hablado un par de ocasiones, pero no lo suficiente para saber mucho de ti, últimamente estas en los chismes de todo Hogwarts, tú y tu novio, por cierto, linda pareja la que hacen.
Con esto volvía a confirmar que el chico Potter hablaba demasiado, no sabía si lo hacía adrede o era algo natural. Había escuchado rumores sobre él, incluso fue testigo de algunos de sus actos, James Potter no fue ni sería una perita en dulce, no, en un inicio era bastante grosero con los Slytherin, incluyendo a su hermano y el amigo de este, no fue hasta que en tercer año algo sucedió que las cosas mejoraron, Yuuri poseía la misma edad que Albus Potter y tanto Slytherin como Gryffindor cursaban un par de clases juntas, así que fue testigo de unas bromas amistosas por parte del hermano mayor de este, que en lugar de sacar el enojo del menor, lo hacían rodar los ojos exasperado.
Estaba seguro que el hermano menor Potter apoyaba a Daisy, los había observado conversar un par de veces sospechosamente y también estaba el hecho de que James Potter a pesar de haber cambiado su actitud, seguía siendo un cabezota que nunca aceptaría en voz alta que solo jugaba bromas a los Slytherin por costumbre y no porque existiera un rencor.
―Gracias ―dijo ―Daisy me soltó un discurso similar.
―Esa serpiente embustera ―bufó el bromista.
―James ―el chico dio la vuelta para toparse con una niña pelirroja de ojos chocolate, le sorprendió encontrar a su lado tanto a Yurio como Otabek.
―Lily, no sabía que fueras amiga del chico gato ―Yuuri cubrió su boca para que Yurio no se lanzará contra él, las palabras fueron de James, pero si se burlaba, la furia recaería en otra persona.
―Cállate cuatro ojos ―gruñó el chico menor.
―No me arañes ―James gesticulo dramáticamente, Yurio fue detenido por Otabek antes de que si quiera hiciera un movimiento.
―Deja de ser inmaduro ―la niña pelirroja tenia los brazos cruzados sobre el pecho ―vine a verte porque necesito de tu ayuda en un asunto.
―Claro hermanita ―la niña dio la vuelta y James se giró a verlo ―nos vemos.
Este comenzó a correr para alcanzar a la niña, Yuuri ladeo el rostro interesado, la familia Potter era curiosa y atraía miradas quisieran o no, después de todo, el señor Potter había hecho grandes cosas por la comunidad mágica en su tiempo.
―¿Por qué el viejo idiota no está contigo? ―preguntó bruscamente Yurio.
―¿Y porque Otabek siempre está contigo? ―respondió Pitchit en su lugar ―son cosas que aún no tienen respuesta.
―Eres irritante ―carraspeó molesto Yurio.
―Lo mismo digo ―le guiñó un ojo Pitchit, los dos poseían una relación de lo más curiosa.
―Viktor esta con Chris ―dijo en un intento de mediar la situación, cosa que logró, los tres giraron su rostro en dirección a Yuuri ―ambos prometieron que verían el partido juntos.
―¿No te molesta? ―Yurio preguntó ―es tu novio, debería estar contigo.
―Es mi novio ―admitió ―eso no significa que tenga que estar a mi lado cada segundo, no le voy a negar que este junto a su mejor amigo, yo también estoy con el mío, así que no le veo problema, no vamos a terminar porque estemos separados un par de horas.
―Nunca entenderé del todo las relaciones ―bufó Yuri ―un día están siempre juntos y otro ya no, es tan exasperante.
―Deja que te explique mientras vamos a las gradas ―de manera sorpresiva el chico asintió, Yuuri se pasó los siguiente veinte minutos hablando sobre sus conocimientos en cuanto relaciones, con algunas intervenciones de Pitchit que fueron bien recibidas, incluso Otabek realizo algunas preguntas del tema, Yuuri no era la persona con mayor experiencia sobre esto, pero poseer amigos que lo hicieron de consejero sentimental lo lleno de conocimiento, se encargó de remarcar que no todas las relaciones deben ser iguales, cada pareja debía encontrar su propio ritmo.
―¿El mundo muggle ve con malos ojos las relaciones del mismo sexo? ―dijo Yurio extrañado.
―Básicamente, si ―aceptó, no sabía como habían terminado hablando de este tema.
―Lo cual es estúpido ―rodó los ojos Pitchit ―cada persona es responsable de sus acciones, no tiene por qué afectarle lo que haga alguien más, todos seriamos mucho más felices si tuviéramos la mente ligeramente más abierta.
―En el mundo mágico mientras tengas sangre pura o no seas muggle, no hay problema de lo que hagas con tu vida ―Yurio dijo con resentimiento.
―El mundo está lleno de desigualdad ―Yuuri habló ―de la manera difícil he aprendido que tienes que darle menos importancia a ello y concentrarte en las cosas positivas.
―Me sorprende que hables totalmente seguro y con madurez del tema, a pesar de que solo tienes quince años ―la afirmación de Otabek lo hizo sonrojarse.
―Es porque así lo criaron sus padres ―Pitchit paso un brazo sobre sus hombros ―deberían ver a su familia, es tan unida, incluso su hermana mayor, todos ellos aman a Yuuri.
―Pitchit ―susurró, hacia bastante tiempo que había olvidado el enojo por la mentira de sus padres, era consiente de todo el amor que existía entre ellos, sabía que todo lo hacían pensando en su bienestar, no podía odiarlos por intentar mantenerlo protegido a su modo.
―Sería interesante ir a Japon ―Otabek dijo ―nunca lo he visitado.
―Pueden ir en las vacaciones ―de nueva cuenta su boca se movió por sí sola, esta vez no se reprendió por aquello, sería una persona feliz si ellos aceptaban su invitación.
―Espero que no te arrepientas ―lo amenazó Yurio ―porque de todos modos iremos a tu casa.
―No me arrepentiré ―sonrió sinceramente.
―En ese caso yo invitare a Seung ―Pitchit tuvo que alzar la voz, los gritos eran cada vez más fuertes ―paso más tiempo en Japón que en mi propio país.
―Pero...
―Nada de peros, soy tu mejor amigo, merezco un poco más de privilegios.
Guardo silencio, siempre era una batalla perdida enfrentarse con Pitchit, era bien cierto lo dicho por él, su mejor amigo técnicamente pasaba más tiempo a su lado que cualquier otra persona, incluso que Yuko, esta trabaja en una pista de patinaje y sus vacaciones se resumían en eso, lo mismo con Nishigori. No le haría mal tener a más compañía, sus padres recibirían encantados a sus amigos.
―Suban rápido ―ordenó Yurio ―el partido está por empezar.
Ese fue el sonido suficiente para que Yuuri apresurara el paso, tal vez Pitchit si tenía algo de razón al decir que era un gran aficionado al Quidditch, nadie podía culparlo, fue el deporte que lo mantuvo en flote por mucho tiempo y que lo llevo a conocer a Viktor.
Lograron colocarse en la primera fila, tanto él como Yurio se inclinaron peligrosamente por el borde, Otabek observaba con una expresión neutral y Pitchit aplaudía sonoramente, él apoyaba a Slytherin, esto se traducía a que Seung jugaba como cazador del equipo.
Distinguió el verde y el azul de los jugadores, sonrió al escuchar el silbatazo que daba inicio al partido, casi ríe cuando los vio alzarse en sus escobas, amaba jugar y ver el Quidditch, al ser un nacido de muggles nunca espero toparse con un deporte de tal calibre.
―Ganara Slytherin ―dijo sin dudar Yurio ―se ven mucho más confiados en sus escobas.
―Pero las estrategias de Ravenclaw son algo de temer ―respondió ―siempre cuentan con un plan para darle vuelta a la situación.
―Es cierto, pero mira ―el ruso apunto en dirección del buscador de Slytherin, que curiosamente era JJ, habían hablado el día anterior de este partido ―él está concentrado en su labor, mucho más que el buscador del otro equipo, tú debes saber cómo se desarrollaran las cosas de ahora en adelante, supongo.
Asintió con una sonrisa, lo sabía.
Jugar Quidditch era algo que le apasionaba, pero ver el deporte también, observar atentamente los jugadores surcar el cielo le recordaba sus primeras impresiones del mundo mágico, que a pesar de no haber tenido un comienzo maravilloso, este deporte se convirtió en su ancla en cierto punto, así que siempre le guardaría cariño.
―¿Es cierto que te has vuelto amigo de JJ? ―Yurio lo saco de su ensoñamiento.
―Si ―respondió.
―No confió en ese chico ―el ruso frunció el ceño ―en especial pienso que está mintiendo con lo de su cambio.
―Todos pueden hacerlo ―encogió los hombros, se inclinó mucho más al ver como casi una Blugger golpea a un jugador de Slytherin, los demás siguieron su ejemplo.
―Eres un cerdo ingenuo ―Yurio dijo ―algún día esa ingenuidad te perjudicara.
―No es ser ingenuo ―respondió, se giró a observar al menor con fijeza ―se llama creer en los demás, no soy un experto en descubrir mentiras como tú, pero se alejarme cuando creo es conveniente y en este momento sé que JJ está hablando en serio con mejorar como persona, no le puedo negar mi amistad, porque sería algo horrible y él no se merece eso.
El rubio permaneció segundos sin despegar la mirada de él, Yuuri se obligó a mantenerse imperturbable, comprendía muy bien al chico, mejor de lo que deseara el contrario, ambos eran tan similares en varios aspectos emocionales, sumando el punto de que Yuuri era una persona demasiado empática, con suma facilidad podía ponerse en el lugar de otra persona.
Al final Yurio termino por rodar los ojos y soltar un suspiro cansado, eso ocasiono que sonriera ligeramente.
―Si comete cualquier estupidez le lanzare un hechizo aturdidor ―dijo cortante.
―Gracias por preocuparte por mí―dijo.
―¿¡Quien dijo que me preocupo por ti!? ¡Maldito cerdo narcisista! ―aunque las mejillas sonrojadas de Yurio indicaban lo contrario, decidió dejar de molestarlo y concentrarse en el partido.
―Otabek, parece que te están arrebatando el cariño de Yurio ―Pitchit exclamó con una expresión divertida.
―¿Qué? ―Yuuri dijo confundido.
―Yurio puede tener cuantos amigos quiera ―respondió el chico, pero algo en su expresión le dio ligero miedo, en especial en esos ojos, su cara permaneció neutral, pero una sola mirada podía decir más cosas que las palabras o gestos.
―Deja de decir estupideces ―Yurio bramó ―deberías ver como juega tu novio, en lugar de molestar.
―Puedo hacer ambas cosas ―encogió los hombros Pitchit.
―¡Yuuri! ―el gritó hizo que todos giraran el rostro impresionados ante tal potencia, se trataba de Mila que venía hacia ellos, sujetaba del brazo al chico que fue su pareja, este parecía totalmente deprimido, no es que fuera anormal aquella expresión.
―Genil, la bruja ha venido ―gruñó Yurio, dio la vuelta y se concentró en el partido ignorándolos.
―Te escuche gatito ―Mila habló con una enorme sonrisa ―hemos demorado más de lo normal, necesitaba sacar a este bulto sin vida de su escondite.
―¡Estoy deprimido! ¿Qué no lo entiendes? Mi amada esta en brazos de otros y...
―Si, si, ahora cállate y disfruta el juego ―Mila cubrió la boca del chico y lo empujo contra la barandilla, Yuuri casi temió que fuera a caerse, pero la chica lo sujeto del uniforme antes de que eso ocurriera.
―Mila a veces da miedo ―murmuro a su lado Pitchit, no pudo más que asentir.
A pesar de las quejas del chico, este no hizo intento de marcharse, permaneció junto a ellos, Yuuri se encargó de observar el resto de partido, tanto él como Yurio comentaban algunas jugadas vitales, en menos de una hora Yuuri pudo descifrar quien ganaría el partido, desde un inicio el ruso menor había tenido la razón, Slytherin al igual que una digna serpiente supo esperar el momento para atacar y llevarse la victoria, ellos estaban haciendo todo para cansar al equipo de Ravenclaw y con cada minuto transcurrido era más notorio los movimientos lentos de los jugadores, mientras que Slytherin solo incrementaba su fuerza y velocidad.
Dejo de centrarse en los cazadores y fijo la vista en JJ, serpenteaba por el cielo, su instinto le decía que más que buscar la Snitch mataba el tiempo asegurándose de que el otro buscador no la tomara antes que él, Yuuri había subestimado a JJ como jugador, era alguien arrogante, pero con una paciencia y dedicación dignas de admirar.
―¡JJ! ―aquel gritó lo saco de su ensoñación, busco entre la multitud para ver quien había sido el dueño de aquel grito, con sorpresa se percató que había sido un mismo jugador de Slytherin, que había sobrevolado lo suficientemente cerca como para ser escuchado.
Tanto pronto terminó de pronunciar el nombre, su amigo se puso en acción, el momento de terminar el juego era ese.
Con una maniobra en círculos JJ voló en dirección a las gradas paralela a la de donde se encontraban, el buscador de Ravenclaw lo persiguió con ligera torpeza, cinco segundos era el tiempo que Slytherin necesitaba para poder ganar, Yuuri mejor que nadie era consciente de que en la cancha tomarías cualquier oportunidad.
Una pulsación recorrió su espina dorsal, tuvo que sujetarse para evitar irse de espaldas, desde su primer visión en el lago aquellos dolores se habían convertido en algo normal, pero en esta ocasión algo no era normal, la vista se le comenzó a nublar, sus músculos se tensaron y la fuerza se le escapaba, con un parpadeo cerró los ojos.
Al abrirlos encontró un paisaje completamente distinto, era un patio con el césped cortado adecuadamente, alzó la mirada en dirección al cielo, este era de un azul brillante, el sol iluminaba con total claridad el hermoso paisaje.
Sabía que esto era un recuerdo, un recuerdo de su versión joven, por ello no se extrañó de sentir como sus pies se movían a pesar de su resistencia, se dirigía hacia un árbol, ahí claramente podía distinguir dos figuras que lo instaban a seguir, pronto se vio corriendo con una sonrisa en el rostro.
Al llegar el hombre de mirada verde lo observo apaciblemente.
―¿Por qué has tardado Yuuri? ―preguntó.
―Su padre me hizo preguntas ―respondió, un estremecimiento lo recorrió ―me dio miedo.
―No te preocupes, hablaré con él ―el tonó peligroso del chico fue una clara amenaza, su expresión se había endurecido, ya no se veía amable.
―¡Vamos a jugar! ―una voz infantil lo llamó, observarlo el rostro se le oscureció, era una mancha borrosa, solo la túnica verde era totalmente clara, la cabeza comenzó a retumbarle con más intensidad.
―Vayan ustedes ―dijo el hombre de ojos verdes ―yo los vigilare, no dejare que nada les pase.
―¡Eres el mejor hermano! ―el otro niño grito con felicidad, eso provoco una sonrisa en el contrario ―Yuuri apresúrate o te ganare.
―No tan rápido jfekrn ―palabras entrecortadas salieron de su boca, el nombre se esfumo tan pronto lo pronuncio, el dolor lo hacía estremecer, no podía soportar la carga de información.
El niño se detuvo bruscamente y se giró para observarlo, entonces, lo último que sus ojos observaron fue un gris profundo provenir del contrario, su consciencia borro aquella imagen tan pronto logro reconocer algo en el rostro del niño, impidiéndole que pudiera detallarlo aun más.
Volvió a parpadear adaptándose a su nuevo entorno, tardo segundos en reconocer el lugar donde se encontraba, era la enfermería de Hogwarts, se le estaba haciendo costumbre ir a parar ahí, llevó la mano hacia su cabello, aun le palpitaba la cabeza y todo su interior se encontraba confundido, seguía sin procesar totalmente lo que había visto.
―¡Yuuri! ―el llamado de Viktor lo hizo alzar la mirada, encontrarse con el azul de él lo tranquilizo, sentir como lo rodeaba con ambos brazos despertó una mezcla de tristeza con melancolía, algo le gritaba con fuerza que despertara, que dejara salir sus recuerdos, pero otra parte aun lo retenía, lo forzaba a permanecer en la ignorancia.
―Viktor ―la voz salio entrecortada, el ruso se alejó preocupado, sostuvo su rostro entre las manos.
―Yuuri, ¿Por qué lloras?
Las lágrimas salían de ambos ojos, Yuuri no podía recordar mucho más de lo visto en aquella visión, pero las emociones lo embargaban sin parar, llegaban sin darle tregua alguna, sus sentimientos parecían ser conscientes de mucho más que él mismo.
―Creo que rompí una promesa con alguien muy importante para mi, pero lo he olvidado.
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*Sin notas por explicar.
Bien, hace mucho tiempo que no me veían por aquí, por "veían" me refiero a publicar libremente, si leía y comentaba, pero escribir no, hace un par de semanas que lo hice con una historia que subí y al hacerlo decidí que era el momento de continuar con esta historia.
Gracias por los que leyeron la historia, los que aun la esperan y por los que seguirán aquí, no saben cuanto me alegra pensar en ello.
No he vivido un año bueno, han sido muchas cosas para mi, para mi familia y me aleje mucho de la escritura, he leído e incluso corregido algunas de mis historias, pero hacia mucho que no tocaba la computadora para crear una historia y creo que el momento de continuar ha llegado, espero que me disculpen por la espera y comprendan.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
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