Capitulo XXII
En ese momento odiaba Hogwarts, su extensión le complicaba la búsqueda, hasta ese momento Yuur se percató de que muy pocas veces el busco a Viktor, siempre era el ruso quien hacia el primer movimiento, tal revelación le supo agridulce. Agria porque a pesar de que Viktor no lo dijera, siempre priorizaba a Yuuri; dulce porque eso significaba que podía significar algo importante en la vida del ruso.
Con un suspiro cansado se detuvo a mitad de un pasillo semivacío, bien, si no lo encontraba iría a pedir ayuda, esta vez caminó en dirección al comedor, su propia rapidez y fluidez sobre tierra le sorprendieron, en una situación corriente estaría ya cansado o con su cuerpo sobre el suelo; solo tardo tres minutos en llegar hasta ahí, cuando en circunstancias normales le costaría ocho minutos.
Entro sin poco cuidado, dio un rápido escaneo y lo encontró, no a Viktor, pero si alguien cercano. Caminó en dirección a Chris, este pareció sentirlo porque a pocos metros se giró en su dirección y le sonrió de manera coqueta, por lo poco que conocía, sabía que esa sonrisa no tenía dobles intensiones, más bien era una de curiosidad.
—Yuuri, es un placer verte —Chris fue el primero en saludar, le dio un rápido vistazo, enarcó una ceja —luces como si hubieras estado corriendo.
—Eso es porque lo estuve —respondió sorprendiéndolo —estoy buscando a Viktor, pensé que tal vez lo sobrias.
—¿Viktor? —Chris volvió a mostrar su sonrisa coqueta, Yuuri asintió —fue al lago, parece que se le ocurrió una idea sobre...
Antes de que él terminara de hablar Yuuri ya había dado media vuelta y apresurando el paso se marchó con velocidad impresionante, pudo escuchar unos gritos llamándolo, paso de largo.
Alejó los pensamientos de nerviosismo mientras salió del castillo y avanzaba con rapidez en dirección al lago, respiraba entrecortadamente, su aliento era visible por el frio del clima, a pesar de esto no podía sentir el frio, era como si su cuerpo se hubiera programado para evitar cualquier tipo de distracción hasta que cumpliera su objetivo.
Mientras más se acercaba su pulso incremento, un vuelvo al corazón lo hizo detenerse abruptamente.
Ladeo el rostro confundido, reconocía el cabello plateado en cualquier lugar, así que verlo tan corto lo saco de balance, Viktor no se percató de su presencia, eso le permitió detallarlo. No lo veía de frente, pero con solo estar de espaldas se conformó.
Desde que el ruso se presentó frente al mundo, el cabello plateado había lucido largo y brillante mientras volaba por el cielo, ahora, estaba corto, no flotaba ni se encontraba sujetado en una coleta, ya no. Antes de que pudiera hacer un movimiento, Viktor dio la vuelta, Yuuri intento que su boca no se abriera de la impresión, para él, Viktor era hermoso de cualquier modo, no importaba que, pero ahora, con el cabello corto lucia mucho más adulto, hasta ese momento se dio cuenta de la diferencia de edad entre ambos.
—Yuuri —Viktor gritó con una enorme sonrisa en su rostro, distinguió que entre sus manos sostenía el huevo dorado —Voy para allá.
—No —gritó en automático —yo te alcanzo ahí.
—Vale.
Suspiró, alzó la vista al cielo gris y luego clavó los ojos en Viktor.
No era medio día siquiera y podía asegurar que había andado más que otro día, así que haría que tal cansancio valiera la pena. Con determinación y olvidándose de temores fue directo hacia Viktor, lo tomo de los hombros obligándolo a estar a la misma altura.
—¿Yuuri? ¿Qué sucede? —Viktor parpadeó confundido, tal vez con una pisca de nerviosismo, no podía asegurarlo.
—Viktor, mírame —sus ojos se prendaron uno del otro, la convicción que se extendía por su cuerpo lo obligó a cerrar la distancia entre sus labios.
Miles de sentimientos explotaron en su interior, todos referidos al amor, amaba profundamente a Viktor, debía ser imposible amar a alguien con solo quince años, pero ahí se encontraba, dejando expuesto todos sus sentimientos.
Le gustaría decir que el beso duro hasta que la falta de aire les imposibilitara seguir, no fue así, Yuuri se alejó con una mueca de dolor, el huevo dorado había caído sobre sus pies y no era nada ligero, el sonido sordo hizo que se volviera consiente de lo que acaba de ocurrir. Con un poco de timidez se armó de valor para ver a Viktor.
Este, para su sorpresa tenia las mejillas teñidas de color rojizo, sus labios entreabiertos y sus ojos celestes lo observaban sin perderlo de vista. Dos segundos transcurrieron antes de que el ruso tomara control de sí mismo, sacudió la cabeza, le maravillo como el cabello se movió en un gesto natural.
Viktor dio un paso al frente, sujeto su mano y lo arrastro hasta estar frente a frente.
—He perdido la apuesta Yuuri, tu eres el ganador mi lindo cerdito —antes de poder preguntar, Viktor lo pegó a su cuerpo y lo beso, esta vez fue en serio.
Los labios del ruso se estrellaron contra los suyos, jadeo por la sorpresa y aquello solo le permitió a Viktor profundizar el beso. Las neuronas de Yuuri ya no estaban funcionando correctamente, su cuerpo parecía desvanecerse así que tuvo que aferrarse de Viktor para no caer, las sensaciones que sentía eran demasiadas, hasta ese momento se percató de cuanto había deseado besar a Viktor, de cuando soñaba con estar en una situación de tal calibre, no entendía como pudo retenerse por tanto tiempo.
Esta vez la falta de aire si fue la causante de sus bocas separadas, eso no significo que Viktor se alejara, al contrario, coloco su frente contra la de Yuuri, entre abrió los ojos y el azul de estos lo dejo anonadado, había tanto amor y miedo en ellos.
—Te amo —Yuuri pudo haber sido el que dio el primer paso, pero Viktor fue el primero en pronunciar aquellas palabras —estoy feliz y asustado, Yuuri, no soy la mejor persona del mundo, tengo mis errores, pero espero que con toda mi imperfección me puedas aceptar.
Hasta ese momento se dio cuenta que unas silenciosas lagrimas se deslizaron por sus ojos, las limpio con rapidez, sujeto las manos de Viktor entre las suyas y espero que con su sonrisa pudiera darle al menos un diez por ciento de todo lo que sentía por él.
—Yo también te amo, con o sin imperfecciones —dijo sin vacilar.
Lo volvió a besar, esta vez fue un simple beso casto, pero no por eso menos intenso.
—Creo que siempre supe que perdería en esa apuesta —suspiró Viktor, su voz era apesadumbrada, pero sus ojos lo delataban.
—¿Cuál apuesta? —preguntó ladeando el rostro.
—Tú me conquistaste primero —soltó Viktor riendo, sin soltar su mano se sentó sobre el pasto, Yuuri siguió su ejemplo —me duele que no lo recuerdes.
—Lo siento —murmuró apenado.
—Todavía queda el Torneo de los tres magos, así que al menos puedo ganarte en algo —Viktor guiñó un ojo —gracias por tu regalo de cumpleaños.
—Ese debe ser el peor regalo de todos —mostró un leve sonrojo, de nueva cuenta Viktor soltó una pequeña risa.
—En absoluto, ¿Qué mejor regalo que bailar con la persona que amo? Yo me considero afortunado.
—¡Viktor! —exclamó con un sonrojo.
—Vuelves a ser mi lindo cerdito —Viktor acaricio su mejilla con dulzura —no pienso dejarte hasta que tú me lo pidas.
—¿Eso quiere decir que somos novios? —no supo cómo se atrevió a decir la pregunta en voz alta, pero después de haber pasado horas buscando a Viktor y luego besarlo, debía creerse más capaz.
—Creí que ya lo éramos desde que lo publicó el profeta —bromeo el ruso —si, por mi parte somos novios, espero que lo misma sea para ti.
—Igual —respondió con firmeza.
—Estoy feliz de haber venido a Hogwarts —Viktor miro hacia frente con una sonrisa llena de calma.
—Yo también —respondió del mismo modo.
Conversaron, lo hicieron sin que el tiempo o clima importaran, ellos se encontraban envueltos en una burbuja impenetrable y nadie hizo intento en romperla.
Yuuri conoció mucho más la persona que era Viktor y Viktor conoció mucho más quien era Yuuri, ambos se tomaron con calma la situación, la felicidad que experimenta en ese instante era infinita y dudaba mucho que pudiera desaparecer.
—¿Por qué tenías el huevo de oro? —preguntó, sobo su pie lastimado, aun le palpitaba ligeramente.
—¡Cierto! —exclamó con emoción infantil el ruso —Mila y yo averiguamos cual es misterio del huevo y quise comprobarlo por mí mismo.
—¿En serio? —dijo ligeramente sorprendido —¿Cuál es?
—Cuando lo abrimos empezaron a sonar ruidos extraños y estridentes, creo que todavía puedo oírlos —ambos se estremecieron al recordar la primera vez que los abrieron —Mila estuvo investigando por su cuenta un poco, ella se inclinó por creer firmemente que se trataba de un idioma o algo similar.
—Ella solo me había dicho que estaba a punto resolver todo —recordó una conversación con la pelirroja.
—Tuve que sonsacarle toda la información —la sonrisa de Viktor hizo que Yuuri riera un poco —no creas que fue sencillo, el único modo para convencerla fue decirle que yo me encargaría de comprobar si era cierto o no su hipótesis, luego entre los dos te diríamos a ti.
—No es justo —Yuuri hizo un mohín —me hubiera gustado participar en la investigación.
—Lo sé —le sonrió Viktor tranquilamente —lo puedes hacer aún, ahora mismo estaba comprobando si las voces que salen del huevo son de tritones.
—¿Y para eso tienes que estar en el lago?
—Ninguno de nosotros o algún conocido sabe hablar Sirenio, la voz que oímos debe ser una grabación de alguien que habla el idioma, no suena tan imposible, así que vine al lago para meter el huevo y ver qué pasa.
—Viktor, ahí abajo debe estar a unos 7°c —dijo seriamente —te morirás congelado si metes la cabeza.
—No hay riesgo que no merezca la pena —Viktor volvió a mostrar una sonrisa infantil.
Yuuri sacudió su cabello entre exasperado y divertido, el ruso poseía comportamientos un tanto extraños o que al menos una persona de diecinueve años ya no realizaba, incluso él, teniendo quince años ya distaba mucho de actuar de tal modo, así que ver a Viktor ser tal infantil, en ocasiones le sacaba una sonrisa o bien le preocupaba las ideas que pudieran salir de su boca.
—Entonces te ayudare —habló firme —entre los dos podremos hacerlo mucho más fácil.
—Gracias Yuuri —lo abrazo fuertemente, él se limitó a sonreír ligeramente, amaba el olor que desprendía Viktor, no poseía una fragancia similar todos los días, a veces era chocolate, otras limón y en ese momento vainilla.
—Por cierto, extrañare tu cabello largo —se sorprendió que sus palabras escaparan de sus labios, se sonrojo inmediatamente después de decirlo.
—Puedo usar un hechizo para hacerlo crecer —Viktor había roto el abrazo y lo miraba seriamente —tu solo dilo y yo lo hago.
—No, no, no —negó con el rostro y gesticulando con las manos —el cabello corto te queda perfecto y va bien con eso de meter la cabeza en un lago congelado.
—Eso me alivia, ahora vamos con el experimento.
Tomados de la mano y con Viktor sosteniendo el huevo ambos se encaminaron en dirección al lago, se agacharon, el ruso extendió su varita y pronuncio un hechizo que hizo al hielo descongelarse, un perfecto circulo se abrió.
―Iré yo primero, sostén tú el huevo ―sin permitirle reclamar Viktor metió la cabeza, Yuuri tuvo que seguir las indicaciones, no quería que aquello se desperdiciara.
Transcurrieron unos tensos segundos en los que Yuuri casi jala a Viktor lejos del agua, sin importarle que el huevo se perdiera. Suspiro con alivio al notar que la cabellera plateada salía a la superficie, tras su rostro escurría agua y tiritaba de frio, sin pensárselo desenredo su bufanda del cuello y la coloco sobre Viktor.
―Gracias ―respondió él con una sonrisa ―he escuchado algo sumamente interesante.
―Pero primero dime si estás bien, te puedo llevar a la enfermería ―dijo preocupado, Viktor parpadeo confundido.
―¿Estas preocupado por mí? ―la pregunta lo extraño, observo con seriedad a Viktor.
―Por supuesto que si ―exclamó ―es normal que me preocupe, eres importante para mí, ¿esperas que no sienta eso por ti?
―Eres tan lindo conmigo ―Viktor se inclinó y dio un beso en la mejilla, pudo sentir el frio de sus labios, en definitiva, lo llevaría a la enfermería.
―Ven ―se levantó del suelo y tendió la mano ―iremos a la enfermería, estoy seguro que si intento calentarte con magia solo hare que tengas un resfriado fuerte, es mejor que la enfermera te trate.
―Pero Yuuri, ni siquiera sabes lo que dice el huevo.
―Me lo contaras mientras vamos de regreso ―encogió los hombros ―confió en ti y sé que me dirás todo con lujo de detalles.
―Eres el mejor novio del mundo ―Viktor acepto su ayuda con una sonrisa radiante.
Yuuri sentía tanta felicidad en su interior, nada podía quitársela.
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*NOTA: Sirenio es un lenguaje que empleado en dentro del agua su sonido es como cualquier otro, mientras que fuera de este se caracteriza por ruidos fuertes. Este idioma proviene de la gente del agua y en su gran mayoría ellos son quienes lo dominan.
Ya tenia el capítulo escrito hace dos o tres días, pero mi pereza en revisar algunas cosas me gano, pero aquí esta, así que al final he cumplido con la meta, lo bueno es que ya comencé con lo que sigue después de esto, si calculo bien, la historia va por la mitad, no puedo asegurar nada, ya que al final puede que quite o agregue algunas cosas.
Ya hacia falta una confesión, mi plan original era dejarlo hasta mucho después, al final lo adelante y no me arrepiento xD ahora queda ver que sucede con los demás asuntos, en especial con quien es el Obscurial.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
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