Capítulo XIX
—Daisy es bastante agradable —Pitchit dijo, se encontraba acomodando con destreza la corbata que acompañaba su túnica —¿Estás seguro que no es un plan para poner celoso a Viktor?
—Por mi parte no, —respondió observando el reflejo de su amigo a través del espejo —es ella quien está empeñada en hacerlo sufrir de algún modo.
—Me gusta su actitud —él se giró en su dirección, alzó los brazos —y bien, ¿Cómo me veo?
Lo evaluó, Pitchit vestía una túnica de gala sencilla de color negra, había peinado su cabello hacia un lado, lo más destacable era la sonrisa que adornaba su rostro, todo debido a que él si asistiría con la persona que le gustaba, en ese instante sintió envidia, una de la buena, pues no podía evitar ser feliz por él, hacía mucho que Pitchit no se preocupaba por sí mismo o atendía debidamente sus propios sentimientos.
—Te doy mi aprobación —levantó el pulgar —Seung sonreirá cuando te vea.
—¿Tú crees? —el repentino destello de alegría infantil de su amigo lo hizo reír.
—Justo ahora estas dando una sonrisa melosa —se burló.
—Es la misma que pones tú cuando ves a Viktor —rebatió Pitchit, en respuesta se limitó a rodar los ojos, un gesto poco común en él.
—Estuve pensando que nos pusimos de acuerdo sin darnos cuenta —se levantó de la cama y se detuvo al lado de su amigo, este lucia confundido —me refiero a nuestras parejas, ambos saldremos con alguien de Slytherin, ¿Quién lo diría?
—Les daremos una lección a todas esas personas que se creen capaces de juzgar a las personas por su casa —Pitchit sonrió de manera decidida.
—Y sinceramente espero que Daisy haga que el chico que le gusta sea menos cabeza dura, por lo que me dijo es bastante testarudo.
—No mi buen Yuuri, es un idiota —afirmo su mejor amigo —¿Cómo se le ocurre rechazar a una chica como Daisy solo por su casa? Créeme, si fuera heterosexual saldría con ella.
—Ese ha sido el halago más grande que has realizado —dijo divertido Yuuri —casi te haces heterosexual por Daisy, ella apreciaría el detalle, tenlo por seguro.
—Más le vale que lo haga.
Ambos rompieron a reír, Yuuri portaba la túnica de gala, esta era de lo más sencilla, simplemente de color negra y con un pequeño moño adornando el cuello de su camisa, por todo lo demás, su apariencia era la misma de siempre, su indomable cabello negro alborotado y sus confiables anteojos, temía por el momento en el que entrara Yuko y lo obligara a ir a donde se realizaría su transformación, tanto Daisy y Yuko se volvieron muy unidas una vez las presento, ambas poseían un instinto asesino hacia Viktor y querían hacerlo pagar por haber invitado a otra chica y no a él, la situación le causaba gracia, en especial cuando Viktor se acercaba a hablar con Yuko y esta respondía con una amabilidad fingida, el ruso se había mostrado confundido por su actitud.
—¿Y quién es el famoso chico del que está enamorada? —preguntó Pitchit, notaba su interés por el tema.
—Lo conoces perfectamente —respondió Yuuri con media sonrisa —es uno de los bromistas por excelencia de nuestra casa, tiene dos hermanos, solo uno no fue elegido para Gryffindor y se encuentra en Slytherin, familia famosa y...
—¡Por los calzones de Merlin! —soltó una carcajada ante la maldición de su amigo, este se aproximó hacia él y lo sujeto por los hombros, su rostro era digno de fotografía —¡Es el chico Potter!
—Sus gustos son particulares, no sé exactamente que le gusta de él, tal vez que siempre le lleve la contraria y soporte sus batallas verbales —recordó las palabras de su amiga, ella poseía un ingenio digno de admirar, sus respuestas eran una mescla entre ironía e inteligencia.
—Ese chico es demasiado lindo, se parece en cierto modo a ti —lo señaló Pitchit, Yuuri sacudió la cabeza ligeramente, aquella comparación era imposible.
—Soy japonés, él es de Inglaterra, no existe nada similar.
—Eres aguafiestas, bien sabes a que me refiero.
—Claro que no —mintió, comprendía lo dicho por su amigo, lo único similar eran los anteojos, ambos portaban unos, pero aquello no los hacia gemelos.
El sonido de la puerta los alerto, Yuuri giró su rostro hacia esa dirección y sintió como el alma salía de su cuerpo, era Yuko, traía una túnica que era similar a un vestido muggle, su cabello caía suelto sobre sus hombros, una dulce y segura sonrisa adornaba su rostro.
—Hola chicos —saludó ella, lo miraba directamente a él —he venido por ti Yuuri.
—¿Los puedo acompañar? —pidió Pitchit, se había pasado suplicando por ser llevado a donde él, deseaba ser testigo de su cambio, sus amigas se habían negado fuertemente, alegando que era una sorpresa para todos.
—Ya te dije que no diez veces —soltó divertida Yuko.
—Mala —su amigo se cruzó de brazos y le dio un leve empujón —vete, quiero que impresiones a todo el mundo, sé que te dejo en buenas manos.
—Las mejores —afirmó Yuko, sujeto su mano —luces encantador Pitchit, tu novio seguramente se sorprenderá.
—No somos novios —ante la declaración las mejillas de su mejor amigo se tiñeron de un rojizo, estaba pensando seriamente en ir donde Seung y darle un fuerte abrazo por hacer feliz a Pitchit.
—No tardaran en llegar a ello —dijo Yuuri.
Sin dar pie a que siguieran con la conversación, fue arrastrado por Yuko entre los pasillos de Hogwarts, las pocas personas que se toparon en su camino lo saludaron y lanzaron miradas fugaces hacia Yuko, sabía lo que cruzaba por sus mentes, ¿es ella la pareja de Yuuri Katsuki? El ser discreto sobre Daisy solo ocasiono que las personas se interesan mucho más por descubrir quién sería su acompañante, por suerte solo se filtró el dato de que pertenecía a Slytherin, nadie sospecho que se trataba de Daisy.
Yuko lo metió al baño de mujeres y cerró la puerta detrás de ella con un suspiro, estar ahí dentro le recordaba su duelo con JJ.
—Al fin llegan.
Daisy portaba un vestido muggle en toda la extensión de la palabra, el color esmeralda de este resaltaba su cabellera que había sujetado en una trenza de lado, una pequeña capa, --que más bien simulaba ser una túnica-, se encontraba colocada delicadamente sobre sus hombros. Sus ojos resaltaban en su rostro, el único indicio de maquillaje fue labial y rímel. En definitiva, tenía que estar de parte de Pitchit, el chico bromista era un idiota si no se fijaba en Daisy.
—Me estás haciendo pensar que eres heterosexual —se burló Daisy enarcando ambas cejas.
—Tal vez si lo sea —contratacó, Yuuri no era ni homosexual o heterosexual, el termino correcto que lo definía era: bisexual, muy pocas personas estaban enteradas, no era como si lo ocultara, no veía necesario divulgar su orientación sexual.
—Y yo soy buena en pociones —respondió Daisy rodando los ojos, la ironía que salía de sus labios era palpable.
—No quiero peleas verbales por el día de hoy —intervino Yuko, su expresión delataba lo divertida que se encontraba —estamos aquí para hacer a Yuuri mucho más guapo de lo que es.
—Lo siento —se disculparon ambos, se lanzaron miradas de complicidad haciendo que su amiga de la infancia soltara una ligera carcajada.
—Daisy ven aquí, ayúdame.
—Con mucho gusto.
Se vio rodeado por ellas, ambas emitían comentarios sobre su cabello y como lo arreglarían, Yuuri no comprendía porque tanto embrollo por un simple peinado, pero por alguna razón, ahí estaba, dejando que hicieran de él su modelo personalizado, suspiro con cansancio.
Al final se decidieron por peinar su cabello hacia atrás, lo domaron con un producto muggle que Yuko consiguió gracias a su madre, Daisy estuvo encantada de usarlo, al ser sangre pura, aquello era una novedad y la curiosidad innata deseaba ser saciada. Se vio despejado de sus anteojos, su vista se tornó borrosa, el murmuro de la voz de la Slytherin llego a sus oídos, sabía que dentro de unos segundos volvería a ver de manera normal, no se equivocó, su visión se aclaró.
—Estoy satisfecha —Daisy le dio una palmadita en el hombro con alegría —te ves totalmente cambiado sin lentes y con el cabello hacia atrás.
—Creo que alguien ya se está olvidando de su bromista —Yuuri habló con una sonrisa.
—He creado un monstruo —dijo fingiendo horror Daisy.
—Los dejo con sus conversaciones raras —Yuko sonrió divertida —Nishigori me está esperando, no planeo dejarlo plantado.
—Gracias por todo Yuko —Yuuri agradeció, esta se limitó a darle un fuerte abrazo para marcharse.
—Yuuri —Daisy llamó su atención, su amiga poseía una sonrisa como pocas veces la había visto —eres alguien sumamente increíble, Viktor se perdió de la oportunidad de asistir al baile contigo, mientras que yo gane el privilegio de encontrar a un buen amigo, que incluso está dispuesto a ayudarme con el chico idiota del que estoy enamorada.
—Daisy —habló conmovido por su breve discurso.
—No pienses demasiado en mis palabras —ella dijo —no te agobies, solo se quién eres y sigue encantando a las personas, ahora —Daisy lo sujeto del brazo y coloco una sonrisa pícara en su rostro —tendremos que dejar un par de bocas abiertas.
Los dos salieron del baño sin ser vistos, Yuuri permitió que su amiga lo sujetara, después de todo eran pareja y no se sentía incómodo si se trataba de ella, le tenía confianza. Distinguió de lejos a la primera persona aproximarse a su dirección, Daisy le dio un ligero apretón en señal de apoyo, ella se encontraba igual de nervia que él, la diferencia radicaba en que Daisy se forzaba por no demostrarlo, Yuuri siguió su ejemplo.
—Con que ella es la chica misteriosa de Slytherin —habló con un ligero tono de burla el chico, al no llevar su uniforme puesto no sabía a qué casa pertenecía.
—¿Envidia? —la palabra escapo de sus labios, pero el simple hecho de observar que alguien molestaba o dañaba de algún modo a su amiga lo ponía en modo de defensa.
—¿De una serpiente? Por supuesto que no —respondió el chico con un sonrojo.
—Pues esta serpiente es mi pareja y apreciaría que no la ofendas o uses ese tono de burla, no te gustaría ser tratado de ese modo —dijo cortante.
—El campeón se molestó.
—Por supuesto que lo hare si alguien la insulta, no me parece correcto que la trates mal solo por la fama de su casa, ni siquiera la conoces.
—Totalmente de acuerdo con el campeón, ¿acaso debo recordarte un par de tus fechorías Max? —Daisy apretó su agarre, Yuuri no tuvo que girarse para saber de quien se trataba, era el bromista.
Sabía que en ese momento tenía que apoyar a Daisy, mantener la calma por los dos dependía de él, dado su momento a ella le tocaría impedir que diera contra el suelo, un trato justo a su parecer, se cuidarían las espaldas mutuamente.
—Te recuerdo que mi hermano esta en Slytherin, no por ello es malo —el joven de cabello entre castaño y negro cruzo los brazos, una joven se encontraba a su lado, deducía que se trataba de su pareja —admito que sigue y seguirá sin gustarme que esta ahí, pero que le vamos a hacer.
—Lo siento —el otro chico asintió tímidamente y huyo del lugar con paso apresurado, ahora Yuuri sentía pena por él.
—Gracias por defenderme —Daisy le susurró en el oído —eres el mejor amigo que alguien podría desear.
—Espero que no me dejes caer cuando este frente a Viktor —respondió, hablaba en serio, temía que sus piernas pudieran fallar.
—Por puesto que no, idiota —ella le propino un golpe en el hombro.
—Se llevan bien —su atención nuevamente se centró en el otro joven.
Unos anteojos se encontraban sobre sus ojos, la túnica que portaba era negra y con un pequeño detalle de color rojizo en las mangas, su cabello era sinónimo de desarreglado, dándole una apariencia desalineada y casual, lo más atrapante que poseía era su sonrisa ladeada y sus ojos picaros, él podía generar dos tipos de reacciones, la de mantener tu distancia o acercarte, al parecer Daisy escogió la segunda opción.
—Por algo me invito, creí que era algo obvio —admiraba que su amiga pudiera usar su tono normal.
—Pues nunca lo vi como alguien que potencialmente hablara con una sarcástica serpiente —él chico señalo a Daisy divertido, aquel apodo no era en forma de mofa, era algo similar a complicidad, centro su vista en el bromista.
—Podre ser sarcástica y una serpiente, pero te recuerdo que he sido la única que se te ha adelantado en tus bromas —Daisy le guiño un ojo, la sonrisa del bromista se borró y le frunció el ceño.
—Solo fue una vez y nunca se ha vuelto a repetir.
—Porque he sido amable contigo —su amiga sonrió.
—Claro, en ese caso yo también fui amable cuando te salve de caer de tu escoba —dijo con sorna el chico, Daisy apretó los labios en una fina línea, cualquiera que no la conociera lo suficiente pensaría que se había molestado cuando era todo lo contrario, sus ojos brillaban, disfrutaba pelear con el bromista.
—Pedazo de imbécil —farfulló en voz baja, Yuuri contuvo su risa—tú ni siquiera te burles Yuuri, se supone que tienes que estar de mi lado.
—Y lo estoy —respondió rápidamente —pero solo puedo pensar en lo graciosos que son.
—Soy un bromista —el chico hizo una ridícula reverencia —en mi sangre esta hacer reír a las personas y realizar increíbles y majestuosas bromas dignas de recordar.
—James —la chica que había permanecido en silencio habló, su voz era demasiado aguda, poseía una belleza extraña, notaba claramente que no pertenecía a Hogwarts, tal vez de Beauxbatons.
—Lo sé —este asintió, les dio una mirada, se detuvo un segundo extra en Daisy y sonrió de lado —nos estaremos viendo en el baile, ¡Adios!
El chico comenzó a caminar, inclusive su postura era demasiado relajada, Yuuri sonrió divertido, aquel encuentro había sido de lo más curioso, se giró a ver a su amiga que puso los ojos en blanco.
—Si pudiera le lanzaría un tarro lleno de cerveza de mantequilla a él y a su adorable pareja la encerraría con un basilisco —Daisy soltó sin reparos y con sinceridad.
—No dudo que lo hagas —admitió, podía imaginarla realizando tales acciones —¿Por qué te enamoraste de un bromista?
—¿Por qué tú de un ídolo?
—Punto a tu favor.
Retomaron su camino y en esta ocasión Daisy perdió sus modales de dama, soltó el agarre que poseía sobre él, comenzó a gesticular con las manos y reía sin cuidado, Yuuri se dejó guiar por su actitud, era gracioso que en un principio ella le pareciera alguien con modales impecables y actitud pulcra, ahora que la conocía sabia lo sarcástica, sincera, directa, gruñona y divertida que podía llegar a ser.
Se detuvieron a conversar al pie de unas escaleras cercanas al comedor, lugar donde sería el baile, las personas ya comenzaban a llegar.
Magos y brujas vestían túnicas de todos colores, entre la multitud pudo distinguir a JJ y su novia, también a Pitchit que tomaba una foto con su pareja, la cual se veía impecable en su túnica, Sara, su hermano y uno de sus amigos los saludaron animadamente a distancia, en especial este último, el chico llamado Minami les tomo una foto que los dejo aturdidos por segundos, para Yuuri la presencia del niño ya era algo común en su vida, solía arrinconarlo en los pasillos para demostrarle su apoyo, le tenía un ligero cariño.
—Y aquí tenemos al cerdo y a su pareja —reconoció la voz de Yurio, su túnica era de azul marino, casi negro, lucía una mueca en su rostro, notaba la incomodidad flotar de él, le regalo una sonrisa.
—Me alegro que al menos no usaras un apodo despectivo para mí —Daisy cruzó sus brazos divertida—lo aprecio.
—No tientes a la suerte —respondido este, a su lado Otabek caminaba con una túnica del mismo color que Yurio, solo que con un diseño diferente, Yuuri no podía saber si aquello fue planificado o una simple coincidencia.
—Ni tú la tuya —Yuuri había tenido razón, ambos se llevaban de maravilla, solían entender los chistes del otro sin pensar mucho.
—¿Y ya se toparon con sus respectivos príncipes? —Yurio preguntó en tono de burla, se refería al bromista y a Viktor.
—Él no es un príncipe, es un imbécil —Daisy encogió los hombros despreocupada —y si, ya lo encontramos, solo al mio.
—Eso significa que solo falta que el cerdo vea al viejo idiota —Yurio lo escaneo con la mirada y soltó una carcajada —estoy seguro que se te abalanzara en cuanto te descubra.
—Si es que yo no lo mato antes, lo tengo en mi lista negra, nadie hace sufrir a mis amigos —Daisy mostro una sonrisa que no le inspiro nada de confianza.
—Cuando haces eso tipo de expresiones me recuerdas a una bruja —Yurio sonrió divertido, su expresión cambio por una mueca de desagrado —hablando de brujas, ahí viene una.
Yuuri reacciono ante el apodo de Yurio, observó el salón en busca de Mila, no tardo en localizarla, ella resaltaba entre la multitud, su túnica era de color rojizo, su cabello había sido alaciado y sus ojos resaltaban desde lejos, su amiga lucia como la hermosa mujer que era. Junto a ella otro joven se encontraba, poseía una mirada melancólica en sus ojos, su cabello era de color oscuro y bien peinado.
Pronto su atención se centro en otra pareja.
Bien, decir que Viktor era hermoso era una blasfemia, no, él era mucho más que hermoso, siempre atrapaba las miradas a donde fuera, esta ocasión no fue la excepción, aquel traje color rojo resaltaba lo plateado de su cabello, sus ojos azules eran los de un niño ilusionado, la sonrisa que mostraba era diminuta pero elegante, a veces le sorprendía que existiera alguien con tanta belleza, si, como que estaba muy enamorado de Viktor. Daisy le propino un golpe en la cabeza, salió de su ensoñación, se recompuso inmediatamente, Yuuri era demasiado evidente con sus emociones.
—¿Era necesario el golpe? —preguntó.
—No quiero que luzcas demasiado interesado, ese ruso se lo merece —Daisy sujeto su mano y comenzó a arrastrarlo hacia la multitud —nos vemos luego pequeño gato.
—Cállate —escucho la voz molesta de Yurio.
—Sonríe, muestra ese atractivo tuyo, tu eros —Daisy susurró, su amiga solía bromear con que Yuuri representaba eros, el dios del amor sexual, él la contradecía diciéndole que era más agape.
Hizo lo que le indico, sin que lo pidieran o desearan la multitud fue abriendo un camino a su alrededor, la situación le recordaba a una película cliché muggle, de esas que solía ver con su hermana Mari de vez en cuando, el pensamiento le saco una sonrisa mucho más grande. Con ligero nerviosismo poso una mano sobre sus cabellos, escucho unos murmuros a su espalda, giró un poco el rostro hacia un grupo de chicas, estas se sonrojaron al verse pilladas, Yuuri parpadeo sorprendido ante sus reacciones.
—Viktor o Mila no son los únicos que atraen las miradas —Daisy sonrió a su lado, lucia como una madre orgullosa presumiendo a su hijo —el mundo es consiente de que poseen una belleza admirable, en cambio, para ellos es la primera vez que llegan a ver que tú eres alguien digno de admirar del mismo modo, que estas a su nivel.
—No estoy seguro de que sea bello —admitió, le costaba imaginar estar a la altura de Viktor, Mila e incluso Yurio, él era un pequeño y feo ratón comparado con ellos, lo grandes y lindos leones.
—Tienes un serio problema de perspectiva —Daisy dijo divertida —las chicas de minutos atrás casi babeaban sobre tus pies y el chico que una vez casi te besa, me quiere arrancar el cabello, y tenemos a tus queridos amigos campeones que no hacen más que preguntarse si tú eres de verdad Yuuri Katsuki, su tierno y adorable cerdito, porque ahora eres un joven que no tiene nada de lindo, más bien dicho ardiente sería un buen adjetivo para describirte.
—¡Estas diferente Yuuri! —Mila se acercó a darle un fuerte abrazo que lo desestabilizo, se separó y lo observó bien —¿Cómo hiciste este cambio?
—Con mi magnifica ayuda —Daisy levanto la mano —también falta Yuko, la chica que se encargó de buscar una túnica que le quedara bien.
—Tú debes ser la misteriosa pareja de Yuuri.
—La misma.
—Y no eres nada como esperaba —dio un fuerte respingo al percatarse de la presencia de Viktor, Daisy propino un golpe disimuladamente, esperaba no acabar la noche lleno de moretones.
—Lo tomare como un halago.
—Era un halago —Viktor se adelantó, sus ojos se encontraron y Yuuri hizo uso de todo su autocontrol para no temblar o sonrojarse, maldita sea su naturaleza tímida.
—Estoy temiendo que te robes a mi pareja —Daisy abrazó por los hombros a Yuuri, se giró a observarla con una mueca, ella se limitó a guiñarle el ojo, no sabía si su amiga deseaba dejar en evidencia a Viktor o a él.
Antes de que el ruso respondiera una llamada los hizo centrar su atención al frente, era el profesor de Herbologia, vestía una túnica simple, aunque la sonrisa que mostraba era tal que lo hacía resaltar entre la multitud, eso y su altura.
—Campeones, por aquí, necesito que se reúnan —dijo en voz alta.
En sincronización, Viktor, Mila y él avanzaron con sus respectivas parejas, Yuuri se relajó un poco, el que Daisy le brindara una mirada de plena confianza ayudo, ambos estaban juntos en esto y aunque seguía doliéndole ver a Tanya sujetando el brazo de Viktor no se permitiría demostrarlo en su expresión, era más fuerte que eso.
El profesor les dio una breve inspección y sonrió cuando se topó con su mirada, días atrás él le había brindado su apoyo y consejo en la primera prueba, Yuuri conoció una faceta diferente del profesor, una que lo convirtió en alguien digno de confianza ante sus ojos.
—Ustedes esperaran conmigo —él dijo con voz tranquila —primero pasaran los alumnos, cuando sea su turno síganme, ¿entendido?
Cada uno asintió ligeramente, segundos después, estudiantes se encontraban desfilando hacia el comedor, Yuuri logro captar a Pitchit que lo saludó efusivamente, Yuko y Nishigori le regalaron una ligera sonrisa, inclusive JJ, cosa que lo extraño, no fue el único, puesto que Daisy también frunció el ceño confundida.
—No te pongas nervioso —Daisy susurró a su lado —vamos demostrarles a todos que una Slytherin y un Gryffindor se pueden llevar la noche.
—Tienes maneras extrañas de brindar apoyo —respondió —gracias.
—Mi trabajo de esta noche terminara cuando vea a tu ruso completamente furioso por los celos, hasta ese momento me agradecerás.
—Ya para con eso Daisy —murmuró, observo a los lados nervioso, no quería que nadie escuchara las palabras de ella.
—Nunca —su amiga rio ligeramente, luego sujeto su brazo —nos está mirando ahora mismo, esto debe surtir un efecto en él.
Decidió guardar su curiosidad para más tarde, si miraba en dirección a Viktor su fuerza de voluntad flaquearía, tomó aire y lo soltó mentalizándose para que lo que vendría. Los alumnos al encontrarse ya en sus respectivos lugares, el profesor se adelantó y les indico con un movimiento de cabeza que comenzaran a avanzar. Viktor encabezaba el desfile seguido de Mila y en último lugar se encontraba él.
Irguió su postura y forzó una sonrisa en su rostro, por la expresión aprobatoria de Daisy supo que lo estaba haciendo bien. Ser el centro de atención nunca fue o seria su fuerte, por esta ocasión se olvidó que las miradas se centraban en él, en observar cada paso que daba.
Adornos de colores plateados y azulados se encontraban en todo el salón, si miraba hacia arriba se topaba con el cielo simulando una nevada, el tema de baile de invierno fue tomado muy en serio, las mesas se encontraban acomodadas alrededor de la pista en perfecta sincronía, de reojo distinguió a sus amigos, sabía que si los miraba se pondría nervioso, así que mantuvo a raya su curiosidad.
Se dirigieron hacia una mesa redonda acomodada en el centro del otro extremo, ahí distinguió a los respectivos directores de las escuelas y al hombre que sonreía prácticamente todo el tiempo, todos aplaudiendo.
Daisy y él se ubicaron a un lado del director de Hogwarts, brillantes platos de color dorado se encontraban frente a ellos, un menú al lado de estos, no tardo en comprender el funcionamiento de estos.
—¿Podemos ordenar lo que queramos? —preguntó encantada Mila.
—Así es —respondió la directora de Beauxbatons —no quiero malos modales en la mesa, recuerde su entrenamiento.
—Sí, directora —Mila asintió educadamente, verla actuar tan recatadamente era extraño, su amiga se distinguía por su energía y forma de hablar tan deliberadamente.
—Te han domado tan rápido Mila —Viktor dijo con ojos bromistas.
—Puedo hacer lo mismo por usted señor Nikiforov —la directora de Beauxbatons dijo, su expresión estricta y severa no había cambiado ni un poco —solo es cuestión de un par de meses.
—Por favor, no creo que es necesario que busques nuevos alumnos para tu escuela —el director Celestino sonrió ligeramente.
—Tu campeón es una buena opción para Beauxbatons también —la mujer clavó su mirada en él, al hacerlo Yuuri recordó a su profesora Minako, ella poseía los mismos ojos que cuando lo entrenaba, fue extraño.
—Dudo que Yuuri esté pensando en un intercambio.
—Solo mencione una posibilidad —la directora seguía sin quitarle los ojos de encima, Yuuri se removió incomodo, desvió su mirada hacia Daisy.
—¿Qué pedirás? —le preguntó.
—Una hamburguesa, no lo sé —esta encogió los hombros, su amiga sabia un poco de algunas comidas muggles gracias a él y Pitchit, ambos se habían encargado de nutrirla de lo suficiente de su mundo. Le causó cierta gracia que en el menú se encontraran algunos alimentos muggles.
—En ese caso yo pediré lo mismo —respondió.
—El pequeño Yuuri engordara más de lo debido —pellizco sus cachetes, la aparto de un manotazo, esta rio —créeme, me estoy divirtiendo tanto al ver como tu ruso quiere apartarme de ti.
—¿Ustedes son muy amigos? —Mila se dirigió a ellos, unas piezas de carne se encontraban sobre su plato, agradeció su intervención, lidiar con una Daisy dispuesta a sacarle a colación a Viktor era difícil.
—Si —Daisy respondió por él —al principio rechazo mi invitación al baile, luego lo tuve rogando por mí.
—No seas dramática —dijo divertido —sí, rechace su invitación y la segunda vez fui yo quien le pidió que fuera mi pareja, fue porque nos llevamos bien.
—Y la tuvo difícil, hubo un trato de por medio.
—¡Daisy! —exclamó sorprendido de que revelara tal información.
—No te preocupes Yuuri, no diré nada, de todos modos, la más perjudicada seria yo si alguien se llega a enterar.
—Ahora tengo curiosidad por saber —Viktor apoyo su rostro en la palma de su mano y los observo a ambos con intensidad.
—Es secreto —su amiga le guiño un ojo —uno que me gustaría que se quedara así, mejor comamos nuestros preciados alimentos.
Comieron tranquilamente, Yuuri conoció mejor a la pareja de Viktor y Mila, la primera era un tanto infantil, mientras que el segundo poseía un tono nostálgico por excelencia, según entendía, Mila invito al chico para que saliera de la zona de depresión por romper con su novia de varios años.
—Campeones —el director celestino hizo que sus ojos se desviaran a él —es hora de que inauguren el baile.
Yuuri miro a Mila y esta encogió los hombros, luego a Viktor, él se limitó a guiñarle un ojo y señalar la pista con despreocupación. Ya se le había informado que ellos tendrían que ser las primeras parejas en el centro, inclusive brindaron algunas clases extras para que aprendieran lo básico. Yuuri ya lo sabía todo, estaba en su cuerpo, el baile era una extensión de sí mismo, al igual que el Quidditch y patinaje.
Con fingida calma se aproximó al centro de la pista, no se encontraba tan nervioso, la mayoría de personas presentes lo habían observado bailar, por esa parte no se preocupaba. Sujetó a Daisy de la manera adecuada, ella poseía conocimientos básicos en cuanto a baile se refería, de reojo pudo observar a Viktor y el ligero pinchazo de dolor se instaló dentro de sí, deseaba estar junto a él.
—Yuuri, me dijiste que nunca acostumbrabas a mostrar el dolor, ¿lo harás ahora? —la pregunta caló profundo.
Él era débil mentalmente, no era dueño de una gran autoestima, luchaba constantemente con la ansiedad, pero nunca se rendía, no permitía que las personas dejaran ver con tanta facilidad su fragilidad, Pitchit y Yuko hacía mucho tiempo que no lo veían derramar una lagrima, se ocultaba para desahogarse, Viktor había sido la primera persona que se encontraba a su lado en un momento frágil desde hacía cuatro años.
—Tienes razón —asintió firme.
Daisy sonrió débilmente.
Las primeras notas comenzaron a llenar el salón, tanto él como su amiga se movieron al unísono, bailaron con elegancia y porte, tal como aquel baile lento y pausado requería, pronto se unieron parejas para acompañarlos, pudo captar un vistazo del chico del que Daisy estaba enamorada, parecía levemente aburrido junto a su pareja, la cual se veía como una colegiala presumiendo un premio.
—Respondiendo a tu pregunta de horas atrás, James fue el primer chico que me humillo públicamente —la voz de su amiga lo sorprendió, se giró a verla, esta fruncía el ceño ante los recuerdos —créeme, lo odie durante mi primer año, no dudaba en lanzarle un hechizo cada que estuviera cerca mío, de hecho, un par de veces acabamos en la enfermería por ello.
—Que romanticismo —Yuuri contuvo su risa.
—Luego, sin darme cuenta, él se instaló en mi vida, no existe un solo día en el que no lo tengamos nuestras peleas verbales, es una especie de ritual.
—¿Cómo te humillo? —preguntó.
—Debo admitir que fue mi culpa —ella soltó una pequeña carcajada —insulte a una chica que me tiro el baúl, James la defendió y me lanzó polvos que tiñeron mi cabello de color morado y mi rostro se llenó de feo acné, poco después me entere que esos polvos fueron un regalo de su tío.
—¿Te vengaste?
—Por supuesto que lo hice, le tiré un hechizo que hizo que su cara se llenara de pus, fui castigada, pero valió la pena —Daisy sonrió satisfecha de sí misma —ahora, ¿Cómo conociste a Viktor?
—La primera vez que lo vi jugar Quidditch fue junto a la profesora Minako y Pichit, ella pidió autorización a nuestros padres para poder llevarnos —el recuerdo le provoco una enorme sonrisa, se sentía tan vivido a pesar de haber pasado ya tres años de aquello —tenía solo doce años y era mi primer partido, todavía puedo ver en mi mente a los jugadores volando y las personas gritando, era todo tan mágico. Luego, apareció él, brillando en su escoba y sonriendo con amabilidad, sonara estúpido, pero lo compare con un ángel.
—Eres demasiado romántico y noble —Daisy habló.
—Era un niño —farfulló avergonzado —fui fácil de impresionar y Viktor no me la puso difícil, mi mirada se desviaba en su dirección sin que lo pudiera o deseara evitar, desde ese día, él se convirtió en alguien importante, mi yo infantil lo tome como una figura a superar, alguien con quien competir, deseaba y deseo enfrentarlo en un partido y ganar.
—Tienes el torneo de los tres magos, estas compitiendo con él.
—No es lo mismo —negó —Viktor y yo amamos volar, es parte de lo que somos, quiero estar montando en una escoba cuando compitamos de verdad.
—Estoy segura que lo conseguirás.
Ella era la primera persona a la que le había confesado su secreto, el peso que estaba sobre sus hombros se hizo mucho más ligero, Viktor y él eran similares en varios aspectos que daba miedo, su amor por el volar era algo que los uniría siempre. La música detuvo su sonar y las parejas aplaudieron levemente, segundos después otra tonada ocupo su lugar, Daisy y él se dirigieron hacia la mesa de bebidas.
—Voy a saludar a alguien —Daisy se marchó apresuradamente con copa en mano, ni siquiera le permitió hablar, Yuuri encogió los hombros y tomó un sorbo de su propia bebida.
—Mi adorable cerdito —casi escupe todo sobre la mesa, la voz de Viktor lo asusto, las luces no hacían más que resaltar su belleza, estaba comenzando a pensar que al ruso le quedaba cualquier color.
—No hagas eso —pidió tosiendo —podría haberme ahogado por la sorpresa.
—Lo siento —este se disculpó riendo ligeramente —¿tu pareja?
—Fue con una amiga —ahora que tenía frente a Viktor sabía que las palabras de Daisy fueron una excusa para dejarlos solos —¿La tuya?
—Hablando con Yurio y Otabek, el primero disfruta de confundirla, mientras que el segundo se limita a ser un buen oyente —respondió con un encogimiento de hombros.
—El rojo te sienta bien —quiso golpearse contra la mesa por soltar aquella frase, su sonrojo se mantuvo oculto y controlo su nerviosismo, ya no podía arrepentirse.
—Nadie luce más hermoso que tú en este salón —Viktor levantó su mentón, el contacto le produjo un ligero cosquilleo —estoy celoso.
—¿Celoso? —murmuró, evito mirar los labios del ruso, no caería ante la tentación.
—Por supuesto que sí, soy egoísta y prefiero solo ver yo tu belleza, no me agradan ciertas miradas libidinosas, mucho menos que se muestren sorprendidos por algo que yo siempre aprecié desde el primer momento que te vi.
En serio, ese hombre tenía que guardarse sus palabras para sí y dejar de sobrecalentar la mente de Yuuri, no ayudaba en nada la cercanía, podía apreciar la fragancia del ruso y los brillantes ojos que lo observaban atentamente, esperando una reacción suya, se encontraba en una lucha interna, su mente decía que se alejara y su cuerpo que se acercara, necesitaba a Daisy para que lo sacara de esta situación.
—¡Viktor! —una voz femenina se hizo oír, pronto perdió contacto visual con el ruso.
Tanya jalo a Viktor bruscamente e hizo lo que Yuuri deseaba, estampo los labios con Viktor, este abrió los ojos completamente sorprendido, tardo menos de un segundo antes de separarla con delicadeza, no le gustó nada observar aquella escena, así que sin más sujeto una copa y dio la vuelta, no necesita oír explicaciones, solo quería estar solo.
Camino lentamente, no quería hacer evidente su huida, nunca antes experimento los celos y el sentimiento no era grato, deseaba regresar y lanzar un hechizo a la chica, farfulló un par de maldiciones en voz baja, Viktor era un idiota por no haberlo invitado a él al baile y Tanya una entrometida. Sabía que sus sentimientos estaban siendo controlados por los celos, nadie lo podía culpar, era una reacción natural de estar enamorado.
—Ese idiota, no, mas idiota soy yo por estar enamorada de él —un gruñido familiar se ubicó a su lado, se trataba de Daisy, la molestia era latente en su expresión.
—¿Sucedió algo?
—Beso a su pareja, en mi cara —Daisy farfulló otra maldición —quiero ir y golpearlo.
—Estamos en las mismas —suspiró, ella se giró a verlo.
—Te deje con tu ruso para que surgiera algo, así que, ¿Por qué tu rostro se ve tan molesto como el mío?
—La misma historia —encogió los hombros —su pareja lo beso.
—Algo en definitiva no nos quiere —Daisy se veía realmente afectada, se llevó su copa a los labios y bebió de un trago, hizo una ligera mueca.
—Esto es un asco —dijo, él siguió el ejemplo de su amiga, el líquido se deslizo a través de su garganta, era alcohol, tal vez Whisky de fuego, recordaba vagamente el sabor por su experiencia de años atrás.
—Deberíamos ser coronados reyes de "se enamoraron del equivocado" —ella murmuró.
—Ni que lo digas —respondió.
—Vamos por otra copa.
—Me aleje porque ahí estaba Viktor —Daisy giro el rostro ligeramente, luego sonrió.
—Ya no se encuentran ahí, así que nadie nos lo impide.
Se debatió entre seguirla o quedarse, la imagen de Tanya besando a Viktor vino a su mente, por impulso asintió, no era la mejor idea, ya que tanto él como Daisy se encontraban heridos y con ganas de olvidar todo lo referente al amor, estaba seguro que mañana lamentaría su decisión, pero hoy era hoy.
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Bien, al fin termine de escribir el capítulo y quedo demasiado largo o eso siento yo, bueno, espero que lo disfruten, y si creen que esto es todo, no, falta más, esto solo fue el inicio, ya que créanme, mi idea del baile era excesivamente larga para un solo capítulo xD
Hago una aclaración, yo no leí el Legado maldito, así que si encuentran ligeras diferencias entre personajes cannon con mi fic es por tal motivo, no serán muchas o exageradas, a pesar de no haberlo leído, se spoilers de todo el libro y más o menos he averiguado el comportamiento de los personajes.
Debemos agradecer a Daisy que nos introdujo a James de manera más directa, pero no se acostumbren, no sera siempre, me gusta hacer más cameos o menciones por encima, por ahora disfruten del hijo mayor de Harry Potter mientras aparezca, el cual es mi personaje preferido de la tercera generación, a mi me van mucho los bromistas xD
Agradezco mucho las palabras de animo que me brindaron, en serio me sirvieron, son las mejores lectoras del mundo :D estaba lidiando con varias cosas en ese momento, este ultimo semestre de preparatoria no fue fácil en ningún sentido y se intensifico más con la ansiedad que había regresado y los típicos ataques, en fin, volví a tomar las riendas de mi vida y espero seguir así.
¡Nos leemos en el siguiente capítulo!
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