Capítulo IX
―¿Está permitido que te sientes con nosotros? ―Nishigori preguntó a Viktor de manera interesada ―¿No deberías estar junto a tus demás compañeros?
―Para nada ―este le restó importancia ―me gusta más el ambiente de aquí y estar cerca de Yuuri.
De nueva cuenta fue abrazado, en tan solo quince minutos, Viktor traspaso su espacio personal en repetidas ocasiones. Desde que Yuuri entró junto a Pitchit al gran comedor, se vio sorprendido con la presencia del ruso, inclusive desayunó junto a él y sus amigos, se merecía un premio por no haberse desmayado ya.
―¿Desde cuándo son tan amigos? ―Yuko intentaba controlar su emoción, ella admiraba a Viktor de una manera menos intensa que él.
―Probablemente desde el día de ayer, lo ayude a escapar de un castigo ―respondió Viktor tranquilamente, era sorprendente el cómo podía cambiar de expresión tan fácilmente, en un momento poseía una sonrisa infantil y a los pocos segundos una sonrisa calmada se instalaba en su rostro.
―¿Escapar? ―enarcó una ceja Nishigori en su dirección.
―Yuuri tuvo un duelo ―Pitchit contesto por él ―gracias a Viktor y Mila no fuimos atrapados, les debemos una.
―No fue nada difícil encontrarlos ―encogió los hombros Viktor ―en especial con ese hechizo bombarda que realizo Yuuri.
―Me deje llevar, ―respondió tímido ―no esperaba que el sonido fuera tan potente.
―¿Ganaste? ―Yuko se veía emocionada, al ser prefecta tendría que reportarlo o algo similar, en cambio, estaba más interesada en la conclusión del duelo.
―Gane ―dio un pequeño asentimiento.
―¡Así se hace Yuuri! ―Yuko, que se encontraba sentada a su lado, lo abrazo fuertemente, en lugar de estar molesta, lo felicitaba.
―Abrazo grupal por el éxito de Yuuri ―Viktor habló emocionado.
Yuuri parpadeo aturdido al sentir dos pares extras de brazos, casi cae de su asiento, Nishidori en lugar de ayudar de burlo de su situación, disfrutaba del espectáculo que regalaban, eso le hizo reaccionar, no se encontraban solos, varios alumnos los observaban, justo en ese momento, tanto Yuko, Pitchit y Viktor lo dejaron respirar.
―No es necesario que me abracen ―sus mejillas se teñían de un tono rojizo.
―Discrepo totalmente ―Viktor hablo en un tono cantarín, concentro su vista exclusivamente en él ―eres demasiado lindo y adorable para que no te abracen.
Esta vez todo su rostro enrojeció, Yuuri no acostumbraba recibir halagos, mucho menos de la persona que llevas admirando por años, sobre todo, no se esperaba que lo describiera como alguien lindo, su apariencia era muy común. Cabello negro, ojos oscuros, un par de anteojos sobre estos, nada que destacar, todo lo contrario de Viktor, que a primera vista enamoraba.
―Ahí lo tienes ―de reojo veía a Pitchit que tomaba un par de fotografías con una sonrisa ―eres adorable amigo, ese es tu encanto natural, ¿cierto Viktor?
―Muy cierto, me gustan tus ojos ―Viktor, con una de sus manos levanto sus anteojos y lo observo directamente ―muy lindos.
De manera violenta se levantó de su asiento, su respiración era entrecortada y su corazón saldría a dar una carrera en cualquier momento, odiaba que Viktor provocara tanto en su cuerpo y emociones, era un terremoto que se encargaba de sacudirlo con fuerza.
―Pitchit, tenemos clases de Estudios Muggles, vamos ―las palabras salieron torpemente de sus labios, no se atrevió a dirigir la mirada a Viktor, se marchó rápidamente sin esperar respuesta.
―Yuuri~, éxito en transformaciones ―la voz de Viktor resonó perfectamente en todo el comedor, eso solo lo hizo avergonzar más, si es que eso era posible.
Sus pies se coordinaron con sus pensamientos y ambos huyeron de Viktor, porque así era, huía de manera cobarde, quería que sus emociones y sentimientos se aclararan, con Viktor cerca no era posible.
―Intentare no sentirme mal, dado que me dejaste tirado ―Pitchit dijo entrecortadamente cuando logró alcanzarlo, una diminuta sonrisa se trazó en sus labios ―se ven tan bien juntos.
―Tu no, por favor ―exclamó avergonzado, se cubrió el rostro ―he pasado unas semanas de locos y ahora tengo a mi ídolo coqueteándome, no es nada agradable sentir que vas a morirte porque tus mejillas excedieron el límite de rojo que podrían alcanzar.
―Lo siento ―Pitchit contenía la risa ―es solo que nunca me imaginé que esto llegara a pasar, es bastante, ¿nuevo?
―Aterrador ―esa era la palabra que describía perfectamente la situación actual en su vida.
―Lo dices porque tienes miedo, veras que todo mejorara cuando disfrutes de estas experiencias ―Pitchit sonaba convencido, el problema era que Yuuri no confiaba en lo que decía.
―¿Y cómo lo hago?
―En primera, deja de escabullirte de Viktor, el pobre ni siquiera sabe lo que ocasiona en tus hormonas ―miró de mal modo a Pitchit, su amigo se limitó a ignorarlo ―solo acércate, no a cualquier persona se le brinda la oportunidad de conocer a su ídolo y aprenderás mucho de él, no desaproveches la oportunidad.
No pudo ofrecer su brillante respuesta, puesto que se vio arrojado al suelo ante una patada que lo desequilibro, sus manos amortiguaron el golpe, de manera que todo su cuerpo no saludo al piso.
―Quiero hablar contigo cerdo ―no reconoció la voz de nada, se giró para observar a la persona que lo pateó. Se trataba de aquel niño con el que compartía nombre, lo detallo mejor en esta ocasión, sus cabellos rubios y aquellas facciones le brindaban una apariencia delicada, lo que arruinaba el conjunto era la mirada arisca del chico, que probablemente no superara los doce años.
―Tengo nombre y es Yuuri ―mencionó, se levantó lentamente.
―Cállate, solo déjame hablar a mí ―su voz denotaba cierto egocentrismo y, ¿curiosidad?
―Está bien ―dirigió una mirada a Pitchit.
―Ya lo sé, te cubriré de nueva cuenta ―últimamente Pitchit hacia eso ―solo no se te haga costumbre.
Yuuri sacudió su túnica y observo al chico, era unos centímetros más bajo que él y aun así no parecía intimidado por golpear a alguien mayor, pertenecía a Dumstrang, su uniforme era prueba de ello.
―Camina de una vez cerdo ―dijo, -no-, ordenó el chico.
―Te apartare un puesto ―Pithit se despidió.
Yuuri lo vio alejándose, ahí iba otro retraso en su historial. Suspiró volviendo su mirada al chico, sabía perfectamente que eran el centro de atención, por suerte se encontraban rodeados de pocos alumnos, varios de ellos regarían el rumor de lo que ocurría, Yuuri detestaba la idea de que su vida volviera a ser comentada, suficiente tenía con aquella entrevista amarillista.
―Aléjate de Viktor ―el chico fue directo.
―¿Alejarme? ―dijo confundido.
―Él será mi entrenador, no pienso compartirlo y mucho menos contigo ―lo miro de manera despectiva.
―No quiero que me entrene ―susurró, ¿de dónde había sacado aquella idea?
―Deja de decir mentiras, Viktor no puede entrenar a dos Yuri ―el chico se acercó de manera amenazante, el ser amenazado por un chico de doce años nunca estuvo en sus planes, más sin en cambio aquí se encontraba ―no pienso dejar que me ganes.
―¡No estoy compitiendo con nadie! ―dijo exasperado, alzó sus brazos para realzar su comentario, su infinita paciencia lo comenzaba a abandonar.
La figura de Viktor caminaba en dirección a ellos, Nishigori y Yuko se encontraban a su lado, está situación ya no podía mejorar en ningún sentido.
―Eso me hiere Yuuri ―Viktor habló, la atención se centró en el ruso ―¿Qué acaso yo no soy tu rival en el torneo de los tres magos?
―Yo... ―su capacidad del habla lo abandono.
―¡Viktor idiota! ―el otro Yuri se giró violentamente a intentar golpear a Viktor, este logro esquivarlo sin inmutarse ―¿Qué hacías con este cerdo?
―Calma Yurio ―el ruso coloco en su rostro una sonrisa ―yo nunca mencione nada sobre entrenar a Yuuri, eso lo asumiste tú.
―¿Entonces porque de repente estas con este cerdo? ―acusó.
―Simple, ―Viktor guiñó un ojo en su dirección ―estoy interesado en él, quiero conocerlo.
De nueva cuenta las mejillas de Yuuri enrojecieron, más tarde ser encargaría de buscar la existencia de algún encantamiento o poción que dejara de evidenciar sus emociones. Las miradas volvieron a detenerse en su persona, se encontraba a segundos de sufrir un desmayo.
―Pues aclara eso desde un inicio Viktor imbécil ―gruñó Yurio, sus ojos se clavaron en él ―ni te hagas esperanzas con él, se aburre fácil.
―Yuri, deja de ser entrometido, esto es un asunto de mayores ―Viktor se veía sorprendentemente serio.
―Él solo tiene quince a lo sumo ―dijo divertido Yuri ―До свида́ния.
Yuri o "Yurio" le lanzo una última mirada de advertencia y camino en dirección contraria a donde se encontraban Viktor y sus dos amigos. Soltó la respiración que había contenido, no se había percatado de ello, ¿Qué hizo para recibir todo esto en su quinto curso? ¿¡Que!?
―Luces como si fueras a desmayarte ―Viktor llegó a su lado, lo miraba preocupado.
―Solo estoy cansado ―murmuró.
―En ese caso te llevare a la enfermería.
―Estoy bien, no es necesario ―negó con la cabeza ―además tengo clases y me la he pasado llegando tarde cada que puedo, lo menos que necesito ahora es faltar.
―Nosotros lo podemos.... ―Yuko estaba hablando, pero Nishigori la interrumpió.
―Lo dejamos a tu cuidado Viktor, por favor ayuda a Yuuri a llegar a su clase, nosotros también tenemos que asistir a las nuestras ―Nishigori tomo de la mano a Yuko que se dejó guiar por él, Yuuri se sorprendió ante la acción, su amigo no solía ser demasiado demostrativo con Yuko a pesar que tuvieran dos años de relación.
―Bien, no planeo decepcionar a tus amigos ―la voz de Viktor llamó su atención ―vamos Yuuri~.
―Puedo ir yo solo.
―Tonterías, te ayudo y así hablamos ―esta era una batalla perdida, asintió provocando que Viktor lo abrazara, cuando se separaron emprendieron su camino.
Viktor hablaba demasiado y respiraba poco, evito temas demasiado personales de una manera casi perfecta, Yuuri se percató de ello por el simple hecho de ser observador, de una manera extraña, la compañía del ruso se tornó cómoda conforme se acostumbró a su presencia, su sonrojo se resistió a marcharse por completo, su único consuelo era que dejo de balbucear incoherencias.
―¿Ya te tranquilizaste? ―preguntó Viktor.
―Eso creo ―dijo.
―Me alegra ―este le sonrió ―yo no soy buen entrenador, ¿sabes?
Se limitó a encoger los hombros, la mirada de Viktor se tornaba un tanto triste, la misma que le mostro unos días atrás, cuando Mila los dejo solos, quería saber que la ocasionaba e intentar alejar esa expresión del ruso, daría lo que fuera para que su sonrisa infantil y ojos brillantes regresara.
―Amo el Quidditch, pero ya no es mi razón de vivir, perdió su encanto ante mis ojos, es como si me arrancaran las alas con las que antes volaba ―la confesión fue sincera.
―Te entiendo ―sus palabras salieron sin impedimento ―el año pasado, por mi culpa casi perdemos la final, me había rendido con el Quidditch, planeaba dejarlo y concentrarme en mis TIMOS, pero, ―se giró a observarlo, quería expresarle en su mirada lo que sentía justo en ese momento, ya que sus palabras no alcanzarían ―cuando monte sobre mi escoba de nueva cuenta recordé porque lo hacía, no era para ellos, era para mí, volaba con la libertad de hacer lo que quisiera, dejaba que el viento a mi alrededor me llevara, solo me permitiría volver a la realidad cuando atrapara la Snitch, después de eso, volvería a ser esta persona, no la que vuela, sino la que vive día a día, esperando encontrar su propia libertad en el suelo.
Sin percatarse había sujetado a Viktor de los hombros y arrinconado contra una pared, Yuuri enrojeció con intensidad, se apartó bruscamente, el ruso debía pensar que era un demente, que sus palabras no tenían sentido, puesto que seguramente, él también había leído su falsa entrevista en el Profeta, maldito periódico.
―Amazing ―Viktor se arrojó de nueva cuenta en su dirección, esta vez no se pudo sostener y cayeron al suelo, el impacto lo recibió su espalda.
Abrió sus ojos que cerro por instinto, lo que se encontró fue la mirada azul de Viktor, era tan profunda, penetraba en el alma de Yuuri, lo dejaba expuesto, aun así, la sensación no lo incomodo, no quería dejar de observar esos ojos.
―Mi querido cerdito ―el aliento del ruso choco contra su rostro, tembló ligeramente, la sonrisa ladina de Viktor se presentó ―ten cuidado, porque este lobito va por ti, quiero ganar tanto el torneo de los tres magos y tu corazón, así que solo espera,
―¿Los dos?
―Soy muy avaricioso y me gustaría quedarme con los dos ―admitió.
―Yo también daré pelea ―sus palabras lo sorprendieron a sí mismo, en cambio Viktor se veía encantado.
―Eso es lo que esperaba oír ―se levantó lentamente de su regazo, algunas hebras de cabello rozaron su rostro provocándole un ligero cosquilleo, Viktor le tendió la mano para ayudarlo, su expresión era una más retadora ―veremos quién gana todo, el lobo o el cerdito.
Intercalo su visión entre el brazo extendido de Viktor y sus ojos, sabía que si sujetaba su mano sellaría un trato. Sus emociones no estaban controladas, su sentido de supervivencia le decía que lo rechazara, que ya tenía los suficientes problemas, pero, una pequeña parte, la inconsciente y orgullosa le gritaba que aceptara.
De manera lenta unió su mano con la de Viktor, este sonrió de manera ladina.
―Tengo el deber se llevarte tu clase, no queremos que tu amigo se asuste por tu integridad.
―Por supuesto que no ―se sonrojo levemente.
Estaba comenzando a odiar esa parte remotamente escondida dentro de él, ¿a qué demonios se refería con tomar su corazón? ¿Por qué tuvo que aceptar más retos? En serio que Yuuri tenía serios problemas mentales.
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*NOTA: La expresión rusa До свида́ния significa "adiós", pero de manera literal es "hasta la vista".
*NOTA: Estudios Muggles es una materia opcional que se les da a los alumnos de Hogwarts a partir de tercer grado, en esta se estudia el comportamiento y vida de los muggles, desde su vestimenta hasta sus fiestas.
En esta ocasión no actualice en plena madrugada, tuve tiempo y mi internet me lo ha permitido, tengo que celebrar por eso y la aparición oficial de nuestra hada rusa o como yo lo llamo, nuestro gatito :D
Las cosas entre Viktuuri empiezan a moverse, pero todavía falta mucho, desde las tres pruebas y todo lo que se le avecina a mi lindo cerdito, lo amo tanto, solo que en esta ocasión mi vocación de escritora cruel tendrá que resaltar un poco.
¡Nos leemos en el próximo capítulo!
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