Aplaudió levemente ante el grito del sombrero seleccionador, observo a la niña encaminarse a la mesa de Hufflepuff, la verdad es que esta selección se le comenzaba a tornar aburrida, tal vez era porque sus únicos amigos se mantenían alejados de él. Pitchit había sido entretenido por algunas otras amistades para ponerse al corriente sobre las vacaciones, hacia enormes esfuerzos por no sentirse traicionado, porque si Yuuri se encontraba solo, era porque quería, su amigo le había ofrecido que lo acompañara, pero rechazó el ofrecimiento.

No es que fuera antisocial, pero Pitchit era un alma alegre y brillante, se llevaba bien con todo el mundo y la mayoría solía hablar estupendamente de su mejor amigo, así que aunque Yuuri confiaba mucho en las personas y su actuar, en esta ocasión no podía ir con su amigo, el grupo de personas con él que estaba Pitchit era del tipo de personas con las que no cuadraba, simplemente sus personalidades chocaban y prefería evitarse de momentos incomodos o arruinar su mal humor.

El comedor permanecía atento a los pocos alumnos de primer año que faltaban, otros cuantos dirigían miradas curiosas a dos mesas colocadas estratégicamente entre Ravenclaw y Slytherin, estas podrían significar cualquier cosa, tal vez una sorpresa de su director, este siempre solía sorprender cada año.

Una mano se colocó en su hombro, sin evitarlo se asustó y levantó la vista para encontrarse con Yuko, en su túnica se apreciaba una pequeña placa que indicaba su puesto como prefecta de la casa Gryffindor.

―¿Harás la prueba para buscador de nueva cuenta? ¿Cierto Yuuri? ―Le sorprendió la intensidad con la que lo miraba, aún más que sacara tan pronto ese tema, esperaba al menos tener una excusa.

―No lo sé, tal vez a algunos no les parezca que vuelva al equipo ―dijo apenado, le molestaba pensar en lo ocurrido durante el partido final de la temporada pasada―. La última vez casi perdimos por mi culpa.

―Tonterías ―ella le sonrió, notó como Nishigori se les acercaba, él también fue designado como prefecto―. Un error lo puede tener cualquier persona, tú debes volver a hacer las pruebas, eres indispensable para el equipo, te lo he repetido hasta el cansancio.

―Te lo ordeno como capitán. ―Nishigori se sentó a su lado, a veces le sorprendía saber que tanto Nishigori y Yuko tenían una relación, eran un tanto diferentes―. Tienes potencial Yuuri, eres bueno, solo no te rindas por las criticas de las personas, muchas de ellas ni siquiera saben montar una escoba de manera adecuada.

Asintió levemente, la realidad era que planeaba dejar el Quidditch, lo amaba con locura y era una de las cosas que siempre le levantaba el ánimo, pero últimamente se encontraba pensando en si era lo suficientemente bueno, si alcanzaría las expectativas que los demás tenían sobre él, eso lo llegaba a agobiaron muchas ocasiones y le pesaba admitir que temía decepcionar a sus amigos, en especial a Yuko y Nishigori que le brindaron ayuda en todo momento, nunca lo dejaron solo.

Sin contar que se encontraba en su quinto año y los TIMOS eran algo importante para su futuro como mago, sus calificaciones eran buenas, pero quería superar su promedio, trabajaba duro por su familia, puesto que ellos se esforzaban mucho por pagar útiles, uniformes y todo lo necesario para Hogwarts, quería regresarles un poco de lo que le dieron en sus años como estudiante.

El último alumno en ser seleccionado fue enviado a la casa de Gryffindor, este se sentó un par de metros lejos, no pudo evitar sonreír al notar la emoción de aquel niño, probablemente era hijo de muggles, estos siempre solían ser los más emocionados o asustados.

El director, Celestino Cialdine, se aproximó al frente, a dar su discurso de bienvenida, era uno de los directores más jóvenes de la historia de Hogwarts, antes de él la directora McGonagall fue una de las más queridas y apreciadas, terminó dimitiendo el puesto a favor del profesor de transformaciones, Yuuri la recordaba brevemente, solo estuvo durante sus primeros dos años antes de que dimitiera.

―Tenemos un importante anuncio que realizar ―las miradas se dirigieron al frente, Yuuri también, tenía curiosidad, eran pocas las ocasiones donde se daban este tipo de situaciones―. Muchos de ustedes tal vez conozcan del torneo de los tres magos y su historia, también como este se realiza cada veinticinco años, a pesar de todos los incidentes, este año se realizará en Hogwarts como la costumbre dicta y contaremos con dos escuelas invitadas.

Murmullos estallaron por todo el comedor, la excitación era notable, Yuuri no lograba comprender a que se referían con torneo de tres magos, eso se debía a que su familia era muggle, no creció con la magia a su alrededor, solo supo de su existencia hasta que cumplió los doce años y que su carta, junto a un mago, tocaron su puerta, si ya era extraño ser hijo de muggles aún más lo era entrar un año después, la edad obligatoria para ser alumno de Hogwarts eran los once, al cumplir en noviembre tuvo que esperar un año para que por fin pudiera ingresar.

―Con ustedes, nuestros compañeros de las escuelas Beauxbatons y Durmstrang.

La puerta del gran comedor se abrió, por esta entraron hombres y mujeres vestidos de apariencia sofisticada, vestían un uniforme que reconoció claramente como el de Beauxbatons, todos con un porte elegante y la mirada erguida, esto aunado a su aspecto físico los hacía intimidantes. Una mujer se encontraba en el centro, su cabello era de color negro mientras que su túnica de un verde esmeralda, sus facciones eran un balance perfecto entre delicadeza y severidad, su rostro era fría y una ligera mueca despectiva se apreciaba en este, Yuuri frunció levemente el ceño al notarlo.

―Las chicas son lindas ―murmuró Nishigori con esperanza de que su novia no lo escuchara, fue en vano pues ella se giró a observarlo

―Idiota ―Yuko lo golpeo ligeramente, contuvo la risa ante la mueca de Nishigori.

―¿Y ahora que hice?

―Mejor guarda silencio ―respondió Yuuri divertido―. No estas ayudando en nada para que Yuko deje de golpearte.

―¿Qué me paso en la cabeza para elegirte como novio? Debí enamorarme en alguien como tú Yuuri.

Se sonrojo y desvió la mirada para observar como los alumnos de la escuela de Beauxbatons ocupaban una mesa cercana a Ravenclaw, la mujer imponente se había colocado junto al director Celestino, probablemente era la directora de aquella escuela.

―Demos una cálida bienvenida a la escuela de Beauxbatons. ―Los alumnos de Hogwarts aplaudieron, Yuuri por inercia también―. Por último, creo que ya todos ya han adivinado la institución que falta de acompañarnos.

Su respiración se congelo, todo se tornó borroso ante los ojos de Yuuri, excepto por la persona que avanzaba al frente, lo reconocía, ¿Cómo no hacerlo? Había pasado años soñando con conocerlo o al menos pedir un autógrafo, así de triste sonaba su vida.

Su cabello de color plateado se encontraba sujetado en una coleta con algunos mechones saliendo de esta, sus ojos recordaban al cielo azul despejado en un día soleado, su sonrisa brillaba como siempre y era demasiado encantadora, en definitiva, nunca creyó que viviría el tiempo suficiente para conocer en persona a Viktor Nikiforov, su mayor ídolo, sobre todo porque ambos se encontraban en distintos países y escuelas, un encuentro era prácticamente imposible.

―Cierra la boca ―dijo divertido Nishigori―. Siempre has sido malo para disimular tus expresiones.

―Lo siento ―respondió sin apartar la mirada ni un segundo de Viktor, sabía que no era el único, después de todo ese ruso atraía la atención de cualquier persona, independientemente si vieras o no Quidditch, era hermoso.

―Dices lo siento y ni siquiera tienes la dignidad de observarme mientras lo haces ―Nishigori le brindo un breve empujón haciéndolo sonrojar, si respondía lo único que conseguiría serían más burlas, así que se limitó en guardar silencio e ignorar a su amigo.

―Un placer tenerlos en Hogwarts ―dijo el director Celestino saludando a Yakov, el director de Durmstrang.

―El placer es para nuestra escuela, ¿no es así Yakov? ―Viktor habló delicadamente en un inglés casi perfecto, contuvo su respiración, en serio no podía ser que a sus quince años siguiera suspirando por Viktor, nadie podía culparlo, lo admiraba demasiado y a regañadientes admitiría que era una especie amor platónico.

―Cierto, ahora vayan a sentarse, incluyéndote Viktor.

Este último regaló un guiño en dirección a la audiencia y se alejó del estrado, fue a sentarse junto a sus demás compañeros, pudo ver a dos figuras junto a él, no los reconocía del todo a excepción de un joven, era Christopher, mejor amigo de Viktor Nikiforov y que recientemente había conseguido cierta fama al aparecer como suplente en un juego de Quidditch. Todo Durmstrang se encontraba completamente alejados, cerca de la mesa de Slytherin, lo cual significaba que era del otro lado de los leones.

Yuuri sacudió la cabeza, esto era demasiado para su cerebro.

―Ahora que estamos todos reunidos comentare sobre la dinámica del torneo ―su director sonrió mirando a la multitud―. Colocaremos un cáliz justo en el centro del gran comedor, este decidirá quienes serán los campeones de cada escuela. Para este torneo se autorizó que los alumnos pudieran poseer un mínimo de dieciséis años para ser aceptados, se colocaron hechizos alrededor del cáliz para prevenir que personas menores no consigan ingresar al torneo.

>>Los tres campeones que elegirá el cáliz son personas de gran intelecto y con grandes cualidades, por tal motivo siempre es un honor ser nombrado campeón, aunque antes de colocar su nombre dentro del cáliz deben tomar en cuenta los riesgos que conlleva, si no se encuentran seguros, es mucho mejor que no coloquen su papel. Una vez que el cáliz tome la decisión esta será inapelable.

>>Respecto al Quidditch, no se cancelará, pero los partidos se verán reducidos a comparación de una temporada regular, por último, un baile será organizado durante diciembre, es por eso la petición de una túnica de gala. Esos son todos los anuncios, así que disfruten de la cena.

Eso era tan fácil decirlo, pero difícil de realizar, el director había soltado tantas cosas, cada una importante.

―Yuuri deberías participar ―Yuko lo codeó―. Podrías ser el elegido.

―Para nada ―negó con la cabeza energéticamente―. Me faltan algunos meses para poder cumplir dieciséis años, además, en el hipotético caso de que sea posible, ser elegido como campeón es prácticamente un sueño para mí.

―Debes tener más confianza en ti Yuuri ―lo regaño Nishigori―. Existen muchas alternativas, incluso nosotros podemos colocar tu nombre y sobre todo, créeme cuando te digo que tienes tanto potencial para superar a cualquier campeón, incluyendo a ese Viktor Nikiforov.

―Dejemos de hablar de eso.

Internamente agradeció las palabras de su amigo, este le había ayudado demasiado durante su primer año y prácticamente lo consideraba un hermano mayor, a pesar de poseer un carácter extraño siempre disfrutaba de hablar con él y que nunca mintiera, era sincero y directo, pocas personas le ofrecían esto.

La verdad todavía no asimilaba que Viktor se encontrara ahí. Dio una rápida mirada en dirección a la mesa de Durmstrang y observo la espalda de Viktor que conversaba animadamente con las personas de su alrededor. Si, esto era una completa realidad y no un loco sueño de Yuuri.

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Decidí actualizar el capítulo rápido, puesto que él prologo se me hizo corto, así que aquí lo tengo, probablemente actualice entre el viernes o jueves, realmente quiero continuar con esta historia.

*Nota: Las escuelas de Durmstrang y Beauxbatons serán más similares a como en los libros, por ejemplo, en estos se cuentan con alumnos de ambos sexos, no como en las películas, puesto que en estas Durmstrang se toma como una escuela exclusiva de hombres y Beauxbatons como una de mujeres, solo para que no se lleguen a confundir, ya que pueden que algunos se extrañen de esto.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo!