-Capítulo Dieciseis-
Buenos noches a todos!! Un poco tarde pero llega el próximo capítulo. Disculpen el retraso!!! Estoy con mucho trabajo y no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría a mis historias. 😥
Ignoren los guiones cortos, se me cambian cuando subo aquí el capítulo. Los arreglaré en cuanto puedaaaa 😎
Que disfruten de la lectura!! 😍😘
...
《Venecia》
Abro la puerta y me encuentro con un muy maltratado Aiden. Él me mira con ojos suplicantes y me pregunta.
—¿Le contaste? —Amadeo no me deja responder, abre bien la puerta y me abraza protectoramente.
—¿Qué mierda quieres en nuestro hogar? —espeta furioso, lo siento temblar, por lo que decido intervenir de una vez por todas.
—Por supuesto que le conté el error que cometí. No se lo ocultaría, no sería capaz. Vete de aquí Aiden. No busques más problemas de los que ya hay.
—No lo amas... aca todos sabemos que a quien amas y no has podido olvidar es a mi. Vuelve conmigo Venecia, dejemosno de gilipolleces.
Amadeo tiembla tras de mi, por lo que lo miro y justo cuando estoy por hablar somos interrumpidos por el llanto de Mali.
—Ve con ella. Todo estará bien —le aseguro y Amadeo se va a regañadientes, no sin antes besarme en frente de Aiden.
—Aiden te lo suplico, vete. Alexa te espera. No destruyas mi familia, sé que hice mal en engañarte, pero ya no puedo remediarlo. Vete... vete por favor.
—No lo amas. Estas dilatando más las cosas. Ambos saldremos muy lastimados si no paras esto ya y te largas conmigo.
—Mamamamamama... —somos interrumpidos por la vocesita de Mali que me llama y estira sus bracitos al verme. Amadeo usó a Mali para causar un shock en Aiden y que se largue. Que golpe tan bajo.
—Ven amor... —la tomo en brazos y veo como Aiden se queda sin palabras. Traga grueso y observa con rabia a Amadeo.
—Vete si no quieres que te re mate hijo de puta —sentencia Amadeo.
Aiden golpea con rabia la pared del umbral de la puerta y Mali llora.
—¡Vete! —sisea Amadeo parandose frente a él, protegiendonos de la rabia que emana del cuerpo de Aiden, él, lejos de amedrentarse, solo se acerca lo más que puede a nosotras para decirme.
—Esto se pondrá muy feo Venecia —acaricia la mejilla de Mali y vuelve a hablar— Siento mucho asustarte bonita...
Se va hacia el ascensor y escucho que patea la puerta del mismo... una amargura entró en mi. No encuentro el cause de mi vida.
—Vamos, entra —pide Amadeo luciendo serio, enfadado. Hago lo que dice, pues no quiero empeorar las cosas. Le cambio el pañal a Mali, le doy su teta y en veinte minutos ya está durmiendo. Amadeo aprovechó a ducharse y yo preparé dos cafés en la cocina. Sale todo mojado, con la toalla en el cuello, y yo solo lo observo. Muero por ir a besarlo, tocarlo y terminar haciendo el amor. Pero la he cagado en grande ya, no creo que quiera verme cerca.
—Tu ceja sigue sangrando —me levanto y vuelvo a tomar el botiquín. Me acerco pero dice.
—No es nada.
—Cómo que no. Te curaré quieras o no. Quédate quieto.
Sonríe de lado y algo en mi pecho se agita. Por solo un instante, vi al Amadeo de antes y me encantó, pero solo fue un suspiro.
—Cuidado —pide cuando apreto un poco de más. Lo miro a los ojos y él me mantiene la mirada.
—Eres tan bello. Te amo tanto
—¿Por qué me engañaste entonces? ¿No soy suficiente para ti?
—Eres suficiente para mi —digo firme— Te amo. Estoy segura de ello. Es solo que... no es excusa lo que te diré, lo juro, pero no hemos estado pasando nuestro mejor momento. Eso no ayudó.
—¿Ahora la culpa es mía? Vaya mierda...
—No amor... la culpa es de los dos. Tanto mía como tuya... en mayor proporción mía, viendo los hechos, pero es de ambos.
Termino de pegarle la ceja y dejo todo en la isla de la cocina. Intento tocar su brazo y como veo que no se aleja lo abrazo.
—No quiero seguir distanciada de ti. Sé que tienes razones de sobra pero...
—Pero has follado con Aiden. A pocas horas de que te hice el amor. Se ha quedado con tus bragas. Me lo ha dicho en la cara. Joder. ¡¿Cómo quieres que olvide algo así?!
—Mierda... —solo digo. Aiden no lo está poniendo fácil.
—No quiero que trabajes en la misma empresa que él. Yo... no creo poder soportarlo —dice acariciando mi cuello.
Aquí vamos... mezclando todo otra vez.
—¿Aprovechas mi error para lograr sacarme de la empresa? —cuestiono firme.
—¿Error Venecia? —dice firme, alejándose de mi— ¿Error? Un error es tomar un bus equivocado. Un error es confundirse al llegar a un lugar o enviar un mensaje. Un error es eso... ¡Algo que puede malditamente solucionarse!
—¿Entonces no puede solucionarse lo nuestro? —digo asustada. Ahora si veo el final y me asusta, me asusta de cojones.
—No lo se Venecia —dice y se va en dirección a la habitación de invitados. Antes de que se marche y me deje sola, me apresuro a alcanzarlo y decirle.
—Duerme conmigo, por favor.
Me mira atormentado, quizás estoy exigiéndole mucho, pero necesito que vuelva a amarme, que todo entre nosotros este igual. Siento que si no lo hace lo nuestro se terminará de destruir.
—No puedo... —sentencia y acaricia mi mejilla— cada vez que me acerco a ti te veo follando con él.
Dicho eso se da vuelta y desaparece, dejándome de piedra.
Decido irme a la terraza del último piso del edificio. Si no salgo a tomar un poco de aire me dará algo. Y de todas formas no puedo dormirme así que aprovecharé que está Amadeo con Mali y subo.
No debí subir. No debí subir.
—¿Qué haces aquí? —pregunto. Aiden está fumando, apoyado en la barandilla, me observa de reojo y sonríe.
—¿Problemas en el paraíso? —dice y tira el cigarrillo. Retrocedo, tengo que irme o cometeré nuevamente una locura. Mi cabeza está mal... muy mal. No puedo amar a dos hombres al mismo tiempo. No puedo.— No te vayas. No te tocaré esta vez —dice rápido.
—Aiden... —solo digo como una total imbécil— me lastiman tus palabras.
Él ríe sin ganas y dice.
—¿Crees que a mi no me lastimó todo lo que has hecho mujer?
Se apoya sobre la pared y yo muero por abrazarlo y decirle lo mucho que me duele verlo así.
—Debes volver con tu mujer —le digo a punto de llorar a mares.
—Debería... —dice dirigiéndose a mi. Retrocedo presa del pánico. Aiden llega hasta mi y toma un mechón de pelo, lo enreda en sus dedos y juega con ellos— debería volver con mi futura esposa... pero algo de ti es tan adictivo que no puedo estar lejos ni un solo momento.
Me acorrala contra el barandal y entierra su rostro en mi cuello.
—Hueles a él —dice de pronto y me mira con sus ojos aguados— ¿Por qué Venecia? ¿Por qué con él? Podrías haber elegido a cualquier hombre de la faz de la tierra si yo no te era suficiente, pero decidiste engañarme con él... decidiste embarazarte de él... no te lo perdonaré en mi vida Venecia. Nunca te perdonaré lo mierda que has sido para hacerme esto.
A estas alturas ya estoy llorando en silencio. Sus palabras calan hondo dentro de mi ser. Él tiene tanta razón en odiarme... pero si solo supiera que fue una farsa para que no vuelva a buscarme más... que en realidad nunca lo engañé porque lo amé desde el primer momento en que lo conocí.
La vida nos separó... la sangre nos separó... los errores de nuestros padres nos separaron... mis malditas malas decisiones y toda la toxicidad que nos rodeaba pudo con los nuestro... nos arrebataron la posibilidad de vivir como se debe nuestra historia de amor... ahora ya nunca nada volverá a ser como antes, es mejor cortar esto de una vez o sufriremos tanto.
—Sé que estuvo mal mi forma de actuar Aiden. Pero me enamoré de Amadeo. Amo a tu mejor amigo, él es parte de mi y siempre lo será. Formamos una familia y estoy muy feliz de aquello. No nos lastimemos más... lo nuestro fue muy bonito, pero ya se terminó. Debemos dejarlo en el pasado y seguir con nuestras vidas, yo con Amadeo y tu con tu futura esposa.
Acaricia con sus dedos mi cuello y mi pie se eriza al instante.
—No puedes pedirme que te deje ir si veo como reaccionas a mi toque. Venecia... no sé qué carajos me hiciste, pero estoy hechizado por ti. No puedo dejarte ir sabiendo de que no te soy del todo indiferente... no después de como follamos hace apenas unas horas.
—Aiden... te lo suplico... vete... suéltame... —pido ya con mis últimas fuerzas. Vamos a acabar follando otra vez... le fallaré nuevamente a Amadeo y mi niña...
—Ni de coña bonita... —dice en mi oreja y me da un suave beso en el cuello. Estoy a punto de corresponderle, importándome una mierda todo, cuando de pronto me siento vacía. Abro los ojos y veo a Amadeo, hecho una total fiera, lo tira a un costado y escupe.
—Eres un total gilipollas —comienza a golpearlo y Aiden corresponde su ataque a los golpes. Tardo unos segundos en procesar que es lo que está sucediendo y me meto a intentar separarlos, con la mala suerte de que Amadeo me da un codazo de lleno en la cara que me tumba en el suelo, el golpe fue tan fuerte que mi cabeza da contra la baranda de la terraza y siento que todo comienza a dar vueltas.
—¡Mierda! —escucho a Aiden que se acerca a mi. Amadeo no lo se... me duele tanto la cabeza que no lo distingo, me toco en donde me duele y siento sangre que se escurre entre mis dedos, luego... veo todo negro.
...
《Amadeo》
Supe desde el minuto uno en que me enteré de que ya podíamos volver al país de que esto terminaría mal... muy muy mal. Pero nunca creí que tanto.
Venecia estaba teniendo ataques de ansiedad por estar lejos de sus seres queridos, Paula no ayudaba mucho con esas escenas de celos a los que no daba pie, sus miraditas y reclamos. Todo se estaba desmoronando y no sabía como carajos manejar la situación. No quería parecerme en nada a Aiden y había momentos en los que era un calco.
La maltrataba con mis palabras hirientes, luego iba de gilipollas a pedirle perdón. Siempre supe que debía de ser bueno con Venecia, demostrarle mi amor, nuestra relación debía de ser todo lo contrario a lo que vivió con Aiden. Me prometí no hacerle pasar por lo mismo, pero caí de imbécil a ser lo mismo que mi ex mejor amigo.
Pisamos suelo español y todo fue demasiado rápido, un caos... y cuando creí que estábamos bien, que ella me amaba y que superaríamos las crisis me da la estocada final, acostándose con Aiden.
Cómo dolió en el pecho su traición. No sé en realidad que es lo que más me dolió si el hecho de que hayan follado nada más verse, de que Aiden tenía malditamente razón, que follarían al estar solos y que disfrutaría de su cuerpo o el hecho de que mi mujer estaba enamorada de él aún.
No podía perdonarla. Me acercaba a ella y la veía entre sus brazos. Sentía que en pleno acto sexual diria su nombre y eso si que sería motivo más que suficiente para matar a ese hijo de puta.
Encaré a los golpes a ese malnacido. Aún recuerdo lo que me dijo cuando me planté en su piso.
—¿A qué vienes? ¿Necesitas tips de como follar a tu mujer para que no venga a mis brazos?
Daba gracias que no estaba Alexa para escuchar las estúpideces que de su boca salían.
—¡Maldito gilipollas! -le asesté el primer puñetazo- ¡Cómo te atreviste a tocarla!
Descargamos nuestra furia hasta que el conserje del edificio nos separó. Los vecinos lo alertaron y terminé en mi piso, siendo curado por Venecia, que observaba mis heridas entre con culpa y decepción. Somos dos decepcionados dulzura.
Tan solo minutos después somos interrumpidos por el sonido del timbre de la puerta. Joder, ese maldito bastardo me siguió a mi nuevo piso, lo voy a matar, no quería ni que se asomara por esta zona. No la quiero cerca de ella.
Venecia enfrentó la situación lo mejor que pudo, y yo, ni lento, usé a mi bebe para que se marchara. Su cara de tormento me dio satisfacción, pero no respiré haata que vi que se fue al maldito ascensor.
Mi paz mental duró poco. Venecia y él otra vez juntos. Aiden tocando a mi mujer, acariciándole el cuello... besándoselo. Lo vi todo rojo. Esta vez si lo iba a matar a golpes, no tocaría a mi mujer una sola vez más.
Lo que nunca imaginé fue que ella saldría herida. Mi amor estaba desmayada, perdiendo sangre por la cabeza y todo por mi puta culpa.
—¡Quítate infeliz! —espeto cuando Aiden toma en brazos a Venecia.
Me mira fijo y sisea.
—No la soltaré. Hazte a un lado, no perdamos más tiempo.
—Aiden... —digo temblando— Dame a mi mujer.
Camilo llega y dice.
—¡Joder! ¿Qué le ocurrió a Venecia?
-¿Quién mierda eres? -habla Aiden.
-¡Andando! ¡Llevemosla al hospital! ¡Está perdiendo mucha sangre!
-No me iré si no me entrega a mi mujer.
-¡Con un demonio! ¡No peleís en estos momentos! ¡Qué se está desangrando! ¡Vamos al hospital! -grita Camilo.
-¡Córrete! -dice el imbécil y se lleva en brazos a mi mujer. Voy a matarlo. Voy a matarlo. Esta vez es en serio.
-¡Llama una ambulancia! -pido a Camilo.
-Ya está llegando.
En cuanto llegamos a la planta baja vemos la ambulancia. Aiden la deja en la camilla e intenta subir.
-Ni de coña irás con mi mujer.
-Un solo pasajero puede ir -dice el enfermero que no está atendiendo a Venecia.
-Soy su marido -digo rápido.
-Adelante -me deja pasar y me voy de lleno a mi chica.
-Amor... despierta... despierta... -no responde. No responde ¡Joder!
-Señor apartese que debemos atenderla.
Hago lo que me piden, pues no quiero que esté mal. Tomo su mano y la noto fría, algo en mi se alarma. Eso no es normal. Venecia no puedes estar fría. No. No.
-Tranquilo. Estará bien -dice el enfermero hombre al ver que la miro con terror de perderla.
Cinco minutos después llegamos al hospital. Allí me topo con Aiden junto a Camilo.
-Que se largue de aquí o no respondo de mi -bramo a Camilo.
-No puedo correrlo Amadeo. Cálmate y preocupate por tu mujer ¿si?
-No por mucho tiempo... -dice Aiden detrás, apoyado contra la pared, con ambas manos en su cabeza.
-Gilipollas -respondo y Camilo me sostiene de los hombros- voy a matarlo.
-No harás nada. Venecia te necesita.
-Lo sé... -digo a regañadientes- Vamos, entremos.
Cuando cruzo al lado de Aiden le digo.
-Vete con Alexa, tu mujer.
Antes de que pueda decir palabra su móvil suena y al sacarlo del bolsillo ambos vemos la palabra Alexa en él.
-Lo dicho. No tienes nada que hacer aquí.
Aiden silencia el móvil, vuelve a meterlo en el bolsillo del pantalón como si nada y dice.
-Métete en tus asuntos -y entra al hospital. Lo sigo a paso firme y pregunto al primer médico por Venecia. Me manda con la recepcionista, veo a Aiden hablando con ella. Gilipollas.
-En unos minutos tendrán el parte médico -dice una enfermera. Aguarden en el pasillo 206.
Quince minutos infernales esperando y nada. Mierda.
Camilo termina una llamada y entra al pasillo.
-Mali acaba de despertar, Maddie le preparó un biberón pero no para de llorar. Debes ir a verla, los extraña.
-Déjame que vea como está Venecia e iré para allá -digo abrumado- Si no sacas a Aiden de aquí perderé los nervios -pido.
-No me iré hasta no saber como está cabrón -ladra el imbécil.
-¿Familiares de Venecia... -lo corto.
-¡Yo! ¿Cómo está?
-¿Qué relación tiene con la paciente?
-Su pareja.
-Venecia está aún inconsciente, le hemos practicado exámenes de sangre de rutina, la hemos examinado y presenta una muy fuerte contusión en la cabeza, en el hemisferio izquierdo del cerebro y en el cuerpo calloso, que es lo que básicamente y para que me entiendan conecta ambos hemisferios.
-¿Eso va a volver a estar bien? ¿Como debe ser...? -pregunto rápido.
-¿Qué le ha sucedido? Vienen ambos golpeados y ella en ese estado.
-Nos hemos dado de golpes, yo lo provoqué, ella intentó separarnos y salió disparada contra un barrote del balcón -dice como si nada Aiden.
-De acuerdo. Tendré que dar aviso a la policía.
Llega mi suegro, que obviamente conoce al doctor.
-No llamaremos a la policía Gregorio. ¿Cómo has estado?
-Juan Manuel, que sorpresa tenerte por aquí...
Se saludan y se alejan para hablar. Yo, no aguantando más, decido pasar a la habitación y verla. Quedo helado. Tiene muchos cablecitos en su cabeza y pecho. El pitido continuo de su corazón lo reproduce una máquina. Sus bracitos pinchados, su carita morada.
-Joder... -dice Aiden tras de mi. Lo miro y decido ignorarlo, ahora lo importante es mi pequeña. Me acerco lentamente y tomo con cuidado su mano.
-Amor... despierta, por favor...
-¿Hasta donde llegó nuestro odio Amadeo? -habla Aiden.
-Vete por favor. Déjame solo con mi mujer.
-Me iré cuando sepa que está bien.
Entra Juan Manuel y dice.
-Venecia está sedada, dormirá toda la noche. Amadeo ve con mi nieta, necesita de su padre y Aiden ve con tu mujer, yo me quedaré con ella. En la mañana pueden volver.
-Me quedaré con ella... -me interrumpe diciendo severo.
-Di una orden. Me quedaré a cuidar de mi hija, tu ve y báñate, estas terrible. Quedas como un delincuente frente a todos y tu también. Tuve que poner mucha pasta para que hagan oídos sordos y no los denuncien, par de gilipollas que son. Se van y vuelven presentables en la mañana. Si ocurre algo importante te llamaré Amadeo. Serás el primero en saberlo, puedes estar seguro.
No tenía otra opción, joder.
-Saldré con él. No dejaré a tu hijo rondando por aquí.
-Yo no me iré -dice Aiden y entra una enfermera que nos saca a todos. Antes de irme le doy un beso en la frente a Venecia y ya en el pasillo Juan Manuel expresa.
—Vayan tranquilos, su padre la cuidará. Tenemos vigilancia en todas las área en caso de que algo suceda. Les avisaré si pasa algo.
-A mi Juan Manuel. Soy su marido.
-No sabían que estaban casados -ladra Aiden y lo tomo de la camisa.
-No me toques las pelotas Aiden...
-Paren de pleitos o prohibiré la entrada de ambos al hospital. Saben que puedo hacerlo.
-Me voy -digo y salgo con Camilo. Aiden va detrás nuestro.
-¿Llamo a su madre? -pregunta Camilo.
-Si, hazlo tu. No tengo cabeza para nada.
En la entrada del hospital nos encontramos con Bratt.
-¿Cómo está? -dice agitado por la carrera.
-¿Quién coño eres? -sisea Aiden.
-¡Piérdete Aiden!
-Un placer conocerte al fin Aiden. Mi nombre es Bratt. Mejor amigo de Venecia.
-¿Mejor amigo? -dice y ríe el gilipollas- ¿Caíste en su encanto también?
-¡No le faltes el respeto a mi mujer idiota! -siseo.
-Cálmate Amadeo, no le des la dicha de que logra lo que quiere, ponerte mal. En cuanto a lo que has dicho si, he caído en el encanto de tan bella y buena mujer. Pero comprendí que está enamorada de Amadeo y que solo puedo tener su amistad.
-¿Y tu te crees eso? -espeta Aiden. Los corto y me voy.
-Iré con Mali. Cuida bien la entrada ¿si? Volveré a primera hora.
Llego a mi piso 4 a.m. y despido a Maddie, solo por unas horas, pues debe volver a cuidarla cuando me vaya al hospital. Mi niña se alegra mucho al verme y la cargo entre mis brazos. De todas formas me cuesta muchísimo dormirla, necesita a su madre, aún toma leche materna y no tener a su madre la está alterando.
Cuando al fin logro dormirla, me ducho y recuesto en nuestra habitación. Mi cabeza no deja de funcionar. Si tan solo hubiera aceptado su propuesta de dormir con ella, en estos momentos estaríamos durmiendo juntos. Yo aún cabreado, pero juntos.
La culpa me carcome. La dañé. Le di un golpe, un gran golpe, justo lo mismo que le hizo tiempo atrás Aiden y que tanto reproché. Juan Manuel tuvo que comprar el silencio del doctor, sino estaría tras las rejas y más que merecido. Me siento terrible.
7 a.m. de la mañana estaba entrando en el hospital. Entro a su habitación y veo a Aiden tomando de su mano.
-Saca tus inmundas manos de mi mujer.
Aiden se levanta de un respingo y viene hacia mi. Luce la misma ropa de anoche. Este cabrón pasó toda la noche con ella, con mi mujer.
-No levantes la voz aquí, que nos sacarán.
-¿Qué me pasó? -¡Venecia!
-Aiden... amor... -vuelve a decir y quedamos ambos helados- ¿Tuve un accidente?
Aiden me observa con las cejas enarcadas y se acerca a ella. Yo doy un paso hacia adelante y me para con la mano.
-Te caiste y rompiste la cabeza Venecia ¿no lo recuerdas? -pregunta con cautela acercandose a ella. Venecia niega con la cabeza.
-Ven amor -le tiende sus manos. Esto es una puta pesadilla. Me mira pero no lo hace con amor.
-Amadeo... ¿se han preocupado por mi? Estoy bien... creo.
Joder. ¡JODER!
¡Qué demonios está ocurriendo!
Aiden se acerca y le toma su mano, yo cierro mis puños, conteniéndome.
-¿Cómo te sientes? -pregunta Aiden.
-Me explota la cabeza. ¿Qué me pasó?
-¿No recuerdas nada? -Venecia niega. No. No. ¡No!- ¿Qué es lo último que recuerdas?
-No lo sé... es... confuso.
Me acerco y presiono el botón para llamar al médico.
-Piensa Venecia... ¿qué es lo último que tienes en tu cabeza?
-Recuerdo... no lo sé Amadeo... estamos en casa de mi suegra, veo un cuarto con sangre. Sangre. Eso veo... ¿Es mi sangre?
-¡Mierda! -digo en un grito ahogado. Eso es mucho tiempo. Olvidó practicamente todo lo nuestro. Todo.
Venecia me mira con sus ojitos asustados y Aiden dice despacio.
-Busca un médico asi la revisan.
-Ya lo llamé... -nos interrumpe el doctor.
-Que bueno que hayas despertado Venecia. Déjame evaluarte. Pueden retirarse ambos.
En eso entra su madre.
-Hija... ¡Despertaste!
-¿Mamá? -dice confusa y se sostiene la cabeza con ambas manos- me duele mucho...
-Retirense, debo evaluarla. En un momento podrán volver a la sala.
Salimos todos. Yo sin poder procesar la mierda que está pasando. Me recuesto sobre la pared y levanto la mirada. Aiden, desde el otro extremo, me mira altivo.
La pesadilla recién comienza. No debimos volver...
...
Fin de este capítulo, ¿qué les pareció? Los leoo!
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