8. Vampiresa
Advertencia. Genderbender. Shoto como Shoko y Katsuki como Katsumi. Escrito por computadora, no sé escribir la rayita en la "o" y se mencionan drogas, abuso sexual. Contenido sensible, no hagas esto. No es necesario escuchar la canción.
***
Bebe de la pajita. Está aburrida en la mesa. Las luces que pueden provocar epilepsia a cualquiera que sea propenso a esa condición, pero para ella le parecen un perfecto somnífero, aunque también se puede deber a que al beber soju le da algo de sueño. No es una buena borracha como los de la fiesta, no puede animarse, bailar, reír y hacer estupideces, al contrario, le provocan tristeza, sueño y unas horribles arcadas debido al olor de la mala bebida revuelta a con el tabaco, marihuana y sudor.
Puaj, sólo desea regresar a casa, sin embargo, entendía que no podía irse y ya está. Acompañar a su hermano Touya con tal de evitar que vuelva a meterse coca en el cuerpo es el peor de los castigos. Al menos el idiota de su hermano mayor está felizmente bailando en ese mar de gente con las manos de uno de sus novios acariciándole los costados. Malditos gays. No es homofóbica, pero si no fuera porque los encontraron drogándose, su papá jamás le habría puesto de tarea estar día y noche observando cada movimiento del imbécil que tiene como hermano mayor.
Ya sabía que Touya tenía un gran problema además de su enorme debilidad por los penes y las tetas, ese era el peligroso polvo blanco que siempre inhalaba, que aunque sobrara una que otra partícula, lamía la mesa hasta acaparar todo de la droga que lo hacía feliz.
Suspira, se barre en la mesa, acostada ante el aburrimiento de la música sin sentido, el jolgorio de la gente por culpa de componentes externos dañinos para la salud y, sobre todo, del mal olor. Jamás entenderá qué tiene de "cool" estar en un sitio donde estar borracho es el mejor estado para ligar. Ella está bebiendo, sí, no se quiere, desearía olvidar ese evento entre tragos, pero jamás lo haría por quedar bien con otras personas o para divertirse, no le encuentra lo gracioso estar perdido en un montón de sin sentido.
Al menos Touya lo pasa bien, está bailando con Atsuhiro-san, un novio limpio (comparándolo con Tenko Shimura, puaj de novio drogadicto) que a lo mucho lo manosea demasiado delante de sus ojos y... ¡Ewww, están fajando mientras bailan, qué asco!
Tiene que girar el rostro antes de vomitar, no quiere recordar como Touya le retallaba el culo a la cosa de Atsuhiro a quien ya no consideraría decente luego de eso. Sí, si tienes de pareja a alguien como su hermano, definitivamente tienes que ser igual que ese idiota. Bebe de su copita, hace caras de asco y regresa la mirada a donde estaba su hermano.
Sí, estaba, el bastardo maldito usó ese asqueroso baile depravado para fugarse.
¡Mierda, mierda, mierda! ¡Debió de haberse dado cuenta del plan de Touya!
Se mete entre el mar de gente, no es algo que le agrade, ¡realmente le da mucho asco! Esos cuerpos sudados, las risillas, el mal olor de las bebidas, el humo, las luces, todo le empieza a dar vueltas. Culpa a su papá de no meter a Touya al anexo con tal de no tener que estar en el ojo del huracán, ¡pero no piensa que es peor estar una tras otra primicia de que su hijo mayor es un adicto que pasa de fiesta en fiesta! Puto plan mierda sin sentido.
Camina entre la gente, empujando suavemente con tal de seguir la melena de cabello de Atsuhiro que se pierde entre colores neones y la oscuridad. Seguramente irían a verse con Tenko, depravados, espera encontrarlos drogándose antes de verlos en un trío.
Entonces tropieza, en un mal paso ha acabado aferrándose en el hombro de alguien hasta caer al piso.
Es una tipa, lo sabe porque sus tetas las tiene en la cara, ¡Dios, qué maldita vergüenza! Trata de hacerse a un lado, mas las manos de la rubia se lo impiden.
—Agh... mierda, fíjate por dónde... —calla, encontrándose ahora con el rostro bien parecido de la mujer que se queda en silencio, abriéndose espacio aprovechando que la gente se aleja lentamente con tal de darles el tiempo para levantarse.
¿Por qué se tienen que observar tanto? De inmediato la hace a un lado, debe de ir detrás de Touya, mas la mano de la rubia la detiene para ser atraída a ella de nuevo. Esta vez sí que la tiene de frente, con los pechos pegados mientras que ella sonríe.
—Qué. —¡Más le vale no esperar amabilidad de su parte!
—Chocaste conmigo, me debes una.
—¿Ah?
—¿Un trago?
—¡No, ni ha...!
Entonces frío, mucho frío. Mira de un lado a otro hasta dar con la figura del tipo que vierte sobre su pecho el tequila.
—¡Vamos, Katsumi, dale, dale!
La rubia se llama Katsumi, es en lo único que puede pensar al verla lamiéndose los labios mientras toma un limón, lo chupa y antes de siquiera tragar saliva porque no sabe qué hacer, alguien se ha atrevido a ponerle sal en el camino de alcohol que desciende entre sus pechos.
Espera, ¿ella no estará tratando de...?
No, no puede estar... ¡no puede estar avergonzada deseando que esa lengua la recorra, debería pensar que es abuso!
Mas esos ojos la dominan, es como un hechizo, igual que un vampiro antes de anclar los dientes en el cuello para poder saciar su hambre de sangre, chupando todo lo que necesite con tal de alimentarse.
Pronto sus labios impactan en su camisa, chupando suavemente mientras la observa desde abajo, subiendo por sus senos que acapara con sus manos, haciéndola olvidar que hay al menos como unos veinte pares de ojos observándolas hacer algo tan gay. ¡Tiene novio, tuvieron sexo antes de llegar a esa estúpida fiesta, no debería estarle gustando que la ande chupando como quiera! Da un paso hacia atrás, chocando contra un imbécil que la sostiene de los hombros mientras debe de ser testigo cómo se la están comiendo viva. Debería de hacer algo, no es como que sus manos estén cautivas, podría golpearla, gritar, lo que sea, mas se queda quieta.
No tiene miedo, no, sí que tiene miedo, pero por el hecho de estar disfrutando de la lengua de la rubia pasearse por la parte superior de su busto, justo donde la tela de la blusa ya no está, donde Katsumi sostiene su teta izquierda y se mete entre su blusa para chuparle un pezón, haciendo para abajo el sostén con tal de acapararlo con la lengua. Está observándola fijamente, le sube la presión hasta las nubes, ¡es una maldita vampiresa!
Le gusta, le encanta, debe de estar borracha porque de otra manera no estaría cubriéndose la boca con tal de no gemir delante de esa gente.
—¿Tanto te gusta? —susurra Katsumi mientras pega sus cuerpos, dejando una de sus manos debajo, presionando su sexo con dos dedos, sobando por encima de sus jeans, acariciando donde está el clítoris.
Mierda, es envolvente, tal como una espiral que la conduce hasta el centro, devorándola como una serpiente que engulle al ratón.
Katsumi chupa su pezón, muerde suavemente y tira mientras lo cubre con una mano, como si no deseara demostrar que lo que está comiendo delante de todos. Es tan sexy, tan bueno, que al sentir una ligera presión en sus glúteos es que termina dando un paso hacia el frente, donde Katsumi la recibe devolviendo su blusa en su sitio, subiendo por el cuello con la lengua pegada a su piel hasta llegar al mentón, entonces cerca de su boca le presiona las mejillas, haciéndola abrir la boca y sacar suavemente la lengua, aquella que se roza con la otra, quien le invita de su saliva que se escurre por su boca.
Está roja, demasiado roja, tanto que no puede coordinar sus pensamientos, ella... Parpadea rápidamente, antes de darse cuenta Katsumi le sostiene la mano mientras se la lleva entre la gente. Todos las están observando, su vagina sigue agitada después del show que han dado. Y al llegar a una habitación, esos suaves labios impactan sobre los suyos.
Todo será culpa del alcohol al despertar.
Y, al abrir los ojos por una molesta luz, se descubre en una cama con las sábanas revueltas, el cuerpo mordisqueado y pegajoso, producto del sudor del acto de la noche anterior. También está ella, abrazada de su brazo mientras pega su cabeza a sus pechos, besando entre sueños su piel. Ni siquiera dormida está quieta.
Debe de hacerla a un lado, no estaba borracha el día anterior, pero sí que tiene hambre, además que debe de irse porque seguro que Touya ha pasado el día por ahí con sus novios y... ¡Mierda, ella tiene novio!
La hace a un lado, despertándola en el acto, Katsumi se queja mientras se sienta en el colchón mientras ella aprovecha para vestirse.
—Oye... ¿Qué haces? —pregunta adormilada—. Dormimos como una hora, regresa a descansar..., no seas una imbécil que abandona mientras la otra duerme.
—Esto no debió ocurrir, ¡soy hetero! —exclama mientras lucha con su pantalón, no sabe en dónde dejó sus pantaletas y realmente no le importaría perderlas con tal de huir.
—Tan hetero que me comiste el coño, ¿lo olvidas? —No sabe por qué la ha volteado a ver, pero fue lo suficiente como para admirarla abierta de piernas y los dedos descubriendo los pétalos de una flor preciosa, deseosa de ser comida una vez más—. Anda, regresa y seré tu "vampiresa" otra vez.
Pasa saliva, acaba de recordar que estuvo llamándola así todas esas horas mientras lo hacían. Ahora que lo nota, la cama tiene zonas húmedas, no puede creer que haya tenido más orgasmos con la vampiresa desconocida que con su novio en las vacaciones a la playa—. ¡No! Tengo novio, esto no vuelve a ocurrir.
—¿Hablas de Izuku? —Ella parece no estar interesada en la conversación, acariciando el gineceo, concentrándose en el estigma de su flor—. Mi lengua te hace gemir más que su pene, acéptalo.
—¿Disculpa? —Mierda, da igual el sostén, tampoco lo encuentra.
—Eso dijiste después de haberme dado de beber. —Y guiña el ojo, desvergonzada—. Jamás vi a una chica chorrear tanto como tú, ¿él sabe que eres de esas que bañan todo? Porque mi colchón necesitará ser cambiado después de esto.
—¿Tu colchón?
—Yo di la fiesta, ¿no es obvio? —Se encoge de hombros—. Sé que eres la hermana de Touya, demasiado gay como para funcionar, pero...
—¡¿Te cogiste a mi hermano?! —exclama de mal humor, arrojándole la blusa de la rubia a la cara—. Mira, me da igual si te follas a chicas ebrias, pero que sepas que te irás a la cárcel por esto, ¡drogas y violación, no quedarás libre de una buena demanda!
—Shoko, cuando te des cuenta de tu gusto por las chicas te darás cuenta de que habrás perdido demasiado por tan poco.
Katsumi no parece afectada, al contrario, ahora está boca abajo en la cama mientras la observa con aburrimiento.
—Mi hermano debe de estar muerto de tanta coca por tu culpa.
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, regresa con el pito corto de tu novio, sinceramente me da igual... —bosteza—. Son tal para cual porque ambos siempre se escudan con el alcohol.
—¿De qué estás...?
Entonces estira el brazo al teléfono, presionando a un número para luego hablar—. Necesito que vengan a limpiar mi habitación, mi comida... ya se echó a perder.
***
Deseaba escribir un episodio inspirado en dead place, pero terminé obsesionada con una canción que cuando me di cuenta cree una compleja historia de dos lesbianas, ahí me dicen si quieren que le haga una continuación o lo haga un fic largo.
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