Son los mismos que en el libro anterior.

La princesa Nemrac.

Los ha hecho olvidar a todos, ha creado una ilusión para seguir manteniendo su mentira un poco más, hasta estar preparada para enfrentarse a los dioses de la luna, a los que deberá quitarles el poder, y liberar a un pueblo que lleva siglos esclavizado.

Príncipe Nacrol.

Debe ayudar a su hermana a cumplir su misión, pero... a veces ... se siente perdido, por eso visita tanto el árbol de la vida, el lugar donde las almas de los de su especie se resguardan.

Hakon el protector.

Ha olvidado, junto a todos los demás, a aquella a la que una vez amó. Y deberá buscar respuesta a todas las incógnitas que empiezan a aparecer.

¿Descubrirá al final lo que ansía?

Belkan el protector.

Es el hermano mayor de Hakon, e intentará convencerlo de procrear con una esclava que está obsesionada con él.

El Rey Racso.

Es el padre de la princesa Nemrac y el príncipe Nacrol.

Tobuc, la diosa del destino y de la vida.

Tiene el destino de todas las personas en sus manos, incluso puede leer el destino de los dioses. Todos tienen una función en el mundo, a pesar de que sus hermanos, no quieran verlo.

Fue asesinada cuando creó a los dioses menores, odiada y repudiada por sus hermanos, por usar los poderes de otros para crear a las mujeres a su imagen y semejanza. Ni siquiera entendían cuál era el verdadero poder de esa diosa.

Gracias a Nemrac, pronto conseguirá su venganza, pagando un alto precio.