Yoongi suspiró al tiempo que tomaba a Jimin de la cadera y lo acercaba a su cuerpo, era exquisita la forma en la que despertaba aquella mañana de sábado, olió su cabello, el aroma de su omega siempre le ponía de buen humor, dormir con él hacía que por las mañanas tuviese el mejor de los momentos, ayudaba el hecho de que los padres de Jimin aún no supieran que ellos eran pareja, así podrían dormir juntos sin problema alguno.

—Me gusta despertar así—susurró tomando el redondeado trasero de su novio, era tan jugoso, la noche anterior lo había disfrutado mucho.

—Deja mi traserito que me duele—hizo un puchero.

—Ay amor perdón, creo que me emocione con las nalgadas, pero es que suena tan bien—rio por lo bajo antes de sentarse en la cama—. ¿Quieres tomar un baño?

—Sí ¿A qué hora tenemos que ver a los chicos?

—A las dos—suspiró—. Falta una hora.

Después del examen las cosas habían estado un poco tensas, al pasar los días y las semanas comenzaron a relajarse, ese día les entregarían los resultados, así que había acordado ir a acampar, así estarían juntos para darse contención de ser necesario, no podían ocultar su nerviosismo, sin embargo, aun esperaban que las cosas salieran bien, se habían esforzado demasiado, sus familias les habían hecho sentir bien al hacerles ver el gran esfuerzo que hicieron y los tranquilizaron diciéndoles que estaban orgullosos de ellos, sin embargo, el miedo a decepcionarlos aún estaba vigente.

Yoongi colocó un gorrito en la cabeza de Jimin, estaban a mediados de diciembre y el frío llegaba a ser insoportable a veces, después del baño y de acomodar sus cosas decidieron bajar, era una mañana tranquila, desde que KyungSoo estaba en sus últimas semanas de embarazo la casa de los Min se volvió un ambiente pacifico, los tres hijos mayores trabajaban duro para hacer sentir bien a su padre que estaba harto de estar en cama, incluso Jimin le visitaba seguido y se quedaba a su lado mirando alguna película.

—Buenos días chicos—dijo JongIn con una sonrisa, llevaba un mandil para no mancharse la ropa con el desayuno—. Jimin para ti hay yogurt y fruta, para nosotros tocino y carne, llevaré el desayuno a su padre, ya vuelvo.

—Muchas gracias señor Min.

JongIn le sonrió a Jimin antes de salir con una bandeja en las manos, eran grande la cantidad de comida que llevaba esta, Yoongi le había explicado que los omegas tigres en estado tedian a comer demasiado en su último trimestre, para tomar fuerzas en el alumbramiento. Se sentaron en la mesa, los menores de los Min estaban comiendo con entusiasmo.

Yoongi le sirvió un poco de jugó y se sentó a su lado. —Olvidé la salsa—se levantó y se fue a la cocina.

Jimin estaba preparando su yogurt con algunas frutas cuando sintió la mirada de un par de ojos curiosos, Jennie entrecerró los ojos. —Hueles raro.

—¿Qué? Pero si me bañé—bufó ofendido.

Jihoon miró a su hermana y después a Jimin. —No le hagas caso, anda medio loca últimamente.

—Parece que alguien quiere que le rompa la cara.

—Inténtalo bruja—fulminó con la mirada.

Yoongi gruñó. —Dejen de pelear—se sentó al lado de Jimin y comenzó a comer.

El cisne frunció la nariz y se olió ligeramente, no olía mal, negó olvidando todo por completo y comenzó a comer, porque después de toda la actividad nocturna estaba hambriento.

—Nos vemos el próximo mes Namjoon, todo va bien, pero si necesitas algo siempre puedes llamarme ¿Entendido?

Asintió con un suspiro, desde que su alfa despertó había estado entre estudios, sesiones y más, no podía fingir ante nadie que se encontraba cansado y frustrado, pero esa vez sus padres no le habían permitido abandonar todo, tuvo que aceptar que tenía que acudir a aquellas citas aunque se sintiera bien, a decir verdad nunca había estado mejor, su alfa no se había presentado desde aquella noche con Jin, pero su interior se sentía diferente, tanto así que sus sentidos estaban mucho más despiertos, aun no tenía aroma, le habían asegurado que ese se presentaría con el tiempo, pero Jin seguía diciendo que él si podía olerlo, suponía que era algo de destinados.

Salió de la sala con una mueca, odiaba estar ahí y todo lo que representaba, pero ese día en específico quería dejar de lado su malhumor, cuando vio a Jin jugando en uno de los asientos en la sala de espera sonrió ligeramente, casi de forma imperceptible, en las últimas semanas este había sido un gran apoyo, tanto que le daba la fuerza para soportar aquellas pruebas.

Se acercó y carraspeó. —Salí, podemos irnos ahora.

SeokJin elevó la vista y le sonrió, se paró y guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón. —¿Cómo estuvo?

—Mal, me lastimo nuevamente la vena—gruño.

—Lamento eso—dijo tomando su mano y entrelazando sus dedos, ambos subieron al elevador.

—¿Por qué lo sientes? No eres tú quien me pincha—frunció el ceño—. Sólo quiero dormir un rato.

—Puedes dormir en la parte de atrás de la camioneta, le diré a Hoseok que sea mi copiloto.

—No—negó enérgico—. No confió en Hoseok para desempeñar un buen papel como copiloto, así que lo haré yo, sólo que esta vez no te daré de comer en la boca, comerás antes de manejar y yo te besaré, así ninguno tiene alguna tentación.

SeokJin comenzó a reír y asintió, ambos salieron del elevador tomados de la mano, sintiendo las mariposas en sus estómagos aumentar con el paso de los días.

—¿Seguro que puedes? —preguntó divertida.

—Claro que sí—bufó sin dejar de sostener bien sus muslos.

—Me gusta salir a pasear sino tengo que usar mis pies—dijo entretenida jugando con los pelirrojos mechones de cabello.

Hoseok la subió un poco más a su espalda y suspiró. —Es la primera vez que vienes a acampar con nosotros ¿Estás emocionada?

—Sí—asintió antes de darle un beso en la mejilla.

—Wendy—suspiró—. Estaba pensando que sería bueno que tus madres supieran que estamos saliendo ¿No lo crees?

—Sí lo creo, quiero decirles que tengo el mejor novio del mundo.

—¿Crees que me acepten? —preguntó con inseguridad.

Wendy bajó de su espalda dejándolo confundido, se puso frente a él y le miró fijamente. —¿Quién no podría aceptarte? —rio encantadoramente. Hoseok suspiró y la tomó de las mejillas sin dejar de mirar sus ojos fijamente, Wendy cerró los ojos y paro sus trompitas, así hasta que fue besada, de una forma tierna, como sólo Hoseok podía hacerlo, sintió su corazón explotar de felicidad, porque cada momento a su lado era memorable.

—Te amo—susurró con los labios temblorosos, bajando de aquella nube de emociones que lo elevaba cada que estaba a su lado.

—Te amo—respondió con un suspiro—. Hay que contar estrellas esta noche.

—Hecho.

—Sostente bien—dijo Jungkook maniobrando la bicicleta, Taehyung que estaba sentado en el maniobro asintió temeroso.

Ambos habían decidido tomar una de las bicicletas para llevarlas al lago, querían tener un paseo romántico como en las películas, Jungkook intentaba por todos los medios distraerse de las semanas de estrés que había sentido y de las noches de insomnio que había presentado por los resultados y Taehyung quería hacerle pasar un buen momento, porque sabía que estaba nervioso, pero no estaba seguro de hasta qué nivel.

—Wiiii—rio encantado.

Fueron los primeros en llegar al punto de encuentro, por lo que Taehyung bajó y se sentó en la banqueta al lado de Jungkook, estaba nervioso y no falto mucho tiempo para que su alfa lo notara.

—¿Pasa algo? —preguntó curioso.

—Nop—negó al momento que metía una de sus manos a su chaqueta—. Pero, bueno, hay algo que quiero darte.

—¿A mí? —preguntó con una enorme sonrisa—. ¿Por qué?

—¿Un regalo necesita un por qué? —bufó al tiempo que sacaba una caja negra, era pequeña, los ojos de Jungkook se abrieron en demasía.

—¿No se supone que quien debe pedirte matrimonio soy yo? —balbuceo nervioso, estaba seguro de que en esos momentos sus mejillas estaban completamente rojas.

—¿Quién dice? —rio de su reacción—. Pero no, no te estoy proponiendo matrimonio—abrió la caja mostrando dos brazaletes, uno color oro y otro plata, sacó el plateado y tomó su mano—. Es un regalo, bueno, quiero que simbolice que pase lo que pase estaremos juntos, quiero que, aunque la vida no llene de sorpresas y momentos desagradables prometamos que sin importar nada, nosotros estaremos juntos. Que nuestro amor será capaz de sobrevivir a todo—le puso el brazalete—. ¿Te parece bien?

Jungkook sonrió, sacó el brazalete color oro y se lo puso. —Hoy es un brazalete, pero prometo que pondré un anillo en tu dedo, uno que se vea hermoso como tú, Taehyung te amo, desde que somos niños te he amado y te amaré hasta el último momento de mi vida, sin importar nada, prometo estar a tu lado y cuidar de este amor, es una promesa de oso.

Estaban por sellar aquella emocionante escena con un beso, cuando escucharon aplausos, se volvieron para ver a Jimin aplaudiendo, los chicos habían llegado y ellos se pusieron rojos de la pena.

—Mi hermanito es tan romántico.

—Maldito cisne psicópata entrometido—bufó Taehyung.

—Cuervo baboso.

—Tu culo está baboso.

—Y el tuyo parece una montaña—gruñó.

—Bueno gracias—rio con suficiencia.

—Dejen de pelear y vámonos—dijo Jin con sus lentes de sol que iban a juego con los de Namjoon.

La tarde se llenó de risas y juegos, mientras Jin y Yoongi hacían parrillada, Jungkook y Namjoon intentaban pescar algo, mientras que Jimin y Taehyung jugaban en el agua como dos patos en pleno verano, sin importar que esta estuviera fría, Hoseok y Wendy levantaban el campamento.

Por un momento todos olvidaron la razón por la que fueron a ese lugar, quisieron dejar de lado el estrés y la incertidumbre, las noches sin dormir y los días de intenso estudio, en lo único que pensaban era en divertirse y disfrutar de ese día, siendo jóvenes y libres, porque ese momento no volvería, se quedaría en el interior de sus memorias, la cual atesorarían por el resto de sus días, porque no importaba a dónde los llevara el destino, porque ese momento era único y mágico.

Rieron hasta que sus estómagos dolieron, comieron hasta que estuvieron llenos, cataron y prendieron una fogata, porque su amistad era lo único que les importaba en ese momento.

—Creo que es hora—suspiró Jin—. Ellos debieron haberlos subido a la página.

—Ay Jin como te gusta arruinar la diversión—bufó Jungkook sintiendo de repente que se ahogaba.

—Es mejor hacerlo ya—asintió Hoseok.

Los ocho sacaron su celular, donde verían los resultados, contuvieron la respiración, en esos momentos un sinfín de emociones y pensamientos llegaban a sus mentes, sus manos temblaban y estaban seguros de que en cualquier momento vomitarían.

—Pase—dijo Namjoon rompiendo con la tensión.

SeokJin le sonrió y le abrazó. Los chicos le felicitaron, aunque no estaban sorprendidos. Cada uno miró sus resultados. Hoseok rio al igual que Wendy, cuando se miraron asintieron y se abrazaron cayendo en la tierra.

—Okey, tres de ocho—susurró Jin—. Van cisnes.

Los hermanos estaban a punto de llorar. —¡Pasamos! —soltaron al mismo tiempo.

—Yo también—asintió Jin antes de soltar una carcajada, Namjoon le miró con una sonrisa.

La emoción emanando de sus amigos le tenía lleno de angustia, miraba sus ojos llenos de vida y eso le causaba pesar, porque en esos momentos él estaba cayendo un foso profundo, uno del que posiblemente nunca saldría, la decepción y la frustración hizo que bajara la mirada.

—¿Pasa algo Kook? —preguntó Taehyung a su lado llamando la atención de los demás.

Los chicos le miraron curiosos. Jungkook aguantó hasta donde pudo, pero sus lágrimas clientes e impotentes salieron de sus ojos alarmando a sus amigos, era algo que esperaba, pero verlo, le destrozo por completo.

—¿Paso algo Kookie? —pregunto SeokJin con ternura, anticipando lo que sucedería.

—Lo que pase puedes decirnos—le siguió Yoongi con seriedad.

—Si—dijo Namjoon extrañado de verlo así.

—No lo logré—susurró negando, encogiéndose hasta que se hizo pequeño—. No lo hice.

—¿Que no hiciste Jungkook? —preguntó Jimin preocupado.

—No pase el examen nacional—susurró—. No entraré a la universidad.

Se quedaron en silencio, de repente la celebración se llenó de un sentimiento de tristeza y angustia, porque ninguno podía estar feliz sabiendo que su amigo estaba sufriendo, Taehyung lo tomó de la mano y lo abrazó llorando a su lado, todos observaban a su pequeño alfa osito llorar hasta que sus mejillas y nariz se tornaron rojas.

—Está bien Kookie—dijo Jimin con angustia—. Puedes tomarlo en un año y nosotros te ayudaremos a estudiar.

—No puedo—sollozo escondiendo la cabeza en el cuello de Tae.

—Si puedes Kook—alentó SeokJin—. Es jodido, pero no te puedes rendir, lo vas a logar.

—Vernon no me lo permitirá, si fallaba el examen él no dejaría que lo hiciera el próximo año.

—Disculpa Tae—dijo Wendy con una mueca—. Pero él no puede decirte si puedes o no hacerlo, ese es tu futuro.

—Puede—asintió temblando.

—No Kook y no dejaremos que lo haga—bufó Hoseok.

—Tú me dijiste Jungkook, que no estaba solo, y hoy te digo que no estás solo, nos tienes a nosotros—dijo Namjoon preocupado.

—Además Kookie—dijo Yoongi quien había mantenido el silencio, todos se volvieron a mirarlo—. No harás el examen solo.

—¿Qué? —susurró con un puchero.

—Tampoco pase, me faltaron diez puntos—se encogió de hombros, aunque sus ojos demostraban tristeza.

—Mierda voy a llorar—dijo Hoseok.

Jimin se acercó a Yoongi y le abrazo, pronto aquella fogata se llenó de lágrimas, los ocho se abrazaron con fuerza, Namjoon intentaba ocultar sus ojos rojizos, pero todos sabían que también los acompañaba en ese mar de lágrimas.

—Este no es el final—dijo SeokJin—. Porque, aunque nos cueste, aunque unos vayan más adelante, el tiempo es perfecto y sabio, yo sé que lo lograremos, cumpliremos nuestros sueños y volveremos aquí a reír, porque este será un recuerdo triste, pero lo que nos ayudó a seguir.

Yoongi abrazó a Jungkook y le sonrió. —Vamos osito panda, hagamos un mejor esfuerzo el próximo año.

—Con ustedes no me siento fracasado—rio a pesar de las lágrimas.

—¿Bromeas? ¿Fracasado tú? Ya quisiera tener tu habilidad de cantar—negó Jimin.

—De bailar—asintió Hoseok.

—Socializar—agregó Namjoon.

—De musculatura—bufó Yoongi.

—Ya quisiera tener tu ingenio—chasqueo Jin.

—Habilidades en artes marciales—sonrió Wendy.

—Tú alma Kookie, eres una de las razones por las cuales todos seguimos siendo amigos—Taehyung le besó la mejilla.

—No somos ni seremos fracasados—rio Jimin—. Somos chicos, que están aprendiendo y que van a volar lejos.

—Si estamos juntos podremos hacerlo. ¿Promesa? —les miró Hoseok.

—Promesa—asintieron todos—. Cumpliremos nuestros sueños por más lejos o cansados que estemos.

—Lo haremos—susurró Jungkook sintiendo el amor de sus amigos, lo que él necesitaba.

A la mañana siguiente cuando se despidieron, todos acordaron recordar aquella promesa, la de cumplir sus sueños, Jungkook realmente creyó que lo cumpliría, estaba decidido a estudiar y lograrlo, con ese mismo entusiasmo llegó a su casa, sin recordar que sus padres también tenían su clave para entrar a ver los resultados, tontamente se las había dado.

—Llegue—dijo dejando su mochila en la entrada, se quitó los zapatos y caminó a la sala, en donde estaba Vernon sentado leyendo un libro—. ¿Y papá y Yugyeom? —dijo nervioso.

La mirada que le dio Vernon es algo que jamás olvidaría. —No están, siéntete Jungkook.

Por miedo se sentó. —¿Dónde están? —susurró a punto de ponerse a llorar, lo sabía, su padre estaba enterado de su fracaso.

—Tú padre en su trabajo y tu hermano en la escuela—dijo con una mueca—. Tú y yo vamos a hablar.

Entonces lo noto, el cinturón de cuero que estaba al lado de él, no lo evitó, se congelo a la par que sus lágrimas resbalaban por sus mejillas. Estaba jodido y nadie estaba ahí para ayudarlo.

Porque a unas calles de distancia Yugyeom caminaba de la mano de una linda omega, a la cual su alfa repudiaba, sintió aquel aroma característico, uno que lo volvía loco, por eso paró y tomó a la chica entre sus brazos, dándole un beso en los labios, con los ojos abiertos miró detrás de ella, donde unos ojos castaños miraban destrozados, su corazón se partió en miles de pedazos al ver a BamBam correr lejos.

—¡Eres un idiota! —gruñó sin soltarlo del cabello.

—¡Maldito cisne idiota! ¡Nunca serás mejor que yo!

Ni Jimin ni JeongHan sabían cómo es que habían llegado a ese momento, tampoco cuando cayeron a la fuente que tenía un letrero de no pasar, mucho menos cuando el oficial estaba por separarlos y ellos lo lanzaron al aguda. No supieron cómo llegaron a ese, hasta que no estuvieron arriba de la patrulla.

Yoongi estaba componiendo algo, tenía la idea loca de hacer una canción sólo para Jimin, algo que le pudiera dar en su aniversario, estaba sonriendo mientras escribía la melodía, así hasta que alguien interrumpió, se quitó los audífonos y miró a su padre, quien le observaba con seriedad.

—¿Pasa algo papá?

—Yoongi tenemos que hablar. Es importante hijo—respondió con un suspiro.

—¿Es algo malo? —preguntó temeroso.

—Sí—asintió con una mueca.

Yoongi jamás se sintió más preocupado, porque sabía que algo no andaba bien y ese podría significar el principio de algo que no estaba listo para vivir. 

CONTINUARÁ

Hemos llegado al final de esta primera entrega de una serie de libros que espero les encante.

No saben lo agradecida que me siento de todo el apoyo que me han dado y que le han dado a esta historia, lo que comenzó como un proyecto desinteresado se ha vuelto en mi mejor obra.

Sé que muchos de ustedes amaron este historia y a sus personajes.

💥💛HOY LLEGAMOS A LAS 500K LEÍDAS💛💥

Esto es un sueño para mí, de verdad no saben lo mucho que estoy llorando por terminar a mi bebé después de un año cinco meses.

Gracias amores. Los amo demasiado.

Está bebé tendrá una segunda temporada que estaré subiendo después de octubre, espero que la lean cuando este arriba, espero que la amen tanto como amaron esta.

Porque aún tendremos más del cisne psicópata, el osito panda, el León dormido, el jaguar repostero, el pato desabrido y el zorro con fetiche a ser golpeado.

Muchos más personas y más historias.

Gracias 
Con mucho amo Mardy
🦢🖤🐯

Fecha de inicio
03/Febrero/2020

Fecha de término
08/Julio/2021

PD. Las preguntas se estarán subiendo progresivamente, así que nos quedan más risas por el momento.

Los amo, nos leemos en otras historias.

Esperen la segunda parte

🖤