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Capítulo sensible, si no quieres leer, te recomiendo que te pases de este capitulo y nos leemos en la próxima actualización. 

Miró la escena frente a sus ojos, sus padres, su hermano mayor y hermana menor mirando la televisión, riendo juntos, después de la cena de habían sentado allí a disfrutar un momento en familia, pero parecían olvidar que algo faltaba o, mejor dicho, alguien. Empuñó las manos y subió de nuevo a su habitación, sus ojos estaban rojos, ardían, dolían, aquel sentimiento se expandió completo en su pecho, cerró la puerta y se encaminó a su escritorio, sobre este estaban esparcidas las guías que Namjoon me había hecho el favor de prestarle por el fin de semana.

—No puedo entenderlo—susurró mirando aquellas formulas, se las habían explicado hace dos días, pero él, simplemente no las sabía.

La frustración se apoderó de su cuerpo, comenzó a morder su labio inferior con fuerza, dejando que aquellas lágrimas saladas rodarán por su mejilla, estaba molesto, estaba cansado y sobre todo estaba herido.

Escuchó a su familia riendo abajo, eso le hizo bajar la mirada hasta sus manos. ¿Qué estaba mal con él? ¿Por qué no lo querían? ¿Por qué le hacían eso?














Hoseok estaba angustiado, evitó el tema y hablar de ello por días, pero la culpa simplemente le estaba carcomiendo la conciencia, se sentía el peor alfa, se sentía el peor novio y el peor ser humano sobre la faz de la tierra. ¿Cómo fue posible haber caído de esa manera? La incertidumbre se estaba apoderando de él. Ni siquiera podía dormir de lo mortificado que se encontraba, para él nada tenía sentido, jamás había visto a Tae como un omega, para su mente y corazón siempre existió Wendy y sería así hasta el final de sus días, porque el destino los había juntado, la amaba, no sólo porque sus animales interiores se habían elegido, sino porque era la chica más hermosa del universo, divertida, extrovertida, que demostraba pasión en todo lo que hacía, carismática, empática y preciosa, Hoseok estaba perdidamente enamorada de ella, era por esa razón, que se sentía terrible.

A pesar de eso, entró a la escuela, sus padres le habían prohibido seguir faltando, estos sabían lo que había hecho, le tranquilizaron diciendo que tal vez en el calor del celo su alfa se había confundido y al oler el aroma de un omega en celo, pudo caer, pero no fue lo suficientemente fuerte como para seguir. Eso no lo hizo sentir mejor, sino peor, no sólo falló a Wendy, sino que su estúpido alfa estaba por aprovecharse de Taehyung, su pequeño amigo. Merecía un golpe.

Sus padres le dijeron que lo mejor que podía hacer era decir la verdad, hablar con Wendy y esperar que ella entendiera la situación, aunque lo dudaba, él mismo había estado en ese lugar, y el dolor era el mismo. No quería herirla, pero tenía que decirle la verdad, ser honesto y afrontar las consecuencias.

Aquella mañana se dirigió al patio central, donde se daría una pequeña ceremonia para conmemorar el aniversario del instituto, perdería las primeras clases, pero eso estaba bien, así retrasaría verla. Llegó y se paró en la fila de su salón, debido a su altura estaba en los últimos lugares, un poco más atrás se encontraban Namjoon quien al parecer no se dio cuenta de su presencia.

Apretó la manos y la mandíbula, estaba nervioso, sobre todo, cuando su vista se dirigió a la de las chicas de su clase, fue ahí que se dio cuenta de que Wendy le miraba, al tiempo que le sonreía y saludaba con la mano, él correspondió haciéndolo de forma tensa, unas filas después estaba Taehyung y Jungkook, ambos jugando mientras el evento comenzaba, cuando el cisne se dio cuenta de su mirada, sus ojos se encontraron y vio como su sonrisa se desvaneció y su rostro se volvió pálido, él mismo desvió la mirada, estaba intentando tragarse ese nudo en la garganta, pero le era imposible.

Entomces su alfa comenzó a tener miedo, quería salir huyendo de ahí, negar lo que había pasado, retroceder el tiempo, estaba enfermo ante la idea de tener que confesar lo que hizo mal, él que siempre había tratado de mantener distancia con aquellos dramas innecesarios, quien sabía lo que dolía que la persona que amabas besara a un amigo, lo vivió con Yoongi.

—No pienses mucho—dijo el chico de adelante, le miró con una ceja alzada.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Ese es el recado que Yoongi me ha dicho—respondió señalando con la cabeza hacia adelante, a donde su amigo se encontraba mirándolo con compasión.

Siempre confiaría en Min Yoongi, porque era su mejor amigo, por eso, fue la primera persona a la que acudió desesperado, este le dijo que tenía que hablar y que todo estaría bien, que no era su culpa, no estaba consciente, pero eso no pudo hacerlo sentir mejor. Asintió hacía él, este se miraba más pálido de lo normal debido a los colores del uniforme formal, le dio una ligera sonrisa, tranquilizando su preocupación.

Agradeció cuando el evento comenzó, intento prestar atención, pero era imposible, sudaba frío a medida que el tiempo pasaba, aplaudía cuando tenía que hacerlo, hacía reverencia viendo a los demás hacerlo, pero, aunque su cuerpo estaba presente, su mente caía en un foso sin fondo. Aunque sabía que era patético tener miedo, que debía ser valiente y afrontar sus errores, no quería hacerlo, estaba temblando internamente, sentía tanta vergüenza, que esta se instauraba en su pecho, haciéndolo sentir tan mal. El evento terminó demasiado pronto para su gusto, lo supo porque sus compañeros comenzaron a dispersarse, debían llegar a clases, algunos lo hacían de forma más lenta, él era uno que estaba intentando correr, pero sus piernas fallaban.

—Hola amor—dijo la rubia pequeña que se paró justo frente a él, su sonrisa le hizo contener el aliento, era preciosa, y aquellos ojos brillaban al verlo, tragó en seco—. Fue mucho tiempo sin verte, te abrazaría, pero allá están los prefectos—suspiró—. Tenemos que hacer algo esta tarde....Hobi, cariño ¿Me estás escuchando?

—¡Hobi volviste! —escuchó a lo lejos la voz de Jimin, pero no se volvió a comprobar de dónde provenía, sus ojos seguían fijos en los de Wendy.

No podía apartar la mirada de ella, sus labios se secaron, la culpa estaba carcomiendo sus entrañas, no era bueno mintiendo, nunca lo fue, así que, sin pensarlo, sin siquiera poder conectar su mente con su cuerpo susurró.

—Besé a Taehyung cuando estábamos en celo—dijo con voz contenida.

Wendy se quedó quieta, pudo ver como su sonrisa, que segundos después la hacía brillas, se apagaba hasta convertirse en una mueca confusa. Su alfa chillo al sentir como el omega de Wendy lloraba, fue entonces que se dio cuenta de lo que hizo, y sus ojos se agrandaron, boqueo, intentando arreglarlo, pero...ella ya estaba llorando, sus ojos se llenaron de lágrimas que después se desbordaron. Hoseok pensó que intentar arreglar las cosas con ella era su prioridad en ese momento, pero descubrió que las cosas no eran tan sencillas.

—¿Besaste a mí omega? —la voz clara y conocida hizo eco en su cabeza.

Se volvió para ver a los chicos cerca, Jin, Jimin, Namjoon y Yoongi observaban todo en silencio, pasmados, Taehyung estaba justo detrás de Jungkook con los ojos abiertos, sus labios comenzaron a temblar, sabía que en cualquier momento se pondría a llorar, Jungkook le observaba furioso.

—Lo siento, fue cuando estaba en celo, yo no pude controlarlo, pero paré cuando supe lo que estaba sucediendo, no fue nada yo...perdón.

Jungkook entrecerró los ojos, miró a sus espaldas. —¿Eso es verdad? ¿Hoseok y tú se besaron? —preguntó consternado, completamente indignado, la furia poco a poco se estaba apoderando de él, porque tal vez era eso lo que necesitaba para finalmente explotar.

—Jungkook...

—Responde—dijo con seriedad, empuñando las manos.

—Sí...pero...—no espero a que esté terminada de hablar, volvió su vista a Hoseok quien observaba todo mortificado.

—Lo siento...no pensaba en esos momentos y....

—Yo te haré pensar—gruñó entre dientes Jungkook antes de lanzarse encima de él.

Todo estaba sucediendo en cámara rápida, como aquellas películas de bajo presupuesto, en donde no podías ver desde qué ángulo se realizaban las acciones, en un segundo tuvo a Jungkook sobre él, golpeando su rostro, era fuerte, demasiado, no pudo defenderse, cuando lo intentó se dio cuenta que era imposible, alrededor era un caos, entre más fuerte era el golpe, más sentía que lo merecía.

—¡Jungkook déjalo ya! —la voz de Wendy no lo paró.

Porque después de dos golpes, Jungkook ya no veía a Hoseok, ya no era su amigo a quien golpeaba, era a su padre, era a su hermano, era a la maldita escuela y era a él mismo, sus dientes estaban juntos, apretados con fuerza, sus lágrimas caían por su rostro, estaba rojo del enojo, su alfa temblaba dentro de él queriendo salir, deseaba destrozar a quien estaba bajo él.

Sentía manos en su cuerpo, las cuales alejaba sin miramientos, las voces de sus compañeros, la voz de Taehyung quien le pedía que parara, todo eso dejó de importar, estaba enojado, no podía detenerse, no quería hacerlo.

—Jung...kook....por favor....basta—susurró Hoseok sintiendo el sabor de su sangre en la boca.

Eso fue lo que lo hizo parar, con el puño en el aire comenzó a detenerse, ayudó que Namjoon lo tomara fuertemente de los hombros y lo tirara al suelo, sobre él se colocó Yoongi. Incluso así intentó removerse, seguir con su cometido, la adrenalina y el calor de su cuerpo sólo aumentaba.

—¡Basta! —la voz de mando de Namjoon resonó, y él paró, porque aquel alfa león era mayor y más fuerte.

—¡Jeon Jungkook, a la oficina del director, lleven a Jung a la enfermería.

Jungkook miró entonces lo que había pasado alrededor, Jimin, Jin y Wendy estaban alrededor de Hoseok, quien se mantenía muy quieto en el suelo. Taehyung estaba parado mirándolo con los ojos llenos de lágrimas.

—¿Jungkook? —preguntó Yoongi—. Jungkook haz que tu alfa retroceda, vamos amiguito, puedes hacerlo, tienes que tranquilizarte.

Parpadeo confundido, porque no podía ver lo que los demás veían, como sus ojos estaban negros, respiraba con dificultad. De pronto se dio cuenta de lo que había hecho, había atacado a su amigo y casi no logra detenerse.














Hoseok sentía como si cada músculo de su rostro hubiese sido golpeado con un martillo, hizo una mueca cuando intento abrir los ojos, su boca estaba seca, sentía ganas de gemir y ponerse a llorar, cuando se acostumbró a la luz, supo que estaba dentro de la enfermería.

—Despertó el zorrito—escuchó la voz de Yoongi que provenía de alguna parte, esta no tenía el típico tono sarcástico, al contrario, parecía estar aliviado.

—Yo...—susurró.

—No hables—dijeron a su lado tomando su mano con fuerza.

—Wendy—se volvió a verla tan rápido que se mareo, sus ojos tardaban en enfocar, lo que le dificulto mirarla con claridad—. De verdad yo lo siento, no, sé que o tengo escusas, pero, te juro que no lo pensé, es mi culpa, Taehyung no tiene nada que ver y...

—Basta—dijo esta con determinación—. Tendremos tiempo para hablar, no ahora, estas demasiado herido.

—Ese mocoso—dijo entre dientes—. Golpea muy duro.

—Jungkook no estaba bien—dijo Jimin con una mueca, este estaba sentado en una de las sillas, mordiendo sus uñas hasta la cutícula—. No fue normal.

—Claro que es normal—respondió Yoongi—. Ellos tienen una marca Jimin, su alfa debió estar furioso, pero esa no es justificación, pudo....haberle hecho demasiado daño a Hoseok, más del que le hizo, tu rostro entero parece un moretón, es mejor que tus padres te lleven a un doctor, parece que tu nariz está un poco chueca.

—¿Dónde está él? ¿Y Taehyung? —preguntó con una mueca, a medida que despertaba su rostro dolía más.

—Está en la oficina del director, su padre está aquí, Jin y Namjoon están allá, Taehyung, bueno él se encuentra afuera, pero no quiere entrar, sólo...mierda, esta situación es una mierda—negó Yoongi con los brazos cruzados.

Wendy se levantó, pero Hoseok le apretó la mano, ella le observó con una media sonrisa, estaba experimentando un sinfín de emociones que no tenía tiempo de procesar, sobretodo porque necesitaba estar enfocada en Hoseok y en su recuperación.

—Te voy a traer agua, ya vuelvo—dijo quitando delicadamente su mano.

Salió de aquella habitación, necesitaba pensar por unos momentos, pero la presencia de alguien más hizo que se detuviera, Taehyung estaba recargado en la pared, con su labio entre sus dientes y sus ojos acuosos, quería estar molesta con él, pero en vez de eso, sintió pena, ya una vez había estado en sus zapatos, comprendía el dolor y la culpa, por lo que no dudó ni un segundo en acercarse a él, al escucharla, Taehyung levantó la mirada. Sus ojos demostraron el dolor que estaba sintiendo en esos momentos, su marca estaba ardiendo, todo estaba mal y él se encontraba confundido, y con un enorme peso en sus hombros.

—Hoseok está bien—dijo ella sin dejar de mirarlo—. No te atormentes, posiblemente sólo le dolerá algunos días, pero está bien.

—Lo siento—dijo con voz temblorosa, dejando escapar sus lágrimas.

Wendy suspiró, se acercó a él, Taehyung se encogió pensando que esta lo golpearía o que le maltrataría, pero en vez de eso sintió sus brazos menudos rodeándolo, con lentitud devolvió aquel abrazo, escondió su rostro en el cuello de la omega y comenzó a llorar, estaba asustado, no sabía lo que sucedería después de ese día, nada lo había preparado para ello.

—Sé que piensas que no, pero todo se va a solucionar.

—¿Cómo? —susurró con los ojos apretados.

—No lo sé—suspiró—. Pero lo hará, lo prometo.

Pero su marca le decía que no, que nada de lo que estaba pasando estaba bien y que posiblemente no habría forma de arreglarlo, quería correr hasta donde estaba su alfa, pedirle perdón y que lo abrazara, pero no se sentía preparado, había algo que lo repelía y eso fue lo que más le aterró.

SeokJin estaba a punto de hacer un hoyo afuera de la oficina del director, Namjoon estaba recargado en la pared con los brazos cruzados, mirando hacía el piso. Los dos habían decidido ser quienes siguieran a Jungkook con el director, no habían podido hablar con él porque el prefecto se los impidió, pero permanecieron ahí cerca, a pesar de que los mandaron a sus clases, incluso miraron al padre de Jungkook llegar, Vernon no estaba contento, por lo que no se acercaron.

—¿Crees que se encuentre bien? —preguntó preocupado.

—No lo sé—se encogió de hombros Namjoon—. Aunque no entiendo del todo su actitud, ellos sólo estaban reaccionando conforme a su naturaleza, no es anormal que un alfa y un omega se atraigan, más si ambos están soltando feromonas de apareamiento.

—Namjoon ellos tienen pareja, es imposible que no se enojen por esto, ¿A ti te gustaría que buscara a otro alfa en mi celo? —preguntó con una ceja alzada—. Yo sé que a mí no me gustaría que tu buscaras a otro omega—Namjoon entrecerró los ojos, pensativo. SeokJin suspiró recargándose en la pared a su lado—. Jamás había escuchado tu voz de mando, eso fue...interesante—SeokJin no quería demostrar lo mucho que eso le había emocionado.

—¿Voz de mando? Puede que te hayas equivocado, yo no tengo voz de mando—dijo consternado.

—Claro que la tienes, todos los alfas la tienen—bufó rodando los ojos—. No entiendo por qué te crees único y diferente.

—Realmente no entiendo de qué estás hablando—chasqueo la lengua—. A veces dices cosas raras.

—Bueno en eso nos parecemos—rio por lo bajo.

Se quedaron en silencio unos momentos, Namjoon se encontraba pensativo y SeokJin demasiado preocupado como para centrarse en su alfa.

—No—dijo Namjoon después de unos momentos.

—¿No qué? —le miró confundido, pero este no levantó la mirada.

—No me gustaría que buscaras a otro alfa en tus celos, no—negó con una mueca.

SeokJin rio asintiendo. —No te preocupes, no planeaba hacerlo.

—¿Crees que si uno de los dos no tiene celo aun así puede ayudar al otro?

—No sé—dijo con una risa nerviosa—. Supongo que debe haber una manera.

—Podríamos intentarlo ¿No? Un experimento.

—Podríamos hacerlo—asintió nervioso—. Probar en el celo de alguno.

—En el tuyo ¿No? Es mejor, ver si funciona—dijo con nerviosismo en la voz.

—Por mí no hay problema—rio por lo bajo con las mejillas sonrojadas.

—Entonces podríamos intentarlo en tu próximo celo—se encogió de hombros.

—Buena idea—asintió mordiendo su labio inferior.

Aquella conversación fue interrumpida por el sonido de la puerta del director siendo abierta, eso los puso atentos, miraron como el señor Jeon salía siendo seguido por Jungkook quien mantenía su cabeza abajo.

—¿Jungkook? —preguntó Jin, pero este no dio señales de querer responder, tan sólo siguió a su padre en silencio—. Esto no está bien, espero que Vernon no sea muy duro con él.

—Jungkook debe estar muy triste—suspiró Namjooon.

Ninguno de ellos se equivocaba, Jungkook siguió a su padre en silencio hasta el estacionamiento, subieron al auto en completo silencio, ninguno dijo nada en el camino, era como si sus voces se hubiesen quedado en la oficina del director, Jungkook estaba seguro de que había arruinado todo, la presión en su pecho y el aura que desprendía su padre se lo aseguraba, fue el camino más largo que alguna voz hubiese tomado, a pesar de que su casa no se encontraba tan lejos. Cuando llegaron, bajaron con el mismo silencio, Vernon fue el primero en entrar, Jungkook no se esperó lo que sucedió cuando él cruzo la puerta.

El golpe en su espalda fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo desestabilizarse, miró a su padre con los ojos llorosos, mientras que Vernon lo intimidaba con la mirada, hay cosas que se quedaban grabadas para siempre en la mente de una persona, y para Jungkook esa era ver a su padre levantar el brazo y darle una fuerte bofetada en la mejilla derecha, escoció tanto que su rostro se volvió hacía el lado contrario al golpe, tembló, con el nudo en su garganta subiendo impidiéndole sollozar adecuadamente, sólo le atragantó.

—¡¿A eso es a lo que vas a la escuela?! —gritó furioso—. ¡No das más que problemas Jungkook! ¡Toda tú maldita existencia es un puto problema!

No pudo responder a eso, porque lo sabía, estaba completamente seguro de que toda su maldita existencia era un problema para las personas que lo rodeaban, lloró en silencio, cosa que molestó aún más a Vernon, quien le dio otro golpe en la espalda.

—¡Responde y deja de llorar! —soltó sin poder contenerse, dando más golpes a su cabeza—. ¡Ya no eres un niño Jungkook! ¡Deja de llorar!

Pero no podía, no dejó de llorar, al contrario, el llanto aumentaba, su padre estaba cada vez más furioso y no dejaba de golpearle, repitiendo las mismas palabras, unas que se clavaban en su pecho y mente.

—¡Eres un inútil! ¡Nada puedes hacer bien! ¡¿Por qué no eres como tu hermano?! ¡Sólo causas problemas! ¡Eres un problema!

Sintió un golpe que le hizo caer, su labio comenzó a sangrar, fue ahí que por fin su padre se detuvo, él estaba pasmado, mirando a la nada, muy quieto, había dejado de llorar, sólo dejó de existir por un momento.

—Vete a tu habitación, no quiero verte—dijo antes de desaparecer por la puerta de la entrada.

Jungkook comenzó a temblar, la misma palabra se reproducía una y otra vez en su mente "Eres un problema" no pudo más, se levantó lentamente, su rostro y espalda dolía por los golpes de su padre, este nunca le había pegado, siempre le había levantado la mano, pero terminaba siendo una amenaza, pero ese día, lo había arruinado todo, el dolor no se iba, no lo haría jamás. Fue a la cocina y tomó lo único que en ese momento podía aligerar el dolor, con aquello en la mano que pesaba como miles de piedras, subió las escaleras, no dejaba de temblar. Llegó a su habitación y se encerró.

Al instante cayó en el piso de espaldas a la puerta, llorando como nunca lo había hecho, ahora lo entendía, era un problema, uno que tenía que ser arreglado, estaba mal, defectuoso, no era más que un estorbo, porque no encajaba, porque las personas que debían amarlo le dejaban de lado, porque arruinaba todo lo que tocaba, no valía nada.

Su vida no valía, estaba harto, cansado de vivir, de intentarlo y fallar, porque no importaba las cosas que hacía bien, bastaba con un error para despertar el desprecio y la furia de quienes estaban a su lado. Jamás lo lograría, por más que se esforzaba, no encontraría palabras amables de su familia, no celebrarían sus cumpleaños, su padre llegaba tarde a cada uno de ellos, no le celebrarían sus logros, porque al igual que él, no eran suficientes.

Siempre habría alguien que lo hiciera mejor, estaba tan cansado, sus hombros pesaban, su corazón dolía, estaba decidió, no podía más, no quería soportarlo, levantarse por las mañanas le era tan difícil, lloraba cada que se enfrentaba la vida, donde no era nadie.

No era buen estudiante, no era el mejor de los amigos y se acababa de dar cuenta de que no era el mejor alfa, tal vez por eso su omega había buscado a alguien más. ¿Por qué no lo querían? ¿Qué había de malo en él? ¿Por qué se sentía tan sofocado? ¿Por qué no había nadie que le dijera que lo estaba haciendo bien?

El dolor emocional se volvió físico, cuando sus manos fueron marcadas por primera vez, el ardor iniciar le llevó una corriente eléctrica a todo el cuerpo, su piel se volvió roja, su llanto se ahogó dentro de un río rojo, sin embargo, aunque tenía aquella hoja donde el pulso tocaba su piel, no pudo culminarlo, lastimado, alejó aquella afilada hija, mirando con vergüenza el daño que ya estaba hecho. ¿Ha eso se había reducido su patética existencia?

Se levantó yendo a su baño, se metió en la regadera fría, sentándose en las baldosas, escondiendo su cabeza sobre sus piernas.

—Por favor, haz que pare, te lo suplico, déjame descansar, estoy muy cansado. Ya no puedo más—sollozo sabiendo que nadie lo escucharía, que sus lamentos morirían en la nada.

Porque algunas personas estaban hechas para algo grande, porque para algunos era sencilla la felicidad y obtener reconocimiento, él no quería nada de eso, no lo necesitaba, lo único que le importaba, lo único que quería era amor. Quería que alguien le dijera que estaba bien, que no era un fracaso y que estaba haciendo su esfuerzo, el cual valía completamente la pena, pero estaba solo y nadie podía escucharlo.

—Ya no quiero, ya no, por favor, sólo haz que deje de doler ¿Qué hice? ¿Por qué no me quieren? ¿Qué hay mal conmigo?

Aunque sentía frío, dejo que el agua cayera sobre su cuerpo, escondiendo la cabeza en sus piernas, cerrando los ojos, sollozando con fuerza, hasta que su garganta comenzó a doler, golpeando sus piernas y cabeza, el dolor le mantenía despierto, pero poco a poco la fuerza fue disminuyendo, quedándose quieto. Escuchó como abrían la puerta, como llamaban su nombre, pero no pudo responder, sus ojos pesaban, entonces, aquellas manos tomaron sus hombros haciendo que su cabeza se levantara.

Yugyeom le miró alarmado. —Kookie—susurró con el entrecejo fruncido, debido a la preocupación—. ¿Qué pasó? —bajo su mirada a sus muñecas descubiertas y negó—. ¿Por qué hiciste eso?

—Duele—susurró.

—Claro que duele—dijo cerrando la llave, se volvió a hincar frente a él—. No debes de lastimarte así y...

—¿Por qué Yugyeom? —susurró con los labios temblorosos, sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas—. ¿Qué puedo hacer para dejar de ser yo? Para ser bueno como tú.

—Jungkook—sus propios ojos comenzaron a llenarse de lágrimas—. No hay nada de malo contigo.

—Entonces ¿Por qué él no me quiere? —preguntó con un alarido de dolor, exigiendo una respuesta que Yugyeom no tenía—. ¿Por qué nadie me ama? ¿Qué está mal conmigo?

—Yo te amo—susurró sosteniendo sus mejillas, sus lágrimas abandonaron sus ojos sin piedad—. Yo te amo y no hay nada de malo contigo, Kookie no, eres perfecto.

—Tú eres perfecto, eres todo lo que no podré ser—negó adolorido.

—No, Jungkook yo soy todo menos perfecto—relamió sus labios—. Por favor no, no dejes que esto pase—sollozo—. No dejes que ellos te destruyan, no Kookie, sigue luchando.

—Ya me cansé de luchar, sólo quiero que esto acabe, quiero morir—bajo la mirada.

—Pues yo no lo voy a permitir ¿Cómo puedes hablar así? ¿Cómo puedes hablar de dejarme? No, Jungkook no lo harás, porque jamás te dejaré que lo hagas, no voy a dejarte. No. Jamás. Me niego a vivir sin ti.

—Esto es tan cansado Yug—susurró cerrando los ojos—. Estoy tan herido, tan cansado, sólo queiro que termine, es todo lo que deseo, que el dolor se vaya.

—Entonces apóyate en mí, Kookie, yo cuidaré de ti, deja que cuide de ti, por favor.

—Él me pegó ¿Sabes? Siento que lo merezco, por ser un fracaso, por ser un problema.

—No eres ningún problema, era un ser humano y eres increíble Jeon Jungkook.

—Gracias por mentirme así.

—Jungkook...—le miró con dolor.

Jungkook permitió que Yugyeom lo abrazara con fuerza, que lo consolara en sus brazos, que le cuidara, que le ayudara a curarse, que le colocara ropa seca y que se acostara a su lado abrazándolo hasta que se quedó dormido, permitió eso, porque estaba tan perdido que por esa noche necesitó a alguien que lo sostuviera, porque estaba perdiendo. Estaba cayendo. 













Espero que les haya gustado, gracias.

No olviden de comentar y votar por favor. Los amo mucho 💜

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