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36

Era una tarde de domingo tranquila, la casa estaba limpia, sus hijos en sus habitaciones y su esposo esperaba en la sala a que se sirviera la comida después de haber arreglado el aspersor del jardín, aparentemente todo estaba en orden, se sentía cansado, pero comprendía que era totalmente normal. Paso por las habitaciones abriendo una de puerta color rosa, su hija Jennie estaba hablando por teléfono acostada en la cama, entrecerró los ojos, ella no debería de hablar tan temprano por teléfono.

—Jennie, almuerzo en cinco—ordenó haciendo que su hija asintiera de inmediato. Dejó la puerta abierta y caminó a la de su hijo menor.

—Jihoon baja a comer ya—dijo al niño que jugaba en la computadora.

—Okey pa.

Por último, pero no menos importante, su primogénito, este tenía la puerta abierta, cuando asomó la cabeza vio como Yoongi y Jimin estaban mirando los dibujos animados. El omega cisne, se había quedado a dormir la noche anterior y a KyungSoo le gustaba tenerlo ahí.

—Chicos ya está el almuerzo—avisó con una sonrisa.

—Muchas gracias señor Min—dijo Jimin con una encantadora sonrisa.

KyungSoo abandonó la habitación, las cosas habían cambiado, sus hijos ya no eran unos bebés, Yoongi tenía diecinueve años, Jennie tenía trece y Jihoon diez. No eran más sus pequeños, eso le llenaba de melancolía, pero los cambios eran buenos, o al menos eso era lo que quería creer.

Su vida no había sido nada fácil, sin embargo, no le gustaba victimizarse por eso, para él todo quedaba en el pasado, pero a veces, no podía evitar recordarlo. Nació en la India, específicamente en Bombay, una de las ciudades más importantes de ese país, creció en una familia de linaje puro, llena de tigres de bengala, su familia era dueña de grandes empresas, desde niño siempre tuvo todo lo que quiso, pero cuando se presentó, supo la horrible realidad a la que estaba sujeto, a los dieciséis años, recién presentado como omega, fue obligado a casarse con uno de los hijos de el socio mayoritario de su padre, un alfa de dieciocho años que lo único que le importaba era llevar una vida vanal y con excesos.

Su encuentro fue un desastre, se conocieron en la boda, ni siquiera se miraron a los ojos, ambos estaban en desacuerdo, pero no podían hacer nada. Los primeros meses siendo pareja fueron un infierno, KyungSoo no fue tocado por JongIn, este salía todas las noches para conocer otros omegas y casi no le hablaba, se sentía solo, pero estaba bien, claro que las cosas empeoraron cuando el alfa tuvo el celo.

El alfa tigre de bengala no pudo resistirse y KyungSoo en ese momento deseo que lo hubiese hecho, porque a pesar de saber lo que pasaría, nadie le había preparado para el dolor y la tristeza que significó ese primer encuentro, el alfa no fue gentil, lo lastimo de muchas maneras, pero fue la apertura para que los encuentros íntimos sin cariño sucedieran más a menudo, menos en los celos de KyungSoo, al poco tiempo y para la felicidad de su familia se enteró que esperaba un bebé, su pequeño Yoongi, el embarazo lo paso completamente solo, JongIn no se apareció hasta que Yoongi tuvo un mes de nacido, lo miró una vez y no le dijo nada.

Odiaba todo, lo único que estaba bien en su vida era su bebé, tenía dieciocho años, un pequeño que lloraba mucho y un embarazo. No estaba bien, él quería más, pero su familia le decía constantemente que estaba haciendo un buen trabajo, fue una noche donde todo cambio, JongIn lo tomó con demasiada fuerza en su celo, lastimándolo, eso hizo que perdiera al bebé, esa fue la gota que derramó el vaso, cuando salió del hospital, JongIn actuaba diferente, podía ver la culpa en sus ojos, pero ya no le importaba, sus pláticas las ignoraba, no aceptaba sus costosos regalos y no dejaba que se acercara a Yoongi.

El orgullo del alfa fue herido, una noche después de llegar ebrio quiso tomarlo nuevamente, pero para su sorpresa KyungSoo se negó, JongIn, intentó levantarle una mano, pudo haberlo golpeado, pero el llanto de Yoongi de ocho meses lo detuvo, fue esa noche que KyungSoo salió de su casa, sin dar explicaciones tomando lo que podía y yendo al aeropuerto, tomó el primer vuelo a Seoul, en el caminó llamó a su amigo Lay, un alfa que había conocido en su juventud gracias a la escuela, este le dio asilo.

Casi muere, su omega estaba mal debido a la lejanía de su alfa, la marca le dolía y Yoongi no dejaba de llorar, tuvo que comprar el mismo perfume que JongIn usaba para crearle un pequeño nido, donde ambos pudieran dormir, pasaron los meses, su familia lo buscaba pero no le importó, ya había cumplido los dieciocho años.

Trabajo en lo que pudo, como cajero en un supermercado, en un taller mecánico en donde conoció a Mark, un omega leopardo que se convirtió en su mejor amigo, este estaba casado con un alfa león, estaban esperando su primer cachorro. Ellos además de Lay le ayudaron, no pudo celebrar el primer cumpleaños de Yoongi como quisiera, pero no le importaba, estaban juntos y eso era lo único que valía en esos momentos.

Su felicidad no duró mucho cuando cierto día, un alfa tigre de bengala se apareció en el pequeño departamento que compartía con Lay, fue un desastre, no lo quería cerca, sin embargo, JongIn no se daba por vencido, al principio creyó que estaba ahí porque sus padres se lo ordenaron, pero no.

JongIn se sentía el ser más despreciable, sabía que no merecía el perdón de KyungSoo pero lo intentó, se esforzaba día con día, intentando principalmente que le dejara ver a su hijo y después conociéndolo.

Al poco tiempo, KyungSoo descubrió que JongIn no era como el chico que había conocido en Bombay, de hecho, no era nada genial, sólo un alfa torpe, con malos chistes, que le gustaba divertirse y tenía extrañas anécdotas, aceptó que estuviera cerca por Yoongi, pero ellos no eran nada, sin embargo, el alfa le estaba cortejando, le preparaba cenas, cosas deliciosas en días de campo, jugaba con Yoongi quien parecía más feliz teniendo su aroma cerca, todo estaba bien.

Entonces KyungSoo se enamoró, porque el alfa realmente había cambiado y lo comprobó el día de su celo, cuando lo tomó con cariño y cuidado, cuando lloró en su hombro pidiendo perdón y le juro amor, le hizo sentir especial y bonito, siempre le decía cosas que ayudaban a aumentar su autoestima, se fueron a vivir juntos, ambos decidieron no regresar a la India, se quedaron en Corea, JongIn trabajaba en una de las empresas de su familia que apenas comenzaba, KyungSoo hizo lo que tanto quería, asistir a la escuela, terminando por graduarse en administración de empresas, terminado por abrir su primera florería en el centro.

Su vida dio un giro cuando Jennie llegó, tiempo después lo hizo Jihoon, su relación había mejorado, siendo ambos jóvenes, pero amorosos, prometieron dejar para siempre el pasado atrás, aunque había cicatrices que no podían borrarse y lo sabían muy bien, sin embargo, KyungSoo se daba cuenta que JongIn hacía lo imposible por enmendar sus errores.

No quería que sus hijos pasaran por lo mismo, estaba seguro que Jennie sería una alfa y Jihoon un omega, a ellos los había criado para ser chicos de bien, aprendieron que el amor es respeto y sus parejas debían ser adorados por ellos, debían esforzarse por lo que querían y ser conscientes de que la vida no era fácil.

—Tengo que decir algo—interrumpió los alimentos de su familia, estaba nervioso, pero era algo que tenía que hacer—. Pues tengo doce semanas de embarazo—sacó de su pantalón una ecografía—. Miren, aquí esta.

Todos se quedaron en silencio observándolo, a su lado JongIn comenzó a ahogarse con el café.

—¡Oh, muchas felicidades señores Min! —dijo Jimin completamente emocionado con la noticia.

—Gracias Jimin.

—Yoongi, di algo—dijo el omega cisne al alfa, quien se había quedado perplejo.

—¿No es peligroso a tu edad? —preguntó con una ceja alzada.

—¡Cuál edad, si tengo treintaiséis, mocoso baboso! —respondió indignado.

—Por eso—dijo con una mueca.

—¡No quiero compartir a papá! —lloriqueó quien menos lo imaginaron, Jihoon hizo un puchero.

—Espero que sea niña—bufó Jennie con los brazos cruzados.

En medio del revuelo—un niño lloriqueando, una niña hablando de lo difícil que era tener hermanos varones y un cisne que regañaba al joven alfa por ser imprudente—, sintió una mano que rodeaba la suya con cariño, al mirar a su derecha, vio como JongIn sonreía, en la otra mano tenía la ecografía, se acercó a su rostro dándole un beso primero en la frente y después en los labios.

—Gracias amor—dijo con felicidad.

Todos callaron para ver la escena de la pareja, una que para sus hijos era perfecta, un modelo a seguir, sin saber la realidad y el camino de dolor que recorrieron para ser felices, no todas las parejas se recuperaban de aquello, porque había cosas irreversibles y lo sano era alejarse, pero ellos lo intentaron, porque sabían que tenían más que ofrecer que sólo dolor.
























—Hola—dijo SeokJin tomando asiento frente a los omegas cisnes que le sonrieron con picardía.

—No veo que tengas dificultad para caminar, así que creo que no fue un buen trabajo—negó Taehyung con fingida indignación.

—Pero, eso fue el sábado, no debería estar adolorido aún—bufó Jimin, sin comprender lo que su hermano estaba tratando de hacer.

—Jimin, Jimin, Jimin, se nota lo virginal que eres—soltó una carcajada, antes de sentir el golpe de su hermano en la nuca.

SeokJin los ignoró por completo, a veces, cuando veía a los chicos, le parecía que estaba en presencia de aquellos gemelos de Alicia en el país de las maravillas, un par de insolentes y tontos mocosos.

—No sean ridículos—rodó los ojos—. Quiero hablarles de algo.

—Cuando dices eso me entra miedo, pero bueno ¿Qué pasó? —preguntó Taehyung con una ceja alzada.

—¿Qué tan malos son los embarazos en el instituto? —preguntó con una ligera mueca.

—No lo sé, supongo que es un dolor de culo—dijo Jimin asintiendo—. Me hace recordar esa novela que papá veía en las noches.

Taehyung le miró con ojos brillantes. —¿La del embarazo en el campamento? Wooow esa historia me hizo llorar, pobre del protagonista.

—¡Yo quiero una historia de amor como la de ellos! —miró a Jin—. Un chico de instituto conoce al amor de su vida en un campamento académico, este es de otro país, tienen un romance de verano y él queda en cinta, vaya, sufre mucho, hasta que se vuelven a ver.

—Lo único que no me gustó es la pareja secundaria—chaqueo la lengua Taehyung—. Pero no son peores que esa historia sobre el rey loco que enamora a un pueblerino y le manda a matar al esposo, se ha quedado en lo más interesante, yo digo que se muere el príncipe en la guerra.

—No, yo creo que se muere el rey ¡Amo las novelas imperiales! —sonrió emocionado—. También hay otra novela donde un chico queda embarazado de su ex y el bebé habla en la panza, me dio ternura.

—A mi miedo—dijo Tae con una mueca—. Imagínate un bicho hablando en tu panza, eso no es bonito...

—¡No me importan sus estúpidas novelas! Sólo respondan—dijo cuando estuvo harto de la conversación.

Jimin se encogió de hombros. —Sinceramente Jin, tener un hijo en el instituto sería algo demasiado difícil, es obvio no, tenemos dieciocho años, no es momento de pensar en bebés, debemos de preocuparnos por las pruebas de mate o los problemas de la adolescencia, no sé, salir de citas, ir a viajes escolares, desvelarte viendo series, haciendo cosas que van a tu edad, un bebé no es un juguete, es una enorme responsabilidad.

—Estoy de acuerdo con Jimin—asintió—. Ya sé que van a decir que yo tengo una marca, y sí, fue muy pronto, pero, un bebé es otro nivel.

SeokJin asintió. —Gracias, eso lo necesito para mi clase de sociales.

—Ahora tú eres el ridículo—se burló Jimin—. Así que tuviste sexo y no usaste protección ¿Verdad?

—No lo sé—dijo con miedo.

—¿Cómo que no lo sabes? —preguntó Taehyung con una ceja alzada—. Sé que en el calor del momento uno se olvida hasta de respirar, pero no es para tanto, a menos que hayas estado muy ebrio.

—No es eso—negó con vergüenza—. Literalmente no lo sé, no estaba consciente.

Los ojos de los hermanos se abrieron de par en par, sincronizados, llevaron la diestra a sus bocas abiertas, Jimin fue quien habló primero. —¡Eso hijo de puta! ¿Te hizo algo? Debemos decirle a alguien, tenemos que llevarte a denunciar Jinnie.

—¡Oh por dios Jin, te dije que no fueras a ese lugar!

—¡Basta! —dijo en alto al darse cuenta que el par de dramáticos llamaban la atención de quienes estaban ya en la cafetería—. No es eso, no fui yo quien lo hizo, mi omega tomó el control por completo, ni siquiera recuerdo nada, fue algo incómodo.

—Vaya eso sí que es raro—dijo Taehyung con una mueca—. Menos mal no me ha pasado.

—Entre más cosas escucho, me dan menos ganas de tener sexo—negó Jimin—. Pero a ver, eso paso el sábado en la madrugada, no soy experto, pero hay pastilla para las primeras veinticuatro horas ¿No?

Taehyung asintió. —Tienes hasta antes de las setentaidos horas para tomarla, ¿Quieres que vayamos por una? Que entre Jimin y la compre.

—¡Achis yo por qué! —soltó este cruzándose de brazos—. De los tres, soy el único puro y santo.

—Siii claroooo—dijo Jin con sarcasmo—. Bueno, ya la tomé.

—Entonces ¿No deberías estar más tranquilo? —cuestionó Taehyung.

—¿Cómo quieres que esté tranquilo? Tuve sexo y no recuerdo nada, mi estúpido omega está dormido desde el sábado, tuve que pedir una pastilla de esas y tomarla, no quiero ser padre, tengo miedo.

—Vamos Jinnie—dijo Jimin con cariño—. No creo que Jaehwan te deje solo en esto.

—Bueno sí...eso ammm...es complicado—balbuceo, porque no había manera que les dijera que en realidad estaba aterrado no porque haya tenido sexo, sino porque fue con Namjoon, el alfa que lo repudiaba, quien no tenía sentimiento alguno por él, siendo que tenía novio.

—Por eso, té de ruda para la duda—sonrió ladino Taehyung.

—Eso no funciona—dijeron a la derecha, los tres miraron con los ojos bien abiertos a Wendy quien acomodaba sus cosas.

—¿Desde cuando estás aquí? —preguntó Jin sintiendo la sangre huir de su cuerpo.

—Desde que Tae dijo té de ruda para la duda, cosa que yo respondí que no funciona si no se agregan otras hierbas—se encogió de hombros—. Además, no deberían de usar eso, es muy peligroso, puede salir algo muy mal, no hagan eso.

—¿Tú cómo sabes eso? —preguntó Jimin con una ceja alzada.

—Mi abuela trabaja en una hierberia—respondió con una sonrisa.

—Bueno, entonces té de ruda con hierbas para la duda—dijo con una sonrisa.

—¡Tú bribón ¿Quieres hacerle algo a mis polluelos? —Jungkook se acercó a Tae negando siguiendo el juego.

—No que eras el señor Jeon responsable—dijo Yoongi antes de darle un beso en la mejilla a Jimin y sentarse a su lado.

—Quien sabe, pueden pasar milagros—se encogió de hombros el alfa oso.

—No creo que sea por obra de la divina gracia—se burló Hoseok—. Ustedes son todo menos puros y santos.

—Eso mismo les dije yo—asintió Jimin con suficiencia.

—Es que ustedes no saben disfrutar la vida—bufó Jungkook siendo apoyado por Taehyung.

—Si Namjoon estuviera aquí, ya les hubiera dado una catedra de la veracidad de los milagros—negó Hoseok abriendo su jugo.

SeokJin se quedó en silencio comiendo, él no quería ver a Namjoon, estaba asustado y avergonzado por lo que suponía que había pasado, ni siquiera había tenido tiempo de procesarlo como era debido, estaba muy confundido.

—Yugyeom está muy extraño últimamente—chasqueo la lengua Jungkook—. No llegó a dormir el sábado y el domingo estuvo muy distante, creo que está usando drogas.

Yoongi comenzó a reír a carcajadas. —Jungkook, ¿Por qué siempre que las personas actúan diferentes de inmediatas piensas en las drogas? ¿Por qué no simplemente lo encaras y le preguntas? Espera, olvidaba que no hablas con él.

—Si hablo con él, hoy le dije que me pasara la miel—bufó—. Además ¿Por qué otra cosa las personas actuarían extraño? Cuando les dije de Namjoon tampoco me creyeron.

SeokJin miró atento a sus amigos, porque no estaba seguro de qué estaban hablando. Taehyung negó observando a su novio.

—Kookie, Namjoon no se droga, él es así.

—Lo vi tomando medicamentos—hizo un puchero.

—Oh, nosotros también lo vimos—dijo Wendy siendo apoyada por Hoseok—. Cuando le vigilábamos en la biblioteca.

Los presentes miraron a la pareja como si fuesen de otro planeta. —¿Vigilarlos? —preguntó Yoongi con una ceja alzada.

—Sí—asintió Hoseon con pena—. Estábamos preocupados, pensamos que estaba en algo turbio.

—¡Ven, no soy el único que piensa en las drogas! —exclamó Jungkook.

—Espera ¿Por qué no nos dijeron que estaban haciendo eso? —bufó Jimin con los brazos cruzados—. Nosotros también queremos ser una pareja de espías.

—¿A sí? —cuestionó Yoongi mirando a Jimin quien entrecerró los ojos—. Minie tiene razón.

—¿Namjoon toma medicamentos? —interrumpió SeokJin—. ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me dijeron?

—Pensé que sabías—dijo Jimin confuso—. Todos lo hemos visto tomarlas, yo lo vi cuando estábamos en el campamento ¿Y si está enfermo? ¿Qué tal si tiene algo grave y no sabemos?

—Vamos Jimin—sonrió Hoseok aunque sus manos estaban tensas, no le gustaba escuchar hablar de que uno de sus amigos pudiera estar mal—. Él nos diría si algo así estuviera pasando, al final de todo, somos sus amigos, es reservado, pero confía en nosotros, pueden ser alergias.

—No creo que sean alergias—negó Taehyung—. Crecimos juntos, creo que lo hubiéramos sabido.

—Parece que hay mucho que no sabemos de Namjoon—susurró Yoongi—. No lo sé, todo esto es demasiado extraño ¿No lo creen? Siempre ha sido algo diferente a nosotros, pero bueno, esa es su personalidad, aunque siento que ahora está comportándose de manera diferente a propósito ¿Y si ya no nos quiere cerca?

—O está en las drogas—dijo Jungkook con los ojos abiertos, esa vez ninguno lo contradijo, salvo una persona.

—Namjoon no está tomando drogas—dijo una voz femenina.

Los chicos miraron a la pareja de chicas que se había acercado a la mesa, una imponente peliplata y una rubia que les sonrió amables, las conocían desde que eran niños, pero en realidad ninguno de ellos tenía relación con ellas.

—Hola Moonbyul, Solar—dijo Jimin algo incómodo, como cisne le huía a la alfa de tiburón blanco, por simple instinto.

—Hola chicos—sonrió Solar amable.

—¿Cómo sabes que Namjoon no está en las drogas? —encaró Jin a la alfa sin miedo.

—¿De verdad me estás haciendo esa pregunta? —soltó con una ceja alzada—. ¿No son ustedes sus amigos desde la infancia? Deberían conocer a Namjoon, aunque viéndolo bien, tal parece que no es así.

—¿Y tú lo conoces? —preguntó Hoseok ligeramente molesto.

—Digamos que somos cercanos, desde hace como un año—se encogió de hombros—. Namjoon no está tomando drogas.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Jungkook siendo grosero, no le agradaba esa chica.

—¿No se dieron cuenta que Namjoon no vino a la escuela? ¿Realmente son sus amigos? Porque ahora lo estoy dudando—dijo con incredulidad—. Ahora entiendo por qué no les dice nada.

Esa fue la gota que derramó el vaso para SeokJin, quien se levantó y encaró a la alfa, los demás se quedaron sentados, pero atentos, para defender a Jin de ser necesario.

—¿Cómo quieres que lo sepamos si no nos habla? —preguntó con molestia—. Tú pareces ser su mejor amiga.

—Espera, yo soy su mejor amigo—bufó Jungkook.

Moonbyul miró a Jungkook antes de reír. —No quiero pelear con ustedes, no vine a eso, son malos amigos, pero son los amigos de Namjoon, así que tengo que soportarlos.

—Moon te estás pasando un poquito amor—dijo Solar mirando a los chicos enojados.

—Di qué es lo que quieres—soltó Jin con una mueca—. ¿Qué te importa a ti nuestra relación con Namjoon? Nosotros lo queremos y lo conocemos, sabemos bien que si está en medio de un nuevo proyecto, no querrá nuestra presencia, no hasta que venga a mostrarnos.

Moonbyul aligeró el gesto, destenso los músculos y suspiró. —Namjoon no está bien SeokJin, algo pasa y no puedo decirles, si lo quieren hablen con él.

—Namjoon está bien, no mientas—interrumpió Taehyung—. Él es así, frío y distante.

—En realidad nos llamas malos amigos, pero Namjoon se ha portado peor con nosotros—dijo Jin con tristeza—. Sus comentarios a veces son hirientes, no le gusta nada de lo que hacemos, tenemos que obligarlo a estar con nosotros, confía más en alguien que conoció hace poco, que, en nosotros, él no está mal. Sólo no nos quiere.

—Mierda con esta gente ignorante—bufó Solar sorprendiendo a los demás—. ¿No se han preguntado idiotas qué si Namjoon es así es por algo? ¿No les ha pasado por la mente que algo le ocurre?

—Él nos diría—respondió Hoseok a la defensiva.

—¿Y si no puede hacerlo? —cuestionó Moon—. No nos vamos a poner a debatir con ustedes, ¿Lo quieren? Entonces vayan y hablen con él de lo que pasa antes de que sea tarde, sino, después no lloren. Vamos.

Las dos chicas estaban por irse, pero SeokJin las detuvo. —Son injustas, haciéndonos ver como si fuéramos los malos.

Moonbyul iba a hablar, pero vio algo en Jin que le llamó la atención, era una marca en su cuello, levantó una ceja molesta. —¿Cuándo fue la última vez que te dignaste a hablar con él?

SeokJin no se quedó callado y contestó sin pensar. —El sábado estuve con él y parte del domingo y no dijo nada.

Jimin y Taehyung se miraron con los ojos y la boca abierta, ninguno de los demás tomó diferentes las palabras de SeokJin.

—Entonces fue tu culpa—bufó.

—¿Qué? —preguntó dolido.

—Te victimizas mucho SeokJin ¿Alguna vez fuiste realmente claro con Namjoon? Dime ¿A qué estás jugando?

Tras decir esto se dieron la vuelta y se fueron, dejando a Jin con unas inmensas ganas de llorar, bajó la mirada, sus amigos se quedaron en silencio por unos momentos.

—¿Saben qué? A la mierda, mañana hablaremos con Namjoon aquí y si no viene a la escuela lo iremos a buscar a su casa, me cansé—gruñó Yoongi.

Los demás estuvieron de acuerdo, menos uno, Jungkook mordió su labio inferior, estaba analizando todo lo que escuchó y llegó a una inteligente conclusión, ¿Por qué dejar para mañana lo que se puede hacer hoy?










No se enojen con los personajes, Moon no conoce a los demás, sólo a Namjoon, y los chicos no saben lo que está pasando. Por cierto, algunos comentarios son en tono de broma, no tomen esas cosas a pecho. 

Nos leemos después.

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