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19

Era un día normal, la mañana estaba transcurriendo con tranquilidad, miraba un poco la televisión, pero no entendía mucho de lo que hablaban y las imágenes le confundían, Mark estaba a su lado comiendo frituras.

—¿De qué están hablando? —preguntó señalando la televisión.

—Pues—se detuvo un momento a escuchar. Su expresión parecía sería—. Habla sobre la perdida de un ser querido.

—Ah, entiendo.

—La importancia de despedirse y honrrar su existencia—se encogió de hombros—. Estos temas me causan escalofríos. ¿Soo?

Volvió la vista a Mark y le sonrió apenas. —Sí, son escalofriantes.

—Perdí a mí padre cuando era un niño, apenas de tres años, mi madre siempre me hablaba de él, pero, es como si fuera un extraño, igual todos los años trató de hacer algo en su cumpleaños, una forma de honrrar su muerte es vivir ¿No?

KyungSoo asintió. —Es una forma muy positiva de verlo.

—La vida es muy corta para amargarnos ¿No?

—Creo...creo que sí.

Realmente no lo creía, había pasado por mucho en sus cortos dieciocho años que era difícil conciliarse con una mentalidad más positiva. No le daba alguna diferencia, porque, aunque ahora estaba en un país diferente, seguía teniendo miedo.

—Oye, iré atrás por unas cosas. Ya vuelvo.

—Está bien.

Al quedarse solo, analizó las palabras de Mark, él también había perdido algo, y desde entonces no sentía a su omega, no había estado presente más que cuando la marca se rompió, y aunque no lo sentía como tal, si podía sentir la tristeza encarnarse en cada partícula de su cuerpo, se sentía deprimido, cansado y desesperanzado.

Habían pasado tres meses desde que vivió la perdida de su bebé, según lo que había dicho el doctor, tenía trece semanas cuando lo perdió, su omega, se había sentido tan miserable, había descubierto que su omega era muy territorial y maternal con sus cachorros, que procuraba protegerlos, y haber perdido a uno de ellos, fue demasiado. Era poco el tiempo para recuperarse, no se había detenido realmente a pensar en lo sucedido, todo fue demasiado rápido, en un abrir y cerrar los ojos tuvo que dejar de lado su dolor, para salir de ahí y huir.

No tenía donde llorar, no había tomado su tiempo ¿Por eso su omega estaba dormido? ¿Habría necesitado despedirse? No tenía respuesta para su sufrimiento, y no quería pensar mucho en ello, ahora su única preocupación era mantener alejado a JongIn de su hijo. Tenía mucho miedo de que esté se acercara.

—Buenos días—dijo escuchando que alguien entraba, al levantar el rostro su boca de seco, su cuerpo se quedó sin aire y la sangre huyó a sus manos que comenzaron a temblar.

Sintió la bilis subir por su garganta, una cosa es que lo acosara en el edificio donde vivía, pero algo muy diferentes es que lo haya buscado en el lugar donde trabajaba ¿Qué no había lugar alguno donde podría estar seguro?

Estaba igual que siempre, vistiendo un traje negro de etiqueta, con una camisa blanca, sin corbata, el cabello peinado hacia atrás y el rostro apacible ¿Cómo es que estaba tan tranquilo? ¿Cómo es que podía plantarse frente a él después de todo el daño que le hizo? No tenía sentido, no lo comprendía.

JongIn se acercó al mostrador, con una sonrisa petulante, KyungSoo apretó los puños, encajando sus uñas en las palmas, simplemente lo miró, apenas estaba siendo consciente de sus emociones y pensamientos alrededor de él. Tenía un mal sabor de boca, un nudo en su garganta que le hacía sentir ácido en su estómago.

—¿KyungSoo? ¿Trabajas aquí?

La falsa sorpresa en su voz le hizo bufar. —Si supiste donde vivía, ¿De verdad quieres que te crea el que no sabías que trabajaba aquí?

—Mera causalidad, además necesito algo de cinta.

—¿Por qué no puedes dejar de acosarme?

JongIn le observó descolocado. —No, yo no estoy haciendo eso—pero al ver el rostro de KyungSoo negó con una mueca—. No es con esa intención, tenía curiosidad de dónde trabajabas.

—Eso no te interesa ¿No lo entiendes? No te quiero cerca.

—Eso lo sé muy bien, sin embargo, te lo dije, estaré cerca hasta que lleguemos a un acuerdo.

—No hay ningún acuerdo. Te dije que no, no estarás cerca de Yoongi.

—¿Entonces quieres hacerlo de la forma difícil? ¿Quieres que mi familia se involucre?

—¿Es una amenaza? —preguntó con cautela, bajo esa máscara de seguridad y enojo, estaba temblando del miedo, estaba aterrorizado por el posible significado de sus palabras.

—No me estás dejando el camino fácil, te he dado muchas razones por las cuales deberíamos de arreglar esto nosotros y...

—Y...y yo te he dejado en claro que no te quiero cerca. ¿Por qué no me dejas en paz? ¿Es difícil entender que te odio?

—Soy tu esposo y el padre de Yoongi, que me odies no hace ninguna diferencia.

Sentía impotencia, un rencor desmesurado, porque lo que él estaba diciendo era verdad, aunque lo odiaba con todo su corazón, aunque lo quería lejos, apartado de su vida para siempre, no podía desaparecer el hecho de que su bebé llevaba su sangre, que era su padre y aparentemente no estaba dispuesto a irse.

—Tienes que irte, no puedes venir aquí, estoy ocupado, sólo atiendo a los clientes.

—Bien—asintió con un brillo en los ojos, tenía la decisión marcada en todas sus facciones—. Quiero que me des dos cintas de aislar, grandes.

Mordió con fuerza su labio inferior, no quería atenderlo, no quería caer en su bajo juego, sin embargo, no podía ser grosero, estaba en su lugar de trabajo y de verdad lo necesitaba, había cosas que tenía que pagar. Resignado, sabiendo que lo tenía agarrado del cuello, se volvió para buscar las cintas, las tomó, y regresó para cobrar. Le dijo la cantidad y JongIn sacó un billete de un monto exagerado.

—Quedate con lo sobrante.

Entrecerro los ojos, negó, al tiempo que tomaba el cambio y trataba de dárselos.

—No, no lo quiero.

Podía ver la frustración en cada una de sus facciones, JongIn resoplo, tomando las manos de KyungSoo en un movimiento rápido, sus ojos se abieron de forma enorme, estaba atemorizado, le tenía tanto miedo, que no era normal, él dejo el dinero entre sus manos.

—Esto no es para ti, es para Yoongi, quién es mi hijo, tómalo.

Sin decir nada más, lo soltó, dejándole un mal sabor de boca ¿Qué nunca iba a terminar? Mordió con fuerza su labio inferior, sintiéndose inadecuado, tan pequeño, lo vio salir y sus ojos se llenaron de lágrimas, sus manos aún temblaban, y el dinero pesaba en sus palmas. Lo odiaba, de verdad que lo odiaba con todo su corazón.














Estaba cansado, salía del trabajo faltando poco para la puesta de sol, ese día, después de ver a JongIn, su mente repetía una y otra vez los últimos días en Bombay, dónde se pasó en su habitación, llorando, aceptando su destino cruel, ahora era diferente, pero seguía sintiéndose un prisionero, no sabía qué hacer y la inquietud de su omega estaba creciendo. Sentía mucha angustia, tanto que no quiso ir de inmediato al departamento, porque se encerraria con Yoongi a abrazarlo, y lloraría cerca de él, no le gustaba que su bebé lo viera llorar.

Estuvo pensando en lo que había visto en la televisión, tal vez, si tenía una forma de despedirse, su omega estadía mejor, le dio muchas vueltas al asunto, pero terminó llegando a una florería.

KyungSoo amaba las flores, desde niño siempre le habían llamado la atención, su abuelo le enseñó a cuidar de ellas, tenía un gran jardín en su casa, pensaba que era bueno en ello, se preguntaba constantemente si había una carrera para ello o alguna forma de hacerlo su profesión. Pero, al ver la florería, se sintió mal, porque no creía ser capaz de tener algo así para él. Su futuro era incierto.

—Bienvenido ¿En qué puedo servirle? —la mujer con sonrisa amable le habló detras de un mostrador.

—Buenas tardes—dijo cohibido—. Quisiera comprar flores.

—¿Qué estaba buscando?

Vio alguno de los precios y se mordió el labio inferior, no tenía suficiente dinero, si gastaba de más, posiblemente no tendría para los pañales de Yoongi.

—Algo que cueste esto—dijo entregando parte del dinero que había recibido de JongIn.

La mujer le miró y asintió. —Puedo poner una linda flor y algo de forraje, puedo hacerte un pequeño arreglo ¿Para qué lo necesitas? Así sabremos que flor elegir.

—Es...para mí hijo.

—¿Es su cumpleaños?

—No...yo...lo perdí hace unos meses.

El rostro de la mujer, se llenó de pena, le dio una sonrisa de disculpa. —Lo siento mucho.

—Está bien—susurró con un nudo en la garganta.

Ella buscó entre unos ramos una flor, parecida a un pequeño cono invertido, blanca, con una motita amarilla en medio.

—Está flor se llama cala o lirio de agua, simboliza el amor eterno y puro, un amor que nunca se romperá, ¿Te gusta?

—Me gusta—dijo evitando que sus ojos se cristalizaran—. ¿Podría por favor prepararlo con el forraje?

—Claro, espera un momento, haré algo lindo por ti.

—Gracias.

Espero mientras admiraba las flores con aromas deliciosos que estaban a su alrededor. Llenas de color y de vida, sonrió con lástima, muchas de ellas morirían pronto, realmente no se podía conservar su belleza después de ser cortadas, por más que se les cuidara, todo tenía un tiempo. Lo roto jamás volvería a florecer, no estaría vivo por completo, ¿Así se sentía él?

—Toma querido.

KyungSoo miró el pequeño arreglo en sus manos, había algunas florecillas blancas y rosas alrededor del lirio. Sonrió, tomándolo, antes de darle el dinero. Ella le sonrió de vuelta.

—Muchas gracias—asintió.

—Espero que tú camino se llene de cosas buenas.

KyungSoo no quiso decir nada, simplemente dio una pequeña reverencia y salió de la tienda, soltó el aire que tenía detenido, su pecho dolía, era ese dolor singular que lo acompañaba todos los días, pero que en ese momento se llegaba a mezclar con el nerviosismo y la incertidumbre.

Cerca del edificio donde vivía habia un parque, con una fuente, lo vio varias veces cuando llevaba a Yoongi a tomar aire, creyó que sería un buen lugar para estar solo y pensar. Sosteniendo con fuerza el pequeño arreglo, se sentó en una banca cercana a la fuente, estaba solo, lo cual le permitió soltar el aire lentamente y dejar que sus lágrimas se derramaran por sus mejillas.

Había muchos sentimientos encontrados en su pecho, emociones que tenía miedo de explorar. Estaba sorprendido que a esas alturas todavía tuviera lágrimas para llorar, ni siquiera siendo niño había llorado tanto como en ese momento. Su cabeza estaba llena de pensamientos que le lastimaban, culpas que no lo dejaban avanzar, aún sabiendo que nada de lo que sucedió fue su culpa, porque no había tenido opción, toda su vida le dijeron que tenía que ser un omega obediente y bueno para su alfa, él realmente pensó que sabía lo que significaban esas palabras, sin embargo, no era así, no había forma de saber que esa tradición le llevaría por un camino de espinas.

Quería seguir peleando, pero se sentía tan débil, ¿Realmente sería capaz de ser un buen padre para Yoongi? Se lo preguntaba constantemente. ¿Podría llegar a ser alguien importante? Una persona que era libre y que tomaba sus decisiones, porque hasta ese momento, no sentía que había tomado la decisión correcta, de ser así no se sentiría tan mal.

Sonrió ligeramente. —Lo siento, no quiero llorar, pero ya no sé parar.

No sólo estaba ahí para despedirse, sino también, para dejar detrás la persona que había sido, toda su inocencia, su felicidad y su fe se habían desmoronado entre las manos crueles de un ser cruel, rompió todas sus ilusiones, se sentía tan vacío, que dudaba que algo pudiera llenarlo realmente.

—Yo no quería que las cosas fueran de está manera—sorbió con su nariz roja debido a lo mucho que la había tallado—. Lamento no haber sido fuerte, siento no ser fuerte tampoco en este momento, pero, diablos, me han roto tanto, que ya ni siquiera recuerdo lo que era ser feliz.

Se sentía tan pequeño, que dudaba mucho de sus capacidades para poder cuidar de Yoongi ¿Y si al final del día no podía protegerlo? Si lo perdía, estaba seguro de que su vida acabaría por completo, porque su pequeño bebé era lo único que lo mantenía con vida, y tenía que luchar, aunque su omega estuviera sufriendo.

Se levantó y dejó el arreglo en el agua. —No tengo un lugar donde dejarte flores, te fuiste incluso antes de conocer tu rostro, pero, siempre estarás en mi corazón, no importa el tiempo que pase, siempre serás mi bebé.

Había sido traumática la forma en la que lo perdió, un recuerdo que le llenaba de asco, de desolación, y de inseguridad ¿Cómo podría protegerse para que no volviera a pasar? Todo lo que había sido estaba en el pasado. Limpio sus lágrimas delicadamente, estaba por volver, aún no era capaz de expresar todo lo que tenía dentro, había un gran bloqueo. Al darse la vuelta, lo vio parado a unos metros, observándolo con una mirada oscura y fría, sus manos temblaron, verlo ahí, en el pequeño funeral de su bebé, era atroz.

—¿Estás bien? —preguntó, no supo sus intenciones, pero lo odio con todas sus fuerzas, lo aborrecio por completo ¿Cómo podía preguntarle eso?

—¿Qué haces aquí? No deberías estar aquí.

JongIn se acercó, a paso lento, le miraba con una incógnita en el rostro. —Estaba preocupado, y antes de que digas que está mal que te aseche, lo sé, pero, me he sentido con esta angustia desde la mañana, mi alfa está inquieto...

—No me interesa como te sientes, quiero que te vayas, no puedes estar aquí.

—¿Por qué no? ¿Qué estás haciendo aquí? Esta anocheciendo.

—No te importa—dijo casi inaudible.

—¿Y esas flores? KyungSoo ¿Qué pasa? ¿Por qué puedo sentir...esto?

Las lágrimas recorrieron sus mejillas, odiaba estar cerca de él, y aún así, su estúpido omega, aunque dormido, le había llamado. Desde que regresó, había sentido un vestigio de dependencia, eso debido al lazo que ambos compartieron, sin embargo, había sido un experto ignorandolo por completo, pero al parecer, no era el único que lo sentía, esa situación sólo le hizo sentir más inseguro y molesto.

—¡Ya te dije que no me importa lo que sientes! No me interesa ¡No me importas!

Sus manos estaban temblando, su respiración errática y sus dientes apretados, no, JongIn no tenía el derecho de plantarse frente a él y decir que estaba preocupado. No era justo.

—No quiero pelear KyungSoo, a diferencia de lo que piensas no disfruto haciéndolo, sólo, dime qué estás bien, de verdad me preocupas.

—¿Te preocupa? ¡¿Te preocupa?! Si estoy así es por ti. Vete, por favor.

Pero, en vez de irse, JongIn se acercó más, KyungSoo sonrió náuseas. Su aroma estaba cerca y estaba seguro de que lanzaba feromonas para tranquilizarlo.

—Sé que me odias y lo entiendo.

—No, tú realmente no entiendes.

—Lo hago.

—Jamás vas a llegar a entender todo lo que hiciste, porque si lo hicieras no estarías aquí, te mantendrías alejado, porque te sentirias avergonzado.

—Estoy avergonzado, pero no puedo quedarme atrás, quiero arreglar las cosas.

Le miró de golpe. —¿Arreglar las cosas? ¿Es una broma?

—No, quiero que las cosas se arreglen, yo quiero tu perdón.

Frunció el entrecejo, sonriendo de forma amarga, JongIn apretó las manos, debido a lo nervioso que se encontraba.

—¿Un perdón? Por dios, no puedes hablar en serio.

—Lo hago, mis palabras son serias, Soo...

—¿Quieres mi perdón? Bueno, ¿Por qué debería perdonarte? Dime. ¿Por haberme tratado como un estorbo? ¿Por haber dicho que era el peor omega? ¿Por haber sido tan cruel y sólo tener relaciones conmigo cuando querías? Sin mirarme, tratándome como un objeto ¿Por engañarme en frente de todos? ¿Por dejarme embarazado y decir que es mi culpa y que no lo querías? —mientras decía eso, reía aún con lágrimas en los ojos, JongIn le observaba sin aliento—. Ni siquiera querías saber de él ¡Y ahora lo quieres cerca! Jamás preguntaste por él, ni mucho menos por mí, nunca me preguntaste si estaba bien, no te importó, jamás te acercaste a él y me dijiste que lo ibas a separar de mi ¿Por eso quieres que te perdone? No, espera, falta más, mucho más. Dime Min JongIn, también debo perdonarte, por haber sido tan agresivo, por haber seguido caundo te dije que pararás, por haberme abusado de mi ¿Te debo perdonar por hacer que perdiera a mi bebé? ¡Mi hijo JongIn!

Su cuerpo entero temblaba, JongIn se quedó sin aliento, como si lo hubiesen golpeado. Boqueo, pero no podía decir nada, nada de lo que dijera podría remediar lo que hizo.

—De verdad lo siento.

—No tuve una despedida, ellos dijeron que estaba bien, que era una perdida insignificante, tus padres me dijeron que era mi culpa, pero que estaba bien, que podía tener otro hijo, no tiene una tumba, no lo conocí, jamás lo conoceré, y eso es tu culpa, y escúchame bien, yo jamás podré perdonarte por eso, yo...yo...podría perdonar todo lo que me hiciste, que me hayas maltratado, que me hayas hecho sentir poca cosa, pero jamás, en mi vida perdonaré el hecho de que por tu culpa no podré tener a mi bebé en mis brazos.

JongIn soltó el aire de golpe, la angustia que sentía dentro era tan grande que lo atragantaba con un nudo en la garganta, lo veía, por primera vez en todo ese tiempo realmente podía ver a KyungSoo. Vio sus ojos, flamantes de dolor y enojo, su expresión, seguía siendo muy joven, tal vez demasiado, delgado y pequeño, y estaba destrozado, en cada una de las palabras que gritaba, podía sentir su dolor.

Miró a un lado, a la fuente, dándose cuenta de las flores que flotaban, entonces pudo comprender que es lo que le había tenido tan angustiado, era un día quince, hace tres meses que habían perdido a su hijo, por su culpa. Sintió ganas de llorar, él nunca lo hacía, nunca tenía consecuencias por sus actos.

El remordimiento volvió, tragando el nudo que tenía en la garganta, se acercó a KyungSoo, quién dio un paso hacia atrás.

—Yo...

—¡Tú nada! ¡¿No entiendes?! Yo no te quiero cerca...vete, por favor vete.

—Me arrepiento de lo que hice, lo hago.

—No te creo.

Bajo la cabeza y comenzó a sollozar, JingIn se acercó a él, trató de tocar sus hombros, pero, KyungSoo al sentirlo cerca le miró de una forma feroz. No comprendía sus emociones, pero estaba muy molesto, no podía contener la ira, una que explotó al momento en que le dio una bofetada en la mejilla izquierda. El sonido sordo hizo que el tiempo se detuviera, JongIn desvío la cabeza, sorprendido, llevó la mano a su mejilla que ardía, observó con los ojos muy abiertos y una nueva a KyungSoo, quién se quedó petrificado al comprender lo que había hecho, pero, un segundo después, ya estaba golpeando su pecho y hombro con los puños temblorosos.

JongIn no podía entender lo que estaba sucediendo, intentaba cubrir su rostro, sus golpes eran duros, dolían, pero dolía mucho más el llanto desmesurado y la desesperación de sus acciones.

No estaba molesto, estaba preocupado, estaba a punto de ponerse a llorar, de salir corriendo, era una sensación espantosa que nunca antes había sentido.

Trató de zafarse de sus golpes, tomando sus muñecas, KyungSoo le gritaba lo mucho que lo odiaba y él trataba de tranquilizarlo.

—¡Basta!

—¡No tienes derecho! ¡No tenías derecho! —balbuceo una y otra vez.

—¡Todos los días me culpo por lo sucedido! KyungSoo, no hay un día que no lo haga, lo lamento.

—Tú no sientes nada ¡Déjame tranquilo!

—¡No puedo! —soltó con fuerza, frunciendo el ceño—. Porque soy un maldito, y no puedo alejarme, no quiero alejarme de Yoongi.

—¿Desde cuándo te importa?

—Desde que supe lo que es perder un hijo.

KyungSoo sollozó, JongIn lo acercó y le abrazo, sintiendo su garganta arder al igual que sus ojos, respiro su aroma, dulce, pero tenue, no podía sentir a su omega, pero su alfa estaba desesperado. Al darse cuenta, KyungSoo se separó, le miró con reproche.

—No me vuelvas a tocar, nunca, te odio, y jamás te voy a perdonar. Deja de buscarme.

Salió corriendo, quiso seguido, pero se quedó parada, con la mandíbula apretada y los ojos rojos. Por primera vez se sintió inseguro.

Mini maratón de 4 capítulos patrocinados por la fan#1 de esta historia juliecbp muchas gracias por el apoyo y el amor cariño 💜

Espero que les guste 😃🖤💜
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