16
—Señor Min, el investigador Choi está aquí.
—Hazlo pasar.
Había pasado una semana desde el momento en que pisó Corea, en todo ese tiempo se había encargado de los pendientes que ya tenía, la empresa estaba comenzando, así que su padre y sus hermanos le estaban monitoreando constantemente, se mudó a la parte más lujosa de Seoul, y contrató a un investigador nuevo y con gran prestigio para encontrar a su esposo, pero con el paso del tiempo, estaba comenzando a pensar que a KyungSoo se lo tragó la tierra. Sin embargo, no muchas cosas eran imposibles y mucho menos con dinero de por medio.
—Señor Min—dijo haciendo una reverencia, todo el mundo lo hacía a pesar de su edad.
—Señor Choi, por favor tome asiento.
El hombre robusto se sentó frente a él, le tendió una carpeta que tomó y abrió, ahí había una serie de datos.
—Rastreamos el cajero de donde se extrajo el dinero, eso nos llevó al centro médico Asan, mediante persuasión uno de los doctores reconoció a su esposo, dijo que su hijo tuvo una cirugía para remover su páncreas, fue dado de alta hace casi dos semanas, al ser menor de edad, alguien firmó por él, Khatun Lay, también nacido en Bombay.
JongIn apretó la mandíbula y elevó una ceja. —¿Así que huyo con su amante?
—Puede ser un motivo, lo que se sabe concretamente es que el señor Khatun llegó aquí mucho antes que el señor Min, ahí tiene su dirección, y fotografías tomadas hace unos días en el supermercado del barrio donde viven.
JongIn, pasó las hojas hasta dar con algunas fotografías, en ellas se veía a KyungSoo, muy diferente a lo que recordaba, sonriendo al lado de un chico alto, algo dentro de él comenzó a sentirse inadecuado, una opresión que no conocía antes, sobre todo al ver a aquel chico cargando a Yoongi, un bebé más grande, con el cabello ligeramente más largo, apretó la mandíbula, su alfa estaba molesto, porque alguien más se encontraba con su omega y su hijo.
—Gracias—dijo poniéndose de pie.
—Señor Min, tiene que tranquilizarse, las leyes aquí son muy diferentes de lo que son en Bombay. Cualquier cosa que haga en contra de ese omega puede meterlo en un escándalo.
—Yo sé bien cómo resolver las cosas—dijo con seriedad—. Deje sus honorarios con mi secretaria.
No lo dejó responder de vuelta, salió hecho un demonio de aquella oficina, sorprendiendo a los trabajadores que se cruzaban en su camino, porque al ser un alfa de primer nivel, uno puro, era completamente normal, que algunos omegas y alfas de rangos inferiores se sentían atemorizados de él.
Nunca había sido bueno controlando sus emociones, de sus hermanos era el más impulsivo, su alfa era extremadamente agresivo, la cicatriz que Minho tenía en la espalda lo decía muy bien, por eso, ninguno de ellos estuvo sorprendido del momento en donde lastimó a KyungSoo, él, como persona racional se sentía terrible, una parte de su ser sabía que se merecía todo lo que estaba sucediendo, pero la parte orgullosa se negaba a aceptarlo, porque era más sencillo asimilar que los demás son defectuosos a que él necesita un cambio.
Estaba gruñendo, con las manos temblorosas cuando tomó el auto y manejó hasta aquella dirección, a sus veinte años, él creía que el mundo era suyo. Manejaba de forma agresiva, sin importarle tener problemas, porque sabía que su dinero y su apellido podrían sacarlo de cualquier problema.
Llegó a aquel lugar, estacionando su auto en frente, miró la fachada con una mueca, no era lo más lujoso del mundo, un lugar común y corriente, un complejo departamental que cumplía con su función, se preguntaba, ¿Cómo es que su esposo prefería esto a su hermosa casa en Bombay?
Tenía un problema porque no sabía a dónde dirigirse, sacó los papeles y buscó rápidamente, sonriendo, dejó todo atrás y se adentró, subiendo las escaleras, era el tercer piso, departamento 17ª, lo tenía tan claro en la mente, al llegar, sus manos comenzaron a cosquillear y el sentimiento abrumador de nerviosismo inició a crecer en su interior, tragó en seco, una parte más racional en sí, tuvo vergüenza ¿Cómo presentarse después de lo que hizo? Pero, su alfa lo tenía incapaz de concentrarse en sus pensamientos, estaba actuando de forma visceral, como siempre lo hacía.
Apretando la mandíbula tocó la puerta, lo hizo de forma moderada, porque no quería evitar que este abriera, escuchó su voz, sin saber qué preguntó, y después de unos segundos, la puerta se abrió.
Fue un instante en el que ambos se quedaron helados, mirando frente a ellos al fantasma que aterrorizaba de culpa y sufrimiento sus noches, la furia, aunque vigente, descendió considerablemente, su boca se secó, al percibir su aroma, dulce, ya no quedaba indicios de su propio aroma en él.
—Hola KyungSoo—dijo con voz contenida.
Escuchó el estruendo de la taza de café haciéndose añicos, y vio como retrocedía con las manos temblorosas y los ojos muy abiertos, estaba horrrorizado con su presencia.
—JongIn...
Su voz era irreconocible, se fijó entonces en él, había cambiado, subiendo ligeramente d pes, ya no se veía como un chiquillo desnutrido, estaba bien vestido a pesar de estar en pijama, su piel luminosa, no acartonada como lucía cuando vivía con él, estaba bien, haberse separado le había sentado de maravilla y eso le molestó.
Se adentró al departamento, pequeño, pero acogedor, era cálido, había diferentes aromas en el ambiente, identificó el de KyungSoo, y otro más que sólo le hizo gruñir, cosa que ocasionó que KyungSoo diese un pequeño salto en su lugar, despertándolo de su sorpresa y miedo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —susurró contrariado.
—La verdadera pegunta es qué es lo que tú estás haciendo aquí ¿De verdad creíste que no te encontraría?
No respondió, para KyungSoo mirarlo parado frente a él era como una pesadilla que se hacía realidad, algo que temió, por mucho tiempo y que ahora se estaba enfrentando al dolor, había pensado ilusamente que podría salir de aquel circo de horror, sin embargo, la verdad era que por más intentos que hacía, era imposible escapar de él y de su familia.
—Toma tus cosas y a mi hijo, estoy siendo amable contigo, regresas a Bombay. ¿Dónde está Yoongi?
Escuchar el nombre de su hijo salir de su boca, de una forma tan tajante y burlesca, le hizo experimentar una furia atroz, su omega que se había mantenido al margen por mucho tiempo despertó, llenándolo de una energía que sólo había sentido aquella noche cuando huyo, era una mezcla de emociones, entre miedo, enojo y protección, fue un instante en donde comprendió que no podía dejar que JongIn se saliera con la suya.
—No—susurró.
—¿No? ¿Acaso no sabes lo que puede pasar si te niegas?
Era una amenaza, se sentía amenazado, pero había hecho una promesa, fuera cual fuera el resultado él jamás regresaría a Bombay.
—No me importa, no iré a ninguna parte. No te vas a llevar a Yoongi tampoco.
—¿Me estás retando? —molesto, ladeo la cabeza—. Es mejor que dejes atrás tu momento de fortaleza, obedece.
—No lo haré.
—¿Quieres que sea por las malas? No creo que quieras eso Soo, al final del día quien va a sufrir eres tú, recuerda el poder que tengo.
—Yo...tú no me puedes obligar a hacer nada, porque tengo derechos y...—se detuvo al escuchar la carcajada que lanzó. Siempre se burló de él, parecía ser su pasatiempo favorito.
—¿Derechos? ¿Tú? ¿Qué te hace pensar que como omega tienes derechos? Tú única obligación siempre es obedecerme y complacerme, esposo.
—Olvidas que ya no estamos en Bombay, aquí no me puedes hacer daño, porque si lo haces, yo...
—¡¿Y qué harás?! —gritó con fuerza, haciendo que se encogiera en su lugar—. ¿Tu amante es quien ha puesto esas cosas en tu estúpida cabeza?
—¡Lay no es mi amante, yo no soy como tú!
—Altanero—rio por lo bajo—. Soy tu esposo, y estoy dispuesto a olvidar las estupideces que has hecho, estoy comprometido a llevar esto por el buen camino, claro que no dejaré que Yoongi crezca pensando que los alfas no tienen poder, es mi hijo.
—Uno que no has reconocido—susurró—. Yoongi no está registrado con tu apellido ¡Él es sólo mío!
JongIn le miró contrariado por unos momentos, posiblemente recordando aquel dato que había dejado pasar.
—Y nuestro matrimonio no es válido aquí yo...—había muchas cosas que Minseok y Lay le habían explicado, cosas que en su momento quedaron claras, pero que no recordaba con exactitud en ese instante.
—Estás de joda, unos meses fuera y ya te crees que tienes voz y voto ¡Tú no puedes hacer nada contra mí!
—Ya lo sé, sé que no soy nadie, pero no me importa, antes muerto que regresar ahí y volver contigo ¿No lo entiendes? Vienes aquí a amenazarme después de todo lo que me has hecho pasar ¿Ya lo olvidaste?
—KyungSoo—dijo como advertencia.
—¿Ya olvidaste lo que me hiciste? El engañarme, tratarme como basura, humillarme y abusar de mí no fue suficiente ¿Verdad? Quieres acabar conmigo para siempre ¿Es eso?
—¡Yo jamás abuse de ti! Eres mi esposo es algo normal y...
—Muchas de esas veces yo ni siquiera quería, porque eras un insensible, porque me lastimabas ¡Y nunca te importó! Y no estando conforme con eso, hiciste que perdiera a mi bebé, ¡Por tu culpa perdí a mi hijo y a mi omega!
—¡Basta! —dijo de repente con los ojos muy abiertos debido a los reclamos que estaba recibiendo. Estaba sorprendido, y no de una manera grata, sabía que se había equivocado, y aunque su familia le repitiera que no había hecho nada malo, en su interior se reprochaba lo sucedido aquella fátidica noche.
—¿Por qué quieres que pare? Porque sabes que es cierto, ¡Tú no eres un buen alfa y jamás llegarás a ser un buen padre! No voy a permitir que Yoongi crezca a tu lado, antes me matas, no haré nada de lo que me dices ¡Yo jamás regresaré ahí!
—¿Y qué se supone que harás para impedirlo?
—Lo mismo que he hecho hasta este momento, huiré hasta el fin del mundo, no me importa cuánto me busques o me encuentres, no dejaré que me atrapes.
—¡¿Es por ese alfa?! Realmente terminaste siendo peor de lo que pensaba, un cualquiera, si quieres vivir así hazlo, pero dame a Yoongi.
—¡Nunca!
Molesto, JongIn se acercó a KyungSoo, este se hizo para atrás por instinto, estaba tan enojado que sería capaz de tomarlo a la fuerza y sacarlo de ahí, pero un llanto hizo que ambos se detuvieran y miraran hacía la habitación, era Yoongi, el alfa tragó en seco, eso le dio a KyungSoo el tiempo suficiente para reaccionar debido al miedo, no lo paralizó como muchas otras veces, esta vez lo hizo actuar.
Lo que estuvo a su alcance fue uno de los juguetes de Yoongi, lo tomó y se lo lanzó a la cara con fuerza, JongIn se desestabilizó debido a la sorpresa, se volvió hacía KyungSoo, quien ya tenía otra cosa en las manos, comenzó a lanzarle con todo lo que tenía a la mano, este retrocedió tratando de cubrir su rostro, porque estaba lanzando con fuerza.
—¡Bata! ¡¿Qué carajo estás haciendo?!
—¡Aléjate de mí, vete, maldito perro sarnoso!
—¡KyungSoo!
—¡No te atrevas a decir mi nombre! ¡Me das asco! ¡Muérete!
Fue retrocediendo hasta la puerta, podía escuchar revuelo en el pasillo, a esas alturas los vecinos ya habían salido, quien sabe, JongIn trataba de tomar las manos de KyungSoo, así hasta llegar a la puerta, al no sentir que le lanzaba nada más, bajó las manos, lo cual fue un grave error, porque el omega tenía en las manos una especie de esfera dorada, ladeo la cabeza, y cuando estaba por reaccionar cubriendo su rostro, se la lanzó, dando directo en su nariz, gimió del dolor al tiempo que caía de espaldas al pasillo, alrededor había personas curiosas mirando.
—¡Te vas a arrepentir, te lo juro!
—¡Aléjate de mí! Minseok llama a la policía.
Un chico que estaba cerca se acercó a ellos, miró con odio a JongIn y este no sabía lo que pasaba.
—Largo, si no te vas llamaremos a la policía ¿Cómo te atreves a hacer estás cosas? ¡Estás demente!
KyungSoo estaba comenzando a llorar desesperado, en un ataque de pánico, JongIn le miró directo a los ojos y se quedó helado en su lugar, sintiendo como un líquido caliente salía de sus fosas nasales.
—Por favor—dijo el omega con los labios temblorosos—. No regreses, por favor.
De repente se sintió juzgado por aquellos enormes ojos, transmitiendo un dolor que no podía comprender o asimilar, tragó en seco, había demasiadas personas mirando, sabía que si llamaban a la policía podría ser un problema, no quería que su familia se enterara de nada por el momento. Se puso de pie tocando su nariz la cual ardía al tacto, estaba seguro de que se la había roto.
—Regresaré—dijo antes de darse la vuelta y salir huyendo de ahí y de aquel sentimiento que le apresó el pecho.
KyungSoo entró corriendo al departamento, siendo seguido de cerca por Minseok, entró a la habitación, donde Yoongi lloraba en la cama, había despertado debido a los gritos y al sentir e miedo a través de su lazo se sintió desprotegido y asustado, Soo se acercó para abrazarlo con fuerza contra su pecho, no podía dejar de llorar y sabía que su estado sólo estaba logrando alterar más a Yoongi, pero no podía evitarlo.
Ni siquiera sabía de dónde había sacado la fuerza para enfrentarse de esa manera contra JongIn, un alfa que tenía mucho más poder y que le ocasionaba terror, de lo único que estaba seguro en ese momento de tensión, es que sobrevivir y proteger a su cachorro era lo único que importaba, pero ahora, el peso de aquel momento estaba cobrando una factura demasiado amplia. Se sentía temeroso, aterrorizado, jamás imaginó que JongIn regresaría, ni mucho menos que lo haría de esa forma.
Minseok se acercó a él, lo vio estando al teléfono, pero no le prestó atención, se sentó a su lado y delicadamente tocó su hombro.
—Soo, suelta a Yoongi, cariño lo estás asustando.
—No, no, no, él me lo quitará, se va a llevar a mi bebé—balbuceaba, su estado de ánimo tenía a Yoongi hecho un mar de lágrimas.
—Eso no pasará—negó con un nudo en la garganta—. Escúchame, no dejaremos que eso pase, él no te hará daño, dame a Yoongi, tienes que tranquilizarte, su herida.
KyungSoo miró a Yoongi, negó y lo dejó sentado en la cama, limpió sus mejillas y trató de no llorar, aunque era imposible.
—Ya, ya, ya, tranquilo, todo estará bien, papi está bien...
Minseok intervino, tomó a Yoongi y lo meció tratando de calmarlo. Kyungsoo se quedó mirando a la nada. No podía quedarse con los brazos cruzados, debía actuar, se levantó y fue al closet dónde sacó las pocas cosas que había llevado.
—¿Qué haces?
—Me voy, tengo que irme ahora, no sé si a otra cuidad de este país, no, mejor me iré del país, debe existir un lugar donde no me encuentre.
—No, Sooo, no debes hacer eso.
—¿No lo escuchaste? Él no va a descansar hasta no lograr lo que quiere. Me tiene, por más que quería pensar que aquí podríamos ser felices, la realidad es que no.
—¿Y cómo es que te irás? ¿A dónde? ¿Con quién? Tienes que pensar más a fondo, no puedes moverte así por el mundo con Yoongi.
—Minseok, sino lo hago, entonces estaré a su merced por siempre.
Yoongi se había calmado lo suficiente, por lo que Minseok lo puso en la cama y le acercó sus juguetes, después, caminó hacía KyungSoo yy lo tomó de los hombros antes de abrazarlo con fuerza, parecía que eso era lo que el omega necesitaba, porque al sentir los brazos de su amigo lloro, está vez con menos desespero, estaba desconsolado.
—Sé que tienes miedo, lo entiendo, pero no creo que esa sea la respuesta. Él no puede hacer eso.
—No los conoces—dijo separándose para mirarlo—. Su familia es muy poderosa, realmente no tengo opción, si ellos quieren me quitarán a Yoongi, pueden hasta matarme.
—A diferencia de antes ahora tienes a personas que te van a apoyar y a ayudar, no te vamos a dejar solo.
—Yo...no puedo, tengo que irme.
—No, KyungSoo hasta cuando vas a huir, no puedes vivir tu vida corriendo de cada país, no le puedes dar ese poder.
—Entonces ¿Qué se supone que voy a hacer? —susurró con un puchero.
—Vas a luchar por tu libertad, no dejarás que él siga liderando tu vida, le vas a demostrar que no puede obligarte a nada, y usaremos todos los medios posibles. No vas a huir, él es quien se irá.
No estaba seguro de que aquello fuera la mejor de las decisiones, se encontraba confundido, decaído y desesperanzado, miró de reojo a Yoongi quien le observaba con el ceño fruncido, tenía su pulgar en su boquita, sonrió con lágrimas en los ojos, mágicamente quería pensar que había alguna manera de ser libre y de luchar por la libertad de su hijo, tenía miedo de ir a otro lugar solo, estaba confundido y muy asustado.
—Lo odio Minseok, lo odio con todo mi corazón.
—Usa ese odio para defenderte, para luchar por ti y por Yoongi.
Asintió ligeramente. No dejaría que Min JongIn le hiciera daño de nuevo, no volvería a ser el mismo, ahora sabía que podía defenderse y lucharía con todo por su felicidad.
JongIn se miró al espejo con una mueca, al parecer no había nada roto, pero el color, el dolor y el aspecto era horrendo, se puso una bandita en la cortada que tenía en la nariz, estaba molesto y confundido, sin embargo, algo le hizo sonreír.
—KyungSoo estás loco—negó con un suspiro.
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Espero que les esté gustando está historia, ya entramos en lo más entretenido. Los amo 💗💖💜
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