15
Cuando pensaba en sí mismo, en lo que era su vida, cuando se detenía a pensar en lo que había sucedido en el último año y medio, oleadas de arcadas le impedían hablar, sus ojos se nublaban debido a las lágrimas y sus manos temblaban, no podía describirlo de otra manera que no fuera un infierno, uno que por mucho tiempo creyó que era lo correcto, pero ¿Cómo sería correcto vivir siendo lastimado? Toda su vida le habían instruido en lo que debería hacer, independientemente de sus sueños, tenía que ser un omega sumiso, que estuviera de acuerdo con todo lo que su alfa decía, tenía que ser el esposo perfecto y el padre ejemplar, tenía que ser un adorno más en el hogar, sin ilusiones de prosperar o deseos de crecimiento.
Ahora que estaba en un lugar diferente, alejado de sus creencias, de todo lo que una vez le lastimó, donde era libre, era que se daba cuenta que la vida no era tan gris, y que no debía ser dolorosa. Estaba experimentando el vivir por primera vez, como un niño que conoce el mundo.
Estaba lejos de todo aquello que pudiera lastimar a su hijo, pero no era fácil, estaba por cumplir diecinueve años, tenía un hijo de diez meses y estaba huyendo de su esposo. Aunque la operación de Yoongi había sido un éxito, tuvo complicaciones en su recuperación, fiebre y sus defensas estaban bajas porque el pequeño no quería comer la dieta blanda que le recetó el doctor, porque era demasiado insípida para sus papilas gustativas.
KyungSoo no podía dejar que Minseok cuidara de su hijo, no quería que fuera una carga, por eso tomó la decisión de dejar su empleo, Lay le había dicho que estaba bien, que cuando Yoongi estuviera por completo recuperado podía buscar algo nuevo. Pero, aunque tenía el apoyo, no dejaba de sentirse un fracaso.
—Yoonie—susurró acariciando su mejilla—. ¿Papá lo logrará?
No se dio cuenta que en la puerta se encontraba Lay con una sonrisa melancólica, por más que se esforzaba, realmente no podía hacer que KyungSoo dejara de preocuparse y de sentirse un estorbo, era mucha su inseguridad, lo adjudicaba al hecho de que había sido criado con un propósito erróneo y ahora tenía que reestructurar sus creencias, y también, pensaba que su esposo, le había hecho más daño del que había admitido, no sabía la historia completa, pero en sus ojos veía el dolor y no podía evitar odiar a ese desgraciado.
—Traje de cenar—aviso haciendo que Soo le mirara y sonriera, Lay entró a la habitación mirando al bebe dormir con los brazos y piernas abiertas—. Vaya que sabe cómo dormir. ¿Qué tal la herida?
—Mucho mejor, sigo poniéndole la gasa, los puntos se los quitaron apenas ayer, pero no quería arriesgarme.
—Está bien, lo importante es que se está recuperando—le sonrió—. Vamos a comer algo, te aseguro que no lo has hecho ¿Verdad?
—Realmente no tengo mucha hambre—suspiró, pero se levantó, siguiendo a Lay fuera de la habitación—. ¿Qué tal el trabajo?
—Cansado como siempre—chasqueo la lengua abriendo las bolsas de comida—. Pero, tengo el fin de semana libre—le sonrió—. Podré dormir hasta tarde...aunque pensaba en que podíamos cenar fuera.
—¿Qué? —le miró confundido.
—Desde que llegaste no hemos hecho nada interesante, también es bueno que conozcas la cuidad de noche.
—No estoy seguro de dejar a Yoongi y llevarlo tampoco.
—Podríamos pedirle a Misneok que nos ayude, no se negará y no será mucho tiempo, sólo unas tres horas. ¿Qué dices?
KyungSoo quería negarse, pero, al mismo tiempo sentía que realmente le hacía falta despejar su mente. —Suena bien—asintió sirviendo la cena.
Lay no podía evitar sentir que esa escena era tan doméstica, no podía evitar el jalón en su pecho, entre más tiempo pasaba al lado de KyungSoo sus sentimientos crecían, le gustaba su forma de ser, su rostro y la forma dulce en la que hablaba y se comportaba cuando estaba al lado de Yoongi, un pequeño risueño y lindo, que también había aprendido a querer y a preocuparse, en los días de mayor trabajo no dudaba en mandarle mensajes para saber cómo estaban, tal vez su corazón quería algo más, pero ¿Soo estaría listo para eso?
—¿Te gusta Seoul?
—Es lindo, las personas son respetuosas, lo cual es bueno, al menos no me han preguntado por el padre de Yoongi.
—Hablando de eso ¿Has sabido algo de él?
Por el semblante de KyungSoo se dio cuenta que no era un tema com el que se sintiera cómodo.
—No tengo forma de saberlo, nadie sabe que estoy aquí y no he tenido contacto con mi familia, más que el que tú me das.
—¿Crees que te esté buscando?
El miedo recorrió su cuerpo entero, su mente le estaba jugando mal, mordió su labio inferior.
—No lo sé, espero que no.
—Lo lamento, sé que no te gusta hablar de eso.
—Está bien, si me preguntas, realmente no creo que lo esté haciendo, él dejó muy claro que ni Yoongi ni yo le importamos, así que supongo que está siguiendo su vida, tal vez ahora pueda casarse con alguien que realmente quiera.
—¿Fue duro vivir con él? No conozco a los Min, tal vez he oído un par de cosas sobre ellos, pero me imagino que tienen un ego grande.
—Su enorme ego no es el problema realmente, son personas malas, con pensamientos duros y son crueles con sus palabras—se quedó en silencio unos momentos, debatiendo si era preciso seguir hablando, confiaba en Lay, sin embargo, no quería que viera que era un estúpido por haber aguantado tanto.
—Soo, yo jamás te voy a juzgar, en todo esto eres quien menos culpa tiene—dijo, como si hubiese sido capaz de escuchar sus pensamientos.
—Bueno—tomó aire que exhaló lentamente—. Pocas veces tuve contacto con su padre, el señor Min era duro, cuando nació Yoongi le hizo una prueba de ADN, porque pensaba que no era su nieto, eso por su aspecto físico, su madre era peor, me culpó porque JongIn no me había marcado, dijo que no estaba siendo suficiente para su hijo, todo eso lo aguanté y lo comprendí, también creía que era mi culpa y me esforzaba, pero lo peor vino después.
—Cada vez odio más a tu esposo. ¿Qué fue lo peor que hicieron? ¿Te lastimaron?
—Estaba esperando otro bebé, Yoongi tenía cinco meses, estaba perdido, porque en el primer embarazo JongIn se portó muy mal y realmente nunca estuvo presente, así que no dije nada, pero, él entró en celo, y...—sus labios temblaron—. Fue...ni siquiera sé cómo me siento al respecto, los Min dijeron que era mi culpa, por ser débil y que realmente no importaba, que volvería a tener otro hijo y esto quedaría en el olvido, sus palabras me marcaron, son unas horribles personas. Ellos son malos Lay.
Lay se quedó sin habla, mirando cómo las lágrimas de KyungSoo rodaban por sus mejillas, entrecerró los ojos, no podía creer que existieran personas tan crueles en el mundo, sintió pena por el omega, y odio, un odio terrible por el alfa que se había cruzado en su camino.
Se acercó a él, atrayendolo a su cuerpo, lo abrazó con fuerza, permitiendo que después de mucho tiempo KyungSoo se sintiera apoyado y acompañado en su dolor.
—No debí hablar de esto yo...
Lay tomó sus mejillas, le sonrió y con sus pulgares trató de limpiar sus lágrimas, sonriendole con ternura, algo que hizo que el corazón de KyungSoo latiera con fuerza ¿Por qué se sentía de esa manera? Nadie le había tratado con ese nivel de ternura.
—Tú puedes decirme todo lo que quieras, yo siempre estaré aquí para escucharte, y te voy a apoyar sin importar nada Soo, porque me importas demasiado.
—Gracias—sonrió a pesar de sus lágrimas—. Jamás terminaré de agradecerte lo que haces por mí.
—Es que no hay nada qué agradecer. Vamos a comer algo, anda, tienes que alimentarte.
Asintió, pero no fue saltado de inmediato, Lay se acercó a su frente y la besó, después apretujo sus mejillas y le hizo reír. Se sentía cómodo a su lado, y protegido.
—Ya no pongas esa cara—dijo Minseok quien tenía en brazos a un Yoongi dormido.
—Será algo rápido y...
—Basta, no te preocupes, se queda en buenas manos, además lo extrañaba.
—Gracias—suspiró.
—Te ves muy lindo ¿Listo para salir?
KyungSoo, bajó la mirada, sí, tal vez se había esforzado por verse decente, usando ropa que nunca había usado, eran unos pantalones negros y un suéter de cuello alto beige, su madre se lo había regalado antes de casarse, no pensó que lo estaría usando en esa ocasión, su cabello estaba peinado hacia atrás y había usado algo de perfume, no quería darle un significado más profundo a esas cosas, lo estaba dejando pasar, no quería que nada se malinterpretara.
—Supongo que sí, sólo iremos a cenar.
—Lindo Soo ¿Alguna vez has estado en una cita? Ya sabes, salir con alguien buscando un fin romántico.
—No—negó de inmediato—. Además, está no es una cita, ambos somos amigos.
—Bueno, igual diviértete y relájate, por favor no te preocupes demasiado, Yoongi estará bien.
KyungSoo asintió, para él no era sencillo, pero una parte de su ser estaba feliz de tener una noche libre, había mucho que quería conocer de aquella ciudad, se despidió de su bebé con un beso y prometió que regresaría pronto, Yoongi, sin prestarle atención abrazaba a Minseok. Sonrió, su hijo sin duda sabía que personas eran buenas para él.
Lay lo esperaba al final del pasillo, había dejado de hablar por teléfono, sobre una consulta del trabajo, al verlo le sonrió, Lay era muy apuesto, con aquel suéter en V negro y pantalones de mezclilla oscuros, KyungSoo no se fijaba en las personas, mucho menos en los alfas y su aspecto, pero, al verlo ahí, sonriendo tan lindo y vestido de esa manera, sintió un revoltijo en el estómago.
Ambos bajaron las escaleras y salieron del edificio, Lay le abrió la puerta del auto, cuando ambos estuvieron arriba, comenzó a movilizarse, puso música, había algunas bandas de rock que le estaban gustando, Lay tenía buenos gustos musicales.
—Amo está canción.
—¿Qué dice? —preguntó curioso, porque no era bueno con el inglés, en realidad sentía que no era nada inteligente y le faltaba mucho conocimiento.
—Se llama Dont Cry, no llores—sonrió—. Dice...Háblame suavemente, hay algo en tus ojos, no bajes la cabeza con pena, y por favor no llores, yo sé cómo te sientes por dentro, he estado ahí antes, algo está cambiando dentro de ti, y no sabes—para su sorpresa, Lay era un buen cantante, tenía una voz dulce y armoniosa—. No llores está noche, todavía te amo bebé, no llores está noche, no llores está noche, hay un cielo arriba de ti bebé, y no llores está noche.
—Es una canción triste.
—A veces hemos de separarnos de las personas que amamos, pero eso no significa que no las amemos, a veces es lo ideal, lo mejor, no por eso quieres ver sufrir a esa persona, porque sufres con ella.
KyungSoo asintió. —Es una canción hermosa, su significado es doloroso, pero bello.
—Lo es—suspiró—. Puedo mostrarte más música, toda la que quieras, hay cosas que podrían gustarte mucho.
—Me encantaría, también quisiera que Yoongi escuchara algunas canciones bonitas.
Lay le sonrió con ternura. —Quien sabe, podemos hacerlo un gran artista.
—Él será todo lo que quiera ser, quiero que tenga lo que yo no tuve.
—Estoy seguro de que llegará a ser un gran hombre.
KyungSoo asintió, él deseaba todo para Yoongi, no importaba lo que le sucediera a él, quería que su hijo creciera siendo feliz, con todas las oportunidades que él jamás tuvo, sea omega o alfa, llevaría su crianza por un camino de bien.
Llegaron poco después a un restaurante, se veía lindo, elegante, KyungSoo se preguntó si estaba vestido para la ocasión, miró a Lay quién le indicó que entraran, al hacerlo el aroma a carne a la parrilla le encantó. Se sentaron en una mesa, Lay lo hizo frente a él.
—Aquí puedes asar tu propia carne, y hay buenos postres.
—Huele muy bien.
—He venido varias veces con los chicos del trabajo, pensé que te gustaría, y lo bueno es que no me equivoqué.
—¿No va en contra de nuestras creencias?
—¿Quieres seguirlas?
KyungSoo negó. —No quiero saber nada de eso ya.
—Entonces está bien, seamos unas parias juntos.
—¿Por qué te fuiste de Bombay?
Lay suspiró profundamente. —Querían que me casara con alguien que no conocía, ya sabes lo mucho que les gustan los matrimonios arreglados. No estaba dispuesto a eso, no era lo que quería, así que aplique para diferentes hospitales internacionales, así hasta que me llamaron de aquí, mis padres están muy molestos, pero creen que recobrarse la consciencia.
—Eso es valiente de tu parte, aunque no dudaría que serías buen esposo.
—Los matrimonios por conveniencia son dañinos, aunque mis padres se llevaron bien y enamoraron al final, no se eligieron, fue obligado, y a una temprana edad.
—Y jóvenes, muy jóvenes.
—Si hubieses nacido en otro lugar con diferentes posibilidades ¿Qué te habría gustado hacer?
—Estudiar—dijo con una sonrisa llena de melancolía—. No se qué quisiera estudiar, pero creo que podría ser bueno en algo. Quiero que Yoongi estudie lo que quiere.
Lay asintió con una sonrisa. —Soo, cada día me sorprendes más, no puedo creer que tengas dieciocho años, eres muy maduro para tu edad.
—Bueno, gracias, supongo que es bueno ¿Verdad?
—Claro que lo es, pero hoy quiero que te sientas feliz y tranquilo como un chico de diecisiete.
KyungSoo realmente nunca pensaba en su edad, porque no se sentía como un adolescente normal, no después de la crianza que le dieron y la vida que había tenido que vivir en el último año, sin embargo, existía esa añoranza.
Trató de relajarse y Lay le hizo el trabajo más sencillo, le divertía oírlo hablar, sus anécdotas interesantes y sus chistes que no tenían sentido, la comida también era muy buena, hace mucho que no comía algo tan delicioso, ambos quedaron satisfechos y pidieron postre, el cual compartieron.
—¿Quieres dar un paseo? —preguntó saliendo del restaurante—. Vamos por un café mientras caminamos.
—Claro.
Compraron un café caliente, porque el clima estaba descendiendo, no estaba muy acostumbrado a las bajas temperaturas, así que la calidez le ayudó, cuando ambos estuvieron cerca de lo que Lay nombró como el río Han, caminaron en silencio, mirando lo bonita que estaba la cuidad a esa hora, se detuvieron a sentarse en una banca.
—Es un lindo paseo ¿No crees?
—Me gusta, está cuidad me encanta.
—Es bueno que estés aquí.
El silencio reinó coronando ese momento, ambos estaban perdidos en sus pensamientos, KyungSoo imaginando que llevaría ahí a Yoongi cuando estuviese grande y Lay, nervioso, tratando de acomodar sus pensamientos y sus sentimientos, pero, aunque una parte de él le decía que debía detenerse, la otra, miraba atento la belleza de KyungSoo, como su piel y sus ojos brillaban, era precioso y su aroma dulce le llenaba de una armonía que no había sentido antes.
—Soo.
—Mmm ¿Dime? —dijo volviéndose para mirarlo de frente.
Lay tomó una bocanada de aire, seguro de que no había vuelta atrás y que las cosas podrían salir muy bien o extremadamente mal, pero, jamás le daría la espalda, lo aceptaría y apoyaría sin importar su corazón roto.
—Hay algo...algo que tengo qué decir. Tal vez...pero...diablos es difícil.
—¿Sucede algo?
—No, sólo quiero decirte algo—suspiró—. Sé que es algo repentino, y antes de hablar quiero que sepas que no hay nada que te ate, ni el agradecimiento ni nada, lo que te diré no va a cambiar nada sobre nosotros.
El corazón de KyungSoo latía con fuerza, observaba a Lay y se daba cuenta del conflicto emocional en el que estaba, eso lo puso en alerta.
—Me gustas, mucho, ha sido así desde que nos reencontramos, yo, sé que esto es difícil de escuchar, lamento si te incomodo, pero, no puedo evitarlo. Tenía que decirlo.
—Lay yo...
—Has pasado por mucho, cosas que nadie debería de pasar, te han lastimado y hecho sentir una basura, cuando la basura eran ellos, has pasado por tanto dolor, que...yo quiero que eso cambie, quiero hacerte feliz, demostrarte que hay muchas clases de amor, y que el amor no debe doler, no quiero amarrarte a nada, quiero que seas libre, quiero verte cumplir tus sueños. Porque me gustas mucho, te quiero Soo, y quiero a Yoongi, yo quiero protegerlos.
—Estoy casado...
—Si lo quieres puedo ayudarte a divorciarte, él no te merece Soo, nunca te ha merecido, yo sé que no tengo ni la mitad de cosas que él tiene, pero, soy honesto.
Los ojos se KyungSoo se cristalizaron. —¿Cómo puedes estar interesado en alguien como yo?
Lay frunció el ceño de dolor al comprender sus palabras, se acercó más, tomando sus mejillas con delicadeza, un toque que para KyungSoo fue dulce y cálido.
—¿Cómo no podría estarlo? Si eres el chico más lindo, dulce y fuerte que conozco, eres una joya invaluable, y mereces ser feliz. Yo quiero hacerte feliz.
—¿Cómo harías eso? Deberías buscar a un omega que no sea un desastre, que no tenga un pasado como el mío.
—No necesito buscar más si tengo oro en mis manos. Soo, puedes pensarlo, o puedes declinar en este momento, eso no va a cambiar la imagen y el cariño que te tengo, yo, quisiera que me dieras la oportunidad de cortejarte.
Para KyungSoo, que Lay estuviese pidiendo su opinión, que lo dejará decidir y que le dijera cosas tan dulces, le hizo sentir querido y valioso, nunca había sentido algo como un enamoramiento, no sabía qué era el amor, pero, en ese instante estaba seguro que Lay podría hacerle sentir todas esas cosas.
—Nunca he tenido la decisión de nada en mi vida, me han arrebatado todo, pero hoy, quiero ser feliz y... quiero que me cortejes.
Lay sonrió en grandes, acarició sus mejillas y beso su sien, era dulce, era tierno y se sentía correcto. Soo, pensaba que podría ser feliz.
Era una mañana friolenta, Lay acababa de irse al trabajo y Yoongi aún no despertaba, él se encontraba en la cocineta, bebiendo café, pensando en qué desayunar, sus mejillas dolían de tanto sonreír, anoche había sido mágico, no sabía cómo eran los cortejos, pero, estaba emocionado.
La puerta sonó, y al ser temprano, pensó que se trataría de Lay, que tal vez había olvidado algo, o que Minseok necesitaba su ayuda. Se encaminó a abrir, sin soltar la taza de café.
—¿Olvidaste algo? —preguntó al abrir, mirando fijamente la puerta.
Todo se detuvo a su alrededor, sus manos temblaron y mermó su fuerza, haciendo que la taza cayera al suelo y se rompiera en miles de pedazos, sus labios temblaron, porque estaba horrorizado.
—Hola KyungSoo.
—JongIn...
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