Vigésimo segundo capítulo.

La primera vez que vio a Tin ya habían pasado 18 horas desde su nacimiento. Antes de poder hacerlo la anestecia lo había tenido atontado y fue bombeado con antibióticos para evitar algún tipo de infección. Durante esas primeras horas, Mean había permanecido cerca, atento a las indicaciones médicas, yendo a ver a su bebé en Neonatología y hablando con Pete y Ae para mantenerlos informados.
Cuando fue llevado a ver al pequeño lo hizo en una silla de ruedas, atravesaron pasillos y varias puertas hasta que por fin llegaron a destino, allí realizó una higiene exhaustiva de sus manos, colocó la cofia y barbijo.

-Papás -habló una enfermera que estaba de guardia- que bueno verlos aquí, este señorito lo está haciendo muy bien.

Estuvo tentado a corregirla pero no lo hizo y Mean tampoco emitió ninguna palabra, más bien respondió con una sonrisa.

-Es un bebé hermoso -siguió hablando mientras caminaba guiándolos- por ahora se está alimentando por sonda pero será solo por pocos días.

El aire de la sala era bastante cálida, las luces tenues y algunos pitidos se escuchaban en el lugar, pero él no podía ver nada más que el ser más extraorinario que había visto en su vida. Era pequeño, diminuto, la piel era rosa, sus puñitos estaban apretados. Apoyó la mano sobre el cristal antes de colocarse las mangas para poder pasar las manos al interior de la incubadora. Sonrió ante el primer contacto y por la humedad que resbalaba por sus mejillas sabía que estaba llorando.

-Hola bebé -habló muy suave- hola Tin, mi amor, acá está papá... me dicen que eres muy fuerte, tienes que seguir así ¿si? Falta poco para que pueda alzarte en mis brazos y juro que nunca te voy a soltar.

No se dio cuenta cuando pasó, pero en algún momento los brazos de Mean lo estaba sosteniendo, sus cuerpos casi pegados.

-Tienes unos tíos que también te aman y te están esperando -sorbió un poco el agua que le escurría por la nariz- pronto vendrán a conocerte, también tendrás un primito o primita, cuando sea  mayores van a poder jugar y pelear cuanto quieran, y nunca nunca vas a estar solo, siempre vas a tener personas que te quieren alrededor.

Se sentía bastante dolorido, la herida reciente tiraba y aún con los analgésicos la molestia persistía, así que el cuerpo del alfa tras él fue un buen soporte y no dudó en dejarse contener. Permanecieron allí media hora hasta que ya no pudo seguir de pie.

-Vamos -lo llevó tomado de la cintura hasta dejarlo sobre la silla de ruedas- más tarde vendré unos minutos más.
-Pero...
-Tienes que estar fuerte para poder tenerlo en brazos -intentó convencerlo- y aquí todos lo cuidan.
-Quiero hacerlo pronto -dijo dejándose guiar- necesito besarlo.
-Lo harás, escuchaste a los doctores, Tin es un luchador al igual que tú, pronto vas a poder llenarlo de todos los besos que quieras.

Desandaron el camino hasta su habitación, se sentía agotado y sabía que era momento de volver a dormir.

-Gracias por todo Mean -dijo mientras se metía bajo las sabanas- nunca voy a poder devolverte lo que hiciste por nosotros.
-No tienes nada que agradecer -respondió mientras le acomodaba la almohada.
-Por supuesto que si, estás aquí y de seguro tienes mil cosas que hacer.
-Nada más importante que ustedes dos.
-Pero...
-¿Soy el jefe de un par de empresas, lo sabías?
-Como olvidarlo -hizo una mueca.
-Exacto, entonces yo pongo mis propios horarios, y en este momento decido quedarme aquí.

De pronto se sintió extremadamente tímido e inadecuado, tenía colocado un pijama con lunares, unas pantuflas sobre sus pequeños pies y el pelo en un desorden indomable. Desde su lugar, ya en la cama, observó a Mean que con diligencia le acomodaba la colcha y se detenía en el final.

-Dejaron que ingresara a ver a Tin porque dije que era tu pareja -la voz fue en un tono bajo- que nuestra relación era reciente y que me haría cargo de los dos.
-Ohhh Mean...lo siento.

En el momento experimentó incomodidad ante la revelación, supuso que para el alfa fue de igual forma al mentir a los médicos admitiendo una supuesta relación con un beta para cumplir con el pedido de seguir de cerca a su bebé.

-Cuando vengan en la próxima ronda aclararé todo con ellos, de seguro entienden que lo hiciste con la mejor intención.
-No tienes que aclarar nada -negó con la cabeza- si piensan que soy tu pareja podré seguir viendo a Tin mientras tu descansas.
-No es necesario.
-Si lo es -intentó torcer su idea- así él siempre está acompañado.
-Ohh okey, solo no quiero imponerte nada, estas haciendo demasiado por mi, por nosotros.

Por unos segundos pensó que Mean iba a contestar y no quería leer entre líneas, pero el alfa sólo movió los pies de un lado a otro y quedó en silencio haciéndole sentir bastante tonto por sus ideas absurdas.

-Debes dormir -dijo poco después- descansar para recuperarte más rápido.
-Entonces ve a casa.
-Me quedaré dando unas vueltas más, tu duerme.

El obstetra lo sacó de su sueño poco después, Mean ya no estaba a la vista, una enfermera le colocó un nuevo analgésico mientras le hacía una revisión y daba las pautas de como seguirían de ahora en más.

-Las hormonas ya no van a ser necesarias, al igual que los inhibidores del sistema inmune, por lo pronto voy a volver a indicar antibióticos de amplio espectro para combatir cualquier posible infección, y aunque es muy pronto para pensarlo, no es conveniente un nuevo embarazo, así que más adelante hablaremos de un tratamiento a largo plazo.

Sintió el calor subirle por el cuello hacia las mejillas y agradeció que no hubiera más personas en la habitación.

-Eso no...
-Plan, como tu médico y persona que acompañó este embarazo, estoy felíz de que hayas encontrado alguien de valía para compartir la paternidad, en este momento es crucial que tengas apoyo y contención, las experiencias de betas gestantes indican que luego del nacimiento prematuro pueden llegar a la depresión producto de la baja de hormonas y del período lejos del bebé que debe permanecer internado.
-Si, lo se -bajó la mirada- el consejero me lo había advertido.
-Confío en que tu pareja podrá colaborar estando a tu lado.

Podría negar una vez más las aseveraciones del médico, pero en cambio se dejó envolver por ellas y soñar por unos segundos de que Mean estaría para él y su hijo tal como el especialista afirmaba.
Esperó que lo revisara, le curaran una vez más la herida y mientras, dejó vagar la mente por la idea de sentirse amado lo suficiente para que no importara que fuera un beta.

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Hola!
Estamos tan cerca del final...
Espero les siga gustando esta historia, agradezco cada comentario y sus estrellitas, ustedes son las personas por las que sigo escribiendo.
Un abrazo inmenso. Cuidense.