Décimo primer capitulo.

-Sssss -emitió el sonido entre dientes.
-¿Duele? -preguntó Ae preocupado- ¿necesitas parar?
-No no -negó mientras intentaba seguir las indicaciones del profesional- solo tira un poco.
-Podrías para unos minutos -sonó preocupado mientras detenía todo movimiento.
-Por favor, dícelo -le pidió al kinesiólogo que seguía atento la postura- dile que no pasa nada, que es normal.

El médico sonrió y negó con la cabeza, supuso que muchos padres se ponían igual de ansiosos. Aún con las reticencias del alfa siguió adelante, la molestias en el abdomen eran ya moneda corriente y algo a lo que se había acostumbrado, estirar sus músculos era un sacrificio que haría mil veces si eso significaba que su bebé tendría mayor espacio.
Luego de la consulta donde lo midieron, pesaron y tomaron la presión sanguinea para comprobar que todo estaba bien y de separarse de Ae para que fuera a trabajar, se encontró con Plan que lo esperaba con una sonrisa inmensa en su rostro en las afueras de la clínica.

-¡Es un niño! -le dijo mientras lo abrazaba con fuerza- ¡una pequeño niño!
-Dioses...
-Está bien, su crecimiento sigue bien -habló apresurado sin soltarlo- el doctor dijo que es muy probable que también se manifieste como beta pero eso no importa, lo amo, es un niño y lo amo.
-Estoy tan felíz por ti -besó su mejilla- ahora quiero que respires y me cuentes todo.
-Tengo ganas de un helado, realmente es un antojo de helado de chocolate con almendras -llevó la mano a la pequeña protuberancia en su abdomen- este chiquito no deja de moverse, el doctor dice que es por la cantidad de dulces.
-¡Entonces es igual a ti!

Caminaron unas cuadras para encontrar heladería y con varios potes en bolsas siguieron hasta su hogar.

-Si fuera por Ae apenas me movería para salir a los controles -contó mientra buscaba las cucharas- es más, ni siquiera caminaría una cuadra.
-Supongo que es normal en su situación -respondió mientras llevaba la primer cucharada a la boca- mmmm delicioso.

Se ubicaron en el sofá, un gran tazón de crema helada para cada uno mientras hacían sus confidencias.

-Se que fui un tonto, ahora puedo verlo, es que... tal vez la necesidad de ser amado me llevó a creer cada una de sus mentiras.
-Perdona si estoy haciendo esta pregunta, es solo curiosidad -quiso seguir pero las mejillas ardieron en la vergüenza.
-Quieres saber sobre el sexo -afirmó su amig- ohhh, yo hacía todo lo que pedía aunque no lo disfrutaba, pensé que eso era amor, por lo general él me conseguía esas estúpidas pastillas porque decía que aumentaban el deseo sexual -llevó otro bocado de chocolate a la lengua- te puedo asegurar que nunca funcionaron y las odiaba.
-Entonces...
-Como dije, creí que lo que vivía era estar enamorado y también necesitaba sentirme amado, aceptado por alguien... cuando le dije que estaba embarazado, eso fue un desastre.
-¿Te maltrató?
-Me tiró dinero encima para que me quitara el problema, no lo culpo por eso, después de todo soy un beta y bueno... ya sabes, pero me dejó solo con todo y yo estaba aterrorizado -posó los ojos en el envase como si allí estuvieran todos los recuerdos- estaba en la puerta de la clínica y tenía miedo de morir allí sin que nadie supiera, así que corrí a casa y contra todo buen juicio se lo conté a mi papá, le pedí que me acompañara.
-¿Se negó?
-No, me preguntó si eso era lo que en realidad quería y me sugirió que primero visitaramos a un médico, allí me hablaron del tratamiento -sonrió antes de seguir- no podía hacerlo Pete, así como tú, supe que tenía que luchar por mi bebé, mi padre vendió la casa para pagar el tratamiento, nos mudamos de ciudad, estamos en un lugar alquilado y bastante barato, solo ruego a los dioses que sobreviva.

Dejó el helado a un lado y abrazó a su amigo, no podía imaginarse el terror de afrontar un embarazo sin su pareja.

-Tenía tanto miedo al principio -sintió como se aferraba a él- pero se que es un bebé fuerte y lo lograremos.
-Claro que si.
-Me dijeron que piensan la posibilidad de realizar la cesárea en la semana 34 porque no tiene espacio para crecer, luego un tiempo en incubadora para que gane peso.
-Falta tan poco...
-Todavía estoy comprando cosas para su ajuar, nos falta la cuna y algunas cosas más, supongo que tengo tiempo.
-Plan... -lo miró a los ojos- ¿no tienes miedo que el padre alfa aparezca?
-Realmente no, si lo hubieras conocido lo entenderías, era un total idiota, yo solo era diversión.
-Entonces, de seguro encontrarás a alguien que merezca tú amor y el de tu hijo.
-Lo dudo, creo que prefiero que seamos mi padre, yo y el bebé -lo vio apretar sus dedos hasta que se volvieran blancos- me aferré a ese imbécil porque creí que en realidad me quería, pero ya me di cuenta que eso es solo una ilusión, alfas como Ae solo existen muy pocos si es que existe algún otro.
-Tal vez...
-Soy realista Pete, soy un beta con un hijo que posiblemente también sea beta, no voy a dejar que nadie lo rechace como toda la vida hicieron con nosotros, tú sabes bien lo que es que tu familia te aparte.
-Pero mira, tu padre te adora y está a tu lado, no dudo de que ama de igual manera a su nieto.
-Y es una excepción que agradezco, sin él no podría hacer esto -suspiró antes de volver a hablar- ¿Un poco más de helado?

La tarde fue avanzando con los dos llenándose de dulces, el bebé dentro de Plan pegando pequeñas pataditas que lo hicieron anhelar sentir lo mismo. El timbre interrumpió un momento de letargo en el que habían caído los dos. Del otro lado encontró a Kaila con varias bolsas de comestibles.

-Siento venir tan temprano... -dijo luego de saludar- pero tal vez si no está Ae puedo estar contigo.
-Ohh si! -respondió entusiasmado- me parece una idea maravillosa, y tengo un amigo a quien presentarte.

Caminaron a la cocina antes de que Plan se sumara y saludara con la forma tan particular de ser, con una sonrisa radiante como a la que estaba habituado.

-¿Vas a comer con nosotros? -consultó la omega.
-No quiero molestar.
-No, nada de eso -le tomó la mano entre las suyas- Kaila ¿No te parece que debería quedarse?
-Creo que sería estupendo, solo dejenme poner todo al horno y podré estar con ustedes.

La omega se desenvolvió con naturalidad en la cocina mientras los betas la miraban hacer sin que les permitiera intervenir.

-Pete... se que es tonto volver a pedir disculpas -habló una vez que ya estaba todo despejado, Plan se encontraba en uno de sus innumerables viajes al baño- pero quiero que sepas que soy sincera, y me da una felicidad inmensa de que vayas a tener un hijo, tengo fe de que saldrá todo bien.
-No tienes que volver a pedir perdón -habló de forma suave- se lo que es el mundo y nadie quiere un beta para su hijo o su hermano... ahora solo quiero rodearme de cosas positivas y es muy importante que ustedes esten para Ae, aún Mean con su cara de pocos amigos.
-Pfff, de mis hijos es el más obtuso, mi pareja se encargó de meter ideas estúpidas en su cabeza y yo nunca lo contradije, supongo que es chocarse contra una pared reconocer que nada de lo que pensaba tenía fundamento, es asumir que su padre lo traicionó de todas las formas posibles, y eso es algo que todavía no acepta.
-¿Vendrá hoy?
-Si, él puede renegar todo lo que quiera, pero yo se la verdad.
-¿Y eso?
-El desea lo mismo que tienen tú y Ae, y anoche no podía parar de hablar de lo increible que le resultaba tener un bebé en la familia.

Una vez Plan volvió cambiaron de tema, Kaila se maravilló de saber que también estaba en espera y que sería un niño.

-Los dos son tan valientes -colocó las manos sobre las dos panzas- espero Plan que también me dejes ser parte...
-¿Lo dice enserio?
-Por supuesto -movió la palma para abarcar la pequeña hinchazón- todas las personas embarazadas necesitan apoyo.
-Se lo agradezco -sonrió con unas lágrimas contenidas- quiero que mi hijo esté rodeado de cariño.
-De seguro lo tendrás...

Hablaron un poco más en el sillón hasta que las llaves en la puerta indicaron que el alfa había llegado y por los sonidos, no venía solo, las voz que se elevaba de fondo indicaba que los dos hermanos habían comenzado otra discusión.

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Hola! Aquí un poco más para ustedes, ansiosa porque mi valiente Plan haga caer a Mean.
Les agradezco que esten leyendo. Les dejo un beso inmenso. Cuidense.