Décimo octavo capítulo.

Miró abajo, vio sus zapatillas sucias y sólo podía enfocarse en el diseño del piso ahora salpicado por bilis y los alimentos sin digerir. Escuchó como algo lejano el llamado de una voz conocida y unos brazos  los sostuvieron mientras le sacaban el teléfono de la mano.

-No quiero que vuelva a molestar a mi pareja -alcanzó a oir que decía antes de colgar- ven recuéstate.

No llegó a avanzar dos pasos antes que un dolor desgarrara su cuerpo doblándolo en dos.

-Plan! -gritó el alfa mientras lo sostenía- Plan!
-Mean -no pudo frenar el sollozo- es el bebé, duele, duele mucho
-Dime que hago -lo levantó en brazos y lo acostó en el sillón.
-Mis cosas -siseó entre dientes- un bolso azul en el dormitorio.

No supo si lo había buscado o no, pero pronto se vio levantado de nuevo y colocado en el auto.

-Hay que avisar a mi doctor y a la clínica -apretó las manos con fuerza para evitar gritar- Mean... tengo miedo, todavía no es el momento.
-Tranquilo -lo oyó decir pero solo podía pensar en su bebé.

Lo escuchó hablar y anunciar al médico que iban en camino. Todo era un borrón, una sucesión de imágenes que no entendía, esto no podía estar pasando, no era tiempo, su bebé era muy pequeño para nacer, pero supo que no había vuelta atrás, al llegar lo revisaron, constataron que la presión se había disparado y en sus circunstancias no se podía revertir. El cirujano, un pediatra y su obstetra le explicaron las medidas que se tomarían ahora, estaba aterrado, solo la mano del alfa sosteniendo la suya lo ancló a la realidad.

-En unos minutos colocaran la anestecia -le anunciaron- todo estará bien, es necesario que intentes tranquilizarte, comienza a hacer los ejercicios respiratorios que aprendiste en las clases.

Lo intentó.

-Tengo miedo.
-Sólo es antes de lo previsto -dijo el obstetra mientras le volvía a indicar como respirar- no podemos arriesgarnos a un pico de presión que sea irreversible y no podamos manejar.

Una enfermera le colocó una bata y poco después el suero.

-Tranquilo corazón -comentó con dulzura- pronto el bebé estará aquí, todo saldrá bien, ya lo verás.
-Estoy asustado.
-¿Quiéres que llame a tu alfa? -acarició su mano- no se movió de al lado de la puerta.
-Él no es...
-Oh! Disculpa, es que se lo ve tan nervioso que creí era tu pareja.
-¿Mean? -pensó un segundo antes de decir- llamalo por favor.

Al instante el alfa estaba a su lado, miró su ropa, manchas de vómito cubrían parte de su camisa, estaba algo transpirado y el pelo en todos los sentidos.

-Los doctores dijeron que ya es hora -apretó sus dedos- ya avisé a Pete y Ae.
-Mean... tengo mucho miedo.
-Lo sé.
-Por favor Mean -tomó aire antes de soltar- ¿Puedes quedarte a mi lado?
-¿Qué?
-No quiero estar solo cuando nazca mi bebé... ni siquiera elegí un nombre.
-Plan...
-¿Si? -otra nueva puntada apretó su abdomen.

Lo vio asentir y salir de la habitación. Enseguida llegó el camillero a llevarlo al quirófano. Aspiró el aroma aséptico, la mezcla de los químicos que se utilizaban allí, escuchó atentamente cada paso de la intervención que le harían, apenas sintió el pinchazo en la columna, contó hacia atrás como le indicaron mientras la anestecia hacía efecto. Esto estaba pasando, aquí y ahora su hijo conocería el mundo. Miró a un costado y allí lo vio, una cofia y una bata azul lo cubría, se acercó y se colocó a su lado.

-Tin me parece un buen nombre -lo escuchó decir- ¿no te parece?
-Tin... lo probó entre sus labios- me gusta.

Sintió la presión en su abdomen y como los movimientos se hacían allí, no dolía pero era extraños e incómodos.

-Vamos bien -habló el obstetra- lo estás haciendo bien... y mira este muchachito.

El movimiento fue rápido, el cordón umbilical cortado, un chillido casi inhaudible y ya no estaba, todo estaba preparado para ser trasladado a neonatología de inmediato.

-¿Está bien? -sintió las lágrimas caer, ni siquiera pudo verlo- ¿lo logró?
-Plan -habló su obstetra- ahora van a coser el corte, tienes que estar tranquilo, él esta dentro de lo esperable, para tu bebé las primeras horas son críticas, podrás verlo cuando pase el efecto total de la anestesia.
-No pude darle un beso -lloró abiertamente- ni un beso...
-Cada segundo es vital, ya tendrás tiempo para besarlo, es cuestión de tiempo.
-¿Puedo ir a verlo yo? -intervino Mean- ¿es posible?
-Pasará unas horas en cuidado intensivo, pero si, es posible.
-Por favor Mean -apretó su mano- ve con mi bebé, dile que se llama Tin, dile que lo amo, que pronto estaré con él.
-Se lo voy a decir.

Todo era inesperado, estaba allí, con la persona más improbable del mundo a su lado mientras daba a luz a su hijo. Comenzó a cerrar los ojos, dejarse llevar por el cansancio hasta que sintió algo que lo acompañaría al sueño.

-Lo hiciste muy bien -la voz del alfa y un beso en la frente fue lo último que escuchó antes de dormirse.

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Hola! Tres capítulos seguidos para que disfruten. Ya tenemos nuestro primer bebé, y casi que me enamoro de Mean. Espero les haya gustado, espero pronto tener más.
No se olviden visitar el Festival PinSon que está increible. Les cuento que tengo autorización para continuar mi one-shot "Moneda de cambio", espero hacerlo pronto.
Nos vemos en algunos dias! Saludos. Cuidense, no se olviden de dejar comentario y si quierenalguna estrellita.