Décimo noveno capítulo.
Décimo noveno capítulo.
Esperó tras la puerta que llevaba el cartel luminoso de Cuidados Intensivos Neonatología, hasta allí había sido guiado y estaba esperando que algún médico saliera a dar un parte sobre el bebé, todavía llevaba puesta la vestimenta quirúrgica que se había colocado para acompañar a Plan.
Mean, en sus treinta y tantos años nunca había pensado la posibilidad de vivir algo así, él era un alfa con una vida programada, una carrera y un conglomerado de empresas que ahora estaban en su poder, familias que dependían de cada una de sus decisiones, negocios que vigilaba con ojos de halcón, pero nada se comparaba a estar parado allí esperando por saber sobre la salud de un pequeño que no tenía nada que ver con él, y aún así, una ansiedad desconocida, un miedo inexplicable recorría sus venas bombeando a través de un corazón al que no podía importarle menos el mundo exterior y ahora estaba atado a la suerte de ese ser diminuto.
-¿Usted es el padre? -dijo en algún momento una enfermera tomándolo desprevenido- si es así puede ingresar unos minutos.
-Eh? -apenas le dio tiempo de reaccionar- si si, es mi hijo.
Abrió la puerta a una sala con iluminación blanca y ambiente cálido, tanto que lo sintió asfixiante.
-Por aquí -le indicó un sector con canillas- debe lavarse las manos hasta el antebrazo... tiene que colocar un nuevo barbijo y las botas descartables...así, perfecto.
Avanzó tras ella y se ubicó detrás de una mampara de vidrio, del otro lado los médicos estaban rodeando a un artefacto que se parecía a una cápsula espacial, cables se conectaban a varias máquinas donde se veían lecturas que no alcanzaba a distinguir.
-Por ahora solo podrá ingresar hasta aquí, si el pediatra lo autoriza podrá estar más cerca.
-¿Está bien? -no podía apartar la vista aunque realmente no llegaba a verlo.
-Es un pequeño luchador -le sonrió con suavidad- lo está haciendo muy bien.
-¿Si?
Antes de dar respuesta, la enfermera dio un golpe leve en el vidrio alertando a los médicos de su presencia, con rapidez se hicieron a un lado.
-Enseguida le darán toda la información -anunció mientras sólo podía mirar al frente.
Allí, con un cristal por medio que los separaba, dentro de una incubadora con soportes vitales, un gorro blanco diminuto que le tapaba hasta los ojos y medias ínfimas en sus pies, estaba el ser más increíble que había visto en su vida.
-Tin...-susurró con la emoción clavandosele en la garganta.
No se dio cuenta pero al minuto dos médicos estaban a su lado, el historial clínico en mano de uno de ellos.
-Plan no me había informado que el padre alfa estaría presente -la voz del más alto sonó a sospecha y acusación.
-Yo... realmente... -no tenía idea de que decir- somos pareja hace poco tiempo.
-No es el padre biológico -declaró con un tono más conciliador.
-No... nuestra relación es reciente, y me pidió que lo acompañara, a él y al bebé.
-Esta bien -la mano del médico se extendió para estrechar la suya- soy el doctor Blay Locket, llevo el caso de Plan, él es el pediatra especialista en neonatología, Dr Qhuin, les brindó las primeras atenciones a si hijo.
"Su hijo", había algo demasiado grande en esas palabras y le gustaba como sonaban.
-Como sabrá la condiciones del embarazo fueron excepcionales -habló el especialista- pero teniendo todo en cuenta el panorama es alentador, el peso del bebé es de un kilo y quinientos cincuenta gramos, para el periodo de gestación es muy bueno, ahora se lo mantendrá en la incubadora, aún no puede regular la temperatura corporal, se lo alimentará por una sonda, en principio se harán los estudios para verificar el funcionamiento de los órganos, pero todo indica que no hay mayores riesgos que los habituales, dependiendo de su evolución, muy pronto el padre omega podrá sostenerlo.
-¿Puedo acercarme?
-Sígame -atravesaron la puerta de vidrio y por un segundo creyó que caería al suelo al estar delante de la incubadora- en este sector las luces deben ser más tenues.
-Tin...
-¿Ese es el nombre elegido? Es un buen nombre.
-Dioses -habló por lo bajo- es diminuto, mire sus manitos...
-En el último periodo del embarazo el bebé acumula grasa, como este no es el caso, realmente se ve muy pequeño.
-Pero ¿esta bien? -no podía apartar la vista del cuerpito allí dentro.
-Le puedo asegurar que sus condiciones de salud son las que habíamos previsto, sólo se adelantó una semana a la fecha de cesárea que habíamos programado, cuando el padre beta esté en condiciones de deambular, podrá venir a conocerlo y estar a su lado, el contacto es primordial.
-¿Puedo acariciarlo? -habló impulsado por un instinto primario que le era desconocido, pero que lo impelaba a tener un contacto con el bebé que parecía aislado del mundo.
-Si se ha higienizado como es debido, puede tocarlo.
Estaba todo cubierto de azul, desde la cofia sobre su pelo a las botas descartables en sus pies, los dos médicos retrocedieron para darle intimidad luego de guiarlo con las indicaciones, pasó las manos por dos mangas que conectaban hacia el interior, por un instante pensó que esto era una locura, una acción irracional que nunca podría deshacer, el pensamiento se fue tan rápido como llegó.
Sintió un temblor recorrerle el cuerpo al primer contacto, la piel de la panza era translucida y de una suavidad inconcebible.
-Hola bebé...-dijo suave aunque sabía no lo oiría- hola Tin... dicen los doctores que lo estás haciendo muy bien... tu papá Plan dice que te ama y vendrá pronto así que tienes que ponerte muy fuerte para él.
Con la mirada recorrió las venas que se transparentaban a través de la piel, miró la boca que era apenas un montículo rosa, las mejillas casi inexistentes, las orejitas que estaban medio cubiertas, llevó la mano a las piernitas que no debían medir más de 15 centímetros, era lo más frágil y hermoso que había visto en toda su vida.
-Estamos todos esperándote afuera, tienes tíos y abuelos que quieren conocerte, mientras tanto yo me ocuparé de cuidar a tu papá, tu solo tienes que crecer fuerte ¿trato?
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Del otro lado de las puertas que indicaban el sector de Neonatología lo esperaban Pete y Ae, allí los encontró cuando pudo desprenderse de ese pequeño que lo tenía atado a su puñito.
-Ohhh dioses -lo abrazó Pete con fuerza y él lo rodeó con sus brazos- cuando dijeron que estaba el padre alfa realmente me asusté.
-Ese infelíz no tiene nada que hacer aquí -palmeó la espalda del beta- y yo vine para dar tranquilidad a Plan.
-En este momento está durmiendo, solo pude verlo por unos minutos, el doctor me dijo que todo salió bien.
-Si -le sonrió para darle mayor tranquilidad- fue un susto, pero Tin está muy bien, el pediatra me dijo que tiene un buen peso y que todo es dentro de lo que ellos tenían previsto.
-¿Tin? -sonrió con dos hoyuelos en las mejillas- eligió un nombre hermoso, no veo la hora de poder verlo.
-Es tan... -no sabía que expresión usar para definirlo- es perfecto, diminuto, pero perfecto, es suave, su piel es transparente y tiene una pelucita que apenas se puede sentir.
-Plan estará felíz de oírlo, por unas horas no podrá estar a su lado.
Comenzaron a avanzar a la zona de las habitaciones de internación, el beta iba exultante con un paso felíz mientras avanzaban, Mean caminaba siguiendo los pasos de los demás cuando ahora tenía el alma dividida entre estar junto a Plan o quedarse haciendo guardia en Neonatología hasta que le permitieran reingresar.
-¿Cómo hiciste para entrar a ver al bebé? -preguntó al fin Ae cuando ya estaban en la puerta donde permanecía Plan y Pete había ingresado a ver a su amigo.
-Le dije que era su padre alfa.
-¿Qué? -expresó su hermano- eso es una locura!
-No... -cerró los ojos un segundo y luego miró al menor con la verdad en sus pupilas- Ae... lo siento así, no se ni cuando ni como, solo se que es así, si lo vieras, es un pequeño luchador...
-Mean -habló incrédulo- no se si Plan tendrá la misma idea.
-Lo discutiré con el más adelante, ahora solo se que nadie me alejará de su lado.
-El bebé puede resultar ser un beta al igual que su padre, eso lo tienes claro ¿no?
-Entonces es bueno que siempre tenga un alfa que los cuide y defienda.
-Es increible... -un poco de duda se filtró en sus palabras.
-Si... lo sé.
-¿No darás marcha atrás?
-¿Tú darías marcha atrás? -invirtió la pregunta- con la incertidumbre del futuro, ¿volverías al antes?
-No -admitió con un poco de resignación- aunque muero de miedo, no volvería atrás.
-Es igual para mi -palmeó el hombro de su hermano- y no se como, pero haré que Plan lo vea de la misma manera.
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Hola gente! Pido disculpas por no darles más de esta historia, ya saben que soy un desastre pero nunca l@s dejaría abandonad@s. Espero hayan disfrutado este capítulo, Mean definitivamente ganó mi corazón.
Supongo que pronto tendremos el final. Gracias por aclmpañarme y siempre dar su cariño.
Un beso inmenso y cuidense!
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