Capítulo final (primera parte)

-Ae -se quejó- esto es innecesario.
-Ohhhh no no no -replicó su pareja- escuchaste al doctor tan bien como yo.
-Pero esto es una exageración!
-No lo es y te aguantas.

Los dos habían iniciado la discusión apenas el alfa lo obligó a sentarse en una silla de ruedas para hacer los metros que lo separaban de la habitación de Plan, al final fueron mas de 24 horas las que pasó en internación para garantizar que la nueva dosis de hormonas fuera asimilada con los menos efectos secundarios posibles.
Avanzaron con Ae empujando hasta llegar a la habitación, Plan le dio permiso para ingresar apenas llamó.

-Hola -habló por lo bajo al ingresar.
-Hola ustedes -le sonrió débilmente desde una montaña de almohadas- ¿Cómo estás Pete?
-Bien bien, solo que Ae ya está exagerando como siempre.

Los ojos de Plan se achinaron al sonreir, las ojeras se mostraban en su piel pálida y una mueca de dolor se dibujó en los labios.

-¿Estás bien?
-Si, solo tira un poco la herida, pero nada que no se pueda manejar.
-¿Pudiste volver a ver a Tin? -se interesó.
-Si -la sonrisa se hizo más grande- el doctor dice que lo está haciendo muy bien, en unos días más podré sostenerlo.
-Eso es genial!
-Lo único que lamento es que pronto me van a dar el alta -bajó los párpados- no quiero eso, quiero estar cerca suyo.
-Plan -acarició su mano- recuerda todo lo que nos dijeron, tu también tienes que ponerte fuerte, esto es parte del proceso.
-Es más difícil de lo que pensé.
-Lo imagino... pero acá nos tienes a todos para apoyarte.

Un suspiro resonó en la habitación, miró a los alrededores y vio un ramo de flores en tonos vivaces.

-Y eso? -le preguntó aunque ya sabía la respuesta.
-Mean las mandó -dijo en un tono suave que no dejaba entrever mucho- las envió con alguien, supongo que está muy ocupado para venir.
-¿Y tu padre?
-Vendrá en unas horas para llevarme a casa, pasó anoche a verme.

Hablaron un poco más y pudo notar las señales de la tristeza que se iba colando en el ánimo de su amigo, la situación, aunque era buena, no dejaba de ser dolorosa.
Se despidieron media hora después cuando una enfermera llegó a hacerle las curaciones para luego acompañarlo a ver una vez más a su bebé.

-Duele ver su angustia -comentó al moreno en el trayecto a su casa- ojalá fuera distinto.
-Es parte del proceso, eso lo sabes.
-Cierto, pero es dificil ser testigo sin poder ayudar y creo que ahora la soledad lo lastima mucho más.
-Pero no será por mucho tiempo...
-¿Crees que Mean -dejó la pregunta a medio hacer.
-Mean es la persona más impredecible y frustrante que existe, pero es obvio que no puede mantenerse alejado.

Una vez en su hogar lo llevó directamente a la habitación y lo metió bajo las sábanas como si fuera un niño.

-¿No crees que te estás pasando? -preguntó mientras apoyaba la espalda en el respaldar de la cama.
-Para nada -le dejó un beso rápido en los labios- tienes que hacer reposo.
-Eso no fue lo que dijo el doctor!
-Eso fue lo que yo escuché -se acomodó a su lado y volvió a besarlo antes de separarse una vez más- estoy seguro de que dijo que debía tenerte todo el tiempo en la cama.
- Ah ¿si? -entrecerró los ojos- ¿me vas a tener todo el tiempo aquí?
-¿Que estás pensando? -se separó un poco de su cuerpo- tienes la mente sucia!
-¿Yo? -sonó casi inocente- tu eres el que quieres tenerme todo el tiempo en la cama, yo solo busco ideas para no aburrirme.

Ae acercó los labios y realizó un pequeño barrido con su lengua dejando la humedad y calor colgada en su boca.

-Eres tan descarado -le besó la punta de la nariz antes de alejarse- pero ahora vas descansar mientras preparo algo liviano para que no afecte tu estómago.
-Esta bien -le sonrió y lo dejó ir.

Amaba todas las versiones de Ae, desde la más posesiva y terca a la faceta sobreprotectora que lo volvía loco al querer envolverlo entre algodones, solo podía imaginarse lo protector que sería con su hija.

〰️〰️〰️

-¿Estás bien? -Kaila tenía unas lineas de preocupación al mirarlo.

Hace tres días Plan había sido dado de alta, había ido y venido de la clínica varias veces acompañado en ocasiones por su padre y ahora la suegra de Pete.

-Sólo bastante cansado -dijo acomodándose en el sofá- y un poco dolorido.
-Ohhh cielo, podría mentirte y decir que mejorará pronto, pero lo cierto es que momento de que aproveches a dormir y reponerte, una vez que Tin esté en casa va a ser un tanto difícil.
-Lo mismo dijo el doctor, pero es complicado dormir, siento un gran vacío.
-Son  un par de semanas -intentó tranquilizarlo- ya verás.

Plan se acomodó un poco más, no se le daba ser buen anfitrión y mucho menos con los nervios a flor de piel.

-Corazón -le dijo la omega- ¿Porqué no te recuestas? Tendré algo listo para comer cuando te despiertes, se que estás agotado.
-¿No le molesta?
-Para nada! -le tomé la mano- recuerda que también tengo hijos y se como es al principio.
-Se lo agradezco.

Se puso de pie y avanzó hasta la habitación, realmente se sentía desgastado, vacío, al principio pensó que sería más facil, pero la tristeza lo agobiaba y sentía que estaba hundiéndose en la melancolía.
En la cama ni siquiera corrió las mantas y se acomodó sobre ellas, miró el mueble que había comprado para su bebé, los tonos pasteles y algunos dibujos infantiles se le antojaron tiernos cuando los vio por primera vez, al otro lado observó las flores que Mean le había enviado y trató de no pensar más en él, había sido un buen amigo pero en estos días casi no había aparecido, y aunque se mandaban mensajes ya no era lo mismo. Cerró los ojos, no podía deprimirse, pero en el fondo la oscuridad iba tiñiendolo todo.
Se despertó sin tener noción de cuanto tiempo había transcurrido, la sensación de alguien a sus pies.

-Hola -la voz apenas sururrada irrumpió en la habitación.
-Hola -respondió con voz rasposa.

Tal vez era un sueño, porque sino, lo había evocado con el pensamiento.

-Mi mamá acaba de irse, me dejó el encargo de darte de comer.
-No es necesario -comenzó a sentarse y Mean se apresuró a su lado para ayudarlo.
-No voy a ir en contra de mi madre -dijo con una sonrisa en la voz- ya deberías saberlo.

Al final terminó sentado, una bandeja en su regazo con un plato de sopa, tostadas, queso, verduras hervidas y jugo exprimido, el alfa a su lado controlando que comiera todo.

-¿Tu padre? -preguntó mientras lo observaba llevar cada bocado a la boca.

Suspiró, ese era un tema un tanto complicado, lo veía cada vez más  taciturno mientras deambulaba por la casa.

-Todavía está de turno, pero supongo que volverá pronto.
-¿Hay algo mal?
-Es que... lo amo, lo sabes, y el me ama de igual mamera, pero siento que esto no es justo para él.
-¿Qué cosa no es justo?
-Esto, todo, no lo se...
-Plan -los ojos oscuros se trabaron en los propios- puedes decirme.
-Es que sacrificó su felicidad por mi, y sí, se que mi madre no es la mejor, pero eso no significa que ellos no se sigan amando. 
-Pero fue decisión de tu padre acompañarte.
-Lo se... es todo tan confuso, se que yo no haría nunca algo como lo que hizo mi madre, no podría apartarme del lado de Tin, pero a la vez se que mi padre la ama con locura y la dejó por mi.
-Plan, escucha con atención, tu padre es un adulto que tomó sus propias decisiones y aunque no lo creas lo entiendo, nunca podría abandonar a mi hijo a su suerte.

Plan miró sus propias manos, se sentía desbordado, las palabras de Mean eran claras, un día formaría una familia con un buen omega y tendría hijos propios, ya no fingiría ser padre de Tin para estar a su lado en la guardia de una clínica.

-Plan.

De pronto la bandeja de comida frente a él era lo más interesante, no podía levantar la mirada.

-Plan!

Quería pedirle que se fuera, que saliera de la habitación, que le permitiera mantener un mínimo de dignidad.

-Plan! -lo llamó una vez más.

Demasiado tarde, las lágrimas se sintieron tibias al recorrer sus mejillas y caer en las manos que permanecían juntas.

-Oh no no -apartó la bandeja del medio- no Plan, no.

Pronto se sintió envuelto en la calidez de los brazos del alfa y rompió a llorar abiertamente. Todo. El embarazo, el rechazo, el miedo, el tratamiento, la soledad, el no tener a Tin junto a él, el enamoramiento por Mean, todo se derramaba a través de sus ojos.

-No llores por favor -pronunció en su oído- no lo hagas.
-Soy un tonto -graznó escondiendo la frente en su pecho- lo siento.
-Hey! No lo sientas -llevó la mano a su nuca- vamos...mírame.
-No...
-Shhhh mírame -con suavidad empujó para que elevara el rostro- quiero que me mires.

De cerca el rostro de Mean le parecía casi perfecto mientras que él estaría dando todo un espectáculo con la cara roja e hinchada.

-Me dije a mi mismo que primero obtendría el permiso de tu padre -le acarició el pelo con ternura- te cortejaría con flores, tal vez invitarte a cenar.
-¿Qué...
-Y de a poco te demostraría que puedo ser el mejor padre para Tin -la mirada del alfa parecía absorverlo- que aunque soy un idiota y te lastimé de forma cruel, eso no significa que no sienta algo muy grande por tí... por ustedes dos.
-Mean...

El acercamiento fue gentil y dulce, la tibieza de un beso casto y apenas perceptible.

-Puedo esperar todo lo que quieras -habló al separarse unos centímetros- solo no me apartes, dejame ser parte de tu vida y de ese pequeñito.
-¿Lo dices enserio?
-Lo más serio que se puede ser -dejó un beso en la comisura de sus labios- porque estoy enamorado de ti y tengo la esperanza de que sientas lo mismo por mi.
-Si -admitió con la voz apenas saliendole de la boca.
-Eso es perfecto -le sonrió- simplemente perfecto.

〰️🖤〰️

Hola! Ya vamos diciendo adiós, una segunda parte y luego el epílogo.
Les agradezco desde el alma el cariño a esta historia, su apoyo y cada uno de sus mensajes.
Nos vemos pronto ya en el último tramo.
Besos. Cuidense.