🩸 Manchas de sangre 🩸
—¿Seguro que es buena idea ir con ellos? —susurro la chica a lo que P asintió— si tú lo dices…
—Oh, no se preocupe, señorita—habla Gemini desde su sitio— a mi tampoco me dan buena espina —hablo unos niveles más bajo— pero este muchacho es muy tonto y no me hace caso y- ¡Oye,oye oye! No hagas eso.
El azabache había sujetado la lámpara sacudiendola de arriba hacia abajo, esa era su sutil forma de vengarse del grillo cuando hacia esa clase de comentarios.
Black Cat y Red Fox eran sus amigos ¿Que tenía de malo eso?
Ese día se habían dirigido al distrito Malum, Elizabeth se sorprendió cuando vio por primera vez a una de esas criaturas de piel grisácea, el pelinegro le habia pedido a traves de Gemini que cuando fueran esas criaturas le dejara a él hacer el trabajo. Su padre le había explicado que tal vez eran resultado de la enfermedad de petrificacion, P al ser una marioneta era inmune a la enfermedad pero Elizabeth no por lo que no deseaba que la castaña estuviera tan cerca de las criaturas, está última no tenia quejas sobre su petición. Tras unos pocos segundos de haber llegado se habían encontrado con Red Fox y Black Cat uniendo fuerzas momentáneamente yendo él y la joven unos pasos mas adelante y los otros dos stalkers atrás cuidando sus espaldas. Pronto comenzaron a caer gotas del cielo resultando molestas para los presentes, siguieron avanzando deshaciendose de cualquier marioneta o criatura que se interponiera en su camino y a medida que pasaba el tiempo la lluvia empeoró, los stalkers se detuvieron de repente por lo que los otros dos pararon su andar.
—¿Que sucede? —pregunto la castaña con algo de impaciencia, el ambiente no estaba muy agradable como para detenerse a disfrutar las vistas.
—Estoy agotado, a diferencia de él yo necesito descansar —constesta el de la máscara de gato refugiándose bajo techo siendo seguido por la mujer.
—Mi hermano necesita descansar y yo no lo voy a dejar solo ¿Les parece si los alcanzamos más tarde? —propone a lo que Elizabeth blanqueo sus ojos fastidiada agradeciendo tener la máscara puesta, a diferencia de ella, P acepto sin problema.
Pareciera que entre los dos, el joven cumplía el papel de ser el amigable del grupo, ni siquiera Gemini que también era un autómata era tan ingenuo como el niño títere.
—¿Para que proponen una alianza si de todas formas no pueden seguirnos el ritmo? —murmuro algo malhumorada.
Llevaban buen rato caminando sin parar y si, y puede que la lluvia sea algo molesta pero no era razón suficiente para tomarse un descanso, Elizabeth llegó a la conclusión de que algo planeaban esos dos y si no se cuidaban terminarían siendo víctimas de ello. Continuaron su camino por una plaza y tras enfrentarse a algunos enemigos y una marioneta que causó bastantes problemas llegaron a una casa en la que se detuvieron unos segundos en el que el azabache se dedicó a revisar en caso de que hubiera algún enemigo oculto, por su parte la castaña se sentó por unos segundos tomando la tela de su abrigo para luego exprimirla con sus manos sacando el agua acumulada en la tela. P regreso y alzo su dedo pulgar en señal de que todo estaba bien tal y como ella le había enseñado hace tiempo atrás y continuaron avanzando por los tejados de los edificios en completo silencio, Elizabeth por su parte observaba a su alrededor atenta a cualquier incidente que pudiera suceder.
No era ingenua, sabía que Distrito Malum era el lugar donde residían la hermandad del conejo y los problemas que causarían si se encontraban con ellos, observó a lo lejos al muchacho caminando hasta que lo vio correr en dirección a una criatura la cual inmovilizo rápidamente ¿Que eran esas cosas? ¿Acaso la petronecrosis había evolucionado al grado de convertir al portador en esas criaturas? La fémina negó, definitivamente algo extraño estaba pasando en Krat. Tras morir el zombie P miro su espada detenidamente por unos segundos para luego acomodarla debajo de su brazo mecánico, específicamente debajo de su codo para empezar a amolar la espada con este dejando boquiabierta a la chica.
—Veo que estás preparado para todo —comento observando el arma ahora con un aspecto más pulcro— ¿No tendrás de casualidad alguna función para preparar café? —bromeo a lo que P ladeó su cabeza confundido.
¿Función para preparar café? ¿Debería pedirle a su padre que le añada algún mecanismo que le permita realizar tal accion? El muchacho ya estaba reconsiderando la idea cuando la enmascarada colocó una mano sobre su hombro dándole un apreton suave a este llamando su atención.
»Solo estoy jugando P —aclara antes de que él mencionado se tomará en serio sus palabras — aunque… aprovechando podrías hacerme un favor —sonrie divertida por lo que va a pedir.
…
Elizabeth miro su espada reluciente pasando sus dedos enguantados por las orillas de este teniendo cuidado con el filo del arma, hace tiempo que su estoque necesitaba un pequeño mantenimiento pero no tenia las herramientas necesarias para hacerlo, que dicha a tenido al tener a su buen amigo títere multiusos ¿no? Tras guardar su arma la enmascarada miro al pelinegro a lo lejos junto a un comerciante que habían encontrado deambulando por el lugar, despidiéndose Gemini del hombre por ambos, la fémina se acercó observando que P tenía un disco vinilo en sus manos y soltó una risita.
—¿Te gusta la música? —indago a lo que él asintió guardando el disco.
Un titere al que le gusta escuchar música y leer libros, curioso pensó.
Recordó el otro día en el que fue tomada desprevenida por el chico y le había dicho su nombre y el significado de esté.
“—¿P? —habia preguntado entre divertida y curiosa por la elección.“
“—Una persona sabía le dijo a mi colega que su nombre tenía que ser especial —Explico Gemini por el muchacho— ¿Ha leído el cuento del travieso títere de madera al que le crecía la nariz cada vez que mentía?“
Elizabeth se había reído por la comparacion hecha por el grillo observándolos a ambos, títere y grillo, eran bastantes similares de hecho. Sintió que le tomaron del brazo atrayendola hacia atrás y segundos después vio una bola electrificada pasar segundos después.
—Me sigo preguntando cuál es el propósito de esas cosas además de atentar contra mi vida —reprocho molesta.
Subieron el camino teniendo cuidado con el objeto y subieron una escalera dirigiéndose a la derecha llegando a una puerta por la que cruzaron, dieron unas cuentas vueltas mas por el área y salieron a la calle viendo a lo lejos al Red Fox y Black Cat a lo que Elizabeth resopló.
Esos dos seguían sin agradarle, dejo a P y Gemini conversando con ellos y siguió adelante, faltaba poco para que llegaran al ayuntamiento del distrito Malum, si tenían suerte lograrian cruzar sin haber tenido tantos problemas. Llegó hasta el entrada del sitio la cual le impedía el paso, quiso abrir la puerta pero está estaba cerrada, frunció el ceño al percatarse de eso y miro a sus alrededores en búsqueda de algún camino alternativo que le permitiera continuar, minutos más tarde llego P a su lado topandose también con la puerta bloqueada.
—Esta cerrada —informo la castaña para que el pelinegro no perdiera el tiempo— tenemos que encontrar otra ruta.
La enmascarada se dió la vuelta caminando de regreso cuando unos segundos después escucho un estruendo alertandola y giro sobre su eje encontrando la puerta destruida y a P junto a ella haciéndole un gesto para que entrara “las damas primero” fue lo que interpretó, dió unos pasos y miro de arriba a abajo al jóven.
Si, definitivamente la única forma posible de que él tuviera tanta fuerza para cometer tal cosa era siendo una marioneta.
—La próxima vez avisa.
Pronto se escucharon unos pasos acercándose y ambos voltearon al fondo, la castaña maldijo por lo bajo llamando la atención del pelinegro por unos segundos antes de dirigirla nuevamente hacia los individuos, llevo su mano hacia la empuñadura de su espada sin embargo, Elizabeth sujeto esta deteniendolo.
—Dame cinco minutos, tal vez pueda conseguir que nos dejen cruzar sin tener que recurrir a la violencia —pidio para luego adelantarse— ¡Vaya! Cuánto tiempo sin verlos, está es una agradable sorpresa—saludo y el sonido del ataúd contra el suelo resonó en toda el área.
—Diria lo mismo pero creo que sabes lo que pienso al respecto —hablo el hermano mayor de la hermandad del conejo y Elizabeth sonrió de forma forzada.
—¡Vamos! Solo estamos de paso, no causaremos problemas, es más hasta hemos ayudado deshaciendonos de las marionetas del área —comento tratando de convencer al hombre escuchando la risa de la hermana menor por lo bajo.
—Silencio —dijo el hombre antes de volver a mirar a la castaña— Puedes seguir —sentencio a lo que la chica suspiro inconscientemente — pero él… no… no nos gustan las marionetas.
El hermano mayor alzo su gran arma en dirección a P quien imitó su acción sin dudar, Elizabeth mordió su labio evitando decir algo indebido, en estos momentos desearía que los otros dos stalkers estuvieran aquí, de esa manera la hermandad del conejo no presentaría tanta amenaza.
—¿Por él? —pregunto con falsa inocencia— no puedes dejarme avanzar a mi y no a él ¿Tienes idea de lo mucho que me costó que despertara del frenesí para que obedeciera a mis órdenes y me protegiera? Yo no pienso pelear contra esos monstruos ¿¡Y si se pega!? —inquirio con disgusto.
Casi pudo sentir la mirada azulada del jóven en sus espaldas y trago saliva nerviosa. Alzo su barbilla con altanería llevando ambas manos a su cadera sin dar su brazo a torcer. Observó de reojo como los otros tres fueron esparciendose por la zona y el mayor de todos camino de frente deteniéndose frente a la castaña quien tuvo que alzar su cuello para poder mirarlo, en total silencio el hermano mayor apoyo su arma sobre su hombro y se inclino hacia ella de manera amenazante.
—Ultima oportunidad señorita, o dejas al muñeco o mueren los dos aquí —La fémina frunció el ceño apretando sus puños y resopló molesta.
—¿Y si mejor te metes tus palabras por dónde no te da el sol y nos dejas en paz?
Por supuesto que Elizabeth no esperaba que el hombre reaccionara de esa forma… bueno… no tan pronto, la chica retrocedió lo suficientemente rápido esquivando el golpe que dió contra el suelo alertando a los otros presentes.
—¡No dejen que se escapen! —ordeno inmediatamente dirigiéndose a la de máscara bicolor.
La fémina desenfundó su espada rápidamente dispuesta a defenderse siendo interceptada por la hermana menor quien la sujeto de sus brazos.
—¿A dónde crees que vas? Mi hermano no ha terminado contigo.
El hermano mayor atacó nuevamente y pronto su arma choco contra la espada de P quien desvío su ataque comenzando a luchar contra el hombre.
—¡Tiempo acabado señorita, es hora de dialogar con las armas! —anuncio Gemini por todo lo alto.
Escucho la maldición que soltó la chica a sus espadas seguido de llamar a sus otros dos hermanos, Elizabeth no perdió el tiempo y le dió un cabezazo obligando a la otra a soltarla y empuñar su estoque en dirección a la hermana menor quien limpio la sangre de sus labios, al ver está gruño desenvainando sus dos espadas arremetiendo contra la castaña quien bloqueo su ataque enfrascandose en una pelea. El sonido del metal rozando contra otro se veía opacado por la lluvia torrencial que se estaba desatando queriendo ser parte de la acción, las fuertes pisadas del pelinegro hacia que el agua chapoteara mojando sus zapatos y parte de su ropa, en un rápido movimiento hizo un corte con su espada logrando herir al hermano mayor pero no lo suficiente para derrotarlo, el hombre gruño de dolor llevando su mano a la zona afectada, acercandose a pasos veloces el otro hermano se interpuso entre él y P atacandolo con su lanza tomando este su lugar buscando atinarle algún golpe al títere quien se dedicó a esquivar y bloquear sus golpes.
Por su parte, Elizabeth se mantenía en la defensiva con la hermana menor, al tener está dos espadas era difícil que tuviera alguna abertura por la cual contraatacar no obstante, esperaba el momento indicado y tenia el presentimiento de que seria pronto. La velocidad de sus movimientos había disminuido paulatinamente y cuando finalmente vió está abertura no dudo en aprovecharla con un ataque rápido que mando a volar una de sus espadas haciendo las cosas un poco mas justas dandole la oportunidad de darle una serie de ataques cambiando la balanza a su favor. En un descuido la menor resbaló y cayó de espaldas en el suelo empapándose más de lo que ya estaba deteniendo todos sus movimientos al sentir el filo del estoque contra su garganta.
—Hazme el favor y rindete —sentencio la castaña— no tengo tiempo para estarlo perdiendo contigo.
—¿Tiene prisa, My lady? —hablo alguien a sus espaldas.
—¿Acaso a ti te gusta estar bajo tal tormenta? Por culpa de ustedes y este inútil combate estoy mojada de pies a cabeza —contesto mirando al hermano menor de reojo escuchando una risa por parte de este.
—Largate, ya no eres útil en este combate —dice a la hermana menor.
—¡P-pero hay que deshacernos de la marioneta!
—¿Acaso no escuchaste? —interrogo ignorando sus palabras y tras maldecir acepto retirarse.
Al ver que ya no era una amenaza, Elizabeth retiró su arma dejando a la hermana menor irse y sin perder el tiempo la direcciono al otro presente.
»¿Así tratas a un viejo amigo? —inquirio denotandose la burla en su voz.
—Tu y yo ya no somos amigos.
El de máscara de conejo comenzó a caminar a su alrededor lentamente acomodándose la mano de marioneta sobre su hombro, miro a lo lejos al hermano excéntrico retirarse con una herida en su brazo, regresando el mayor a luchar contra P.
—No sabía que te iban más los muñecos —comento desenvainando su espada— ¿Es porque no se agota físicamente? —la castaña apretó el agarre contra su arma, no necesitaba ver bajo su máscara para saber que se estaba burlando de ella.
—No sabía que tú autoestima fuera tan escasa como para que te sientas inferior a una marioneta.
Un choque metálico y Elizabeth sonrió petulante al haber conseguido molestar al otro.
—No juegues conmigo, la que decidió irse fuiste tú —otro golpe— te ofrecí un puesto en la hermandad del conejo y tú lo rechazaste.
—Sabes que eso de aprovecharme del prójimo no es lo mío —da un paso hacia atrás esquivando la espada del otro— el remordimiento no me dejaría dormir en paz.
—El remordimiento se olvida con el paso del tiempo.
Sin dar más tiempo de charla, el de máscara de conejo arremetió contra ella tomando una actitud más agresiva por lo que a la castaña no le quedo más remedio que tomarse en serio el combate, el hermano menor no era tan ágil como la hermana no obstante, sabía lo mucho que disfrutaba de un duelo y lo astuto que podía llegar a ser si se lo proponía. Por un descuido suyo recibio una cortada en su mejilla la cual no era muy profunda pero que definitivamente le molestaría cada vez que se viera en el espejo, cambio la posición por una ofensiva y ataco seguidamente a su contrincante de manera que este se vio obligado a defenderse, tenía destreza para el combate, Elizabeth pensaba que de todos los hermanos, él era el que más se asemejaba a P en la forma de pelear sin embargo, este no tenia esa elegancia y delicadeza que tenia su compañero al moverse. El de máscara de conejo bloqueo su ataque y con la mano libre sujeto su brazo seguido de patear sus piernas logrando que la castaña perdiera el equilibrio y cayera al suelo, rodo hacia un lado esquivando el arma del otro y no perdió la oportunidad de devolverle la jugada al otro arremetiendo contra este cayendo los dos al suelo húmedo, tomo la espada del hermano menor la cual no había caído muy lejos y la coloco contra su cuello.
—¿Ahora traicionas a los tuyos?
—Ahorrate los comentarios, nada de esto hubiera sucedido si nos hubieran dejado seguir con nuestro camino —El conejo negó.
—Sabes que no nos gustan las marionetas y mucho menos las mentirosas.
—Las marionetas no pueden mentir —contesta recibiendo una risa cínica por parte de éste.
—Y tampoco asesinar.
Esto último dejo en silencio a la de máscara bicolor pero ni siquiera pudo responder cuando escucho un grito llamando su atención, la hermana menor corrió hacia donde estaba el mayor a unos cuantos metros del pelinegro.
—¡Mira lo que has hecho! —vocifero furiosa socorriendo el cuerpo de su hermano mayor el cual estaba en el suelo.
La castaña palideció al ver que sangre salía de su cuerpo mezclándose con el agua del suelo. Junto a la hermana llegó el excéntrico dejando caer su lanza para ayudar al mayor, ambos gritaban palabras de odio hacia el causante de esto. El hermano menor la empujó con brusquedad para luego arrebatarle la espada de sus manos seguido d guardarla en su funda dando unos pasos hacia adelante antes de voltear en su dirección.
—A esto me refería, My lady, hoy hemos sido nosotros pero quién sabe, a lo mejor mañana seas tú a quien asesine por órdenes de su creador —fue lo último que dijo antes de seguir con su camino dejando a la castaña con muchos dudas en su mente.
Rojo… ¿Porque su cuerpo tenía que verse manchado de ese color? Su espada cayó al suelo siendo sus manos temblorosas y llenas de sangre incapaces de sostenerla, aquella extraña sensación desagradable que experimento al asesinar al burro loco regreso nuevamente ¿Porque se sentía así? Su padre le había felicitado por hacerlo entonces no era malo, no obstante… ¿porque se sentía como si lo fuera? Podía sentir la lluvia empapando su cuerpo y escuchaba a lo lejos los gritos cargados de dolor por parte de los otros dos de la hermandad del conejo.
—¡Acabaré contigo! —le escucho vociferar tomando su lanza dispuesto a atacar.
—No, no lo harás —intervenido el otro hermano, aquel con el que no había tenido oportunidad de luchar— vamonos de aquí
—¡¿Acaso enloqueciste?! Esa jodida marioneta asesino a nuestro hermano, lo mínimo que podemos hacer por él es vengarnos.
—Y lo haremos, solo que no ahora —murmura precavido— esperaremos el momento indicado.
El más alto guardo silencio y tras chasquear la lengua acepto la propuesta del otro hermano dirigiéndose estos al cuerpo del mayor. Finalmente los tres se retiraron llevándose el cuerpo del hermano mayor con ellos, Elizabeth suspiro un poco incómoda guardando su espada antes de dirigirse al pelinegro con cierta inseguridad en sus pasos, decidió guardarse sus dudas para después y seguir avanzando. A lo lejos pudo ver a Gemini encenderse, a medida que se acercaba pudo escuchar las palabras del grillo hablandole a su amigo observando al muchacho negar de vez en cuando.
—No fue tu culpa, solo hiciste lo que tenías que hacer, recuerda… es por el bien de Krat, colega, cuando todo esto termine ya no tendras que hacer esto, es lo que dijo tu padre.
La castaña se detuvo por instante al oir sus palabras, al principio creyó que P solo eliminaba a las marionetas por Hobby, después penso que era para deshacerse de ellas y ayudar pero… ¿Realmente cuál es el objetivo de todo esto? Habían venido al distrito Malum porque el chico tenía una misión que cumplir y ella quería acompañarlo pero ¿Cuál era dicha misión? Reanudó su caminar y colocó una mano sobre el hombro del pelinegro quien se estremeció girandose rápidamente apuntando a su rostro con su brazo legionario, Elizabeth trago saliva nerviosa al ver pequeños destellos de electricidad venir de este, estuvo a punto de hacer algún comentario para aliviar el ambiente cuando se percato de la mirada del títere. Al verla, P bajo su brazo lentamente y desvío la mirada con algo de culpabilidad, su cuerpo había reaccionado inmediatamente dispuesto a atacar, recogió su espada guardandolo en su sitio seguido de caminar sin dirección alguna ignorando los llamados por parte de Gemini.
—¡Eh, Eh! ¿A dónde vas? Ya hemos terminado aquí, volvamos al hotel —no obstante nuevamente fue ignorado.
Elizabeth miro al chico alejarse a pasos rápidos de ella y mordió su labio sintiendo esa inseguridad nuevamente en su pecho, llevo su mano a este apretando la tela de su ropa entre sus dedos frunciendo el ceño ¿Que había sido eso? estaba confundida y no sabía que pensar exactamente, durante el día había hecho algunas bromas respecto a la condición no tan humana de P, incluso se había convencido de que él chico realmente no sentía emociones al ser un títere pero esa mirada la había hecho dudar sobre eso ultimo. El joven no solía expresarse mucho, más que fruncir el ceño o mirarla con confusión al no comprender algo pero a pesar de que su rostro se veía inexpresivo sus ojos expresaban agobió.
Sus piernas se movieron y pronto corrió en dirección a dónde había ido su acompañante, sin importar lo que hubiera sucedido deseaba conversar con él muchacho y aclarar ciertas dudas que tenía, así tuviera que conseguir papel y lápiz para poder comunicarse con él. Entro en el edificio por el que le había visto irse y miro a su alrededor encontrandolo un poco desordenado, avanzo a pasos cautelosos en caso de que hubiera algún invitado no deseado y estuvo a punto de llamarle cuando lo vió parado en un rincón mirando al suelo. Un poco aliviada de encontrarlo se acercó está vez asegurándose de hacer ruido para avisarle de su presencia y no reaccionara como hace unos momentos.
—Oye… sobre lo que sucedió allá afuera —comento iniciando la conversación y pronto enmudeció al ver en la dirección que está mirando el jóven— ¿Que diablos es eso? —inquirio horrorizada.
—Uh, yo no lo hubiera dicho así pero te entiendo, Tiene un ligero aire a él ¿Cierto? Ya sabes, la nariz y eso… —Comenta Gemini en un vago intento fallido de aliviar el ambiente.
—¿Un ligero aire? —pregunto incrédula— ¡Es idéntico!
Se mordió la lengua reprimiendo muchos comentarios por respeto al pelinegro pero ¿Que diantres había hecho Geppetto? El chico a su lado era una réplica exacta del niño del cuadro, si no supiera que P es un títere sencillamente hubiera creído que era un cuadro de su hermano menor. De repente el joven se arrodilló frente al cuadro y los otros dos hicieron silencio al percatarse de esto optando por esperar a ver qué haría el anterior mencionado, estiró su mano, aquella de apariencia humana, y la acerco al cuadro, sus dedos recorrieron el contorno de este, deslizándose por los trazos pintados del rostro del niño, sus mejillas, su nariz y por último sus ojos, unos ojos de tonalidad café. Un suspiro broto de los labios de P y lentamente bajo su mano de forma perezosa, se sentó en el suelo sin dejar de mirar la pintura y poco después miro sus manos abriendolas y cerrandolas constantemente.
—”Deshazte de ellos” —susurro el pelinegro y la castaña abrió sus ojos al escuchar su voz— padre me lo pidió.
Elizabeth se sentó a su lado sin poder digerir todavía el hecho de que todo esté tiempo el chico tenía la capacidad de hablar. Optó por guardar silencio esperando que sucedería a continuación, observó a su acompañante jugando con sus manos intentando limpiar los rastros de suciedad de estas percatandose de que a pesar de haberse mojado por la lluvia, su piel y parte de su ropa seguia manchado de cualquier tipo de líquido, aceite, sangre de los monstruos o sangre humana.
—¿A eso has venido hoy? —decidio indagar— ¿Has venido a matarlos? —P asintió sin mucho rodeo y suspiró nuevamente cruzando sus brazos— ¿Por qué? ¿Porque te ha pedido eso? ¿No sé supone que estás aquí para deshacerte de las marionetas afectadas por el frenesí?
—Nuestra misión es salvar Krat del peligro, señorita, eso también incluye humanos —explico Gemini y P colocó su diestra encima de este pidiéndole con ese gesto que hiciera silencio.
La enmascarada frunció el ceño al procesar sus palabras y mordió sus labios recordando las palabras del hermano menor.
—¿Entonces si yo presentará un “peligro” para Krat también me asesinarias? —cuestiono a lo que el pelinegro la miro al escuchar sus palabras.
El joven abrió su boca a punto de responder pero ninguna palabra fue emitida ¿Que se supone que debe decir? Si su padre le ordenará hacer tal cosa, él tendría que obedecer pero él no le gustaba hacer eso, no quiso matar al burro loco ni al superviviente, pero tuvo qué, eran ellos o él.
—No quiero hacerlo, no quiero seguir derramando sangre —respondio finalmente— pero ese es el propósito de mi creación —Alzo su brazo izquierdo y de este comenzaron a emitir chispas producto de la electricidad antes de dejarlo caer.
“Para ser un arma” eso es que lo había dicho con esa demostración. Elizabeth miro al frente observando encontrándose nuevamente con la mirada del niño en el cuadro y este le hizo darse cuenta de algo “Es solo un títere” se quiso recordar pero ya a estas alturas dudaba que P fuera solo un simple títere y la pintura era prueba de ello, nuevamente lo noto hacer ese gesto que llevaba rato haciendo con sus manos y chasqueo la lengua arrugando el entrecejo y con un pañuelo se aproximo al pelinegro pasándolo por su mejilla limpiando su piel como lo había hecho el otro día, ya un poco acostumbrado el contrario se dejo hacer sin causar algun problema.
—No eres un arma, P, Eres más que eso y creo que la prueba más grande de ello es esta pintura —tras decir esto sujeta sus manos deslizando la tela sobre su piel— No se que demonios este planeando tu padre o que clase de pensamientos psicóticos tenga como para recrear la apariencia de un niño de dudosa procedencia pero lo que si sé es que, no fuiste creado para ser una maquina asesina que utiliza su belleza para atraer víctimas.
El joven frunció el entrecejo con confusión al oir sus palabras y Elizabeth reprimio la sonrisa que se quiso formar en sus labios al ver esa expresión, al haber ayudado a mejorar un poco la apariencia del jóven guardo el pañuelo en su ropa húmeda, ambos estaban empapados de pies de cabeza pero como siempre, P era el que terminaba en peor condición.
»En fin, lo único que puedo decir es que no eres aquello que dices, Eres P, mi amigo tal vez no tan títere multifuncional que le hace falta tener una máquina de café integrada para estar equipado para cada ocasión —bromea sonriéndole y lleva ambas manos hasta sus hombros dándole un suave apretón en señal de cariño— a medida que vayas experimentado sabras quien eres y quién deseas ser, no lo que diga tú padre sino lo que quieras tú.
El pelinegro bajo la mirada sintiendo sus resortes susurrar dentro sí sin tener mucha idea de lo que estoy pudiera significar ”¿Quien deseo ser?“ Se cuestiono a sus adentros, no lo había pensado, P no se veía a si mismo como alguien que tuviera la opción de elegír, su propósito era cumplir las ordenes de su padre ¿No? Alzo su mirada encontrándose con el rostro de su acompañante bastante cerca y por un momento se pregunto de que color serían sus ojos, su mano se acercó hacia su mejilla, percatandose de la pequeña cortada que tenía y con su pulgar acaricio esta, Elizabeth se tenso al sentir el repentino toque del pelinegro, alejandose un poco carraspeó y se levantó del suelo colocando distancia entre ambos, todo esto bajo la curiosa mirada de P que la seguia desde su sitio.
—Mira, ha dejado de llover —menciona la castaña sin mirarle siquiera— creo que deberíamos regresar, mi cuerpo anhela descansar.
El joven miro su diestra recordando la sensación de la piel bajo sus dedos, pensando en las palabras de la chica. Si su propósito fuera solo seguir órdenes, no tendría ese “libre albedrío“ del que las otras marionetas no pueden gozar ni experimentar aquellas extrañas sensaciones que despertaban algo en su interior, se levantó de su sitio y miro nuevamente el cuadro acercándose a este.
—¿Te llevarás el cuadro? —pregunto el grillo a lo que el pelinegro afirmó tomando este.
Independientemente de lo que esto pudiera significar P optaría por no hacer preguntas y confiaría en su padre. Caminando detrás de la chica, el joven miro su mano libre percatandose de que está ya no estaba manchada con restos de sangre e inconscientemente miro a castaña a unos cuantos pasos mas adelante de él ¿Lo habrá hecho a propósito? Se pregunto a si mismo, miro nuevamente a su diestra y sus comisuras se estiraron un poco formando una casi imperceptible sonrisa en su rostro sintiendo una calidez en su pecho.
Debería regresar al hotel para un chequeo, siente que algo está funcionando mal dentro de si.
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