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¡LO OLVIDÉ!


  
—No quiero salir con chicos de la escuela,—le dije a Karen—ellos comenzaran a creer que soy una chica facil, ¡pues no!—repliqué al golpear la mesa con mi palma.

Todos los presentes ahi voltearon a vernos y luego volvieron a lo suyo.
Estabamos comiendo un desayuno riquisimo ahi en "Coffees", que es un lugar para desayunar con promociones casi variadas, la promoción era dos por el precio de uno con la compra de un café horrible.

—Ya, ya. Bien, entonces ¿qué quieres hacer?—susurró ella mientras se tocaba la cabeza.

—¿Qué no es obvio? Tengo que salir con un chico que no sea de la escuela.

—¿Y cómo quieres hacer eso? Si te trabas al hablar en publico.
—otra vez susurró.

—¿Por qué susurras?—susurré yo tambien mientras reí—Ni que fueramos espias.

El desayuno estaba delicioso, el lugar por supuesto estaba bien decorado: colores marrones y amarillos con ventanas azules y lámparas que colgaban de arriba con luz blanca del tamaño exacto.
Ademas que era un día perfecto, ni demasiado calor ni frio, y por la puerta entró un deleite de joven que hizo brillar aun más el lugar.

Era un sexy muchacho que caminaba hacia una mesa, con un bello trasero y una camisa blanca que lo hacia ver como un ángel.

—Mmm...—ahogué mi voz inclinandome hacia atras y procedi a morderme los labios al entrecerrar los ojos.

—¿Qué te pasa?

—Yo era atea hasta que vi a ese chico y no supe a quien dar gracias. Miralo ahi sentando sin hacer nada.—anuncié y dirigí mi vista a el chico sentado y Karen miró.

—Talvez sea gay...

—Por favor no.—mordí mis labios y suspiré poniendome roja.

—Bueno, ve a decirle algo.

—Eeeh, aah... q-que, ¿qué digo...? ¿Cómo empiezo, ahora?

—O puedes llamar su atención y esperar a que él haga algo.—dijo Karen—Miralo, esta allí solo, ve y habla.

—Lo haces oir facil. Es muy lindo y talvez me ignore.—balbuceé y comencé a mover rapidamente mi pie.

—Ok. Escucha,—sugirió ella—no pongas a una persona en un pedestal. Haremos esto, yo iré a decir cosas buenas sobre ti, algo inventado posiblemente, y tú espera y sonrie cuando él voltee a verte... ¿Si?

—¡Ay! ¡Gracias gracias!—expresé con una enorme sonrisa y salté a abrazar a Karen. La mesa quizás no permitio el abrazo, pero el entusiasmo si lo pudo ver.

Yo observaba a Karen y el como se comportaba frente a un chico.
Ella era una mujer fuerte y bella, con todas las cualidades que un hombre desea, a veces era mala, a veces era gentil, pero su gentileza siempre superaba su mal genio.
Un cuerpo increible acompañado de un caminar elegante con confianza justa.

Simplemente dos minutos. Dos minutos le tomó venir con el número de celular del chico.

—¿Qué hiciste? ¿Me odia?—puse mis manos como si fuese a orar y me lo lleve a la cara.

—Tranquila, tengo su número, anotalo y dice que te llamara. Tambien dijo que sos linda.

—¡Lo hiciste! Gracias, Karen. Te debo muchas, te quiero tanto amiga.—hice una sonrisa y mi cara se puso cómo un tomate.
Oculté mi cara con mis dos manos y Karen, con una expresión de incomodidad, me calló con un gesto.

—De nada, ahora limpiate la baba de la boca y los labios.—sonrió con maldad.

Salimos de allí y nos tomamos el autobús, el novio de Karen no estaba disponible para venir por nosotras.
En todo el recorrido por las calles de la gran ciudad, donde el paisaje era bellisimo de día y noche, yo miraba con gran serenidad por la ventana del autobús y luego dirigí mi mirada a mi izquierda donde estaba Karen.

A un kilometro de distancia su cara decia que estaba mal, algo estaba mal con ella y no hacia falta ser su mejor amiga para saberlo.

Entonces le propuse una noche de cervezas y comida junto con música de la buena, ella no tendria que preocuparse por nada, sólo de su casa... Pero Rafael y yo nos encargariamos de poner las cosas y luego limpiarlo todo.
Su cara pasó a mostrar una sonrisa, con algo de fatiga pero era una sonrisa, y luego asintio.

  
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Luego de una buena tarde de dibujos bien pagados que costaban mis dedos, quise relajarme con algo de música pero llamaron a mi celular.

¡Era él!, el chico sexy de la cafeteria.
Estaba apunto de enojarme porque yo ya estaba lista para cortarme las uñas. Con una voz más que seductora y atravesante me dijo que salgamos, muy formalmente se presentó y no tocó el tema de la invitación hasta ya unos minutos de llamada.

Acepte y me vesti con lo mejor que tenia en mi armario viejo, corrí a mi espejo y miré toda mi cara, me peiné mi hermoso cabello corto de color marrón y en mi cartera guardé lo esencial.

Eran como las 06 de la tarde y en el clima decia que no habria lluvia, seguido de un frio moderado.
Al bajar del autobús me dió un shock que hizo que me detuviera a mitad de camino, verlo allí apoyado en un árbol con las manos en su bolsillo y su pelo hermoso... Él al verme sonrió y caminó hacia mi.

—Hola, Raven.—dijo él—Lindo nombre. Me llamo Diego... sabes... Hoy reabren el parque de diversiones, ¿te gustaria ir ahi o prefieres algo menos infantil?

Juro que iba a desmayarme por sólo escuchar su voz. ¡Dios!
No pude evitarme soltar una risa nerviosa con sonido de puerco.
Me agradaba la idea de tener una cita asi, en un lugar de juegos donde la actitud del otro dice más que sus palabras.

Asentí con la cabeza y sonreimos con timidez.
Diego talvez sea el chico de mis sueños, aquel que escapó de un libro y llegó aqui para mí.

Claro que ante todo, primero el rapido test R.

   
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Fuimos de juego en juego, de comidas en comidas, me daba verguenza admitirlo, pero muy en el fondo, sentia que pasaron años desde que no me divertia asi.

Diego sin duda era un chico demasiado divertido y gentil ademas de culto. La cantidad de cosas que deciamos, el cómo nos expresabamos con chistes y referencias a cada tonteria antigua. Compartiamos el mismo gusto por el séptimo arte y la música, habia tantos chistes de por medio que no me aterraba ser la vieja Raven.

Entre pequeñas risas me detuve a pensar eso.
Mi reacción pasó de ser alegre a estar nerviosa. Talvez mi faseta de la chica boba le incomodaba de alguna forma. Quizás él estaba actuando para ocultarlo.

Estabamos sentados a lado de la casa embrujada, cuando Diego dejó de morder su manzana acaramelada, solté un suspiro y quise preguntarle directamente.

—¿No te parece raro?—titubeé y un frio subió por mi espalda—O sea me refiero a que... ¿no crees que es raro que una chica cómo yo hable asi?

—¿Hablar cómo? ¿Qué tiene de malo lo que estás hablando? No sé que tendria de raro o malo.

—Pero son cosas que alguien como yo no diria.

Deseé darme un golpe en la cara por lo tarada que me escuchaba.

—¡Ooh! Pero, ¿qué tiene de malo? Digo, son cosas que te gustan y eso es bueno.—expresó con una sonrisa—Sabes más que yo en esas cosas, ¡jaja! Ven, vamos a por unos peluches.

Mi panico bajó por unos momentos y sinceramente me preocupaba lo que él pensaba sobre mi.
Fuimos a un juego de tirar al aro y conseguimos un peluche de tortuga de tamaño medio.
Diego me lo entregó con una sonrisa y luego salimos del parque de diversiones y nos fuimos a las hermosas escaleras de una biblioteca publica.

Un lugar con luz amarilla en los pasillos de afuera que llegaban hasta las enormes escaleras, haciendo un juego de luces con el amarillo y el rojo de la entrada.

Ahi nos quedamos horas hablando sobre cosas sin sentidos y fingimos bailar en las escaleras mientras nos burlabamos entre nosotros.

Caracteristicas fisicas (20 puntos): por donde se lo mire es lindo. Un metro setenta y cinco, con un buen aroma y linda forma de vestir. Creo que Diego me gusta más por lo inteligente que es y no por su fisico.

Libros y música (20 puntos): sin más que decir, coincidiamos en todo eso y es genial.

Peliculas (20 puntos): no lo sé, pero a su lado yo me sentia una inexperta total.

Romanticismo (15 puntos): es atento y sabe usar las palabras, siempre decia lo linda que me veia, auque creo que tiene algo más sobre la manga.

Cuando las escaleras se volvieron nuestro escenario nos fuimos de allí.

A nadie en mi casa le importaba mi presencia, aún asi quise regresar temprano.
Claro que Diego me acompañó a esperar el autobús.

—¿Fue divertido?—murmuró.

—¡Si! No me habia divertido asi hace mucho.

—Si... Fue divertido salir contigo. Talvez otro dia podamos volver a salir...

Mis ojos miraron sus labios.

Mi corazón comenzaba a palpitar rapidamente y cuando noté que él estaba sonriendo, supe que se acercaria hacia mi.

¡NO! ¡No sé besar!

Es lo único que mi mente gritó al mirarlo tan cerca mio.
¿Pero qué? En mi primera cita con el chico que tenia mal aliento mi cabeza no reaccionó asi.
¡¿Por qué?! No logré saber cual era la diferencia.

Sus labios eran suaves, su beso era como si yo volara.
El beso duro un poco porque Diego notó que yo no hice nada.
Su pequeña risa hizo que me sintiera una estupida... de alguna forma, lo era.










             

Ja! Eso le pasa por zorra, ahre nada que ver. Hola gente bella ;3 dejen su sabroso voto y un comentario sexy, me gusta mucho. Si les gustó el capitulo me gustaria que compartieran la historia. BesoOos•
           
                   

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