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Epílogo (parte 2)


Árbol genealógico de personajes, para que sepan como va la genealogía de estos personajes y del siguiente libro :D

Su madre viajó durante un fin de semana a revisar el estado de una fábrica en las afueras de la ciudad. Drake prefirió quedarse en casa con Nanami; aunque le gustaba viajar, cuando su madre atendía negocios él no podía salir del hotel y así daba igual quedarse en casa o encerrado en un lugar desconocido.

Los sirvientes tenían esos días libres y el ama de llaves tenía autorización para realizar una visita a una tía enferma, con lo cual, solo Drake y Nanami se encontrarían en la mansión.

El niño tocaba un popurrí de melodías en el piano y su niñera cerraba los ojos, degustando la música. Ambos se sobresaltaron y miraron abruptamente hacia la ventana al escuchar un pequeño golpe.

Nanami se asomó y sonrió al ver a Colin abajo, a punto de lanzar una segunda piedra. Le avisó que no debía preocuparse y que enseguida le abriría la puerta.

El niño suspiró y cerró la tapa del piano, Nanami seguía viendo al sujeto ese a escondidas.

— ¿Así que tienes la mansión para ti sola? —el joven entró y se tumbó con descaro en uno de los mullidos sillones de fino tapiz.

—Para los dos —Nanami le respondió coqueta—. Bueno, los tres —añadió al ver a Drake.

—Pero al mocoso lo mandas a dormir.

Drake cruzó los brazos y se retiró, no aguantaría más a ese sujeto, si Nanami quería ser tan masoquista la dejaría. Solo esperaba que Colín no tardase en romperle el corazón de nuevo y así él y su niñera estarían solos, una vez que ella lo hubiera echado.

Leía tranquilamente un libro en el jardín, saboreando cada palabra de un relato de fantasía. Empezó a oscurecer y la visibilidad fue menor, además empezó a refrescar y tenía algo de frío. Señaló la página en la que se había quedado y antes de entrar recordó algo. La curiosidad lo invadió. Días atrás, Charleen había mencionado que había traído una espada para él, y estaba seguro que su madre la había recibido y guardado en el depósito. ¿Cómo lucía esa arma que habían enviado a fabricar exclusivamente para él?

Podía aprovechar que su madre no se encontraba y echar un vistazo.

Un cofre nuevo arrinconado en la pared de la izquierda saltaba a la vista, era obvio que ahí debía estar el regalo de Ethan. Lo abrió lentamente, aguantando la curiosidad. Envuelta en una tela blanca había un objeto alargado, lo destapó y descubrió una espada corta, con filo por un solo lado, delgada y con la empuñadura muy adornada. La funda era de cuero sencillo, y la espada bastante liviana para que él la maniobrase.

Respiró agitadamente al sostenerla con ambas manos, era una experiencia magnífica, la piel se le erizaba con solo imaginarse blandiéndola en una batalla como la de sus libros.

La agitó en el aire, sintiéndola cómoda y ligera, como si la hubiese empuñado toda su vida.

Se tomó su tiempo y le costó guardarla de nuevo. Sin dejar de contemplar el baúl cerró la puerta. Ya había oscurecido del todo y tal vez Nanami lo buscaba para darle su baño de la noche.

Escuchó la voz preocupa de la joven saliendo del cuarto de su madre. Entre abrió la puerta, ella y Colin discutían, el joven llevaba en la mano uno de los joyeros de la dueña de casa y la chica intentaba arrebatárselo.

—Si nos llevamos un par no va a darse cuenta —dijo Colin—. Tiene demasiadas y nos servirá para irnos juntos.

— ¡No Colin! No voy a robar, devuelve eso a su lugar, vas a meterme en problemas —suplicó estirándose para alcanzar la mano del joven.

Harto, Colín empujó a Nanami al suelo y guardó en su bolsillo todas las joyas, luego lanzó la caja, dispuesto a buscar más objetos de valor en la habitación.

Drake enfureció, deseó en ese momento tener la espada en sus manos y obligar a ese imbécil a pedirle disculpas de rodillas a Nanami y luego desaparecer de su vida para siempre.

— ¡Colín devuelve eso y vete! —gritó la muchacha, dándose cuenta que su novio robaría todo lo que tuviese al alcance si no lo detenía.

—Deja de fastidiar estúpida. —La tomó con torpeza de la manga del vestido y volvió a empujarla contra la pared.

Drake ingresó de pronto, destilando ira, completamente enfurecido.

—Drake, vete —le pidió Nanami, no quería involucrar al niño.

—No —la desafió avanzando con los músculos tensionados hacia Colin.

El joven balanceó la mano para derribar al niño de un golpe, pero Drake lo detuvo en el aire, con la palma de la mano a pocos centímetros de su rostro. Agarró al joven con fuerza, torciéndole la muñeca.

Incrédulo, Colin abrió los ojos con horror e intentó defenderse con la otra mano.

Anticipando su movimiento, Nanami tomó la pesada lámpara de la mesa junto a la cama y golpeó al sujeto en la nuca, derribándolo inconsciente al suelo, creando un charco de sangre bajo su cabeza.

La joven dejó caer el objeto al suelo con un gran estrépito y se cubrió el rostro. Aterrada.

—Lo maté, lo maté —sollozó temblando.

Drake se aproximó al joven y lo observó de cerca. No estaba muerto, pero sentía satisfacción por lo ocurrido, por fin Colin se llevaba lo que merecía, solo Nanami le preocupaba.

—No está muerto, tranquila —la abrazó.

—Si esta muerto Drake, ¿qué voy hacer? me meterán a la cárcel, no voy a poder vivir con esto, mi madre, ella...

—No Nanami, no hiciste nada —la interrumpió—. Hiciste lo que debías. Ve a buscar ayuda, diré que yo lo hice —la calmó.

—No, eso no puedo...

—Yo lo hice Nanami, él te empujó, lo hice caer y lo golpeé con la lámpara cuando estaba en el piso, me quedaré aquí, tu ve a buscar a alguien.

La joven asintió, esperaba que aún hubiera esperanza.

El niño se sentó al otro extremo de la habitación, observando el cuerpo al que poco a poco se le esfumaba la vida. Podría haber detenido la hemorragia dándole a Colin más oportunidad de sobrevivir... pero no se lo merecía.

—Drake es un niño muy tranquilo e inteligente. Esto fue claramente en defensa propia —abogaba por él uno de sus tutores, quien había llegado primero tras el llamado de la policía—.  Además, basta con examinar la escena, el niño es demasiado pequeño para poder golpear al joven en la cabeza.

—Eso es porque lo tumbé al suelo primero, le torcí la muñeca, pueden comprobarlo —intervino el niño.

—Drake, si lo hiciste seguro fue en defensa propia ¿verdad? —Lo tomó por los hombros, esperando sacar a su alumno de la situación.

—Sí, él agredía a mi niñera y robaba las joyas de mi madre.

— ¿Lo ven? Es completamente justificado —se dirigió a un soldado.

—El niño tiene antecedentes de agresión. —Inesperadamente llegó a la escena un hombre que Drake reconoció, era el que tiempo atrás hablaba con su madre: Ademar—. Le rompió la nariz a otro niño.

—Porque lo estaban molestando, hay cientos de niños que pelean y terminan con peores cosas que una nariz rota, eso no significa que Drake haya matado a ese joven con intención.

—Determinaremos eso cuando le hayamos realizado al niño las pruebas psicológicas pertinentes —avisó sosteniendo al pequeño con fuerza, con toda la intensión de llevárselo.

—No va a llevar a mi hijo a ningún lado. —Orietta llegó justo a tiempo, después que le avisaran lo acontecido en su casa, había acudido lo más rápido posible.

Hizo a un lado a Ademar y le arrebató a su hijo de las manos. Le agradeció al tutor de Drake por la ayuda brindada y le aseguró que no tenía de qué preocuparse en ese momento.

—Ese niño va a venir conmigo. —Ademar la penetró con la mirada, Orietta no se dejó intimidar.

— ¿Qué es lo que quiere con él? Estoy segura que aprovecha esta oportunidad para llevárselo.

—El niño es agresivo, como todos los unuas.

—Así que sabe lo que es mi hijo. —Se cruzó de brazos con alevosía—. Debe ser del ejército, y de seguro también sabe en qué problemas se metería si se lo llevara. A ellos no les agradará nada que anden investigando a un niño de su raza.

—Dédalo es una ciudad independiente, no una colonia unua. Nuestros vínculos se limitan al apoyo militar en tiempos de conflictos. Cualquier crimen cometido por ellos en esta ciudad está bajo completa jurisdicción del ejército de Dédalo.

—Pues si no viene con una orden oficial, no va a llevárselo. —No sabía exactamente cómo tratar la situación así que recurrió al único recurso que se le ocurrió.

Con una sonrisa sarcástica el hombre se despidió, asegurándole tener la orden a primera hora de la mañana.

En cuanto los oficiales de policía se retiraron tras recoger la evidencia correspondiente, Orietta pensó qué hacer.

Era una situación delicada y peligrosa, ese sujeto quería Drake y buscaría la forma de llevárselo, no comprendía sus motivos, ni le agradaban, tenía un mal presentimiento al respecto.

Escribió una carta y mandó de inmediato  a un mensajero. Charleen le había dicho que ella e Ethan se quedarían una temporada en un pueblo al norte de la ciudad, esperaba que todavía estuviesen ahí.

Al regresar a la mansión empacó rápidamente algunas pertenencias, incluida la espada, y partieron en la madrugada, debían esconderse hasta que Ethan fuese a buscarlos.

— ¿Vas a mandarme con ellos? —preguntó Drake mientras tomaba su desayuno en la posada donde se mantenían escondidos.

—No lo sé. No quiero que caigas en manos del ejército, quién sabe qué podrían hacerte, además esto puede traer un conflicto grande.

El niño asintió en silencio, comprendía lo que sucedía. Estaba envuelto en un grave problema, no solo por cubrir a Nanami, el ejército ya se había dado cuenta que andaba algo mal con él y de verdad resultaba peligroso, más si se desataban esos sentimientos de ira que reprimía casi a diario.

Por tres días, él y su madre huyeron en compañía de uno de sus fieles sirvientes, viajando de noche, sabían que les seguían los pasos y actuaban con cautela.

Orietta se ponía más y más nerviosa, y Drake comenzaba a extrañar a Nanami. No había sabido de ella desde la noche que había asesinado a Colin y se preocupaba.

—Drake despierta. Vístete rápido. —La quinta noche que pasaron escondidos lo despertó su madre.

Por fin Ethan les había dado alcance y los esperaba en el sendero que llevaba hacia el bosque de Autuno.

Orietta se cubrió lo más posible con una capa y con su hijo hizo lo mismo. El ejército de Dédalo buscaba por la zona y revisaban a cada niño que encontraban.

Drake miró por primera vez después de mucho tiempo al guerrero que conocía con el nombre de Ethan.

—Te dije que algo así sucedería —le reclamó a Orietta cuando se dieron encuentro.

—Fue un accidente que los del ejército aprovecharon. ¿Por qué quieren a Drake?

—No estoy muy seguro —respondió, esta vez sin reproche—. Charleen y yo nos quedamos una temporada en un pueblo, luego la gente dijo que Thane estaba trayendo problemas y una división del ejército intentó llevárselo también, aprovechando que hace un par de años delimitamos el poder que los unuas tenemos fuera de las colonias. Nos están investigando, saben que somos un potencial peligro e intentan conseguir niños de nuestra raza para estudiarnos a fondo.

— ¿Y qué haremos? —preguntó cabizbaja, presintiendo la respuesta.

—Seguro buscarán a Drake por todo el territorio, debo llevarlo a una de las colonias, hasta que solucionemos el asunto. Si los humanos no entienden por las buenas, nos veremos forzados a empezar un conflicto. Además se acerca el veintiuno, debo entrenarlo.

Con todo el dolor de su corazón Orietta se arrodilló lentamente para estar a la altura de su hijo y le habló mirándolo a los ojos.

—Sabes que esto es lo mejor que puedo hacer por ti.

—Lo sé madre —respondió abrazándola. No se sentía mal, sabía que irse con Ethan era lo mejor para todos.

—Ethan será como tu padre desde ahora, te hará fuerte, y cuando todo se solucione te traerá de vuelta conmigo —dijo mirando a Ethan a los ojos, como una amenaza.

El niño asintió, tomó la espada y su equipaje. Ethan se adelantó por el sendero, esperando que el niño le diera alcance.

Drake caminó de espaldas, distinguiendo en la oscuridad la figura de su madre mientras un presentimiento en su interior que se obligaba a ignorar, le avisaba que ese era un adiós definitivo.

Bueno, ahora sí fin, auqne continúa en el siguienmte libro ForisII: la quienta nación. Los primeros capis ya están en Wattpad e iré subiendo capis, lo más pronto que pueda, así quele spido paciencia, ese libro no está escrito e iré actualizando cada vez que escriba. También les pondré un par de extras en este libro, entre mañana y pasado.

Mil gracias por seguirme! recuerden que pueden comprar este libro en Físico! por Amazon y en Bolivia lo encuentran en las principales librerías de cada ciudad, si no lo tienen lo pueden pedir, se publicó con editorial Kipus.

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