Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Recuerdos

El tesoro de Arnold

Capítulo titulado: Recuerdos

Autora: Samypama





Otro año más de escuela, y mi último, ya que estaré en tercero de secundaria, pensaba Helga estando acostada en su cama, mirando al techo de su cuarto.

Era domingo de finales de agosto; un día antes de empezar el año nuevo escolar. Ya era noche; Helga no podía dormir, por todo lo que le esperaba en el primer día de escuela. Mientras se recostaba en su cama, no podía parar de pensar sobre sus dos primeros años de secundaria... y cómo todos sus compañeros de escuela habían cambiado: Phoebe era todavía más inteligente, si eso era posible, y además tocaba el violín; Gerald estaba más alto, jugaba básquetbol y seguía siendo el mejor amigo de Arnold.

Arnold, ¡oh, mi adorable Arnold! pensaba Helga, con sus ojos hermosos verdes llenos de luz, iluminando mi vida diariamente; con tu aroma de pelo dulce, adorable perfume, brindándome ese aroma único tuyo de todos los días. ¡Oh, cómo te adoro!

Después de parar de suspirar por haber dejado que sus alusiones de Arnold la transportaran, por unos segundos, a su paraíso privado de amor, Helga empezó a recordar todos aquellos bellos momentos y dulces encuentros que Arnold y ella pudieron compartir durante la secundaria; un recuerdo muy especial en su corazón fue durante el primer año...

*

Esa mañana, Helga caminaba perdida por los pasillos vacíos de la escuela. La campana anunció la primera clase del día y todos los alumnos ya habían entrado a sus salones correspondientes, excepto por ella. Los segundos pasaban y Helga perdía la paciencia.

"¡Maldición! ¡Ya sonó la campana! Me meteré en problemas por estar en el pasillo."

Helga corría desesperada por el largo pasillo, intentando encontrar sentido a cómo las clases estaban numeradas.

"450, 452... ¡Criminal!, mi salón es 422, tiene que estar más atrás."

Perdiendo la paciencia, con su mirada puesta en los números de cada salón, Helga dio una vuelta rápida en el siguiente pasillo, estrellándose de frente contra alguien no esperado.

"¡AHH!" 

Con su cuerpo parcialmente arriba de la persona con la que se había golpeado, Helga lentamente enfocó su mirada, mirando a un joven rubio sobándose la frente.

"¡ARNOLD!", dijo Helga alarmada.

De todas las personas con las que pudo haber chocado, tuvo que ser con el joven rubio.

"Helga... ¿estás bien?", preguntó Arnold, mientras intentaba levantarse, a pesar que tenía el peso de Helga sobre sus piernas.

Helga estaba atónita, sin poder hablar o parpadear. Su corazón golpeaba su pecho mientras los ojos verdes de Arnold penetraban su mirada.  Su respiración se agitaba cada vez más. Eran tan solo unos breves segundos, pero para ella... el tiempo se había detenido en él.

"¿Helga?... ¿Estás bien?"

"Sí... Estoy bien.", contestó Helga, con su voz suave, sin poder apartar su mirada hechizada por los ojos verdes de Arnold.

"Ah... qué bueno, Helga. Te pegaste con mi cabeza, muy fuerte. Por un momento pensé que te habías lastimado.", comentó Arnold preocupado.

"¿Yo?", preguntó Helga con su mirada distraída.

"Sí, Helga, tú. ¿Estás segura que estás bien?", volvió a preguntar Arnold.

"Sí, ¿por qué no habré de estarlo?", contestó Helga con su voz suave.

"Pregunto porque... te veo distraída y... sigues acostada sobre mis piernas."

"¡¿QUÉ?!", exclamó Helga en pánico, levantándose del cuerpo de Arnold en un solo salto. "¡Criminal, Arnoldo! ¡¿Venías corriendo por el pasillo o qué?!"

"En realidad no, Helga. Yo me dirigía a clase cuando..."

"¡No tengo que saber toda tu historia de la mañana, Cabeza de Balón! ¡Para la próxima, ten más cuidado por dónde andas!"

"Discúlpame, Helga; no fue mi intención haber chocado contigo."

"No necesito escuchar tus disculpas, Camarón con Pelos. Si no hubiera puesto las manos cuando me caí, me hubiera golpeado el rostro con el suelo. ¡¿En qué estabas pensando?!"

"Helga, no te hubieras golpeado contra el suelo porque te caíste sobre mí.", contestó Arnold levantando sus libros.

Helga rodó su vista, mostrando poca importancia por lo que Arnold había dicho.

"Bueno, está bien, Arnoldo, te lo paso esta vez; pero para la próxima, si me vuelves a tumbar, te toparás con Betsy y los Cinco Vengadores, que los he tenido muy guardados todo el verano."

Arnold se le quedó mirando serio, sin mostrar importancia a lo que ella le había contestado.

"Lo que tú digas, Helga."

"Sí, Arnoldo, exactamente eso: lo que yo diga. Y dime, ¿por qué no estás en la clase?"

Arnold se sobó la frente de nuevo. "Bueno, tuve que entregar una papelería en la oficina y tardaron mucho en buscar mi archivo, así que, me dieron un pase para llegar tarde a mi clase. ¿Por qué no estás tú en clase?".

"¡Rayos, Cabeza de Balón! Si tanto insistes en saber...: estoy intentando encontrar mi salón. ¡Esta secundaria es grandísima y todos estos pasillos me están volviendo loca!", dijo Helga en frustración, cruzando sus brazos.

"Ah... Helga, yo te puedo ayudar a encontrar tu salón. ¿Tienes tu lista de clases?".

"¡Si tú piensas Cabeza de Balón, ¡que yo nada más te daré mi lista de clases para que la veas, estás muy equivocado!"

Arnold se le quedó mirando seriamente.

"No me mires así, Cabeza de Balón. Si quieres saber qué clases tengo, aquí está mi lista.". Helga le pasó su hoja con la lista de las clases del día. "Ahora, si tú crees que eres más inteligente que yo para poder encontrar el salón, déjame te digo que..."

"Helga, yo me presenté a la orientación, en donde nos dieron un tour por la escuela. ¿Qué? ¿no fuiste tú? La directora estaba presente y conocimos a nuestros maestros.", le explicó Arnold mientras miraba el horario de clases.

"Yo no fui a la orientación. ¡Como si fuera tan importante el haber asistido!"

"¿Por qué no fuiste, Helga? Te hubiera ayudado a encontrar los salones con más facilidad."

"¡Cómo eres de preguntón, Arnoldo! Todo quieres saber."

"Si no me quieres decir está bien, Helga."

"Mira, Arnoldo, no me presenté porque... tenía una cita con mi dentista esa mañana. ¡Ya! ¿feliz? ¡¿contento sabiendo todo sobre mi vida?!"

"Solamente era una pregunta, Helga. Es el primer día de escuela. ¿Qué tal si empezamos bien tu y yo? Déjame, te ayudo a encontrar tu clase."

Mientras Arnold sonreía dulcemente, Helga no paraba de mirarlo de pies a cabeza. El joven rubio traía puesta una playera blanca debajo de su camiseta de botones roja media abierta, ajustada por debajo de sus jeans azules. Esa mañana, Arnold se había puesto un cologne nuevo que le compró su abuelo; el aroma suave encendía los sentidos de la joven rubia, deseando estar más cerca de él.  Helga... estaba en el cielo, con su mirada fija en él, disfrutando su aroma en el aire.

"Tenemos la primera clase juntos, Helga y parece que la hora de comer también. Sígueme, te enseñaré en dónde está nuestra clase."

Sin decir ni una sola palabra más, por estar envuelta en la presencia de Arnold, Helga lo siguió con su rostro feliz por estar con él. Arnold nada más le sonreía, guiandola por los pasillos hasta llegar al salón correcto.

"Esta es la clase, Helga. ¿Ocuparás ayuda para encontrar el resto de los salones?"

"No, gracias, Cabeza de Balón; yo puedo sola."

"Como tú digas, Helga.", contestó Arnold.

*

Durante el resto del primer año de secundaria, Arnold siguió siendo amable, servicial y dulce con Helga, especialmente en la hora de la comida, cuando Arnold intentaba hablarle. Lamentablemente, Helga siempre era ruda con él, utilizando su voz molesta cada vez que Arnold se le acercaba; pero en esos pequeños ratos, cuando nadie la miraba, Helga se escondía detrás de las escaleras en la leve oscuridad, para sacar su relicario dorado por debajo de su blusa... y recitar sus palabras de amor hacia el chico de cabeza de balón... al que ella nunca podrá confesarle lo que siente por él.

Helga suspiraba mientras pensaba en todos los maravillosos recuerdos, especialmente cómo sentía el cuerpo caliente de Arnold debajo de ella cuando se cayeron juntos. El recuerdo de tenerlo pegadito y oler su pelo fue demasiado para ella.

"¡Helga! ¿Te tomaste tu medicamento para lo estreñido?", le gritó su mamá, Miriam, desde el pasillo.

"¡Sí, Miriam!", le gritó Helga mientras se frustraba porque la había sacado de su dulce recuerdo.

Helga se sonrojaba mientras se acordaba de otro recuerdo del segundo año de secundaria: En aquel tiempo, la Doctora Bliss le recomendó que se registrara en deportes, para ayudarle a controlar su ira y exceso de energía. A ella no le pareció la idea, aun así se inscribió en voleibol. Por lo regular, Helga cambiaba su atuendo de uniforme de deportes, a su ropa regular inmediatamente después de práctica. A ella no le gustaba que la miraran usando shorts de licra rabones aunque fuera su atuendo de deportes.

Sin embargo, un día después de práctica de voleibol, Helga se encontraba en los cambiadores sin poder acordarse de su clave nueva de candado, para abrir su casillero en donde tenía su ropa del día. Ella se acordó que tenía la combinación escrita en un papel guardado en su mochila en su otro casillero, situado en el pasillo entre los salones.

"¡Criminal! Tengo que recorrer los pasillos de la escuela en estos malditos shorts rabones de voleibol hasta llegar a mi casillero. Y todo porque se me olvidó la maldita clave nueva que me dieron. ¡Grrrr-rrr!... Espero que nadie me vea. Con suerte todos los estudiantes están en su clase y no me mirarán."

Helga miró el reloj de la pared, sabiendo que el tiempo estaba en su contra. Tenía que correr rápido a su casillero y sacar el papel con la clave para regresar a los cambiadores antes que todos los estudiantes salieran y la vean.

Con el corazón latiendo en su garganta, Helga se apresuró corriendo por los pasillos, sabiendo que le tenía que ganar a la campana que anuncia la terminación de la clase.  Finalmente, Helga llegó a su casillero, ubicado a nivel del suelo. Sin pensarlo, ella se agachó para poner su combinación.

"¡Al fin!, ¿en dónde escribí esa combinación? yo sé que la tengo por aquí en mi mochila."

Mientras Helga seguía inclinada buscando dentro de su casillero, la campana sonó.

"¡Maldita sea! Me tuvo que ganar esa estúpida campana. ¿En dónde dejé ese papel?... tiene que estar aquí."

Con toda su atención puesta en encontrar el papel con la combinación de su casillero, de pronto, Helga escuchó la voz de Arnold.

"Helga, ¡¿no te das cuenta de cómo tus shorts se te suben cuando te inclinas de esa manera?!" le reclamó Arnold, con sus cejas arqueadas.

¡Criminal! ¡Arnold se escuchó como si estuviera atrás de mí!, pensó Helga con su corazón palpitando en pánico. Tranquila, Helga..., toma control sobre la situación, pensó ella enderezándose enfurecida.

"Mira, Cabeza de Balón, tú no tienes ningún derecho en estar reclamando..."

"¡¡Helga!!", interrumpió Arnold fuertemente, "¡Me quedaré aquí parado hasta que termines de buscar lo que tengas que agarrar del casillero y te acompañaré a los cambiadores!"

"¡¿Y quién dice que me quiero cambiar, Arnoldo?! ¡¿Qué tal si yo me quiero quedar con mi uniforme de voleibol todo el día?!"

"Helga, los dos sabemos que no puedes utilizar tu atuendo de deportes después de práctica."

"Está bien, Señor Sabelotodo. ¡shish!... ¡qué serio te ves!"

"Helga, saca del casillero lo que buscas, para acompañarte a los cambiadores antes que se te haga más tarde."

"¿Y a ti no se te hará tarde, Camarón con Pelos?"

"No importa eso, te acompañaré; no quiero que nadie te moleste."

"A nadie le importa molestarme, Cabeza de Balón."

"Eso es lo que tú crees, Helga."

Con sus manos temblando por tener a Arnold parado justo detrás de ella, a tan corta distancia, Helga finalmente encontró el papel con la clave y dejó que Arnold la acompañara de regreso a los cambiadores. 

*

De regreso en su habitación, con la mirada ida en los recuerdos de sus encuentros con Arnold, Helga respiraba lentamente, dejando que su corazón latiera fuertemente por sus sentimientos.

¿Por qué se habrá molestado conmigo? Hasta la fecha, no entiendo. ¿Será que él tiene sentimientos por mí? ¿o tal vez nada más se estaba comportando así solo por ser caballeroso? Oh, mi dulce Arnold, ¡si supieras cómo mi corazón late por ti, hinchándose de anhelo por tu amor!, pensó Helga.

Helga miró el reloj, que anunciaba las nueve de la noche; ya era tarde y tenía que acomodar su ropa y mochila para el siguiente día. Este año escolar representa el baile de graduación de secundaria. ¿Tendrá la oportunidad de decirle a Arnold sobre sus sentimientos? ¿Qué sorpresas traerá ese último año de secundaria? Con todos esos pensamientos en su mente, Helga terminó de acomodar su mochila y apagó la luz. Debía descansar, pues el siguiente día era tan esperado.


Notas de Autor:

Hola a todos, hoy es 23 de diciembre de 2020, sé que estado un poco ausente y lenta de mis actualizaciones en este año y seremos francos, este 2020 fue muy complicado y duro. En estos meses estado escribiendo y avanzando con mis historias que aun no he formalmente publicado y también pensando en nuevas historias para escribir en un futuro.  Vamos a ver como se ve todo para este próximo año.

También estado trabando en mejorar mi escritura en español tomando clases. El español es un lenguaje muy complejo y con mi educación de México que llego únicamente hasta la primaria no me ayudó mucho con la escritura, lo bueno es que tengo una imaginación que ayudo a darme ese empuje para darle lo máximo de mi para así, poder escribir y seguir mejorando mi arte de la literatura. Nunca es demasiado tarde para aprender cosas nuevas y para intentar en mejorar algo que te apasiona, como en mi caso la escritura y el arte del dibujo. Iré publicando los capítulos que estado trabajando para mejorar la narración. Ya terminé con el capitulo 1 y 2 espero que les gusten los cambios que les hice. Después verán más de mis actualizaciones para ir mejorando cada capitulo de esta hermosa y única historia.

Gracias a todos por sus paciencias, por sus buenos deseos y ganas en seguir leyendo mis historias.

~Les deseo lo mejor para esta Navidad y próximo año nuevo.~

Con mucho Cariño, Samypama

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro