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Inolvidable amanecer

La luz dorada del sol iluminaba el cuarto como un hermoso sueño de oro al despertar. Helga abrió sus ojos mirando a Arnold profundamente dormido sobre el sofá. Ella se sentó en la cama estirando su cuerpo, sintiendo un gran alivio que no había sentido en mucho tiempo. Respiro profundamente el aire fresco del cuarto, como si respirara oxígeno puro por primera vez. Por un momento ella pensó que al dormir en la habitación de él la incomodara por la mañana al despertar, pero no fue así. El ambienté de la habitación la hacía sentir mejor que estar en su propia casa. Sin saberlo, Helga mostraba un semblante de serenidad, una luz en su rostro que ella no podía ver, pero se sentía.

Miró al rededor buscando su celular y lo encontró, observando dos llamadas perdidas y un video que su amiga Phoebe le había enviado. Helga abrió el video con la sorpresa que era la grabación del baile del tango. El sonido del video causó que Arnold se moviera estando dormido. Helga detuvo el video, dejo el celular sobre la cama y se fue acercando a Arnold, caminando por el suelo viejo de madera en puntillas, intentando en hacer el menos ruido posible.

"Helga....no me dejes..." murmuraba Arnold con los ojos cerrados. Helga podía ver las cejas arqueadas de él mostrando una frustración mientras dormía. Ella se imaginaba el desagradable sueño que el estaba teniendo. "Helga....no...yo te cuidaré..." murmuro Arnold con su respiración agitada.

Helga puso su mano sobre la frente de él y resbaló sus dedos por su pelo rubio con delicadeza, sintiendo la cabellera suave de su adorado príncipe. Inmediatamente el cambio su semblante y se tranquilizó, soltando un respiro profundo. "Descansa mi cabeza de balón, todo saldrá bien mi príncipe amado." Le susurro Helga con su voz suave. Arnold suspiro mientras dormía sintiendo la mano tibia de Helga acariciando su pelo.

Helga POV
Mire a mi bello durmiente turbado por algo. Su rostro mostraba un temor y coraje hacia algo que el miraba en sus sueños. El seguía murmurando mi nombre, diciendo que no lo dejara. Lo que él no sabía, es que yo lo estado cuidando todo este tiempo. Como me gustaría protegerlo hasta en sus sueños. Pase mi mano por su pelo, acariciando su cabellera suavemente. Al instante él se calmó, soltando un suspiro de alivio por sus hermosos labios que quería sentir. "Descansa mi cabeza de balón, todo saldrá bien mi príncipe amado." Le murmuré.

Mi corazón me llamaba a él, pero en mi había una inseguridad en mi vida que no me dejaba ser. Roce las yemas de mis dedos delicadamente sobre sus labios admirando su rostro, su cuello, su pecho con mi relicario puesto. Podía observar como extendía su pecho con cada respirar que el daba, es extraño en decirlo, pero en tan solo verlo respirar me enamoraba. Baje mi mirada a sus pantalones negros y detalle su varonil cuerpo mientras dormía. Mis ojos llegaron hasta la punta de sus pies descalzos, él se había quitado las calcetas antes de dormir y podía ver con claridad cada detalle en sus grandes pies. Criminal...cuándo fue que él se estiro tanto. Ahora que lo tenía completo ante mí, podía ver al joven que yo amaba convirtiéndose en un hombre. Como pasa el tiempo, nuestros cuerpos cambian pero el verdadero amor, jamás.

Me le acerqué a su rostro dándole un beso suave sobre su frente y otro en la punta de su nariz. Su fragancia de cuerpo me estremecía. Quería brincar arriba de él y besarlo sin parar y no podía, yo me detenía. Arnold, mi Arnold merecía lo mejor y yo, todavía no estaba ahí. Me alejé de él mirándolo descansar y me acosté de nuevo en su cama cerrando mis ojos. Al minuto, abrí mis ojos de nuevo acordándome de algo muy importante, mi diario rosado...lo tendrá Arnold todavía. Me levante de la cama y observe al rededor entre los libros que él tenía sobre el mueble y los cajones y nada. ¿En dónde estará? De pronto mire la puerta de su armario. ¿Será que está ahí? Diablos tengo que buscarlo. Abrí la puerta del armario cuidadosamente evitando que la puerta rechinara al abrir, sin embargo, rechinó. Arnold se movió un poco con el ruido...Maldición espero en que no se despierte. Pensé.

Entre en su armario oscuro con cuidado de no caerme con algo que estuviera en el suelo. Resbale mi mano por la pared hasta sentir el interruptor y prendí el foco. El armario estaba lleno de cajas con poca ropa. Había unos libros acomodados entre las cajas sobre el suelo abajo de la ropa colgada. Me agaché para ver qué tipo de libros eran cuando de pronto sentí una mano sobre mi costado**

"AAAAAHH" grito Helga alarmada por sentir la mano extraña.

"Helga soy yo...no te espantes!"

"Cielos!! Arnoldo me quieres dar un paro cardíaco!?" Exclamó Helga con su mano sobre su pecho.

"Helga qué haces aquí?"

"¿¡Nada porque...piensas que hacía algo!?" Comentó Helga levantándose del suelo.

"Helga estas en mi armario con tu cabeza metida entre mi ropa y dices que no haces nada."

"Como dije cabeza de balón, no hacía nada."

"Helga, ya hablamos sobre esto y te dije que no es necesaria en guardar mas secretos." 

"Secretos? A que te refieres, no ay nada de secreto sobre tu armario. Pero si tienes tanta inquietud de saber qué hacía, nada más estaba aburrida y.... me dio curiosidad en ver tu armario, solo fue eso. ¡Pero tu Arnoldo lo conviertes en un gran misterio!"

Arnold suspiro serio mirando a Helga salirse de su armario. "Como tú digas Helga....pero si acaso buscabas algo, nada más tienes que preguntarme, recuerda que ya no tienes por qué guardar secretos ante mí."

Si claro cabeza de balón, Helga Pataki confesándote todo lo que tengo en mi mente....olvídalo! pensó Helga.

"Que dijiste Helga?" Pregunto Arnold agarrando su celular para ver la hora.

"Nada" Shisssh....Criminal, hasta parece que el pudiera leer mi mente. Pensó Helga.

"No necesito saberlo todo Helga, solamente..."  Ring.....Ring....Ring.... Arnold contesto la llamada. "Bueno"

Helga se quedó mirándolo con sus ojos abiertos pasmada por lo que él le contestó mientras pensaba. ¡Rayos, será que realmente sabe lo que pienso!

"Si Gerald como amaneciste?"

"Normal viejo y tú?" Contesto Gerald

"De maravilla." Respondió Arnold.

"A qué hora llegaste a tu casa anoche?" Pregunto Gerald.

"Tarde....casi a las dos de la mañana."

"Y eso porque hermano...a donde te desviaste anoche?"

"Solamente me vine directo a mi casa Gerald."

Helga caminó a la puerta de la recámara y la abrió. "A dónde vas?" Pregunto Arnold poniendo su mano sobre el celular para que Gerald no escuchara.

"Al baño, que no puedo Arnoldo!"

"Ohhh sí, perdón...este si sabes en donde esta?" Le pregunto Arnold.

"Por supuesto cabeza de balón, incluso ya me he bañado ahí antes."

"Tú y tus bromas Helga." Comento Arnold con una sonrisa dulce.

"Bromear sobre algo así...ja ja, nunca...la verdad es demasiado divertida." Helga se salió de la recámara, dejando a Arnold congelado con su boca abierta.

"Hermano! ¡Viejo! ¿¡Ya se cortó la llamada o que!?"

Arnold parpadeo un par de veces. "Aquí estoy Gerald..."

"Quien está en el cuarto contigo hermano?"

"Uhh...nadie."

"Vamos Arnold, puedes decirme, soy yo Gerald, tu mejor amigo..."

Arnold se puso nervioso "mmm....este, porque piensas que ay alguien conmigo?"

"Mira camarada, no quiero escucharme como chava, pero...yo escuche a alguien en tu cuarto."

Arnold suspiro "Helga está aquí."

"HELGA!!" Exclamó Gerald. "Te llegó temprano hoy a tu casa?"

"En realidad se quedó dormida conmigo anoche."

"No jodas! Hablas en serio, tú y Helga tuvieron....."

"NO GERALD! ¿Porque siempre piensas en lo más extremo?"

"Como un buen amigo un día me dijo...alguien tiene que hacerlo." Le recordó Gerald.

Arnold se pasó la mano por su pelo en preocupación "Está bien, pero no pasó nada de eso...Helga se durmió en mi cama....."

"No pues, sobre eso no ay duda amigo." Agregó Gerald interrumpiéndolo con un tono burlón.

"Ella estaba en mi cama y yo dormí en el sofá Gerald, nada paso!" Afirmó Arnold.

"Corrección hermano, nada ha pasado aún...ponte a pensar, Helga todavía no es tu novia y ya se ha dormido contigo dos veces. ¿¡Qué pasará cuando ya sean novios!? Ahora que lo pienso...a como lo dije se escucha..." Gerald se rió de lo qué pasó por su mente.

"Gerald ya sé que estás pensando...y no quiero que le digas esto a nadie!!" Le aclaro Arnold con su voz firme.

"Ya me conoces viejo, hasta el comentario ofende."

"Perdón Gerald, solo que algo pasó anoche y.....no quiero que Helga pierda la confianza en mí."

"Entonces, algo pasó anoche, pero...todavía no son novios. ¿Eso es correcto?" Preguntó Gerald confundido.

"Si Gerald es correcto."

"Y.....que pasó anoche?" Pregunto Gerald ansioso.

"No te voy a decir Gerald! Eso es algo privado entre mi Helga y yo."

"Me lo imaginé Arnold, solo te pregunté para ver si soltabas algo." Gerald suspiro en desesperación "Quien los entendiendo a ustedes hermano?"

"Solo nosotros Gerald." Helga regresó al cuarto. "Después hablamos Gerald." Se despidió Arnold y colgó la llamada.

"Tus abuelos están cocinando algo que huele muy sabroso." dijo Helga cerrando la puerta de la recámara.

"Me imagino...todos los domingos mi abuela se luce con los desayunos, y como saben que tú estás aquí, más todavía."

"Mmm....que rico, ya quiero comer tengo mucha hambre." Dijo Helga con su mano sobre su estómago.

Arnold sonrío "Perfecto, me cambiare primero y luego bajamos." Arnold camino a su armario a ver qué se podía poner.

"Así que tú estarás desayunando bien vestido mientras yo desayuno, en pijamas!"

"Lo que traes puesto Helga no parecen pijamas. Aparte yo me pondré un pantalón flojo para andar iguales. Después del desayuno te puedes cambiar y le diré a mi abuelo que te lleve a tu casa. ¿Te han llamado tus papas?"

"No" contestó Helga sería. Arnold miro como el semblante de Helga cambio cuando el mencionó los papás de ella. "Bueno desayunemos. ¿Has probado el queso en salsa roja?" Pregunto Arnold queriendo distraer a Helga de pensar en sus padres.

"No" contestó ella desanimada.

"Te va a encantar, mi abuela lo hace todos los domingos."

Helga miro como Arnold saco un pantalón y una camiseta blanca del armario y se empezó a desvestir enfrente de ella.

"Que haces Arnoldo?" Pregunto Helga con una ceja levantada.

"Me voy a cambiar Helga."

"Enfrente de mí!?" Pregunto ella en pánico.

Arnold se quitó su camiseta blanca de botones mostrando su pecho y espalda. "Porque no, tu misma lo dijiste...ya me has mirado todo."

Helga se enrojeció "Yyyy... no, te da pena que te vea cambiándote!?"

Arnold sonrío coquetamente y respondió "No". Se desabrocho el pantalón negro y se lo bajo, quedándose únicamente con sus boxes ajustados.

"Criminal!!! Arnoldo!!! ¿¡¿¡Porque me haces esto!?!?" Se quejó Helga con su mano sobre su mejilla no queriendo ver, aunque sus ojos estaban fijos en él.

"Hacer que Helga....si no quieres ver solo voltéate." Sugirió Arnold.

"Porque debo de voltearme cuando tú no deberías estar desvistiéndote enfrente de mí!!"

Arnold agarro su pantalón flojo y se lo puso ajustando el listón de la cintura. "Helga es obvio que te gusta verme." Le dijo Arnold con su playera blanca en sus manos mientras le cerraba un ojo.

Helga soltó un fuerte respiro, se voltio con sus brazos cruzados en disgusto escuchando como Arnold se reía dulcemente de ella. Después que el terminara de vestirse, agarro a Helga desprevenida de su cintura, la volteo, presionando su cuerpo estremecido a él, la miro fijamente a sus ojos azules poniéndola más nerviosa aún.

"Reeeercuerda de lo que hablamos, cabeza de balón." Le recordó Helga mientras pasaba saliva de ansiedad. Arnold no paraba de admirar sus ojos de cielo penetrantes. "Que tanto me vez Arnoldo?"

Arnold seguía callado con Helga en sus brazos mirando los ojos tímidos de ella. La presiono un poco más a su cuerpo, respirando su aroma dulce de miel. Helga podía escuchar como Arnold inhalaba oxigeno de ella. "Arnold por favor...no hagas esto más difícil para mí" dijo Helga con su voz frágil mirando los ojos verdes enamorados de su amado.

Arnold POV
Mi corazón latía intensamente, no podía dejar ir la oportunidad de sentir a mi divina Helga nuevamente en mis brazos. Sus ojos de mar azul no dejaban de verme, ella tenía algo en su mirada que me cautivada cada vez más, convirtiéndome en su deseoso prisionero. "Arnold por favor...no hagas esto más difícil para mí." Me dijo con su voz angelical que me fascinaba escuchar. Ella no tenía idea lo insoportable que esto era para mí, en tenerla en mi recamaba, utilizando mi ropa y estando así, sujeta en mí.  Humedecí mis labios anhelando en besarla como la noche anterior, sin embargo, no podía probar sus deseosos labios. Se lo había prometido a ella, una promesa que me dolía en cumplir. La respire profundamente sin bajar mi mirada de sus encantadores ojos, recordándome, de lo afortunado que era por haberla tenido en mis brazos dormida durante el regreso en taxi, y después, en poder pasar la noche en su compañía los dos estando bajo la misma luz de luna y nuevamente en esta hermosa mañana, por ser la primera persona en que mis ojos vean. La apreté un poco más en mis brazos sintiendo su agitado respirar sobre mi pecho. Helga me amaba, lo podía sentir y por ella estaba dispuesto a todo, con tal de hacerla feliz. "Gracias por permitir, en que me acercara a ti, mi princesa." Le dije con un gran deseo en mi corazón, por ese momento único que estaba viviendo, en esta inolvidable amanecer. **

Los ojos de Helga se abrieron de escuchar las palabras de Arnold, humedeció sus labios sintiendo su boca seca de la inquietud de estar presionada en él. Arnold beso la frente de ella lentamente, guardando ese momento de amor en su corazón. Después de soltar a Helga camino hacia la puerta y la abrió "Vamos Helga, mis abuelos nos esperan para desayunar."

Helga se había quedado en el mismo lugar en donde Arnold la había dejado, pensativa por lo que él le había dicho. "Ahhh, Si...vamos Arnold" Helga camino hacia la puerta y mientras bajaba las escaleras de su recamara añadió. "¡Si hubiera sabido que me abrazarías por un largo tiempo, no hubiera permitido en que me tocaras cabeza de balón!" dijo queriéndose escuchar molesta, pero Arnold savia la verdad y con un gesto de tranquilidad le contesto "Lo que tú digas Helga."

Los dos bajaron por el pasillo de la casa de huéspedes y entraron a la casina en donde la abuela estaba guisando huevo, pancakes, tocino, queso con salsa y frijoles negros. "Hermosa mañana Kimba, y princesa Nala...como amanecieron?" pregunto la abuela muy felizmente mientras le servia a los muchachos el desayuno.

"Buenos dias abuela."

"Buenos dias." Saludo Helga timidamente.

"Que renovado te vez Shortman, nada que ver como te mirabas ayer." Comento su Abuelo mientras sostenía el periódico de la mañana.

"Tu nunca lees el periódico Abuelo." Dijo Arnold abriendo el refrigerador para sacar jugo de naranja.

Su abuelo contesto. "Leer!? Como puedes estar pensando que yo estoy leyendo Arnold! Si tu sabes muy bien que no leo noticias aburridas, traumáticas que no quiero ver."

Arnold le sirvió a Helga jugo "Yo se abuelo...pregunto porque estas con el periódico."

El señor se rio "Es la pura finta Arnold, estoy viendo las caricaturas que publican los domingos. Esto si vale la pena en ver."

"Ya veo abuelo. Quieres más jugo Helga?" pregunto Arnold.

"No gracias estoy bien." Respondió ella.

La abuelita de Arnold se sentó a comer con ellos. "Descansaron bien? Anoche estaban haciendo muchos ruidos de pareja?"

Arnold por poco y se ahogaba con su jugo. "Abuela!"

Helga se enrojeció por el comentario.

Su abuelo se carcajeo "No pookie, los muchachos estaban dormidos en diferentes camas, Arnold y su amiga nada más son amigos, no son pareja y anoche estaban platicando."

"Pues hoy en día los jóvenes ya no se casan, las parejas siempre dicen que son amigos, pero viven juntos."

"Abuela, Helga es mi amiga únicamente...no somos pareja." Afirmó Arnold enrojecido.

"Pues tu amiga es muy bonita Kimba, deberías de preguntarle si quiere ser tu novia antes que alguien mas te la robe." Sugirió su abuela.

Helga sonrió avergonzada, Arnold tomo un respiro e intento en tranquilizarse. "Si abuela gracias por el concejo, lo, tendré en mente." Dijo Arnold mientras miraba a Helga.

Esa mañana Helga, Arnold y sus abuelos pudieron disfrutar un desayuno agradable. Helga sintió un calor familiar en la mesa que ella no miraba en su hogar. Ella casi no habló durante el desayuno, solo observaba lo feliz que Arnold era mientras el hablaba con su abuelo sobre los dos irse de pesca en esos días. Helga tuvo un momento de plena felicidad mirando a su amado completamente dichoso en esa mesa redonda, en compañía de las personas que el más amaba. Después de la comida Helga subio a la recamara de Arnold y se cambio ramidamente para listarse para su regreso a casa. Se acordó del video que Phoebe le había enviado y lo abrió para intentar en verlo.

Knock.....knock.....

"Pásale Arnold". Arnold entro al cuarto. "Estas lista Helga?"

"Si cabeza de balón, estaba intento en ver este video que me envió Phoebe cuando tocaste."

"Lo puedo ver?" pregunto Arnold sentándose a lado de ella en la cama.

"Creo que sería rudo en decirte que no." Exclamo Helga con una sonrisa, acomodando su celular para que los dos pudieran ver el video. Helga apretó el botón y el video inicio. Phoebe había grabado a Arnold y Helga bailando tango durante la fiesta de Rhonda, claramente se podía ver todos los invitados deslumbrados con la manera en que Arnold y Helga danzaban por toda la pista, terminando en poses seductoras de tango.

"Hey Arnoldo, no me di cuenta que habías puesto tu mano tan abajo de mi cintura y....." Helga soltó un respiro de sorpresa, mientras observo en el video como a Arnold deslizo su mano sobre la pierna de ella terminando abajo de su falda en una de las ultimas poses.

"ARNOLD!!! ¡¡QUIEN TE DIO DERECHO EN PONERME TU MANO DEBAJO DE MI FALDA!!" Exclamo Helga molesta.

"Helga que no puedes ver cómo me tenías! Mira, aquí se ve claramente como brincaste en mi con tus piernas alrededor de mi cadera y... que tal en esta parte cuando levantaste tu pierna y te arqueaste hacia atrás ¡tenía que sujetarte bien para que no te me cayeras amor!"

"Eso no es escusa Romeo!"

"Y si te me hubieras caído enfrente de todos que hubiera pasado entonces!?" preguntó Arnold mirando a Helga directamente.

"Tú me sacaste a bailar, por lo tanto, ¡Era tu responsabilidad en sujetarme y en mantener tus manos privadas de mí!" Contesto Helga furiosa.

"Y lo hice amor, pero tú me tenías como tu trompo en la pista y tu experiencia de baile te permitía moverte rápido y ágilmente."

"Ni modo Arnoldo, ¡No es mi culpa que yo me moviera rápido para ti, aparte...tenía que seguir el ritmo de la música!"

"Y bailaste espléndidamente yo no me quejo de nada Helga."

"No pues como te puedes quejar si por lo veo, pasaste tus manos por todo mi cuerpo."

"Yo no fui el único Helga, por ejemplo, aquí..." Arnold congelo el video "...se puede ver claramente como tenias tus piernas ajustadas en mi y tus labios casi queriéndome besar. Como querías que reaccionara, si me tenías todo...mmmm....como lo digo..."

Helga se le quedaba viendo fijamente son su ceja levantada esperando una respuesta. "Helga no me mire así que me.....encanta."

"Esta bien cabeza de balon, te dare un descanso. Ahora que lo veo bien, no bailaste nada mal....en realidad bailaste muy bien, tienes un verdadero talento para el tango, siempre lo tuviste. Para la próxima ten mas cuidado en donde pones tus manos."

"Para la próxima? Entonces, volveremos a bailar?" pregunto Arnold.

Helga sonrió "No sé, quizás un día te sorprenda y volvamos a bailar tango."

Arnold se le acerco a su oído y le murmuro "Cuando gustes Helga, soy... todo tuyo." La voz de Arnold le dio un escalofrío por todo su cuerpo causando que ella se mordiera el labio.

Su abuelo gritó desde el pasillo. "Arnold vámonos!!!"

Los dos rubios salieron del cuarto apresurados y bajaron la escalera. "Muchas gracias por el desayuno estuvo riquísimo." Se despidió Helga de la abuelita de Arnold.

"De nada Nala, que bueno que pudiste acompañarnos, regresa pronto." Se despido la abuelita.

Arnold y Helga se subieron al auto del abuelo. Durante el camino, el abuelo seguía mirando como Arnold intentaba en acercarse a Helga. Después que llegaron a la casa de ella, Arnold se bajó del auto y encamino a Helga hasta la puerta de su casa. Ella toco el timbre y contesto su Mama. "Como estuvo la fiesta hija?" pregunto Miriam con olor a alcohol que no se podía esconder. Helga se lleno de coraje en ver una ves mas a su mamá borracha con el aroma de la evidencia por enfrente.

Helga paso saliva amarga y comento "Todo estuvo bien Miriam. Mejor regresa a la cocina, ahí te veo." Miriam se alejo de la puerta dejándola abierta para que Helga entrara. Arnold pudo notar lo estresada que Helga se miraba.Helga se paro en la puerta sin querer mirar a Arnold a los ojos. "Gracias de nuevo por todo Arnold. Nos vemos en la escuela."

La mirada caída de Helga preocupo a Arnold "Helga estas bien, si quieres podemos...."

"Ya has hecho suficiente por mi cabeza de balon, que mas quieres que diga. Ahora no podemos hablar, nos vemos mañana en la escuela."

"Te puedo llamar al rato Helga, por favor." Pregunto Arnold antes que Helga cerrara la puerta.

Helga estaba parada alado de la puerta con su mirada triste, queriendo cerrar la puerta lo antes possible "Esta bien cabeza de balón, después hablamos...adios."


Notas de Autor:
Les quise presentar este capítulo mas temprano. Espero que les aya gustado. Helga amaneció de buenas en el cuarto de Arnold y se aprovechó un poco de lo dormido que estaba él. 😄 pero después Arnold se aprovechó y se vengó de Helga por haberlo espiado todas esas veces 🤗🤗🤗.

Qué tal el desayuno, me gusto mucho que Arnold tuviera ese momento especial con sus abuelos y Helga.

Los veo hasta la próxima! 😁🙋🏻‍♀️
Saludos a todos! Y gracias por apoyar mi historia.

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