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El primer día de escuela


Helga despertó lista para iniciar las clases; no había mirado a Arnold desde el último día de escuela. Durante el verano, Bob llevó a Miriam y a Helga fuera de la ciudad, de vacaciones. Helga pasó todo el verano ocupada en actividades que la Doctora Bliss sugirió que ella tomara para mantener su mente ocupada. Una de esas actividades era que continuara clases de ballet. A Helga no le gustaba la idea, pero aceptó las clases de baile, ya que ya las había tomado de niña y también unos meses durante el sexto año.

Helga estaba lista para partir de su casa, para alcanzar el camión esa mañana, cuando miró un texto de Phoebe.

"-¿Estás lista, Helga? Te estaré esperando en la parada del autobús - Phoebe"

Helga se apresuró y corrió hacia la puerta. "¡Ya me voy, Miriam!". Como siempre, su madre no la escuchó; la licuadora la mantenía distraída.

Helga corrió hacia la parada del autobús, en donde se encontró a Phoebe.

"Buenos días, Helga. ¿Lista para el primer día? Te ves muy bonita."

Helga tenía puesto jeans ajustados, con una camiseta rosa que se moldeaba a su figura, acompañada con una chaqueta blanca sencilla, amarrada en sus caderas; su cabello peinado en media cola, con su moño rosado. Helga siempre había portado su uniceja con orgullo en el pasado, pero ahora las había separado, aún manteniendo su peculiar grosor. A Helga no le gustaba mucho el maquillaje, pero en este día especial, se puso labial de cereza y sombra rosada en los párpados.

"Hola, Phoebe. También tú te ves muy bien. ¿Tienes lentes nuevos?"

"Sí, Helga, mi mamá me los compró; son marca Calvin Klein."

Helga se carcajeó, burlándose de lo que Phoebe había dicho. La joven asiática de lentes se le quedó mirando a su amiga, confundida por su actitud.

"No entiendo tu postura, Helga." comentó Phoebe con un gesto serio.

"¿Por qué? ¡¿Parece que me voy a caer, Phoebe?!" contestó Helga, limpiando sus lágrimas por la inmensa risa.

"Cuando digo 'postura' me refiero a tu actitud o tu manera de pensar."

"Oh, ya te entendí, Phoebe." Helga se enderezó, intentando respirar tranquilamente después de la intensa carcajada. "Me dio risa lo que dijiste sobre tus lentes, que son de la misma marca que la que hace ropa interior."

"Calvin Klein es un diseñador muy conocido mundialmente y, aunque una de sus especialidad pueda ser ropa interior, me gustaron mucho los diseños de los lentes nuevos que sacaron este año; por eso te mencione la marca."

"Ya le quitaste el lado chistoso sobre la marca de tus lentes, Phoebe. Como sea, si yo fuera tú, no estaría diciendo la marca de tus lentes."

"¿Por qué, Helga? No me avergüenzo en decir el nombre del diseñador."

"Solamente no lo hagas, Pheebs, y dejame decirte que aunque sean marca calzón se ven bien, te hacen ver más inteligente y con estilo." le comentó Helga, poniendo su mano atrás de la espalda de su mejor amiga.

"Gracias, Helga. Qué bueno que te gustaron para mí." contestó Phoebe ajustando sus lentes y sonriéndole a su amiga. Esa mañana, Phoebe lucia unos pantalones negros ajustados, con un suéter celeste de botones y su cabello recogido.

Después de unos minutos, el autobús finalmente llegó. Las dos amigas se subieron al camión y se sentaron en la parte de atrás, como de costumbre.

"¿Cómo estuvo tu verano, Helga?"

"No estuvo mal, pero Bob nos forzó a tomar un viaje por la carretera; estuvo insoportable."

"¡Qué padre!, ¿recorrieron todo el estado?"

"Bueno, sí, pero no te lo recomiendo y mucho menos con mis padres."

"Yo sé cómo pueden ser tus padres, Helga, pero debes de reconocer que te llevaron a pasear este verano y eso cuenta por mucho de su parte."

"Para mí no cuenta lo suficiente, Phoebe; no para todo lo que ellos me han hecho."

"Te refieres a cómo te han apartado de la familia, haciéndote sentir menos valiosa que tu hermana y..."

"Mejor cambiemos el tema, Phoebe. No quiero empezar mi primer dia de clase con este tipo de pláticas."

"Por supuesto, Helga. Y dime...¿Cómo van las clases de baile?"

"Voy bien, a pesar de que no había bailado en casi tres años. Mi maestra de baile dice que soy muy natural en el ballet y está pensando en ponerme como bailarina principal en el próximo evento."

"¡Qué padre, Helga! ¡Felicidades! Espero que te escojan como principal."

En ese momento, el autobús se detuvo para que más jóvenes se subieran. Helga se distrajo con la entrada de los nuevos pasajeros, hasta que la imagen de un rubio cabezón, subiendo, captó toda su atención.

¡Arnold...!, pensó con un suspiro.

*

Esa mañana, Arnold despertó con sus ojos grandes mirando hacia la ventana del cielo, soltando un fuerte respiro, como si alguien lo hubiera liberado quitando un peso de su pecho, por fin dejándolo respirar.

Su corazón no paraba de latir con las imágenes del sueño frescas en su mente.

"Mi padre. ¡Miré a mi padre!"

Arnold se sentó sobre su cama, con su mano sobre su frente, dándose cuenta del sudor que tenía. Volteó hacia su izquierda mirando el retrato de sus padres, sobre el librero de su cama, recordando las palabras que le dijo su padre en el sueño.

"Nunca te dejamos, hijo; nosotros siempre estaremos contigo. Somos parte de ti y vemos a alguien que te ama mucho."

"¿Te refieres a mis abuelos?"

"No, hijo; alguien más te ama... El mejor regalo puede llegar de la forma menos esperada."

Arnold tenía la foto de sus padres en sus manos, recordando lo que su papá le dijo.

"¿A quién se refería él con alguien más? ¿Y a qué se refería con regalo? Esas palabras ya las había escuchado. ¿Pero quién me las dijo?"

Arnold seguía mirando la fotografía, recordando el resto del sueño.

"¡Helga!"

"¿Ya ves, Cabeza de Balón? Tengo que rescatarte todo el tiempo, como cuando estábamos en FTi; la noche que abrí mi corazón hacia ti."

"¿De qué hablas, Helga? Nada más te dejaste llevar, como me explicaste al final."

"Eso es lo que tú piensas, Arnold".

"Soñé a Helga; ella me rescató en mi sueño, de las personas que me seguían y después en la cueva ella me... me..."

El celular de Arnold empezó a sonar.

¡Ring!... ¡Ring!...

"¿Bueno?... Hola, Gerald... ¿Cómo?... Pensé que el autobús llegaría a la misma hora que el año pasado... ¡¿Qué?! ¡¿A esa hora llega?!... Ya me tengo que cambiar; te veo en la parada de siempre, Gerald."

Arnold se cambió lo más rápido que pudo y salió de su habitación apresurado, con las agujetas de sus tenis sin amarrar.

El abuelo Phil estaba en la cocina tomando un café, mientras su esposa Gertie, la abuela de Arnold, intentaba pescar moscas utilizando palillos chinos. 

"Ya te dije, Pookie. No podrás atrapar moscas utilizando palillos chinos." dijo el abuelo.

"Todo es posible si te lo imaginas." contestó la abuela.

El abuelo se quedó pensando. "Eso no es posible, Pookie. Yo me imagino que me gano el millón en la lotería y nunca sucede."

De pronto, el ruido de Arnold cayendo en el pasillo enfrente de la cocina alarma a los abuelos.

"¡Hombrecito! Dando el primer reatazo del día." dijo el abuelo burlándose.

"Cuidado con las piedras en tu camino, Simba, te puedes caer, pero si te caes, aprende a no volver a caer con la misma piedra." comentó la abuela, aun intentando pescar moscas con los palitos.

"Buenos días, abuelos. Me caí por no haberme amarrado las agujetas." dijo Arnold haciendo nudos las cintas con rapidez.

"Por lo menos te caíste aquí, Hombrecito, y no enfrente de toda la clase en tu primer día de escuela." añadió el abuelo burlándose.

"Sí, Abuelo... Tienes razón." contestó Arnold con un gesto serio.

"¿Desayunarás, Simba?"

"Hoy no, Abuela, se me hizo tarde y tengo que irme antes de perder el camión." contestó Arnold.

"En ese caso, pesca algo en el camino para que no te vayas con el estómago vacío." dijo el abuelo, pero Arnold ya se había ido. "Lo que es la juventud."

"La juventud es estar lleno de energía." dijo la abuela.

"No me refiero a eso, Pookie. Me refiero a cómo es la juventud, que los chicos de hoy en día pueden ir a la escuela sin desayunar... ¡Yo nunca podré hacer eso! Necesito mi buen desayuno todas las mañanas y, hablando de ello, ¿qué me preparaste para comer, Pookie?"

"¡Preparé el desayuno de los campeones! Avena en agua, sin azúcar para que te ayude con tu salud." dijo la abuela poniendo el plato de avena sobre la mesa.

"¡Avena! No otra vez, Pookie. La avena solamente me da..." El estómago del abuelo gruñó.

Después de haberse alistado para el día, Arnold llegó a la parada del autobús, en donde Gerald ya lo estaba esperando.

"Mmm, mmm, Mmm. Mírate, Hermano." comentó Gerald.

"¿No me veo arrugado de la camiseta o sí?" preguntó Arnold.

"Olvida la camiseta, viejo, ¡tu pelo! No te peinaste hoy, ¿verdad?"

"Salí apresurado de mi casa, Gerald. No sabía que el autobús pasaría tan temprano. Qué bueno que me llamaste."

"No hay problema, Arnold. Para eso son los amigos."

Arnold intentaba acomodarse el pelo con rapidez para aplacar los mechones parados que tenía.

"Ya viene el autobús, Arnold. ¿Estás listo para hacer tu presentación este año?"

"¿Presentación, Gerald?"

"Me refiero a que el primer día de escuela es el más importante; hay que dar una buena impresión para todas esas nuevas chicas que nos estarán esperando en clase."

"No sé sobre eso, Gerald."

"Te ves medio cansado, Arnold. ¿Qué no descansaste anoche?"

"Si descansé, Gerald, pero... te cuento en el camión."

Tengo que animarme aunque haya soñado con mi papá; este es el primer día de escuela. pensó Arnold, subiendo al camión.

Desde el momento que Arnold y Gerald se subieron al camión, todos los alumnos se les quedaron viendo. La atención de todos los pasajeros, mirándolos, tensó un poco a Arnold. El camión parecía más lleno de lo normal; no había lugar en dónde sentarse. Arnold miró dos asientos disponibles en la penúltima fila, justo enfrente de.

¡Ay, Dios!... ¡Helga! pensó Arnold, congelándose en medio camino para irse a sentar.

Sus ojos verdes se habían conectado con los ojos azules de Helga. Por unos breves segundos, su mirada captó la profundidad del mar azul en sus ojos, su corazón no dejaba de golpear su pecho, su boca se secó por completo mientras él intentaba respirar.

Al mismo tiempo que Arnold se perdía en los ojos de Helga, el mundo de ella entró en pausa; su respiración se detuvo, solamente escuchaba los latidos fuertes de su corazón bailando en su pecho por él.

Helga pudo observar lo alto que Arnold estaba; ya había crecido más de lo que ella se acordaba. El viaje de vacaciones y las clases de baile la habían mantenido ocupada todo el verano y alejada de poder espiar a su cabeza de balón, pero en ese breve momento de encuentro en el autobús de la escuela, pudo admirar a su príncipe amado y cómo él se había desarrollado durante su ausencia; notaba su rostro aún más encantador, si eso fuera posible; ya no era el enano que aparentaba ante ella en la primaria, ni siquiera era ya el jovencito de la misma estatura que ella, como en el verano pasado; las últimas semanas lo habían favorecido con un estirón en su cuerpo: ahora, Arnold estaba más alto que Helga.

Al lado de Arnold llegaba Gerald, su mejor amigo, caminando detrás de él, luciéndose más alto y moreno, como si los días de sol de verano le hubieran brindado un color más oscuro aún.

"Arnold... ¡Oye, Arnold!"

La voz de su amigo, Gerald, despertó al joven rubio de su leve trance.

"Ya vamos a sentarnos ¿no? El chofer ya nos gritó."

"Oh, sí. Disculpa, Gerald, me distraje por un momento."

¿Qué me pasó? ¿Por qué me sentí así? pensaba Arnold, tomando asiento al lado de la ventana del camión.

"¡Buenos días, chicas!", Gerald saludó a Phoebe y Helga.

"Buenos días" contestó Phoebe tímidamente.

Los chicos se sentaron dos hileras más adelante que las chicas. Arnold estaba serio, mirando por la ventana y pensando.

Helga se ve muy bien este año, con su pelo rubio largo y sus labios tan rosados...

"Arnold...''

¿Por qué será que este año la veo diferente? Por un lado, Helga siempre ha captado mi atención, pero ahora la noto más... interesante... y luego ese sueño que tuve...

"¡Oye, Arnold!"

"Sí, Gerald". Arnold volteó a ver a su amigo, con los ojos grandes, parpadeando, intentando brindar toda su atención a lo que él decía. "¿qué pasa?"

"¿Qué pasa? ¿Qué te sucede a ti, viejo? ¡Rayos! Cuando te distraes de esa manera, te pierdes, hermano."

"Perdón, Gerald, este... estaba pensando, eh... ¡qué clases tendremos este año!; no me gustaría tener al maestro Banda."

Gerald cambió su expresión, de confusión por su amigo, a una más normal.

"¡Ni lo digas! ¡nos salaremos!... Yo escuché que ese maestro reprueba por nada." dijo Gerald cruzando los brazos.

Qué bueno que ya no cuestionó mi distracción, pensó Arnold.

"Ah, sí. De seguro este año también tendremos al maestro Zúñiga para matemáticas; Josh me dijo que él da mucha tarea." añadió Arnold intentando continuar con la plática.

"Sospecho que este año tendremos los peores maestros. ¡Mmm, mmm, mmmm!
Oye, Arnold, cambiando de tema, ayer andabas muy serio y luego ahorita andabas bien distraído... ¿en qué tanto piensas?... ¿o sobre quién piensas?"

"No pensaba nada."

¡Pensé que me había salvado de este tema!

"Mira, yo sé que estás mintiendo; eres pésimos para las mentiras."

"No es que te esté mintiendo, Gerald, pero he estado pensado en un sueño muy extraño que tuve anoche."

"Por favor, Arnold, no intentes meter tus sueños en..."

"¡Gerald, soñé con mi papá anoche! Él me dijo algo."

"Espera un minuto, ¡¿soñaste con tu papá?! No estás jugando conmigo..." dijo Gerald.

"¡¿Jugando de qué?! Te estoy diciendo: soñé con él." insistió Arnold mientras Gerald se le quedaba viendo, dudoso.

"Está bien, Arnold, te creo... Dime qué pasó en tu sueño."

"No me acuerdo muy bien del sueño completo, quizás me acuerde más sobre los detalles después, pero la parte de la que más tengo recolección fue... cuando miré a mi papá y... me abrazó." Arnold se entristeció recordando aquel abrazo con su padre. "Ese sueño fue tan real, como si él hubiera estado ahí conmigo."

"Vamos, dime... ¿qué más pasó?", le preguntó Gerald.

"Estaba corriendo en la jungla; parece que alguien malo me perseguía y... me acuerdo que me caí y antes que la persona mala me lastimara... creo que, de la nada, Helga apareció."

"¿En serio? ¿Helga? ¿y luego qué pasó?"

"Creo que ella lo alejó y... volteó hacia mí diciendo... algo sobre FTi, creo." Arnold recordó que ella había mencionado en el sueño algo sobre FTi y el beso, pero no se lo iba a decir a Gerald. "Después, Helga desapareció; en eso yo... entré en una cueva oscura en donde escuché un ruido fuerte; ahí fue cuando Helga... aammm..." Arnold no encontraba palabras.

"¡Oh, vamos! ¡nomás dilo!, ¡¿qué tanto suspenso le pones?!"

Gerald empezaba a impacientarse mientras Arnold mostraba un gesto tenso, con sus mejillas enrojecidas, recordando cómo Helga había brincado en sus brazos cuando él estaba en la cueva.

"Estoy intentando, Gerald, pero... no me acuerdo de cada detalle del sueño." insistió Arnold con la mano atrás del cuello.

"Está bien, Arnold, relájate, respira. Ahora continúa."

Arnold estaba callado, recordando cómo estaba cargando a Helga en sus brazos, diciéndole algo de lo que él no tenía recolección; sin embargo, él se acordó del beso que Helga le plantó en sus labios; Arnold todavía podía sentir el dulce beso en la boca.

"¡Arnold! ¿Por qué te enrojeciste? ¿En qué estabas pensando?" Gerald se le quedaba viendo.

"Nada..., pero en mi sueño Helga desapareció y... mi papá volvió a aparecer y me dijo cómo él y mi madre siempre estarán conmigo y que nunca se alejaron de mí." Arnold se puso triste otra vez. "Abracé a mi padre, Gerald, y todavía siento su abrazo; fue un sueño tan real, cómo me hablaba y me miraba, luego me dijo algo sobre la envoltura más simple. Después de eso, me desperté."

Gerald se quedó en silencio con su boca abierta. "Eso sí fue un sueño, hermano."

Arnold estaba muy pensativo recordando el sueño y mirando por la ventana del autobús. Él sintió que el sueño fue un regalo y una tortura a la vez. Él deseaba con todas sus ansias el poder hablar con su papá otra vez, aunque sea en un sueño. Lo poco que soñó a su padre esa noche no fue suficiente para él.

"Siento mucho lo de tus padres, Arnold." le consoló Gerald poniendo su mano sobre su hombro, como apoyo.

"Gracias, Gerald."

Los dos amigos se quedaron en silencio por un minuto, de pronto Gerald preguntó "Pero algo que no entiendo, ¿qué hacía Helga en tu sueño?"

"No lo sé" contestó Arnold.

"Pues tus sueños son tan misteriosos como tú, Arnold. Yo creo que tú traes algo con Helga."

Arnold se puso nervioso con el comentario.

"¡No, Gerald! ¡¿Cómo crees tú?!, sabes muy bien cómo Helga me trata y..."

"Sí, ya sé, hombre, pero también tú has estado medio raro estos últimos dos años cuando estás cerca de ella. Por ejemplo, el año pasado, cuando salimos de la clase con Josh y Raúl, Helga estaba agachada en su casillero mostrando todo su..."

Arnold se alteró un poco. "¡Gerald, te dije que no hablaras sobre eso!"

"Cálmate, hombre, no estoy diciendo nada que no sea cierto. Acuérdate, tú corriste como loco a taparla porque ella traía puesto unos shorts bien cortos... Estabas como león protegiéndola. Hasta el día de hoy no entiendo por qué te importó tanto taparla ¿y porque te molestó lo que dijeron Josh y Raúl de ella?"

"¡Porque no fue correcto y ya!" contestó Arnold ofendido.

"Ya veo... pero ellos siempre dicen cosas así sobre otras chicas y a ti nunca te importa." le recordó Gerald.

"Sí, pero ella es diferente, Gerald."

"¡¿Por qué es diferente?!" le preguntó Gerald, presionándolo más.

"Nomás es... No lo puedo explicar."

"¡Ándale, Arnold! ¡nada más dilo!"

"¡¿Decir qué?!, ¡no hay nada de qué hablar!"

"¿Por qué, Arnold?, ¿por qué te importa tanto..."

"¡¡Porque ella es especial para mí!!"

Todos los estudiantes del autobús, que hablaban entre ellos, se callaron al haber escuchado la voz fuerte de Arnold; les extrañó a todos el escucharlo expresarse de esa manera, ya que todos sabían que él nunca se alteraba de nada. Phoebe y Helga miraron a Arnold extrañamente, preguntándose entre ellas sobre qué o sobre quién estaba hablando.

Gerald se levantó de su asiento, anunciando a los demás estudiantes "¡No está pasando nada, amigos! Regresen a lo que estaban haciendo.". Los alumnos rápidamente continuaron charlando, olvidando el tema.

"N'ombre, Arnold, tú lo traes hasta la..."

"Como te dije, Gerald, no tengo nada y no sé a qué te refieres." le afirmó Arnold otra vez.

"Sí, claro, continúa con tus mentiras, ¡pero a mí no me engañas, viejo! Sé que algo más debió de haber pasado en FTi con Helga; admítelo... y lo que estás ocultando te dejó bien impresionado y por eso lo sigues soñando."

Arnold se quedó confundido mirándolo.

"¡Todos abajo!" gritó el chofer del autobús escolar.

Ya llegamos y ni me dí cuenta; salvado por la campana...



Notas del autor:
Notas de autor nuevas, este capítulo fue actualizado 1/29/2021. **

Mencioné en capítulos anteriores que estaré actualizado cada cap para ir mejorando la narración, gramática etc...

¡Mi escritura está mejorando poco a poco! ¡¡Yay!! 😁

~Muchas gracias a mi profesor de escritura que pone todo su empeño y dedicación para ayudarme a ser mejor escritora. ~

Espero que les guste esta versión del capítulo.  😍

Muchas gracias por seguir mis historias y nos veremos en la próxima actualización.

~.~

Gerald tenía que presionar a Arnold ja ja
Fue muy interesante lo que contestó Arnold. ¿Qué pasará en el primer día de escuela?

Hasta el próximo capítulo que estará muy bueno.

Gracias por sus comentarios y sus estrellas🌟

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