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6

El arrepentimiento no traería ninguna solución. Taehyung lo sabía, pero eso no evitaba que lo sintiera a más no poder. Sus ojos se mantienen cerrados, mientras los sollozos era lo único que se escuchaba en aquel reducido cuarto. Prisión.

Si tan solo le hubiera advertido a Yoongi desde que había visto aquella silueta extraña esa vez en la universidad, quizá hubieran tenido tiempo de huir o hacer algo, pero no, decidió no decirle nada para no asustarlo o volverlo más paranoico. Luego, cuando su casa fue invadida por aquellos alienígenas, supo que era muy tarde. Fue amenazado toscamente para guardar las apariencias en cuanto llegara Yoongi. Al momento de querer buscar una última solución, y decirle a Yoongi que huya por lo bajo, no lo logró.

En su interior sabe que quiso ayudar a su amigo, pero algo lo atormentaba diciéndole que tenía parte de culpa, y que era un traidor. Quizá hasta Yoongi lo estaba pensando.

Con sus piernas recogidas y arrimado en una esquina de aquella jaula, Taehyung seguía sollozando. No había nada que le hiciera pensar que aún quedaba un rayo de esperanza o salvación. La frase "estamos perdidos" se repetía como mala grabación. Ya no estaba en la tierra, sino en otro mundo donde no eran nada.

¿Así se habrá sentido Yoongi aquella vez que vino a parar aquí? Se preguntó angustiado.

El resto de pensamientos quedaron en la nada, cuando escuchó unos pasos acercarse y abrir la reja de aquella prisión. Abrió sus ojos en alerta, poniéndose de pie.

Un hombre y una mujer, altos y con cuerpos fornidos entraron. Taehyung tragó grueso. Jamás podría contra ellos.

- Vendrá con nosotros. - le avisó la mujer. Resignado, agachó la cabeza, dejándose agarrar las manos por detrás con aquellas pesadas esposas táctiles.

Sin poder poner objeción, tuvo que seguir el paso con aquellas personas, mirando de reojo lo que lo rodeaba y por donde iban.

Al salir de aquel largo y casi oscuro pasillo, siguió por otro, pero está vez más iluminado, ancho y decorado con extrañas pinturas en las paredes doradas.

Águilas. Eso eran.

Siguieron un largo caminar por algunos minutos. La ansiedad e intriga le carcomian a Taehyung. No tenía una sola idea de que iba a pasar, sumándole la angustia de que no sabía sobre su amigo. Algo le decía que no estaba encerrado en el mismo lugar que él.

El lugar a donde llegaron no tenía nada que ver con el ambiente de aquella prisión. Era una especie de explanada/jardín. Una intemperie en medio de una fila de balcones, decorados con plantas y reliquias que se veían costosas y finas.

¿Donde estaba? ¿En aquel palacio que tanto le describió Yoongi? ¿El palacio de Jim Parksen?.

Cuando se iban aproximando más al centro, pudo contemplar que ya no eran solo el hombre, la mujer, y él. No. Había una fila de más de esos serios y altos hombres, además de personas vestidas con una extraña especie de uniforme, hombres y mujeres, todos con la cabeza gacha. Al otro lado estaba aquel hombre que lo sacó de esa nave para llevarlo a la prisión, junto con...con... Taehyung se quedó anonadado. Hombres y mujeres tenían en sus manos correas, sujetas en el cuello de personas, como si fueran animales.

¿Qué era todo esto? ¿Por qué estaban allí? ¿Qué iba a suceder? No tenía idea de nada, pero algo le decía que no era nada bueno, y más por el hecho de que estaba esposado en medio de esas personas bien firmes, y nadie se inmutaba, como si...como si esto fuera algo normal.

De imprevisto, sus rodillas fueron pateadas por la parte de atrás, obligándolo a caer de rodillas al suelo, quedando así. Los hombres retrocedieron unos pasos, dejándolo casi en el centro. De reojo miraba a los que lo rodeaban, con mucha vergüenza. Se sentía humillado y como si fuera un criminal que merecía está clase de trato.
Mordió su labio inferior evitando soltar un sollozo, aunque no pudo contener su silencioso llanto.

Entonces, escuchó los murmullos de parte de aquellas personas con uniforme, y el como miraban sigilosamente hacia arriba. Por inercia también lo hizo.

Frente a él, a unos metros había una especie de balcón salido. No estaba muy alto de aquel jardín, por lo que con un buen salto se podría llegar allí, pero eso no era lo importante. Allí, en medio de ese balcón, se encontraba su...su amigo.Yoongi.

Taehyung soltó un jadeo. Allí estaba Yoongi, pero...una horrible sensación de impotencia y temor lo invadió a más no poder.

Yoongi estaba allí, amarrado en una especie de varilla transparente, con los brazos en alto. Solo en ropa interior. Taehyung negó lentamente. ¿Qué iban a hacerle a su amigo? No. No quería imaginar nada...no podía...no...

- Y-Yoongi... - susurró temblando y sollozando.

Su amigo se encontraba con la cabeza gacha, desde su distancia podía ver comi temblaba y sollozaba. Esto era el mismísimo infierno.

Un hombre se paró a un lado de Yoongi. Resaltaba entre todos los demás. Su ropa no era la misma...acaso él... Taehyung tragó grueso.

Todos hicieron una leve venia ante la presencia de aquel.

- ¡Atención!.

Habló aquel hombre. De inmediato todos levantaron su cabeza la cual había estado gacha, menos los sujetados a las correas, mirando hacia el balcón. La voz de ese tipo era autoritaria y fuerte.

- Hoy presenciarán una vez más las consecuencias no solo de la desobediencia, sino también de cometer un grave delito. - habló el tipo, seria y fríamente. Aquellas palabras alertaron a Taehyung, quien no podía quitar los ojos de su amigo. ¡¿Qué iba a suceder?! - Un esclavo siempre tiene que ser leal y servicial a su lord, sea cuál sea la situación. Siempre tengan presente eso. - mencionó, mirando por un momento a los sujetos con correas.

Todos asintieron, sin quitar la mirada de Yoongi. - Mi futuro matir, será un ejemplo el día hoy. - No le quedaba ninguna duda ya. Aquel hombre era Jim Parksen.

Taehyung negó desesperado, cuando Jim retrodeció, quedando a unos cortos pasos de la espalda de Yoongi. Un hombre puso en su mano una especie de... látigo.

No pudo más. No. No podía ver algo así. - ¡Nooo! ¡Yoongi! ¡Yoongi! - gritó con todas sus fuerzas.

Su amigo levantó la cabeza, chocando con su mirada. Yoongi le negó rápidamente, como una señal de que no dijera ni hiciera nada para evitar lo que pasaría.

¡¿Cómo le pedía eso? ¿Cómo iba a poder...!

- ¡Ahhhhhhh!!!

El fuerte grito de Yoongi, lo dejó en shock, con los ojos bien abiertos. Había recibido el primer azote.

Entonces, continuaron los siguientes.

- !Ahhh! ¡Ahhh!

El cuerpo de Yoongi se retorcía y se removía debido a la fuerza de los latigazos.Taehyung sentía que se ahogaría por presenciar aquella desesperante y horrible escena.

El llanto y gritos de Yoongi resonaban a más no poder en aquel lugar abierto. La gente miraba aquello como si fuera una película. Tranquilos y calmados.

- ¡Ahhjjjj! ¡Ahhhhh!  - los gritos y gruñidos  de Yoongi se escuchaban ahogados y suplicantes.

Taehyung gritó de la impotencia. - ¡Paren! !Por favor ya paren! ¡No lo lastimen! ¡Por favor! ¡Yoongiiii!

El sonido del choque con los latigazos se escuchaban muy claro. No era él, pero podía sentir como era destrozada la piel de su espalda.

- ¡Nooo! ¡No le hagan esto! - su cabeza estaba roja y empapada de lágrimas.

Los gritos de Yoongi seguían lastimando y clavándose en su ser como finas dagas. Esto era demasiado para él. Debía ser una pesadilla, ¿Por qué tenía que ser su cruda realidad?

********************

Los impotentes gritos de Taehyung, ahora solo se escuchaban a lo lejos. El dolor y ardor de la destrozada piel en su espalda y parte de sus muslos, habían anulado sus sentidos.

Veía borroso, no escuchaba más que ecos, y su cuerpo se movía debido al empuje de los golpes. No tenía más voz para gritar. Sus gemidos y jadeos de dolor, se quedaban atrapados en su ardida garganta.

Cuando pensó que haber sido vendido como objeto en aquel planeta iba a ser la situación mas humillante y horrible de su vida, que equivocado estaba. Ser golpeado, casi al desnudo, frente a muchas personas, era muy turbio y degradante.

Si no fuera porque sus manos estaban atadas, hace rato hubiera caído al suelo. Su cuerpo pesaba, no podía más...ya no podía...pero...entre todo lo borroso que veía, frente a él estaba Taehyung. No podía, pero tenía que. Si se llegaba a desmayar por no aguantar esta tortura, Taehyung pagaría las consecuencias mucho peor. No podía ni quería permitirlo. Jim nunca exageraba ni mentía en sus amenazas, lo que decía lo cumplía. Ahora se daba cuenta de ello.

"Me suplicarás que me detenga, pero entre más grites y llores, será cada vez peor para ti." ,aquellas palabras le recordaban el porque debía aguantar las ganas de suplicar que se detuviera, aunque moría por rogarle que parara.

Segundos después, no sintió otro golpe más. No sabía cuanto había durado esto, pero se sintió una eternidad. La respiración y jadeos de Jim se escucharon cerca de su cuerpo.

Los párpados le pesaban, en cualquier momento su cuerpo cedería. Pero había terminado, lo había logrado, soportó. Podía cerrar sus ojos.

- Lo hiciste muy bien, mi matir - susurró Jim cerca de su oído. - Estoy orgulloso de ti. - dejó un besito en su mejilla, para después alejarse.







Sin querer queriendo he hecho una especie de maratón con esta historia.😁🥰

Espero que les esté gustando. Les entiendo si le toman odio a Jim Parksen. 😭

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