CAP 02: "Deseo 🔞"
El taxi se mantenía en movimiento, ahora con Jungkook en el asiento del copiloto. Habían entablado una conversación después de aquella indecorosa propuesta que para su sorpresa, había sido aceptada.
El alfa ahora se mantenía en silencio mientras escuchaba al omega relatar lo sucedido.
—Yo tenía ciertas sospechas hacia mi esposo desde hace unas semanas. Él regresaba muy tarde de trabajar y andaba con la cabeza en otro lado, ni siquiera me ponía atención cuando me vestía sexy para él, eso nunca había pasado, el libido de Taehyung es bastante alto.
Namjoon le miró de reojo —¿Y cómo te diste cuenta de que te engañaba?
—Esta tarde llegó de trabajar a la hora que es, yo estaba muy feliz porque al fin tendría tiempo de calidad con mi alfa, pero él se excusó diciendo que tenía una cena de negocios importante y que regresaría muy tarde. Eso me decepcionó mucho y me hizo sospechar.
»Lo seguí. Él iba en su auto y yo tomé un taxi para que no reconociera el mío. Supe de inmediato que me estaba mintiendo cuando ingresó a la zona de discotecas. Traté de mantenerme sereno para que mi mente no me jugara en contra y lo terminé siguiendo hasta un club nocturno. Allí... Lo vi abrazando y besando a una humilde muchacha, sé que es de clase muy sencilla por la facha que llevaba.
Namjoon le miró extrañado, no pudiendo creer cómo un tipo de clase alta podía fijarse en una mujer de clase baja. Ya no estaban en la época victoriana, pero eso tampoco era muy común si tenía en cuenta el clasismo que aún predominaba en algunas familias ricas de Corea.
—Lamento mucho que su esposo no haya tenido suficiente con usted, pero no lo entiendo, usted es un omega muy lindo, su sola presencia impone respeto y derrocha elegancia, cualquier alfa se sentiría el más afortunado de tenerlo.
Jungkook le sonrió sin mostrar los dientes, sentándose de lado para tenerlo de frente. No podía negarlo, el alfa a su lado era muy bien parecido; se notaba que debajo de esa ropa gastada, había un cuerpo escultural por ser descubierto. Las venas que se brotaban debajo de su piel morena le ponían demasiado y ni hablar del piercing que adornaba su labio inferior.
Hizo un barrido con su mirada hasta llegar a su rostro. Estaba serio, concentrado en la carretera, pero de vez en cuando, Jungkook se permitía apreciar cómo esa expresión cambiaba a una sutil sonrisa cada vez que volteaba por microsegundos a verlo.
Era tan guapo que le provocaba morderlo.
—Doble en la siguiente esquina— Namjoon se sorprendió por recibir una indicación después de tanto tiempo, pero no dudó en obedecer —Iremos hasta mi casa. Tomaremos un par de tequilas y después...— paseó su dedo índice por su pierna —Veremos qué es lo que pasa.
El moreno jadeó. Este era el momento perfecto para arrepentirse si decidía no fallarle a su esposa, pero... Su lobo y él querían tanto esto. Ver al lindo omega a su lado lo tenía idiotizado, sentía por él un deseo que desafortunadamente, hace tiempo ya no sentía por su esposa.
Trató de consolarse a sí mismo diciendo que sólo sería una vez y ya, acabaría todo y esto quedaría como un pequeño secreto. Ella no tendría porqué enterarse nunca.
Al final decidió conducir hacia la dirección que el rubio le había dado. Al fin y al cabo ¿Qué podría suceder?
—Pasa, ponte cómodo— Namjoon ingresó a la residencia con la evidente sorpresa y admiración que el lugar acreditaba.
Era una casa bastante grande, demasiado para su gusto. Donde quiera que mirara, había algún mueble lujoso o un adorno ostentoso; los colores rojo y dorado predominaban, y hasta un bonito candelabro colgaba del techo. Era como la casa perfecta que imaginaba cuando era niño.
Su vista vagó por el lugar mientras Jungkook se dirigía a la licorera para traer dos vasos. Fue en ese momento cuando su atención se posó en el cuadro gigante que adornaba la parte superior de la chimenea: Una foto del omega junto al que parecía ser su esposo, ambos tenían sus trajes de boda y sonreían enamorados. Namjoon se sintió mal.
¿En verdad estaba haciendo lo correcto? Su esposa no merecía que él la engañara, sí, tenían sus problemas y discusiones, pero la seguía queriendo y estaba seguro de que ella también a él.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se percató del momento en que el rubio le ofreció un vaso de tequila. El menor tuvo que carraspear un poco para hacerlo volver a la realidad y cuando lo hubo logrado, observó lo que probablemente, había sido el causante de su ensimismamiento.
—No te sientas mal por él. Ese día estábamos muy felices, pero nuestra relación se apagó en tan sólo dos años— elevó su vaso para chocarlo contra el contrario, acto seguido, dio un trago —Te juro que di todo de mí en esta relación, me preocupaba por él, siempre procuré tener su comida lista a la hora que era porque a pesar de tener servidumbre, a él le gustaba mi comida más que la de la cocinera, lo despertaba con cariño cada mañana y siempre cuidaba mi aspecto para ser el más bonito de todos para que él no tuviera nada que mirarle a los demás... Entonces ¿Por qué?— una lágrima volvió a bajar por su mejilla, por lo que Namjoon no tardó en abrazarlo fuertemente contra su pecho.
Jungkook sollozó mientras recostaba su cabeza en los fuertes pectorales del alfa y cerraba sus ojos. Inexplicablemente, aquel hombre le dio consuelo sin decir una palabra, solamente el escuchar los latidos erráticos de su corazón le hizo dejar de llorar en cuestión de segundos.
—No se sienta tan solo, en realidad, yo tengo el mismo problema— el rubio lo miró confundido al tiempo que se separaba un poco —Mi esposa y mi horario han abierto un abismo que ha deteriorado demasiado nuestro matrimonio.
El omega le indicó que se sentase en el sofá y Namjoon así lo hizo, cuando ambos estuvieron cómodos, el mayor bebió su tequila de un trago y suspiró pesadamente al sentir el líquido quemarle la garganta.
El menor tomó la botella y volvió a servirle.
—¿Quieres contarme?— Namjoon asintió.
—Ella... Cuando la conocí, supe que era una omega de gustos caros, pero eso no me importó y me dije a mí mismo que trabajaría duro para complacerla en cada cosa. Lastimosamente, las cosas no se dieron en mi trabajo y tuve que empezar a trabajar como taxista, obviamente no ganaba lo mismo, pero ella me dijo que estaría bien, que este trabajo sólo sería algo temporal y que ya me repondría.
»El asunto fue que, de un mes, pasaron varios años y no pude conseguir un trabajo mejor; en todos pedían experiencia o al menos un certificado que acreditara haber terminado la secundaria y yo no cumplía con ninguno de los dos. Mi esposa se fue cansando de mí y ahora ni siquiera me respeta. Hoy tuvimos una discusión y me gritó que se arrepentía de haberse casado conmigo— tapó su rostro con una mano para no mostrarse vulnerable frente al chico a su lado, no obstante, éste se acercó y lo abrazó con todo su cuerpo mientras apoyaba su cabeza en su espalda para darle confort.
—Ambos tenemos unos matrimonios de mierda, si me permites decirlo— el alfa soltó una risa nasal. Rápidamente, se limpió las lágrimas y lo miró con una suave sonrisa —Eres un alfa muy guapo. Perdóname que te lo diga, pero si tu esposa condiciona su amor a cambio de dinero, entonces no te merece.
El moreno le agradeció con una pequeña venia antes de volver a tomar del líquido que reposaba en su vaso. Ambos comenzaron a tomar del líquido preciado que les haría olvidar sus problemas maritales por una noche, primero un vaso y luego otro, y otro...
La botella de tequila se fue vaciando poco a poco mientras ellos charlaban, contaban sus problemas y tocaban sutilmente las piernas del otro en un gesto sugerente para continuar con la proposición hecha por el alfa minutos antes. Al final, Jungkook fue quien tomó la iniciativa.
Con el alcohol dominando su organismo, apartó el vaso que el mayor sostenía y se sentó a horcajadas sobre él. Namjoon lo miró mareado y sorprendido en partes iguales, pero no se opuso a nada, es más, cuando el rubio empezó a mover sus caderas en círculos sobre su entrepierna, se dejó llevar gustoso.
Sus manos se dirigieron a las piernas del chico y las amasaron a su antojo, disfrutando del grosor de éstas y de su suavidad.
—Quítate la camisa, necesito tocarte— la suave voz del omega acarició sus oídos como una delicada nota musical que lo envolvió de inmediato. Sin poner peros de por medio, lo apartó un poco sin bajarlo de encima para acceder a su petición y dejar su marcado torso al descubierto.
El menor chilló emocionado y sin perder tiempo, empezó a tocarlo sin restricciones. Sus dedos acariciaron el abdomen del contrario para ir subiendo lentamente hasta los pectorales, allí, se establecieron en los pezones y los pellizcaron con suavidad, arrancándole un gruñido al alfa.
—Se siente tan bien, pero necesito que tú también te quites esa ropa de diseñador o voy a terminar por arrancártela— su voz gruesa, producto de la excitación, terminaron por hacer a Jungkook lubricar en demasía.
Se levantó tambaleándose y trató de mantenerse de pie mientras quitaba cada prenda. Namjoon lo miraba recostado en el sofá mientras acariciaba su miembro por encima de la tela. Ese lindo omega y el tequila en su organismo le estaban jodiendo los sesos.
Cuando terminó por desnudarse, se arrodilló en el suelo y gateó hacia él, posicionándose entre sus piernas mientras le desabrochaba el cinturón.
—En serio eres un omega muy atrevido, Jungkook— lo tomó de las mejillas y lo obligó a mirarlo —Pero debo admitir que eso me pone demasiado.
Se quitó el cinturón por completo y bajó un poco su pantalón junto a su bóxer.
—¿Te molestaría que te diera con esto?— dobló el cinturón y lo azotó contra su mano libre. Jungkook por supuesto, negó con su cabeza.
—En lo absoluto. Puede pegarme con eso todo lo que quiera— tal vez los cinturonazos en sus nalgas al otro día le harían arrepentirse, pero estaba borracho, tanto como Namjoon o tal vez más; no tenía mente ni tiempo para ponerse a pensar en las consecuencias de sus actos.
El moreno gruñó satisfecho ante su respuesta. Con un movimiento de cabeza le pidió que le brindara atención a su miembro y así lo hizo él. Escupió la punta un par de veces y luego lo engulló hasta donde pudo, utilizando sus manos para abarcar el resto que no le cabía en la boca.
A Namjoon se le fueron los ojos para atrás.
—¡M-mgh!— tomó el cinturón con firmeza y lo azotó contra las nalgas contrarias, obteniendo un grito de ardor y satisfacción por parte del menor.
—Otro, por favor, hágalo de nuevo— lo miró suplicante antes de volver a tragarse su miembro.
Namjoon no vio razones para oponerse, por lo que volvió a azotarlo, esta vez consiguiendo un gemido doloroso que hizo vibraciones en su pene.
El menor comenzó a mover su cabeza de arriba a abajo, desesperado, gimiendo, esta vez de puro placer, al sentir cada azote en su culo o en su espalda. Apoyó sus manos en las piernas del moreno y comenzó a bajar lo más que pudo hasta conseguir meter toda la extensión a su boca.
—Ay demonios, lo haces demasiado bien— un gemido grave abandonó sus labios mientras él echaba su cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldo del sofá. La sensación en su miembro era exquisita y la imagen obscena de Jungkook tragándose toda su dotación le hacía querer llenarle aquel bonito rostro con su semen.
Su mente no procesaba nada más que las mil y una formas en que deseaba follar a ese lindo omeguita.
Apretó sus dientes cuando se sintió a punto de correrse. Con toda la fuerza de voluntad que logró acumular, detuvo los movimientos del rubio y lo alejó de su miembro, pero antes de que Jungkook pudiera quejarse, se vio siendo levantado y dejado cuidadosamente sobre el sofá.
—Abre las piernas, bebé.
El menor hizo lo pedido sin rechistar, apoyando una pierna sobre el respaldo del sofá y la otra en el hombro del alfa.
En esta posición, Namjoon se agachó y empezó a besar su cuello y clavículas sin cuidado de dejar alguna marca. Besos húmedos eran dejados como un camino por la piel caliente del chico mientras éste no dejaba de suspirar excitado. El moreno fue bajando por su abdomen y al llegar a su entrepierna, dio una larga lamida en su glande, haciéndolo gemir algo alto.
—Shh, no querrás que tu esposo llegue y nos vea— susurró con voz grave mientras alzaba sus caderas para ponerse frente al fruto prohibido.
—Me daría igual, se lo merece el muy maldito— masculló segundos antes de soltar otro gemido. Namjoon había establecido besos húmedos en su entrada y de vez en cuando, tanteaba con su lengua para tratar de expandirlo —Mmgh, qué... Rico— gimió al tiempo que abría más sus piernas y lubricaba más para él.
Namjoon saboreaba todo como si se tratara de un manjar. El dulce sabor a caramelo de banana y vainilla tenía dominados sus sentidos, sin mencionar que no ayudaba mucho que el omega estuviera desprendiendo feromonas con su olor tan embriagador.
—Ya ponlo dentro, te necesito alfa— Namjoon se alzó para observarlo y la imagen que vio, le hizo endurecer aún más.
El rubio tenía sus mejillas, orejas y labios de un color rosa bastante bonito, tenía la mirada perdida con algunas lágrimas de placer queriendo resbalar libremente, su boca abierta que dejaba a la vista su bonita lengua y perfecta dentadura, y su pecho subiendo y bajando con rapidez.
El alfa no resistió más. Se quitó por completo los pantalones, su bóxer y sus zapatos para posteriormente, colocarse entre las piernas del omega.
—Hay condones allí— el menor le señaló su bolso, por lo que Namjoon rápidamente fue hacia él y sacó los anteriormente mencionados. Rompió la envoltura con cuidado y se lo colocó ansioso.
—¿Estás listo? Necesito que te relajes— el menor asintió y se acomodó de mejor forma para facilitarle el acceso al mayor.
Cuando éste lo vio completamente relajado, tomó su miembro y lo alineó a la lubricada entrada del omega, hizo un poco de presión y se fue introduciendo lentamente, arrancándole varios suspiros de satisfacción al más joven.
Él tuvo que tensar su mandíbula para contenerse y no penetrarlo de una sola estocada, pero es que su interior era tan jodidamente caliente y apretado que daban ganas de joderlo como un desquiciado.
Al final pudo resistir la tentación y terminó de introducirse centímetro a centímetro, como un caballero.
—Me aprietas tan bien— siseó —Quisiera follarte tan duro.
—¿Y qué te lo impide? Ambos lo queremos. Fóllame como un animal y hazme olvidarme de todo— lo abrazó por la espalda y lo atrajo hacia él para besarlo en los labios de manera desordenada.
Namjoon correspondió de inmediato y acatando la petición del omega, empezó a moverse de adelante hacia atrás, primero lentamente para acostumbrarlo y luego un poco más rápido.
Poco a poco, en la sala empezó a escucharse un chapoteo producido por el choque de pieles y algunos gemidos provenientes de ambos. Alfa y omega se mantenían abrazados mientras el primero jodía con intensidad las entrañas del segundo.
—¡N-Namjoon!— el rubio abrió sus ojos a más no poder tras sentirlo penetrar muy dentro de él —E-está muy profundo.
El moreno sonrió socarrón mientras lo seguía embistiendo —¿No querías que te follara duro, cariño? Déjame hacerlo como es debido.
Acto seguido, los tumbó a ambos en la alfombra y le abrió las piernas aún más para empezar a embestirlo con fuerza y rapidez.
A Jungkook se le fueron los ojos hacia atrás al igual que su cabeza; con sus manos agarró la alfombra y la arrugó mientras no dejaba de gemir por lo alto. Su interior era expandido deliciosamente por la gran polla de Namjoon y él la recibía más que gustoso. Podría atreverse a decir que la tenía más grande que su esposo.
Sus sentidos eran llenados por las feromonas del alfa: Chocolate amargo y canela. Aspiraba ese olor tan exquisito mientras desfallecía cada vez que él golpeaba su punto dulce. Verlo encima de él con su mirada profunda y excitada, con esa hermosa piel canela adornada con algunas gotas de sudor, siendo iluminado únicamente por el fuego de la chimenea y embistiéndolo como si de una meta personal se tratara, era la mejor imagen que había podido apreciar en toda su jodida vida.
—¡Alfa!— arqueó su espalda cuando sintió su pene muy adentro —Sigue ahí, otra vez ahí— pidió desesperado.
Namjoon sonrió orgulloso y volvió a penetrarlo en ese punto que lo volvía loco. El alcohol en su organismo no le permitía pensar en nada más que en el lindo omega debajo suyo; sus gemidos eran la mismísima gloria y sus facciones cada vez que lo embestía le hacían perder la cordura.
De un momento a otro, salió de Jungkook y le dio la vuelta hábilmente. El menor entendió y se apoyó en sus rodillas mientras dejaba caer su pecho y rostro en la alfombra, elevando su culito para que aquel guapo alfa volviera a follarlo.
Y así sucedió. El moreno tomó su cinturón y le azotó las nalgas antes de volver a penetrarlo, esta vez con más rudeza.
Las estocadas se hacían más y más rápidas mientras el mayor propinaba cinturonazos y nalgadas que no hacían más que enrojecer la piel de su trasero y poner en demasía a Jungkook. Su culito era bastante firme y redondo, por lo que Namjoon no resistía la tentación de parar sus acciones para morderlo de vez en cuando.
Mientras tanto, Jungkook estaba hecho un desastre y estaba haciendo lo mismo con su alfombra. Su boca abierta por el placer daba paso a la saliva que resbalaba libremente e iba a parar a la anterior mencionada. Esto sin contar que el pre-semen comenzaba a escurrir de su miembro y estaba haciendo una bonita decoración allí mismo.
Luego de un par de minutos más en dicha posición, el menor no pudo aguantar más y terminó corriéndose violentamente en la alfombra. No obstante, Namjoon no le dio tiempo para reponerse, pues no disminuyó la velocidad de sus embestidas, al contrario, comenzó a moverse con mayor rapidez en busca de su propia liberación.
Por supuesto, el sobre estímulo hizo que Jungkook comenzara a llorar y gemir descontroladamente. Namjoon le sostenía las caderas con firmeza para evitar que se moviera mucho y después de darle varias veces en aquel punto que lo hacía gritar, terminó por alcanzar el clímax acompañado de un grave gemido, llenando así el condón con su semen mientras el nudo se formaba.
Sus brazos fallaron por un momento y terminó cayendo encima del omega, aun así, se aseguró de ser cuidadoso para no descargar todo su peso sobre él. Jungkook se permitió caer de la misma manera, disfrutando del contacto que hacían los pectorales del alfa contra su espalda desnuda.
—Madre Luna, eso fue genial— susurró el menor mientras dirigía sus manos a los brazos del mayor para repartir caricias allí.
—En efecto, lo fue. Hace tanto tiempo que no me sentía tan vivo. Gracias por eso, Jungkook— el rubio soltó una pequeña risa.
Lo único que se escuchaba en esa sala eran las respiraciones agitadas de ambos y uno que otro suspiro de satisfacción. Cuando el nudo se hubo desinflamado, Namjoon se incorporó, se quitó el condón y acto seguido, lo amarró.
—Disculpa... ¿Dónde está el baño?— Jungkook se dio la vuelta, aún acostado y lo miró divertido.
—¿Para qué?
—Para... Desechar esto y limpiarme, creo que tu esposo no tardará en llegar— se apresuró a decir, sintiéndose un poco más sobrio y cayendo en cuenta de lo que acababa de hacer.
Sorprendentemente, no sintió la culpa que esperaba tras haberle sido infiel a su esposa, pero fue precisamente ese hecho el que lo hizo sentir miserable.
El sexo con Jungkook lo había devuelto a la vida. Su situación marital estaba tan jodida que hace un mes no tenía relaciones sexuales de ningún tipo, tal vez por eso se había sentido tan bien engañando a su esposa.
No, no y no. Él no estaba pensando eso ¿Verdad?
¿Cómo podía siquiera excusarse de haberle fallado a Jihyo? Se dio una cachetada mental tras darse cuenta de que como alfa, no valía nada.
Jungkook lo vio confundido tras observar un atisbo de arrepentimiento en su mirada. Aquello lo hizo sentir horrible.
—¿Te arrepientes de lo que hicimos?— dicha cuestión logró sacar a Namjoon de sus pensamientos para prestarle su completa atención. Los ojitos del omega se mantenían acuosos y su mirada gacha. El alfa pareció reaccionar en ese momento y se dio un golpe mental aún mayor. ¿Qué estaba haciendo? Estaba actuando como un imbécil.
—No, no, yo no dije eso, Jungkook, espera— lo tomó de las manos —Sólo estaba pensando en mi esposa, me siento mal por haberle engañado, pero no me arrepiento de haberme acostado contigo. Me hiciste sentir como ella no lo hacía desde hace tiempo y por eso sentí culpa, porque se supone que debería disfrutar esta sensación sólo con mi esposa... Pero, terminé disfrutándola al máximo contigo.
Tras oír lo último, las mejillas del rubio se encendieron poderosamente.
—Comprendo... Creí que había sido el único que la había pasado bien, pues a diferencia de ti, yo no me arrepiento de haberle sido infiel a mi esposo. Sé que vengarse es malo y pagarle con la misma moneda no es algo muy maduro, pero tenía tanta rabia por dentro que necesitaba desquitarme.
Namjoon rió por lo bajo —Está bien, además, yo fui el que te propuso ser tu servidor para vengarte, yo también tengo gran parte de la culpa.
Jungkook sonrió sinceramente, pero dicha sonrisa duró poco, pues de un momento a otro, se vio sentándose a horcajadas encima del alfa.
—Ya que estamos aquí... ¿Podemos repetirlo? Esta vez cuerdos y en mi habitación... Quiero sentirte de nuevo— descendió hasta el cuello del alfa y depositó varios besos húmedos allí.
Namjoon se preguntaba qué era lo que estaba haciendo. Él sólo era un taxista que se había atrevido a seducir a la vida y ahora se encontraba cargando al omega escaleras arriba con destino a su habitación.
©AlejaDeMin
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