🐻┆Capítulo 1
Los árboles se movían con suavidad, el olor a limpio de la brisa y la naturaleza llenaban las fosas nasales del pequeño de 12 años. El sol brillaba tan despampanante en el cielo y el chico se maravillaba con su esplendor y su calidez. Jimin estaba recostado en un frondoso y ancho árbol que con sus hojas lo ocultaba. La música seguía sonando en sus auriculares y el movía la cabeza suavemente con una leve sonrisa.
La música lo hacía olvidar, lo envolvía en paz y serenidad. Sus preocupaciones se iban, se evaporaban. La música lo hacía sentir vivo y lleno, como si fuera la pieza faltante que completaba su rompecabezas y su vida se llenaba de colores y texturas. La melodía suave de las músicas románticas en inglés que escuchaba callaban su dolor y el recordatorio constante de las burlas y los malos gestos de sus compañeros hacia su persona.
Sus compañeros de clases, la gran mayoría eran unos idiotas. Ellos eran la causa de su desdicha y de sus complejos.
Antes Jimin era feliz, estudiaba en una escuela donde sus compañeros eran compresivos y humildes. No había egos, ni grandeza, solo simpleza y simpatía. Pero desde que sus padres lo cambiaron de colegio a uno caro y privado, todo había cambiado. El dolor hacía un hueco en su pequeño corazón.
Jimin es gordito. No podía evitarlo, amaba comer y su madre siempre lo consentía preparandole pasteles y galletas. Su madre era una gran repostera, y por eso era imposible para él evitar las golosinas.
Nunca se sintió mal con su aspecto hasta que entró a estudiar a su nueva escuela. Los remilgados alumnos le hacían bullying y las palabras hirientes como "Miren al gordo asqueroso" "Que feo es y tan gordo" eran recurrentes y se clavaban hondo en su pecho como dagas.
Y aunque los comentarios pudieron hacerlo desistir de comer, no lo hacían, más bien le causaba más ansiedad y comía y comía y lloraba porque siempre sería el chico gordo y feo de la escuela. Nadie nunca querría ser su amigo.
Tantas noches llorando en su cama y sintiéndose pisoteado, feo, asqueroso, con sólo su linda edad de 12 años. Muchas veces quiso decirle a sus padres, lo intento un centenar de veces, pero su boca se cerraba como si tuviera un teipe que le instruía el hablar. Desde entonces ocultaba su tristeza y cada día que pasaba su autoestima bajaba y bajaba. Se sentía insuficiente.
¿Por qué no era suficiente?
¿Por qué sus compañeros eran tan crueles?
¿Por qué lo juzgaban solo por ser gordo?
Y los porque se quedaban en el aire y el viento se los llevaba.
Las personas eran tan crueles.
La única forma que Jimin halló para combatir su dolor y poder escapar de la desesperanza, de los comentarios, de las burlas y los malos gestos era la música. La música era mágica; lo calmaba, lo purificada, lo renovaba y lo hacía olvidar.
Apretó sus auriculares y se recostó aún más en el gran árbol viendo las hojas del árbol moverse armoniosamente y un pequeño rayito de sol colarse entre las hojas.
Ya está se había vuelto su costumbre, cada vez que la campana del receso sonaba Jimin se dirigía al gran árbol. El más alejado y apartado del bullicio. Disfrutaba de la música y de la soledad del silencio.
Ver las ramas moverse y que el sol lo acariciara lo relajaban por completo y por unos pequeños segundos Jimin olvidaba que estaba en una cárcel sin escapatoria. Como añoraba crecer para poder huir y alejarse de la región Soul, pero no podía escapar hasta que no fuera un adulto.
Cerró los ojos dejando que la música fluyera. Una lenta sonrisa se pintó en sus labios. Su oso en su interior se movía revoltoso disfrutando junto con él la melodiosa canción.
Tan sumido estaba en su mundo musical que cuando recibió un golpe en su pierna y fue empujado bruscamente se sorprendió por el impacto. Abrió los ojos y su cuerpo tembló al ver a Kai Y Junghoon; los payasos del salón. Siempre vivían soltando bromas hirientes y metiéndose con él, haciendo su día aún más miserable. Estos solían meterle el pie para que se cayera y le habían tirado la comida inumerables veces.
El pánico y el miedo inundó su cuerpo. Estaba tan alejado de la escuela, tan oculto. Lo iban a golpear y nadie se daría cuenta. Quiso gritar y pedir ayuda pero su cuerpo se encogió en su lugar, las lágrimas queriendo escaparse. Le dolía el alma.
Solo esperaba que todo pasara rápido. Cerraría los ojos y aguantaría cada golpe. Su corazón se apretaba corriendo velozmente en su caja torácica.
—Ya el gordo tiene miedo—dijo Kai con una gran sonrisa codeando a Junghoon.
—Parece que en cualquier momento fuera a llorar. Que niñita nos salió el gordito—se burló Junghoon.
Jimin solo temblaba con la cabeza baja esperando que todo pasará rápido. Estaba indefenso, eran dos contra uno.
—¿No hablas? ¿El ratón te comió la lengua, gordo?—Kai le levantó la cara y Jimin le devolvió la mirada.
Jimin quería llorar tan necesitadamente, pero se negaba a humillarse.
—No voy a rebajarme ante ustedes—contesto.
—Mira el gordo este dandoselas de valiente—rió Junghoon.
—No por mucho. Cuando lo dejemos maltrecho con tantos hematomas, ahí si lo veremos rogando que paremos—sonrió con maldad. Sus ojos brillaban de un verde intenso.
Jimin se mostró inmutable, pero por dentro su corazón lloraba y su oso en su interior temblaba como él.
Fue empujado tan fuertemente contra el césped y Jimin no intento huir cuando vio que ambos chicos iban a darle patadas, las espero y cerro los ojos, pero estas nunca llegaron.
Jimin se quedó quieto en su lugar y no quiso abrir los ojos, tenía tanto miedo. Imaginó miles de escenarios donde ambos chicos en vez de darle patadas planeaban hacerle algo peor. Pasaron algunos segundos y las patadas aún no llegaban así que abrió sus negros ojos y se encontró con el delgado cuerpo de Jungkook protegiéndolo.
Frunció un poco el ceño al darse cuenta del raro panorama. ¿Qué hacía Jungkook protegiéndolo? No lo entendía, ambos no eran cercanos, solo eran compañeros de clases y aparte de todo Jungkook era amigo de Kai y Junghoon. ¿Por qué de la nada lo iba a proteger de sus propios amigos?
—Ni se les ocurra tocarlo—bramó molesto Jungkook cruzado de brazos.
—¿Qué sucede contigo, Jungkook? ¿Te estas oyendo? Estás defendiendo a el gordo—recriminó Junghoon.
—Sí, lo estoy defendiendo y ahora me doy cuenta que fui un tonto al permitir que ustedes le hicieran bullying. Pero ya basta, desde ahora no se meterán con él.
—No acatamos órdenes de traidores—Kai le frunció el ceño. Estaba tan furioso y literalmente estaba echando chispas. Su oso se movía inquieto.
—Deberían... Mi padre es el director y puedo acusarlos si siguen metiéndose con Jimin—agrego mirando afiladamente a sus ex amigos.
—¿En serio, Jungkook?, prefieres al gordo antes que a nosotros; tus amigos ¡Te has vuelto loco!—grito Junghoon.
—Sí, lo prefiero. Por lo menos él no es un imbécil como ustedes—Jungkook sonrió.
—Eres un idiota, Jungkook. Te arrepentirás de haberlo elegido a él, te lo aseguró—gruño Kai.
Kai y Junghoon se alejaron molestos. Jungkook apretó los puños y trato de calmarse.
Su oso pardo estaba furioso en su interior. Su lado sobreprotector se había activado cuando vio la escena. Su corazón dolió y la rabia lo poseyó. La idea de que sus idiotas ex amigos lastimaran a Jimin lo hacían ver rojo.
Cuando se volteó se encontró con los más bonitos ojos negros que jamás haya visto. Jimin lo miraba aturdido y con mucha sorpresa, y no lo culpaba. Jungkook desde que vió a Jimin parado en el salón de clases presentándose tímidamente siempre tuvo las ganas de acercarse a él, su oso le gritaba que se acercara y siempre susurraba "Amigo, amigo, se su amigo" pero Jungkook se había cohibido por Junghoon y Kai. A estos los conocía desde el jardín de niños y no quería perder su amistad, ya que había considerado su amistad valiosa, pero ya no lo hacía, se había quitado la venda.
Cada día que ellos se burlaban y le hacían bromas pesadas a Jimin, su corazón se achicaba más y más y su oso gritaba. Jungkook muchas veces quiso acercarse y hacerse amigo de Jimin, pero su cobardía pudo más. Hasta que hoy explotó, podría haber permitido las burlas, las bromas, pero que estos golpearan a Jimin, lo hizo darse cuenta que ni Junghoon, ni Kai valían la pena.
Jimin sí lo valía y le importaba un bledo si Junghoon y Kai ponían a sus demás compañeros de clases en su contra. El no se arrepentía de lo que había hecho, ni de defender a Jimin.
—Hola—saludo Jungkook, mostrando una sutil sonrisa.
Jimin seguía aturdido. Observaba a Jungkook como si este fuera un espejismo y en cualquier momento se evaporaria. ¿Cómo era posible que Jeon Jungkook lo haya preferido a él?... A el gordito, y haya dejado a sus amigos como si nada.
Jimin no sabía que decir, tragó saliva nervioso y trato de no titubear.
—Hola—contesto, su voz suave y aún temblorosa.
Jungkook sonrió y de inmediato se sentó a el lado de Jimin. Su personalidad confianzuda y brillante saliendo a flote.
—Desde hoy seremos amigos—declaro sonriente.
Jimin realmente no podía creerlo. Jungkook lo estaba eligiendo a él antes que a sus amigos. ¿Por qué? No lo entendía.
—¿Por qué querrías ser amigo del chico gordo y feo de la clase?—pregunto con tono abatido.
Jungkook frunció el ceño. Su corazón se arrugó como una diminuta pasita. Odiaba que Jimin se viera de esa forma. Porque para Jungkook; Jimin era hermoso, con sus bonitas mejillas abultadas y rojizas y su adorable cuerpo ancho y grueso. Jungkook no entendía como Jimin no podía ver lo precioso que era y el que se considerará feo solo por los comentarios de la gente le rompía el corazón a Jungkook.
—No digas eso. No eres feo y tu peso esta perfecto. Para mí eres hermoso así—respondió.
Jimin se sonrojo al instante.
—¡No soy hermoso!—exclamo escandalizado.
—¡Lo eres! ¡Para mí si lo eres! Y seguiremos peleando todo el día si es posible hasta que lo entiendas.
Jimin bufó y jugó con las mangas de su ancho suéter.
—¿Por qué ahora? Nunca te acercaste antes, te daba igual lo que ellos me hacían.
Jungkook quiso llorar, quiso golpearse en ese instante, quiso retroceder el tiempo. Porque Jimin tenía razón. Había sido un tonto. Debió acercarse antes, pero no lo hizo y se sentía ahora tan culpable por seguir con unos chicos tan desagradables como lo eran Junghoon y Kai.
—Lo siento. En serio lo siento. Fui un tonto y no tengo justificación, pero te juró que el primer día quise acercarme a ti, pero como un cobarde me cohibi por ellos. Sin embargo ahora haré las cosas bien y quiero que me permitas ser tu amigo. ¿Será que me dejas?
Por primera vez después de tantos meses en un nuevo colegio iba a tener un amigo. La idea hacía saltar el pequeño corazón de Jimin. Lo más extraño de asimilar en esos momento era saber que Jungkook hacía que su corazón hiciera "bum, bum, bum" tan fuerte que lo podía sentir en sus oídos. Era una sensación rara que Jimin desconocía.
—Sí, quiero ser tu amigo—sonrió.
El pelicastaño le devolvió la sonrisa a Jimin. Los ojos marrones brillaban llenos de encanto y calidez.
—No te arrepentirás. Voy hacer tu príncipe guardián y desde hoy no deberás temer. Voy a protegerte—prometió y le paso un brazo por los hombros a su nuevo amigo y Jimin de inmediato volvió a sonrojarse.
Nunca nadie había invadido su espacio personal de ese modo. Se sentía raro, pero a la vez se sentía bien. Rápidamente podía asegurar que Jungkook se volvería especial.
Jungkook de repente se puso a oler el cabello de Jimin. El pelinegro de inmediato se sintio raro, su estómago comenzaba a sentir leves cosquillas.
—Hueles a miel. Me gusta ese olor. Suelo oler la miel, me ayuda a calmarme cuando estoy molesto—admitió.
Jimin estaba rojo y avergonzado. La confesión de Jungkook lo puso tímido. Aún con su cuerpo temblando se atrevió a hundir su nariz en el cuello de Jungkook y con curiosidad olió su olor. Era el fuerte y inconfundible olor de la Hierbabuena y el olor lo embriagó, lo hechizo. Amaba la ese olor. Jimin sonrió encantando con su hallazgo.
Al recibir la inesperada caricia de una nariz en su cuello, jungkook se sonrojo, no lo esperaba, pero se quedó quieto dejándose oler. La nariz de Jimin le hacía cosquillas y debes en cuando Jungkook soltaba pequeñas risitas.
—Y tú hueles a hierbabuena. Me encanta. Mis té siempre llevan hierbabuena.
Jungkook rojo hasta las orejas sonrió abrazando con fuerza a Jimin.
Ambos estaban absortos en su mundo. La comodidad llenaba sus pequeños corazones de una renovada paz.
Jimin ya con más confianza había abrazado la delgada cintura de Jungkook. Se dio cuenta de inmediato lo delgado que era Jungkook y por un momento recordó lo gordo que era y los pensamientos negativos de por que Jungkook siendo tan hermoso como era quería ser amigo de él lo poseyeron por unos minutos, pero los aparto y se concentró en refugiarse en el calor, en el olor y en el sonido tenue del corazón de su nuevo amigo.
Cuando se separaron ambos estaban rojos y tímidos. Para ellos era extraña la sensación que surcaba sus corazones y el cosquilleo arrasador en sus estómagos. Era raro, pero no podían negar que la sensación era agradable y añoraban volver a sentirla.
—Ummm... ¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
—Escuchar música.
—Yo también amo la música. Bueno... ¿Quien no la ama? Los que no aman la música se pierden de mucho, te lo aseguro—jugo con sus manos y Jungkook sonó nervioso cuando dijo—Mejor me callo, solo diré disparates.
Jimin rió. Ver a Jungkook nervioso era un escenario atrayente.
Ya dejando su miedo, su inseguridad y siendo más valiente. Jimin tendió uno de sus auriculares.
—¿Te gustaría escuchar música conmigo?
Jungkook sonrió. La felicidad surcando cada poro de su rostro.
—Me encantaría.
Ambos se recostaron del gran árbol, cada uno con un auricular. Sus osos en sus interiores danzaban alegres como si hubieran esperado toda la vida unirse. Y ellos queriendo y añorando la sensación de la cercanía se acercaron más y más hasta que la cabeza de jungkook cayó en el hombro de Jimin y la de Jimin se posó con suavidad sobre la de Jungkook. Ambos cerraron los ojos y sus manos se buscaron en el césped entrelazandose.
Sus corazones latían y ellos podían sentir ese "Bum, bum bum" repetidamente. Era una sensación bonita y mágica.
"Nuestros osos se juntaron, nuestro hilo y vínculo invisible se formo. Y desde hoy no quiero separarme de ti, amor"
꒰⑅꒱˖♡
🐻Gracias a KardeDePark por darme el permiso de adaptar esta hermosa historia, todos los créditos son para su autor original🐻
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