Si digo pan
y mi poema no convoca
a los hambrientos a la mesa,
es porque la palabra ya no sirve
y la poesía exige otro lenguaje.

Si digo amor
y mi poema no provoca
una tormenta de besos y canciones,
es porque la palabra perdió su magia
y la poesia debe buscar otra nueva voz.

Si digo vida
y mi poema no revienta
un alba de luceros y primaveras,
es porque la palabra quedo sin dioses
y la poesia debe estar en servicio del hombre.

Si digo libertad
y mi poesia no revoluciona
la conciencia de los sedientos de paz,
es porque la palabra dejo de ser instrumento
y la poesia esta obligada a cambiar de poetas.