Yo de bebe hace uufffff

Me llamo Sheng y hace como 100 años soy un dragón que vive en la montaña, antiguamente los dragones éramos muchos y viviamos en picos de montañas mucho más altas; hemos ido bajando de la altura, nos falta poco para comenzar a vivir en las ciudades altas donde viven ciertas poblaciones de humanos. Tal vez veas algún dragón en algún parque durmiendo y molestando al público que quiere usar el parque, los dragones la mayoría somos pequeños pero si vas a salir en televisión tienes que volverte un dragón grande y como eso no se puede, usar la magia de la edición. Los dragones no medimos más de 2 metros cosa extraña pero así es por lo general necesitamos mucha comida y somos algo solitarios pero no somos los animales fantásticos más queridos por los humanos, también existen los unicornios y los Fénix; cómo nos gustan las películas a los dragones, o sea, salir en una producción grande te puede volver un dragón muy querido en el mundo de los dragones. Algunos dragones han dicho que les gustaría ser humanos, manejar un auto, nadar y tener muchos hijos; los dragones tienen pocos hijos. Algunos nacemos esteriles. Yo no sé si lo soy.

UN DIA DIFERENTE ME PASÓ:

No sé qué me despertó más tarde esa noche, ni siquiera si ya estaba despierto, pero lo que realmente recuerdo es mirar hacia la puerta abierta del dormitorio y ver esta mano negra, con dedos extremadamente largos, dedos de dragón antiguos agarrando el marco de la puerta, y escuchar una voz llamándome por mi nombre, como invitándome a que fuera allí. Solo decía una y otra vez:

-Sheng , simplemente deseo... cúmpleme el deseo.... Te lo pido Sheng...

Me pareció que era la voz de una mujer, pero baja, casi como un gruñido. Otra dragona que no puede cumplir deseos y que tiene que pedir deseos a alguien como yo. Solo era una posibilidad entre muchas pero era la que más se aferraba a mí criterio en ese momento. Lo otro puede ser alguna loca que se ha escapado de algún internado como el Jonas Lecter.

No sé de dónde saqué la fuerza necesaria para encender mis ojos. Obviamente, no había nada allí. Los dragones miramos bien en la oscuridad por lo que normalmente no tenemos luz eléctrica en nuestros hogares en las montañas.

Desvelado, comencé a investigar en mis libros de anatomía del deseo. Leí por allí que nunca se debía responder este tipo de llamados. Al parecer, algunas de estas entidades son parcialmente ciegas en nuestro mundo dragonístico. Pueden percibirnos, pero no saber precisamente dónde estamos.

No tengas miedo No tengas miedo lo repetia constantemente...

Y yo había respondido.

El resto de esa noche fue una pesadilla. Levanté mi pesado cuerpe de dragón de la cama y me tomé un vaso de agua tibie de mi cafetere el cual no tenía café exprese como yo deseabe, en ella solo estabe el agua tibie lo cual me pareció un poco extrañe, lo pensé por unos minutos pero al tener sed como nunca igual lo bebí

Nunca salí de la habitación. Dejé mi libro de anatomía del deseo en mi mesita de noche esperando la salida del sol. Intermintentemente escuché a un hombre respirar pesadamente cerca de mis oídos, de manera entrecortada, como si estuviera luchando para inhalar (ver: ). Cada tanto parecía reunir el aire suficiente como para decir mi nombre con la voz más horrible que haya escuchado.

Empecé a rezar, sí, aunque de hecho me consideraba agnóstico (creo que todavía lo soy, no creo fielmente en el dios de los dragones pues nunca lo hemos visto ni conocido ni los antepasados dragones). Esto pareció enfurecer aun más a la voz. Traté de mantenerme concentrado en la oración. Entonces empecé a escuchar otras voces, desde todas partes. No recuerdo todo lo que dijeron (eran frases cortas). Algunas sonaban suplicantes, otras desesperadas.

-¿Dónde estás?

-¡Te encontraré!

-¡Ayúdame, te necesito Sheng!

-¡Por favor, no me dejes!

No sé durante cuánto tiempo duró todo esto. Perdí la noción del tiempo. Al asomarse la luz del sol por la ventana, las voces se callaron.

Siguiendo algunos consejos de mi libro, rocié sal en las puertas y en el balcón, diciéndole a las entidades que no eran bienvenidas.

No he vuelto a escuchar nada extraño desde entonces.

No puedo explicar qué sucedió esa noche, ni siquiera si se trató de algo paranormal para un dragón. Pero la sensación... quiero decir, lo que sentí, el miedo, la parálisis, son elementos lo suficientemente fuertes como para hacerme pensar que, en efecto, algo invisible me llamó por mi nombre. Algo me hacía daño.

Solo quiero decir a quien sea que esté leyendo esto, es que si estás solo en algún lugar, si eres o no eres un dragón y escuchas a alguien decir tu nombre, no respondas. Suceden cosas malas cuando respondes.

Y ahora después de varios días pediré el deseo que todos quieren y que solo los dragones sabios podemos conseder:

¡¡¡QUE SEA AÑO NUEVO!!!

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▶Hola compañeros. Se viene new cap pronto

▶Se trató de hacer un capítulo un poco más serio ya que lo quiso así 🐉 Sheng en la entrevista.