Todo estaba listo, mi amado Ahmed regresaba después de un año con la victoria, todas mis hijas, junto a los şehzades que se quedaron en la capitál estaban aquí.

La espera me mataba, lo había extrañado tanto  fueron días de soledad y anhelo. Estábamos formados en orden, yo estaba de primera, luego Dilruba y Handan, le seguía la mayor Nurbanu , luego Mahidevran, Kösem y Mustafa, şirin, Murad, Mihrimah y todas mis  demás hijas, Ahmed se había llevado a Mehmet y Orhan, Demir, Hasan y Abdullah estaban en sus provinicas.

Atención,  Su majestad Ahmed Khan— todos hicimos reverencia y el ingresó  con la cabeza en alto, mire a mis hijos con felicidad, según contaba en una carta mi aliado Yusuf, ambos habían participado en tácticas y en luchas.

—Mi amada Saliha— el sultán sonrió besando su frente

—lo hemos extrañado — le sonrió

— Mi ángel, mi Dilruba — beso su frente y está beso su mano, para luego pasar hacía Handan— Mi adorada Handan, las extrañe a todas— les sonrió para pasar a sus hijas

— Mis adorados hijos — Dilaşud miró a Mehmet y Orhan — me contaron todo lo que hicieron, estoy orgullosa

—Nos alegra que lo este madre— ambos besaron su mano

Los días pasaron y  Mehmet y Orhan ya estaban en sus provincias sólo quedaba Mustafa a espera de lo que ordenará su padre.

—Sultana madre, no quiero ser imprudente, pero he visto a su majestad muy cansado— dijo Zeynep kalfa

—Créeme yo también — la miró — tengo miedo de que algo le este pasando

—¡Madre!— dijo Kösem llegando

—Mi hermosa hija, ¿que te trae por aquí?

—He visto a mi padre muy mal, ¿no sabe que le pasa?

—¿ Qué le has visto?— la miró

—Lo he visto toser mucho — murmuró y Dilaşud miró a Zeynep

— Debe de ser el cansancio— la miro— no te preocupes, está todo bien, puedes  ir a descansar — la miró irse— necesitó que busques al médico personal de su majestad, necesitó saber que es lo que pasa