—Él lo hizo; realmente lo hizo.

—Su cuerpo fue hallado en su departamento. Una sbredosis, eso afirman..., aunque, ¿por qué lo habrá hecho?

—Yo oí que rompió con su novia y eso lo dejó devastado. Tal vez eso lo deprimió bastante, ¿pero quién lo sabe?

—Sigo sin creer que realmente tuvo el valor de hacerlo.

—¡Lo mismo creo yo! Fue tan repentina y súbita su muerte. Resulta difícil entenderlo.

Tantos eran los rumores y tantas las palabras arrogadas al viento y llegando cruelmente a oídos de Daniel. Sin ninguna pizca de compasión. No. Sólo curiosidad, y una que otra falsa palabra de aliento que simulaba empatía.

Él ya no lo soportaba, estaba harto de oír una y otra vez las mismas oraciones repetidas y llenas de rumores que ya jamás podrían ser afirmados o negados. Oraciones que eran parte del más grande tumulto que alguna vez cubrió Wyoming.

¿Y qué si su hermano mayor había cometido suicidio? ¿Y qué si eso significaba que no lo volvería a ver? ¿Y qué si él no había sido capaz de notar su pesimista conducta? ¿Y qué si era el primer sucidio de aquel lugar en años?

¿Y qué si una parte de Daniel murió junto con su hermano ese fatal día?

Daniel sólo tenía once años en ése desagradable entonces, y con su corta edad comprendía la situación: Que James Stone, su hermano mayor - aquel que había admirado y querido por muchos años desde que tenía memoria y recordaba-, había acabado con su propia vida.

Aunque la misma pregunta de todos seguía vigente:

¿Por qué?