Capitulo 50
La castaña se encontraba preocupada por la situación. No se trataba solo de una pelea física si no también emocional, en cual quiere momento alguien daría brazo a torcer y pedía que no fuéramos nosotros.
Me preocupaba dejar solos a Kaito y a Kakashi, no sabía que cosas podría decirle o hacerle.
Y no solo eso, si no que frente a ellos habían alrededor de 20 sujetos y en aumento, quienes suponía eran parte de mi clan. Me pregunto ¿Donde se escondieron tantos años? ¿Como es que siguen aquí?
Dirijo mi atención al otro castaño. No se había movido desde que llego y parecía no querer hacerlo, como so esperara algo, para mi preocupación sospeché que era. Analizando la situación lo mejor era escapar, no podríamos mantener el ritmo mucho tiempo si seguíamos así.
- Kakashi, dime que no estás pensando en enfrentarlo -El nombrado sin voltear a verme contestó.
- No te lo diré entonces - Eso me asustó ¿Que estaba pensando?
- No es de ti ser imprudente ¿Que planeas?-
- No es momento de entrar en detalles, pero quiero aclarar las cosas, sabes de lo que hablo y...- Vaya, que curioso. Yo también vine a este lugar por información- tendremos ayuda, solo resiste- Asenti sin preguntar más, aunque dudas me sobraban, decidí dejarlas para otro momento. Suspire, al menos había en que descargar frustración.
Observé discretamente a todos los individuos que me rodeaban, se veían muy decididos a atacar ante cualquier movimiento amenazante ¿No les parece que se vuelve emocionante?
- Vengan Hiryuus~ El tiempo es oro- Jamás me había sentido de esta manera en mi vida, mas que extraño era ¿Liberador?
Estando espalda a espalda con el peli-gris vi a uno de ellos lanzar tres shurikens consecutivamente hacia mi persona, rápidamente los esquivé de un salto.
En el aire, me di cuenta de que Kakashi no lo había hecho, o eso parecía. En unos instantes una nube de humo apareció y en su lugar había solo un tronco.
Sonreí, ese hombre nunca cambia.
Descendiendo hice los sellos para hacer mi jutsu y tomar mi turno para atacar.
- ¡Hyōton! ¡Rocas de hielo!- Las piedras heladas cayeron sobre ellos, dejando noqueado o lastimando a mas de alguno.
Los miré, claro que no me gustaba herirlos porque si, pero el sentimiento de culpa era opacado por otro incluso mayor. Mi deseo. El deseo de ayudar a Kakashi, el deseo de pelear.
Entonces caí en cuenta, buscándolo con la mirada sin éxito... ¿Donde estaba? Puesto que los habían separado (Cosa que seguro estaba en sus planes) ahora se encontraba sola rodeada de tantos hombres. Si la situación fuera otra estaría mas que encantada, porque bueno, feos no eran.
Pero por desgracia sus sueños no eran realidad y ahora tenia que arreglárselas por si misma.
Escucho un bullicio a su derecha, cabe decir que lo que vi no me gustó. Aquellos dos ya se encontraban frente a frente y me moría de ganas de estar a su lado, mas una parte de mi me decía que no debía interferir.
- Bien, que remedio.... Habrá que seguir con esto~- Sonreí a los ojos que me observaban con expectativa, solo atacaban si yo los hacía, tal vez sabían quien era, aun así...
— No creo que deberían quedarse ahí parados ¿O si? Tienes su objetivo, no me hagan pensar que son unos cobardes— En respuesta, vi sus gestos cambiar y acercarse a mí, así me gusta.
— ¡Hyoton! ¡Suelo de hielo!—
El jutsu provocó que el piso se fuera congelando, incluyendo los pies de los del clan, dejándolos inmóviles
— ¡Listo! — Celebré contenta viendo como trataban de liberarse o deshacerlo, cosa imposible — Después de todo no es hielo normal —Aclaré dirigiendome a las otras dos personas, pero el destino no parecía querer eso.
Por debajo de la cascada salio una sorpresa inesperada, que termino derrumbandome. Todavía sin entender lo sucedido dirigí mi vista a mi brazo, donde sentía el dolor punzante, me habían herido.
— ¿Q-que demonios?— Volteé a la dirección de donde habían venido aquel kunai, a la espera de su aparición.
De ahí vi salir a un hombre mayor. De unos 30 años aproximadamente, cabello azabache y ojos cafés. Parecía un cascarrabias. Pero dejando de lado su apariencia, no lo conocía de nada ¿Quien rayos era él?
— ¡Nami!— El grito del Hatake me devolvió a la realidad — ¿Te encuentras bien?—
— No es nada Kakashi, no te preocupes por mi—
Sin embargo, podría morir si me seguía desangrando, arranqué parte de mi ropa y la até fuerte en mi brazo, eso servirá.
— Concentraré en tu propio combate grandioso Jounin— El sonrió y asintió.
Le agradecía la confianza, en verdad lo hacía, pero algo en ese vejetes no me daba buena espina.
Aquel ataque, estoy segura de que.... Fue con la intención de matarme.
Reaccia, le hablé y estoy segura escuché maldiciones por parte de Kaito a lo lejos.
— Disculpa mi ignorancia pero ¿Quien eres?—
— Nadie que sea importante de mencionar querida Nami-sama...— Eso lo dudo mucho, en verdad— Actúo bajo ordenes de los lideres del clan, eso es todo— Eso, tal vez podría explicar la molestia del castaño.
— ¿Con que así es? Entonces... ¿Eres mi enemigo?— Cuestioné, sintiendo un escalofrío al ver su sonrisa.
— Me temo que si—
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Aquí traigo el capítulo 50! No tengo mucho que decir, además de que lo hice con prisas, ya tengo el siguiente hecho así que lo subiré lo mas pronto posible.
Espero les guste~
Lean y comenten los que les pareció plis!❤
Chely
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