La vida es dulce, el sueño es dulce, todo está en armonía hasta que la tragedia sucede.

El sonido del despertador llega a mis oídos obligando a todo mi ser a levantarse para ir a la dichosa escuela.

Cuando por fin consigo ponerme de pie, me dirigo al baño para asearme rápidamente. Abro el grifo del agua para lavarme la cara y posteriormente comienzo a cepillarme los dientes mientras mi mente se va a la deriva.

Siempre he pensado que la vida sería más sencilla si tuviera un superpoder, cosas como poder detener el tiempo o poder teletransportarme. Río ante mi pensamiento, es ridículo y no sirve de nada pensar en ello, pero no se puede negar que sería interesante.

Una vez terminada mi tarea en el tocador, enjuago mi boca y me dirigo a mi clóset donde veo toda mi ropa parcialmente ordenada. Busco entre toda ella y elegí una blusa azul oscuro que muestra los hombros y unos jeans azul oscuro. Es bastante normal pero es el estilo que suelo usar, es bastante cómodo.

Una vez me he puesto la ropa, voy a mi tocador y veo uno de mis tantos collares favoritos, hay muchos de animes como el martillo de Sakura Card Captor, un sombrero de paja o el símbolo del gremio de Fairy Tail, esta vez y por alguna razón decidí usar el collar del clan Uchiha, debo decir que es mi favorito.

Comencé a ver anime hace ya varios años, probablemente desde los 10, cuando mis padres comenzaban a dejarme sola. Cuando ellos se enteraron no estaban muy felices con la noticia, siempre me han dicho que yo no debería ver esas cosas, que son malas para mí y que solo pierdo el tiempo.

No sólo mis padres, también han habido otras personas que creen que soy rara, pero ¿Realmente es así?

Está bien incluso si lo es, prefiero mil veces ser considerada alguien extraña a dejar lo que me gusta tanto. No me importa lo que digan, es solo que no entienden lo que el anime significa para mí.

Cuando nadie estaba a mi lado, sólo los tenía a ellos.

Me dieron fuerza, me enseñaron mucho y me hicieron sonreír.

Doy un largo suspiro.

Sin detenerme demasiado con mi cabello, solo tomo mechones y los sostengo con unas pinzas. Mi cabello es de un castaño oscuro con rayos más claros y no batallo demasiado ya que es lacio.

Me pongo mis tenis negros, recojo mi mochila y doy una última mirada a toda mi habitación esperando no haber olvidado nada... No sería la primera vez. Cierro de la puerta y bajó las escaleras hasta llegar a la sala. Doy una larga mirada al lugar, es tan innecesariamente grande, solo me hace sentir más sola.

Mis padres son unos arquitectos muy reconocidos por todo el país, se especializan en los edificios tradicionales japoneses y debo decir que son muy buenos, es por esto mismo que viajan tanto y nunca están en casa.

Miro el reloj y me sobresalto al ver que se me está haciendo tarde. Entró a la cocina y tomo unas galletas y un jugo y lo meto en la mochila. Salgo de la casa y apresuro el paso hacia mi destino. ¡Piernas para que las quiero!

Corrí a la escuela y en menos de 10 minutos ya estaba cruzando la puerta, que gracias a dios me dejaron entrar. Me tomo unos segundos para recuperar el aliento y paso por mi casillero. Tomo una carta que se encontraba sobre mis cosas... Casi había olvidado que al ser hija de personas con un estatus arriba del promedio, muchas veces hay quienes van tras de mí o hay otros que se meten conmigo, a pesar de que yo siempre trato de pasar desapercibida, es una molestia.

Ya ni me molesto en leerlas, solo la tiro a la basura y me dirijo a mi salón.

Entro a clase, por suerte el maestro entra después que mí. Durante toda la clase mi mente solo se encuentra divagando mientras hago dibujos en mi libreta de paisajes o me pongo a leer en mi celular como siempre lo hago.

***

Al terminar las clases me dirijo a mi casa, sorprendentemente veo a mis padres, al parecer acababan de llegar de uno de sus viajes, me acerque para saludarlos, me hacía emoción ya que tenía tiempo sin verlos.

— ¡Mamá! ¡Papá! ¿Cómo les fué en su viaje?—Dije con media sonrisa.

— Fue bastante agotador como siempre, aún tenemos mucho que hacer, deberías ir a tu habitación para hacer tus deberes, hija, hablaremos luego— Habló mi madre sin dirigirme una mirada.

He esperado por mucho tiempo ese momento y francamente no creo que llegue, no entiendo el porqué se empeñan tanto en alejarse de mí, en hablarme el menos tiempo posible, no lo entiendo y nunca lo haré si no me lo dicen.

¿Hay una razón para evitarme?

Me muerdo el labio reprimiendo una serie de emociones conjuntas.

Me dirijo a mi cuarto y entro, tomo mi muñeco de Naruto, también tengo uno de Kakashi y de Sasuke, los colocó frente a mí mientras los miro fijamente, como si quisiera transmitirles toda mi frustración o como si pudieran entenderme.

No venía con el mejor humor debido a lo sucedido con mis padres, pasa siempre, ya no debería sentirme mal, pero como la idiota y sentimental que soy.

Me recuesto en la cama y comienzo a ver videos en internet, veo que el celular me anuncia que la carga está baja y busco mi cargador para conectarlo y seguirlo usando. En uno de los tantos videos me apareció uno de Sasuke y lo detengo para observar por un momento.

Sasuke me gusta mucho. Es un personaje muy complicado pero me identifico mucho con él, perdió a seres queridos para él, está sólo y por ello tomó muchas decisiones que cambiaron su vida, muchas veces he querido estar ahí para él...

—Sasuke, conocerte sería lo mejor que podría pasarme, tal vez pienses que no puedes confiar en nadie, si tuviera la oportunidad te demostraría que no estás solo y hay gente que cree verdaderamente en ti...—En ese momento mostré una mueca triste tras las tonterías que dije, eso no podía ocurrir.

Sin embargo no tuve tiempo de lamentarme porque después de eso hubo un corto circuito que dañó mi celular y se apagó. Lo desconecté rápidamente y lo prendí, parecía trabado en una imagen que conozco muy bien.

Era Konoha y por más que trataba de quitar esa imagen no podía así que me rendí, la dejé así y lo puse a cargar.

—Ya veré que hago mañana.

Y me acosté a dormir sin quitarme lo que llevaba puesto.

***

Suena el despertador y con toda la flojera del mundo lo apagué y me fijé en la hora.

No puede ser... Es tardísimo ¡¡Faltan 5 minutos!! ¿Podré llegar?

Corrí como loca por todo el cuarto para arreglarme lo más rápido posible, ya estaba cambiada de lo de ayer así que lo único que me cambié fue la blusa y me dejé mi collar.

Tomo el celular y aun seguía trabado en la misma imágen, siento que comienza a vibrar y del susto lo solté y cayó al suelo.

Esto de las prisas me tenía los nervios de punta. Rayos ¡Se me hará tarde si sigo así! Me apresuré a tomar mi celular pero tropecé con algo y... ¿Caí?

...

Fue un segundo eterno, sentí como si atravesara una burbuja, cerré los ojos por miedo al impacto del golpe que me iba dar pero no pasó, abrí los ojos lentamente y volteé a mi alrededor.

Estaba en un lugar con un pasto amplio, verde y detrás de mí veo un bosque. No podía creer lo que estaba viendo... ¿Donde... Estoy?...

Volteo de nuevo alrededor tratando ubicarme y entender qué hago aquí cuando hace unos segundos estaba en mi cuarto. Analizo bien el paisaje que me rodea, se ve algo irreal, parece...

Dios ¿No me habré desmayado por la caída y ahora estoy soñando?

De pronto escucho algo y al girar veo a una persona sentada a unos cuantos metros de mí.

Espera... ¿QUÉ RAYOS ESTÁ PASANDO? ¿QUIÉN ES ESA PERSONA?... No, de hecho... Lo sé.

Niego con la cabeza y tallo mis ojos, mientras continúo viendo a esa persona con incredulidad. Esto no puede ser cierto, ¿Verdad?

Esa persona es...

Mis pensamientos se interrumpen cuando lo veo acercarse a mí rápidamente y me pongo rígida cuando está a unos cuantos metros de distancia de mí y me pregunta directamente.

—¿Quién eres tú?—....

***********

Ahhh! ¿Quien será? Me imagino que se darán ideas.

Espero que les haya gustado.

Por favor voten y comenten.
Gracias por leerlo.

Arigato <3

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Capítulo Editado.

Hice algunos cambios de gramática y un poco en la historia, espero que sea más cómodo de leer, espero seguir editando pronto y que disfruten la lectura.

—Chelygomez9.