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Percy tenía un trabajo de medio tiempo en una cafetería, una de esas que ofrecían internet para que pudieras sentarte allí y escribir libros o algo mientras pagabas lo mínimo por wifi.

Ni siquiera le gustaba mucho el café, era demasiado amargo para su gusto.

Era un turno de noche, aproximadamente a las 8 pm, por lo que la cafetería estaba llena en su mayoría con estudiantes universitarios que necesitaban terminar sus tareas en el último minuto.

De hecho, cuando Percy miró desde el mostrador, eso fue lo único lo que pudo ver.

Trabajaba solo con otra compañera de trabajo, Piper. Ella era genial: Linda, pero no del tipo de Percy.

Percy odiaba tener que lidiar con todos los millenials que estaban de mal humor ya que tenían 4 horas para terminar la evaluación completa que postergaron.

Desafortunadamente para él, Piper estaba en la parte de atrás cuando se abrió la puerta, lo que indica que tenían otro cliente.

Percy estaba en el mostrador antes de que la persona llegara, lo que obviamente no era impresionante considerando que este medía un metro y medio, pero estaba de mal humor gracias a la atmósfera que estos clientes habían traído.

Percy ni siquiera había levantado la vista antes de tomar el bloc de notas y el bolígrafo, realmente no esperaba un consumidor cortés y conversador.

Aún así, lo que obtuvo fue ... bueno, no ninguna de esas cosas, pero aún así fue una vista interesante: Cabello castaño, piel clara, cara linda pero áspera, era muy bonita.

"Oye, espera un minuto..." El cerebro de Percy resopló.

Por supuesto, hizo clic, y él chasqueó la lengua y dio unos golpecitos con el bolígrafo.

—Wow. Déjà vu— Reflexionó, mirándola fijamente a los ojos.

La chica no tuvo la misma reacción.

De hecho, cuando lo vio, sus ojos se agrandaron. Fue realmente incómodo. Esta chica todavía tenía la percepción de que él había tenido la intención de asesinarla semanas atrás, y ahora estaba cara a cara con él en un lugar público y no sabía qué hacer. Además, al haber tanta gente, no podía intentar hacer nada allí.

Oh, Percy va a intentar hacer algo, está bien.

—Entonces, eh ... ¿quieres un café?—el se rió y la chica metió la mano en su bolsillo y sacó un trozo de papel.

Ella lo deslizó hacia él y Percy le echó un vistazo.

—Dos Lates. De acuerdo...

Sin una idea real de por qué tenía que lo escribió en lugar de simplemente hablar como una persona normal, Percy se encogió de hombros y tomó dos tazas.

Él se volvió.

—¿Puede darme su nombre?—el adolescente mostró su sonrisa característica, pero descubrió que la chica ya se había dado la vuelta y se dirigía hacia una mesa.

—¿Señorita?—llamó, pero ella lo ignoró rotundamente y se sentó junto a la ventana.

Percy suspiró y miró el dinero que había dejado en el mostrador. Habían dos dólares de más.

—¿Uh, señorita?—preguntó más cortésmente, con la intención de devolverle el cambio, pero una vez más ella ni siquiera se molestó en girar la cabeza para mirarlo.

Percy hizo en silencio los dos Lates. Una vez que los terminó y tuvieron las tapas puestas, pegó el recibo a uno de ellos, pegó los dos dólares al otro y escribió en el otro lado con un bolígrafo. ¿Puedes pausar tu música y dejar de ignorarme, por favor? Quiero pedir tu número.

Sí, un poco plano y grosero, pero el encanto y las sutilezas no habían funcionado. Nunca había visto su oreja izquierda, así que asumió que debía tener AirPods o algo así.

Llevó los cafés al mostrador.

—¿Señorita? Sus bebidas— llamó, señalando las dos tazas.

Ella ni siquiera lo notó. Por supuesto. ¿Qué esperaba?

Ella estaba en su teléfono, probablemente tocando música a todo volumen, y el no es que pudiera llamar su atención exactamente.

Así que, Percy se vio obligado a recoger las tazas y llevarlas manualmente hasta su mesa. Dejó las tazas frene a ella y estuvo a punto de hablar para invitarla a salir.

Pero ella solo miró las tazas y asintió con la cabeza, antes de recogerlas y marcharse,

interrumpiendo a Percy a mitad de la frase.

Cuando ella se fue y comenzó a caminar por la calle bajo la llovizna, Percy se quedó asombrado por un segundo antes de hacer alguna especie de gesto ofensivo con los brazos y la espalda.

—¿Quién te puso en el planeta?— murmuró en voz baja a la chica increíblemente grosera antes de regresar al mostrador para reanudar sus deberes.

Piper había salido de la trastienda para este punto y estaba hablando con alguien por teléfono.

Percy, al ver que literalmente no tenía nada que hacer, también sacó su teléfono, y los dos adolescentes se quedaron como la pesadilla de cualquier anciano, mirando sus teléfonos en lugar de trabajar.

—¿Qué pasa contigo?— preguntó Piper, mirando a su amigo y compañero de trabajo, notando su postura hosca y frustrada.

Percy se encogió de hombros.

—Odio a nuestros clientes— Dijo en voz para nada baja, mirando hacia arriba para mirar a todos y cada uno de los imbéciles de la tienda.

Apostaría que sólo la mitad de ellos trabajaba realmente. El resto probablemente estaba navegando por Reddit o algo así, emitían esa vibra.

Ninguno de ellos lo escuchó de todos modos.

Piper sonrió, volviendo a mirar su teléfono.

—Igual—dijo, abriendo el chat de su novio Jason y enviándole una foto de ella y Percy, aunque este último no tenía idea de que le acababan de tomar una foto.

En ese momento, la puerta se abrió de golpe.

Algunos clientes miraron hacia arriba y las cabezas de Percy y Piper se volvieron hacia la entrada.

La chica de antes había vuelto, luciendo muy molesta. Se acercó al mostrador y miró a Percy, quien tragó saliva nervioso.

La chica se echó la trenza hacia atrás para que ambas orejas fueran visibles, y Percy no lo entendió.

Señaló la oreja que estaba previamente cubierta, pero no había nada allí.

Percy se encogió de hombros una vez más.

—No te estoy siguiendo.

La chica resopló por la nariz e hizo un gesto extraño mientras se apuntaba a la oreja.

Piper arqueó una ceja y Percy entrecerró los ojos.

—Um, sólo habla por favor, Dr. Strange—dijo, su actitud lo desanimó un poco.

Los ojos de Piper se abrieron como platos ahora, cuando se dio cuenta de lo que su amigo ignoraba y de lo que acababa de decir.

La chica estaba atónita, con la boca abierta en estado de shock.

Todos quedaron congelados por un momento antes de que el rostro de la chica se endureciera con una pizca de ira. Ella miró hacia abajo y vio su libreta y bolígrafo, rápidamente lo tomó del mostrador y garabateó algo. Cuando terminó, lo tiró sobre la encimera, tomó sus cafés y se fue.

Cuando cerró la puerta y se fue una vez más, Percy y Piper miraron el bloc de notas y leyeron el mensaje.

Soy sorda, idiota.

6381639290

Percy miró fijamente el número de teléfono, luego miró entre la puerta cerrada y Piper, que estaba tratando de no reír.

Ella estaba sorda. Eso explicaba mucho.

Él era un idiota.

¿Qué diablos se suponía que debía hacer con el número de teléfono de una persona sorda?