Salieron unas cuantas veces más. Luego decidieron hacerlo oficial y esas sesiones para pasar el rato se convirtieron en citas de verdad.

Artemisa encontró que su primer novio era una de las mejores personas que había conocido nunca. Estaban sentados en un Wendy's comiendo unas hamburguesas cuadradas de mierda y hablando de sus encuentros con animales haciendo trabajo voluntario aprendiendo para sus estudios.

Una de las historias de Percy involucraba a un pingüino que lo noqueó y casi se rompió una pierna al deslizarse directamente hacia él en el acuario en el que trabajaba a tiempo parcial para obtener experiencia y ayudar a pagar la universidad.

Luego estaba la foca que intentó arrancarle la cara en un tanque en ese mismo acuario mientras una multitud de turistas miraba y tomaba videos.

O la vez que una raya le picó en la playa y casi muere. 

 (Nota del traductor/ me ha pasado, no fue muy bonito)

Teniendo en cuenta que trabajaba con arañas, serpientes, gorilas, chimpancés, leones, tigres, osos, oh dios, Artemisa estaba asombrada al descubrir que el trabajo de Percy era mucho más mortífero que el de ella. Pensaba que lo más peligroso que podía enfrentar un biólogo marino era un tiburón, pero aparentemente Percy nunca había tenido problemas con uno. Todavía.

Incluso todavía tenía las cicatrices de algunos incidentes. Ella no había notado las líneas tenues en su rostro hasta que él las señaló. Definitivamente eran débiles, pero muy notables una vez que te enterabas sobre el incidente de la foca.

Según le habían dicho, también conservaba la cicatriz del ataque de la raya en su costado, pero obviamente no se la había mostrado porque generalmente no está permitido quitarse la camisa en un restaurante de comida rápida.

Artemisa tenía algunas malas historias propias para contar: Al principio de su entrenamiento, una boa había comenzado el proceso de constricción en ella, pero su entrenador la liberó rápidamente para evitar el peligro de muerte.

Mientras jugaba con uno de los cachorros de tigre, este la había arañado en la mejilla, pero como sólo era un bebé no era peor que un arañazo de gato. Esa cicatriz estaba aún más descolorida que las de Percy a pesar de tener ser más reciente.

También había tenido que entrar en recintos de animales varias veces para recuperar los teléfonos de los visitantes o lo que sea que dejaran caer allí, a pesar de la política de los zoológicos de que lo que sea que caiga en el recinto es propiedad del animal.

El único habitad en el que se sentía realmente en peligro era el recinto de los osos polares. Eran muy malos.

Literalmente, solo a unos pocos cuidadores selectos se les permitía entrar allí, pero todos estaban fuera ese día por un viaje de algo. El gerente de turno ese día no se preocupaba por las reglas, solo por apaciguar a los clientes, por lo que le pidió que fuera rápido y tomara el teléfono.

Bueno, uno, es una mala idea correr frente a un depredador o incluso hacer movimientos repentinos . Y dos, es increíblemente difícil correr sobre el puto hielo.

Así que Artemisa tuvo que caminar rápidamente hacia el teléfono, y mientras más tardaba, menos tiempo faltaba para que los osos decidieran que el homicidio era una opción válida.

En realidad nunca atacaron, pero los tres no paraban de gruñir cuando Artemisa pudo comenzar a correr hacia la puerta, y por una vez Artemisa se alegró de no poder escuchar nada.

Cuando regresó, vio que dos de los osos ya estaban avanzando para ese punto, y si se hubiera quedado tan solo unos segundos más podrían haberla alcanzado.

A la mierda los osos polares. Prefería a los tigres.

Obviamente, después de que se lo contó a su entrenador, el tipo tuvo una conversación severa con el gerente en funciones, y ella nunca tuvo que volver a entrar con los osos polares.

Gracias a Dios.

A Percy le encantaba esa historia. Siempre pensó que los osos polares eran geniales. Lo mismo ocurría con la mayoría de los animales exóticos. Si no hubiera amado de todo corazón el agua y las criaturas dentro de ella, podría haberse dedicado a la zoología él mismo.

Mientras estaban saliendo, Percy se vería obligado a conocer a los familiares de Artemis, y eso lo puso muy nervioso. Si por naturaleza Artemisa no era fría y distante, entonces su crianza definitivamente tenía que serlo.