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Es como Jurassic Park, solo que con animales normales:


Artemisa suspiró mientras arrastraba un cubo de carne a través del oscuro túnel hasta la puerta.

El zoológico tenía un montón de rutas subterráneas que el público no conocía, principalmente para el almacenamiento y para entrar a los recintos del zoológico. Sería una mala idea tener la puerta del recinto de los lobos al alcance de los visitantes.

Se detuvo cuando llegó a la puerta y dejó el cubo, subiéndose la manga para poder revisar la hora. 10:59.

11:00.

Era hora.

Artemisa abrió las muchas cerraduras de la puerta. No tenía idea de por qué tenía tantas, no era como si los animales pudieran abrir una cerradura, y mucho menos tres. Seguro que un oso probablemente podría derribar una puerta cerrada si la golpeaba por un tiempo, por lo que era comprensible tener múltiples cerraduras en esa puerta, ¿pero con los lobos?

Entonces ese clip de Jurassic Park en el que el velociraptor giraba el pomo de la puerta pasó por su mente.

Sí, más vale prevenir que lamentar.

Una vez que desbloqueó la última cerradura, abrió la puerta y entró, asegurándose de cerrarla detrás de ella. Como la puerta era subterránea y el resto del recinto de los lobos estaba al nivel del suelo, suspiró mientras se preparaba para tener que llevar el pesado cubo cuesta arriba. U

Una vez que se sintió lista, la agarró con ambas manos y comenzó a subir.

Obviamente, este recinto no estaba lleno de hielo, sino de tierra, hierba y árboles. Finalmente apareció por encima de la colina para encontrar no solo algunos caninos caminando y relajándose, sino también a una multitud considerable de personas a cierta distancia detrás de la pesada pared de vidrio.

Saludó a medias a la multitud mientras suponía que el locutor ya habría comenzado a hablar.

De hecho así era.

Percy se paró en medio de la multitud escuchando como una mujer con un micrófono comentaba sobre Artemisa alimentando a estos lobos.

—¡Muy bien todos, es hora de que los lobos tenga su almuerzo! ¡Un aplauso para nuestra cuidadora Artemisa, quien es una de los pocos cuidadores de zoológico completamente sordos en el mundo!—dijo la mujer con entusiasmo.

Percy aplaudió junto con el resto de la multitud.

Le sorprendía lo relajados que estaban los lobos con todo ese asunto. Si no parecieran, ya saben, sedientos de sangre, habrían pasado perfectamente por perros domesticados comunes.

No les molestaba la gente aplaudiendo, el micrófono ruidoso, ni siquiera un humano invadiendo su territorio. Tal vez era porque sabían que Artemisa les traía la comida.

Artemisa estaba realmente confiada con los animales, incluso con los osos polares, al menos hasta cierto punto, aunque nunca se ofreció como voluntaria para atender a esos cabrones.

Había descubierto que a la mayoría de los animales no les importaba, simplemente la dejaban entrar y dejar su comida. Obviamente, si ella corría y comenzaba a abrazar al jaguar, podría enloquecer, pero claramente sabía que no debía hacerlo.

Pero maldita sea, ser cuidadora de un zoológico le demostró lo tonta que era la raza humana.

Afortunadamente, nunca había tenido que hacer Harambe a un animal porque un idiota intentó pelear a puñetazos con un gorila, pero definitivamente hubo múltiples ocasiones en las que tuvo que agarrar a una persona y moverla hacia atrás porque estaba inclinada sobre la barandilla del recinto de un animal particularmente peligroso, pero tenía que aterrizarse. Si fuera por ella, deja que la naturaleza siguiera su curso.

(Nota del traductor/ Harambe fue un gorila occidental de llanura del jardín botánico y zoo de Cincinnati, conocido por el incidente de mayo de 2016 cuando un niño de tres años cayó en su recinto. Temiendo por la vida del niño, los encargados del zoo tomaron la decisión de disparar y matar a Harambe)

La locutora continuó comentando para la multitud mientras Artemisa era felizmente incapaz de escucharla.

Los zoológicos son geniales cuando eres sordo. Sin monos gritando, sin ruidos de muchedumbre, sin sonidos del tráfico a una milla de distancia. Solo ella, algunos árboles y sus animales.

A menudo había soñado con trabajar en algún tipo de reserva, en algún lugar donde los animales deambularan libremente y estuvieran protegidos para su conservación y eso. Sería un trabajo mejor. Sin turistas molestos ni atascos camino al trabajo. Simplemente conducir en un jeep y dejar que la naturaleza fuera naturaleza.

Aunque no pensó que a Percy le gustará particularmente mudarse a Kenia o algún lugar así.

Dejó el cubo, alertando a la mayoría de los lobos de su presencia. Ella estaba a unos metros de una pareja que estaba recostada tomando el sol y descansando. Tenían la cabeza vuelta hacia ella esperando ansiosamente. Ella sonrió y se arremangó, sabiendo que lo siguiente iba a ser complicado.

La cubeta estaba llena en su mayoría con trozos de carne para el consumo, ocasionalmente una pierna entera para que mordieran por algún tiempo.

Bueno, "cubeta" era subestimarlo un poco. Ese no era un pequeño balde para llevar arena en la playa, era una gran tina de plástico llena de carne y huesos.

Agarró dos trozos de carne con ambas manos y miró a su alrededor. Vio un lobo a su izquierda y algunos más a la derecha. Decidió apaciguarlos primero en lugar de que toda la manada se arremolinara a su alrededor si solo los lanzaba a los dos frente a ella.

Lanzó el trozo más grande al pequeño grupo y luego lanzó el otro cerca del lobo solitario.

Darles de comer a mano sería una mala idea, no solo porque perdería la mano, sino porque eran lobos, les gustaba cazar. Se sentían mucho más cómodos persiguiendo o jugando al tira y afloja.

Si bien no podían alimentar a los lobos con animales vivos frente a una multitud por razones éticas, podían hacer que la alimentación fuera un poco más divertida para los animales.

Entonces, mientras el lobo solitario corría unos metros persiguiendo su comida, el grupo recibió su pedazo, agarró y tiró, Artemisa alcanzó y agarró otro gran trozo antes de arrojarlo lejos de los dos animales que tenía frente a ella.

Hambrientos, los dos se vieron obligados a levantarse y perseguir su comida, que había aterrizado justo en frente de la ventana donde la multitud estaba mirando.

Por lo que la multitud tuvo una gran oportunidad para tomar fotos cuando dos lobos comenzaron a devorar la carne como una...,ejem, manada de lobos.

Artemisa continuó arrojando trozos de carne alrededor del recinto hasta que notó algo brillante en uno de los lobos junto a la ventana.

Maldijo para si, pensando que uno de los visitantes había tirado su basura pegajosa y asquerosa por la pared y se había pegado a un animal a otra vez; la última vez que sucedió fue con la pantera, y no fue divertido arrancarla de su pelaje.

Se apresuró para quitársela antes de que otro lobo se la comiera y muriera porque fuera chocolate o algo así.

Ella se acercó luciendo visiblemente molesta mientras se arrodillaba para ver qué de qué se trataba. El lobo todavía estaba comiendo, así que afortunadamente se quedó quieto en su lugar.

Mientras observaba, Artemisa vio que no era plástico, sino papel, y no solo no estaba pegado a través de algunos restos de comida, sino que estaba sujeto por algún anillo de metal.

Confundida, molesta y desconfiada, sacó el papel doblado y luego comenzó a quitarle el anillo al animal. El lobo la miró confundido con la boca muy ensangrentada, pero ella lo calmó frotando sus orejas mientras lentamente deslizaba el anillo de su cuello. Vaya, tenía suerte de que en realidad les agradara a los animales.

Luego abrió la hoja de papel y descubrió que tenía una nota, y mientras, Percy estaba sentado esperando una reacción,

Ella leyó la nota:

Artemisa,

Sé que nuestra relación empezó de una manera bastante extraña. Pensaste que te estaba acosando, pensé que eras una idiota, resulta que yo fui el idiota todo el tiempo.

También sé lo difícil que ha sido todo. Quiero decir, ni siquiera sabes cómo diablos sueno, y yo solo he aprendido un poco de lenguaje de señas.

Pero no me importa. Lo estamos logrando, solo está tomando un poco de tiempo. Y no quiero tener que esperar a aprender a decir "¿quieres?" En señas.

Así que lo diré por escrito.

Artemisa, ¿quieres casarte conmigo?

PD: Hay un anillo alrededor del cuello del animal, cortesía de tu compañera de trabajo Phoebe.

Cuando Artemisa leyó la carta, se le llenaron los ojos de lágrimas, hasta que finalmente llegó a la última línea. Bueno, sin contar el posdata.

Cuando llegó a eso, bajó la carta y miró el anillo gigante que sostenía en su mano. Pegado a la parte inferior de ese gran anillo había uno mucho más pequeño. Plata con una gema azul en el medio.

Con lágrimas empañando su visión, trató temblorosamente de separar el anillo de compromiso del llavero-anillo de gran tamaño. Cuando eso se volvió complicado, comenzó a intentarlo de manera más agresiva, solo para darse por vencida y simplemente meter el dedo en el anillo mientras aún estaba unido al otro. Por lo que estaba más apretado y no bajaba mucho por su dedo, pero estaba en él.

Ella miró hacia arriba y de repente lo vio, brillante como el día de pie entre la multitud.

¿Cómo no lo había notado antes?, no lo sabía.

Su sonrisa era brillante y ella estaba más enamorada que nunca. Con el brazo tembloroso, mostró el anillo para que Percy lo viera, lo que también significaba que la multitud vio.

Hubieron muchos "aww" y aplausos, algunos incluso lo habían grabado en sus teléfonos.

Los ojos de Percy se abrieron de repente y se inclinó hacia un lado, captando la atención de Artemisa. Se dio la vuelta para ver lo que él estaba mirando y descubrió que dos de los lobos estaban comiendo directamente del cubo mientras ella estaba distraída. Artemisa maldijo por dentro y corrió hacia ellos.

Percy estaba tratando de contener su risa mientras ella apartaba a los dos lobos antes de agarrar la parte de atrás del cubo. Obviamente, ya no se molestó en alimentarlos manualmente, ya que sentía el inmenso deseo de salir corriendo y besar a su novio... prometido.

Solo les dijo en silencio a los animales que compartieran y vacío el balde en el suelo. Después de golpear la cubeta para llamar la atención de los lobos, la recogió y comenzó a dirigirse hacia la puerta. Detrás de ella, varios lobos salieron corriendo, abandonando la comida que ya tenían para cavar en la pila sangrienta que estaba en el medio del recinto para que todos devoraran y compartieran.

Cuando cerró la puerta del recinto, Artemisa se sintió segura para empezar a correr.

Corrió al área de la cocina donde encontró que su compañero de trabajo Bruce ya estaba limpiando otra cubeta, obviamente acabando de completar la alimentación de algún otro animal.

Sin decir ni una palabra, dejó caer la bañera frente a él e hizo un gesto con los dedos cruzados antes de salir corriendo de la habitación. Necesitaba ir a abrazar y besar a Percy en ese momento.

El bigote y la barba de Bruce se movieron mientras veía a la joven salir corriendo del cuarto de lavado con una misión. Ni siquiera dijo nada, simplemente comenzó a lavar el cubo de los lobos también.

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